𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗼𝗻𝗲
▃▃▃▃ 𝗦𝗧𝗔𝗥𝗦:
¡! ֺ ָ ֙⋆ 🍒 ִ𓄼ꜝꜞ ᳝ ࣪ 𔘓 ֺ ָ ֙⋆ ࣪ ꞌꞋ
𝐔𝐍 𝐄𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐑𝐎 𝐅𝐎𝐑𝐓𝐔𝐈𝐓𝐎
Seo Dalmi se encontraba por las calles paseando. Había salido sin permiso de su padre, aunque no le preocupaba mucho; no estaba en casa como la mayoría de las veces.
Sin importarle mucho que el callejón estuviese solo, comenzó a checar sus bolsas, verificando que todas sus cremas recién compradas estuvieran en ellas.
La velocidad de una motocicleta que pasó por su lado la hizo perder el equilibrio y caer fuertemente hacia el suelo, al igual que aquel chico que conducía a gran velocidad.
Dalmi se agarró la cabeza mientras se levantaba del suelo. Con algo de dolor, se acercó hacia él.
— ¿Estás bien? Seguro el casco te ayudó — cuestionó, algo molesta, aunque también preocupada por aquel misterioso chico.
El motociclista finalmente se quitó el casco, dejando un poco impresionada a Seo ante tal rostro. Realmente, Dalmi jamás había visto a un chico tan atractivo como lo era aquel desconocido. Rápidamente se desconcentró y trató de no mirarlo tanto.
Él la miró por unos segundos, pero los ruidos de varias motocicletas hicieron que le lanzara su casco hacia la chica, esta tomándolo torpemente. Dalmi lo vio con intenciones de correr; sin esperar mucho, lo tomó del brazo para esconderse detrás de unas cajas amontonadas.
Escucharon las motocicletas apagarse por un momento, mientras escuchaban su pequeña discusión sobre dónde podría haber ido Seo Jun si su motocicleta se encontraba tirada. Finalmente, aquellos chicos se fueron, jurando que pronto lo encontrarían.
— Estás en problemas — habló por segunda vez la chica, esta vez saliendo de aquel escondite. Él parecía ignorarla.
— ¿Por qué sigues aquí? — cuestionó aquel chico llamado Seo Jun.
Dalmi lo miró ofendida, sin embargo, no esperó mucho para irse corriendo. Si a ese chico lo buscaban unos matones, seguro no era para nada bueno. Su padre jamás le perdonaría que cruzara palabras con ese tipo de personas.
Seo Jun observó a aquella extraña chica irse con el ceño fruncido, para después pasar su vista al suelo. Tomó aquel pedazo de listón rojo vino, el cual seguramente le pertenecía a aquella chica linda que lo salvó, por más que le diera en su ego admitirlo.
La chica castaña paró de correr al sentirse lo suficientemente alejada de aquel callejón, suspirando aliviada. Bajó su vista a lo que cargaba entre sus manos, además de sus bolsas, dándose un golpe mentalmente al darse cuenta de que entre sus manos se encontraba el casco de aquel chico.
No tardó mucho para llegar a su casa, lista para todas las preguntas que le haría la servidumbre por tardar tanto en llegar.
— Señorita Seo, ¿dónde estaba?
— Señorita Seo, ¿por qué tardó tanto?
— Señorita Seo, ¿le ocurrió algo?
Escuchó a la cocinera, el chófer y el jardinero al mismo tiempo, notando lo preocupados que estaban por ella.
— Estoy bien, tardé porque me encontré a una compañera de clases —mintió de inmediato — No se preocupen, pueden volver a sus labores.
Todo aquel personal se retiró, no sin antes hacer una pequeña reverencia a la menor. Dalmi notó que el único que no se había retirado era el chófer, Jaesung.
— ¿Tienes que decirme algo, Jaesung? — cuestionó al verlo con el ceño fruncido.
Jaesung no tardó en sentar a la chica en el sofá. — La conozco desde los cuatro años, señorita Dalmi, sé cuándo mientes — recalcó el señor mayor, haciendo que la joven tragara en seco — ¿Por qué traes ese casco?
Dalmi volvió a darse un golpe mentalmente. Se había olvidado por completo que traía tal cosa en sus manos.
— Nunca puedo mentirte a ti, Jaesung — respondió, haciendo que el mayor sonriera levemente— Un motociclista casi me arrolla — contó con completa exageración — No sé en qué momento pasé a tener esto en mis manos y salí corriendo.
— Debiste aceptar que te llevara en el auto — regañó de inmediato — ¿Y lo de tu amiga? ¿Realmente te la encontraste o es otra mentira?
La chica bajó por completo su mirada — Es mentira — confesó — Realmente no tengo amigas en la secundaria, eso creo.
Jaesung llevó su mano al hombro de Dalmi — ¿No estabas mejor en la secundaria Yongpa?
Seo de inmediato negó — Tampoco tenía amigas allí — le recordó amargamente — Pero estoy mejor en la secundaria Saebom, en la anterior había mucho bullying.
— ¿Te molestaban en Yongpa? —preguntó angustiado el mayor — ¿Por qué no me dijiste antes?
— No, Jaesung — negó de nuevo — A veces solo me decían cosas nada buenas sobre mi enfermedad — contó — Pero nunca me golpearon como a otros compañeros.
Dalmi parecía recordar aquellas vivencias de tal secundaria — Sabes, había una chica que la molestaban por su físico — intentó recordar aquel nombre — Lim Jukyung, creo que así se llamaba.
El chófer soltó un gran suspiro — Apenas llevas una semana en la secundaria Saebom, estoy seguro de que pronto tendrás amigos — mencionó, obteniendo un asentimiento de la menor— ¿Qué piensas hacer con ese casco? — preguntó, intentando dejar aquella conversación atrás.
— Creo que mi padre tendrá que comprarme una motocicleta — bromeó Dalmi, haciendo negar al mayor entre risas.
Hasta ese momento, Seo Dalmi no había notado que aquel listón característico que siempre solía llevar no se encontraba atado en su cabello.
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