—N O      M Á S—

Parte 1/2

La castaña caminó lentamente entre la penumbra, evitando hacer el mayor sonido posible con sus pisadas.

Se acercó hasta la puerta de una habitación donde divisó la perilla en ella, estiró su mano y giró esta.

Empujó la puerta de manera lenta, a su vez, un chirrido se hacía presente.

—Estoy despierto—Habló su amigo del otro lado.

La chica, ya más confiada, abrió más la puerta y asomó su cabeza por el espacio entreabierto en esta.

La habitación era un pequeño caos, había una pequeña montaña de ropa, libros apilados, platos con comida a la cual Peter pareció no darle ni un solo mordisco.

Observó a su amigo, quien mostraba una sonrisa leve, ojos cansados, llorosos y con ojeras; con su mano derecha palmeaba su cama, indicándole que se posicionará junto a él. Cosa que así hizo, hundiendo un poco el colchón en el proceso.

Su amigo observaba un punto indefinido en la habitación, mientras el silencio abundaba y se paseaba sobre esta.

La situación no era la más alegre, como ya pudieron notar, pues no hace más de tres meses Gwen Stacy, el anterior interés amoroso en la vida de Peter, que a su vez se convirtió a su mejor amiga, había cerrado sus ojos para no abrirlos nunca más.

—Pet—Murmuró, el castaño hizo un movimiento leve, demostrando que le oía—¿Cuándo volverá?—Preguntó en el tono más suave posible.

Suspiró con pesadez. Cansado y adolorido emocionalmente—No debería hacerlo.

—Pero te necesitan, necesitan a Spiderman—Aseguró observándolo.

—Y cada vez que Spiderman sale a las calles alguien que ama tiene que sufrir—Alzó la voz.

—Pet, nada de eso ha sido tu culpa—Le asegura ella.

—Claro que lo es.

—Peter...

—___________, me dio gusto verte, en serio—Dijo observándola—Pero será mejor que te vayas.

La castaña le observó molesta por su actitud—¡No puedes estar deprimido toda tu vida!

—_______, vete por favor—Pidió en un tono bajo.

—¡NO!—Exclamó mientras se ponía de pie y le señalaba con su dedo índice—Eres Peter Parker, eres el Hombre Araña, eres un héroe, eres más fuerte que cualquiera de nosotros... Eres más fuerte que yo—Susurró lo último—Sé que aún te duele lo que pasó con Gwen—El semblante del castaño se volvió aún más cabizbajo—Pet, ya han pasado meses, sé lo que se siente perder a alguien que amas demasiado, pero estoy segura de que Gwen querría que siguieras adelante.

Una sonrisa forzada se reflejó en su rostro, mientras su cabeza se mecía hacia los lados—Yo la mate, debí alejarme de ella.

—Gwen sabía lo peligroso que era esto, y aún así decidió estar contigo, decidió apoyarte y amarte sin importar qué.

—Yo...

—Basta Peter. No voy a dejar que la culpa te siga carcomiendo—Se agachó un poco hasta quedar a su altura—Extraño a mi amigo—Sinceró buscando conectar sus ojos con los de él—Por favor Pet, tienes que volver.

El castaño sólo suspiró, se inclinó un poco hacía enfrente y depósito un suave beso en la frente de su amiga.

Se alejó, y sonrió débil.

Su amiga suspiró, esa había sido su respuesta.

Se incorporó nuevamente y caminó hasta la puerta, reprimiendo las inmensas y crecientes ganas de entristecerse y derramar más lágrimas de las que ya soltaba cada noche en lo secreto.

Tomó la perilla y jaló levemente de ella, con la mitad de su cuerpo fuera y dentro de la habitación.

Se detuvó—Y si me necesitas...

—Sabré dónde encontrarte—Completó él.

Sonrió, y salió, cerrando la puerta detrás de ella.

Se apresuró a llegar a las escaleras, donde descendió y se encontró con la tía May en el sofá.

Ella le observaba con una pizca de esperanza en sus ojos, esperanzada en que su sobrino e hijo al fin decidiera levantarse y seguir adelante.

Eso produjo que su corazón se estrechara, pues las cosas no habían salido bien y no le gustaba ver a una May decaída.

—Perdón. Lo intenté—Murmuró en un tono bajo.

—Está bien, cariño. Está bien—Dijo en un intento de consuelo.

La tía May sabía muy bien lo testarudo y complicado que era su sobrino; lo difícil que era para él haber crecido con tantos secretos e inseguridades; pero sobre todo, que aún cuando él caía, siempre encontraba la forma de volver a levantarse.

La castaña negó algo avergonzada y salió rápidamente del hogar, escuchando e ignorando los llamados de May.

Su mirada era cabizbaja, tenía la completa y absoluta esperanza de poder ayudar a su amigo, que en secreto era su interés amoroso.

Y de algún modo se sentía mal por ello, Gwen siempre le agradó, fue una chica valiente y segura de sí misma y lo que creía. Ella y Peter mantuvieron una relación, la cual apoyo, y antes de morir, como si Gwen hubiera predecido el final de su vida, le dijo aquellas palabras:

"Por favor cuida de Peter, es un poco tonto, también cuídate a ti, mereces ser feliz, y perdoname, no sabía que sentías algo por él, nunca quise entrometerme".

Pasó sus manos por los costados de su sien, después de ello soltó un gruñido de desesperación.

—Perdona, Gwen. Esto es mucho más difícil de lo que creí—Murmuró a la nada.

Unas pisadas se escucharon detrás de ella. Nerviosa y discreta, aceleró el paso.

El sonido se intensificó al igual que los latidos de su corazón, y cuando intentó correr, una mano rodeó su cintura y la elevó por los aires, haciendo que el suelo debajo de sus pies desapareciera.

Cerró sus ojos y formuló un grito mientras tenía lo peor—¡Voy a morir!

Una sonora y melodiosa risa retumbó en sus oídos, después de ello, sus pies nuevamente volvieron a sentir el suelo.

Al hacerlo, se alejó y abrió sus ojos asustada, encontrándose con aquella característica máscara roja.

—¡Idiota!—Exclamó indignada—¡Casi me matas de un susto!—Agregó llevándose una mano al pecho, regulando su respiración en el proceso.

Su amigo rió mientras se quitaba la máscara y dejaba ver su rostro, con una sonrisa divertida en este.

—__________, son casi las 12 de la noche, ¿en serio crees que te dejaría ir sola?—Preguntó de manera retórica—No quiero que algo malo te suceda y yo no pueda estar ahí para evitarlo—Explicó con algo de seriedad en su voz.

Sin duda alguna su amigo estaba en el hoyo más profundo y oscuro de su vida, donde la depresión, culpa y soledad estaban tomando el control.

La castaña sonrió débil y se acercó a su amigo, rodeando su cintura con sus brazos y recargando su cabeza en su pecho.

—Yo sé que si estuviera en peligro, tú llegarías justo a tiempo, Peter—Sinceró.

El nombrado suspiró y envolvió el cuello de su amiga con sus brazos, mientras recarga su mentón en la cabeza de ella.

—Y qué tal sí...

—No. No más Peter Parker—Ordenó firme.

—Esta bien. No más—Respondió.

Corregido 24/01/2022

Hola a tod@s, bienvenidos a este libro al que me veo obligada a corregir a la vez que actualizo nuevas historias <3

Gracias por darle una oportunidad a esto, sé que no es de lo mejor, pero me alegra que me apoyen aún con todo y mis inmensos defectos <3

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©-mandaloriana76