❛ 𝗶𝘃. 𝗐𝗂𝗅𝗅 𝗒𝗈𝗎 𝗐𝖺𝗂𝗍 𝖿𝗈𝗋 𝗆𝖾?



❛ 𓄼 CUARTO CAPÍTULO 𓄹 ៹



          ELIZABETH PROCURÓ OCULTAR EL MAREO QUE SENTÍA, debido al drenado de sangre que supuso alimentar a Jasper para tranquilizar sus deseos homicidas, más aceptar que Rosalie tomara un poco de ella por el inesperado deseo que surgió dentro de la rubia al visualizar la sangre de su compañera y después donar un poco más de su cuerpo para cerrar la herida de Bella una vez Carlisle sacó todas aquellas esquirlas de cristal y las dejó caer dentro de un cuenco sobre la mesa.

Parpadeaba incesantemente, como Carlisle se encontraba guardando su equipo de regreso al maletín y se aseguraba de quemar cualquier rastro de sangre que pudiera permanecer, y Bella se encontraba con su mirada concentrada en las facciones del patriarca Cullen, Elizabeth dejó caer todo su cuerpo desparramado contra el sofá de la oficina, su consciencia alternando entre la realidad y los sueños, su cerebro captando oraciones de cómo la madre de Edward, de nombre Elizabeth igual que ella, había sido el motivo por el cual Carlisle transformó al joven Masen en ese entonces. La morocha sintió pena por el cobrizo, perder a sus padres a tal edad mientras la enfermedad los azotaba y los debilitaba, no podría imaginar el morir lentamente.

—¿Elizabeth? —la mencionada levantó su cabeza tan rápido como pudo, alerta, que el movimiento le sacó un quejido de dolor.

—¿Qué sucede? —exhala, acariciando su cuello con un ceño fruncido.

—Te hemos estado hablando por un par de minutos, Lizzy —aquella era la voz suave y cálida de Carlisle, mirándola con preocupación—. ¿Te encuentras bien?

—Sí, sí, sí —se apresura a afirmar, levantándose—. Un poco cansada. ¿Ya nos vamos?

Carlisle sonríe, encogiéndose de hombros. —Supongo que ahora debo llevarlas a casa.

—Yo lo haré —intervino Edward, que entró en la oficina en penumbra y se acercó despacio hacia Bella.

—Bien, he guardado pizza en casa, la necesito ahora —Elizabeth fue a dar un paso hacia la salida, pero su fuerza le falló y terminó tropezando con sus propios pies, los brazos del rubio Cullen deteniendo su caída.

—Liz, ¿Qué tienes?

—Nada, Bella. Estoy bien. Solo debo llegar a casa y descansar —aturdida agita la mano, restando importancia a lo sucedido.

—Lizzy, por favor, dime qué sientes —los brazos de Carlisle la sentaron sobre el escritorio, revisando su rostro, ahuecando las mejillas de la rizada en las manos de él.

—Solo me hace falta sangre —balbucea—. He tenido que darle a Rosalie y Jasper, para tranquilizarlo. Al parecer siendo que tengo sangre corriendo por mis venas, y ellos son mis compañeros, mi sangre les resulta un distractor hipnotizante. Útil, ¿Verdad? —ella los mira a todos, con sus rostros aún preocupados y fruncidos—. Solo necesito que me lleven a casa, Bella puede alimentarme con la sangre que tengo guardada.

Fue así como con la ayuda de Carlisle, Elizabeth logró subirse a los asientos traseros del automóvil de Edward y acomodarse, siendo besada en el cabello por Rosalie como una despedida, ignorando cualquier intercambio de palabra que la pareja tuviera frente a ella, hasta solo sentir cómo un cuerpo la cargaba hacia su habitación y una muñeca se le era posada en sus labios.

—Bella, ¿Qué haces? —trata de levantarse y separarse de la humana, pero con poca fuerza esta logra regresarla a su lugar.

—Está bien, Liz. Edward me espera en mi habitación —aclara que no tiene que volver a preocuparse de que un vampiro huela sangre—, y me parece justo devolverte la ayuda. Anda, bebe.

Elizabeth le lanza una mirada, queriendo reafirmar la seguridad de Bella, y cuando la castaña asiente, Elizabeth toma su brazo y vuelve a llevar la muñeca a su boca. Su rostro se transforma, las venas negras debajo de los ojos surcan y sus ojos se oscurecen para hacer aparecer sus colmillos, enterrándolos en la piel de Bella para comenzar a beber de ella. Apenas bebe lo suficiente se separa de Swan.

—Gracias —limpia los restos de sus labios—, con descansar me bastará para mañana —se gira, dando la espalda a la humana para enredarse en las sábanas.

—Primero debemos cambiarte —y es así como Bella logra cambiar el vestido por una pijama, desmaquillarla y cepillar su cabello hasta dejarlo suave y precioso, dejando a Elizabeth descansar con un beso en la mejilla.

          AL LEVANTARSE EN LA MADRUGADA TUVO SUS INTENCIONES CLARAS, no asistiría ese día a clases, se encontraba aún exhausta por la velada anterior que no pretendía estudiar ni aprender nada. Casi durmiendo le mandó mensaje a Jasper y Rosalie, a un grupo que tenía con sus compañeros para cuando quería facilitar la comunicación de un mensaje.

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Preciosos, he decidido quedarme
en casa hoy. Siéntanse libres de
venir y pasar tiempo conmigo.

Horas después un peso sobre su cama la obligó levantarse, repentinamente alerta, saltando del colchón y enredando sus dedos alrededor del cuello del desconocido, hasta que vislumbró la cabellera dorada y las facciones angelicalmente demoníacas de Rosalie, sonriéndole con diversión, aunque tal emoción no llegaba a sus ojos.

—¡Lillian! —reprocha—. No puedes asustarme así, pensé que eras...

—¿Quién? —pregunta, frunciendo el ceño y alzando una de sus perfectas cejas.

—Nada. Nadie —esquiva, soltando un suspiro de alivio—. Mal sueño. ¿Qué hora es? —se giró sobre su lugar, tomando su celular y revisando la hora. Había dormido medio día, pronto Bella llegaría de clases, asumiendo que ella si hubiera asistido—. Debo ducharme, hoy tengo el día libre así que pensé que podíamos...

—Liz... —le interrumpió Rosalie, su rostro evidenciaba que algo no iba bien. En sus ojos había un no sé qué oculto que le hacía sentir insegura y le asustaba. Le aterraba.

Elizabeth supo que una conversación se acercaba, y que no le gustaría ni un poco.

—¿Es sobre anoche? —con un suspiro se sentó junto a Rosalie, mirando a la rubia asentir de soslayo.

Hale inspiró profundamente.

—Liz, nos vamos de Forks —la respiración de la morocha se detuvo, parpadeó rápidamente para contener las lágrimas que se avecinaban.

—Nunca me mentirías, ¿Verdad, Rose?

—Jamás.

—¿Qué ocurrió anoche, cuando nos fuimos? —buscó a tientas la mano de Hale, estrechándola y sintiendo cómo ambas partes mantenían fuerza en el toque, como si temieran que la otra desapareciera.

—Cuando Edward volvió, convenció a mis padres y a mis hermanos que no era seguro quedarnos más —masculló entre dientes, hirviendo de la rabia por la decisión del castaño cobrizo—. Tanto por lo que sucedió con Bella como por argumentar que Carlisle se supone tener diez años más de los que aparenta. Jasper se siente sumamente culpable, así que decidió aceptar.

—¿Qué? —se restregó las palmas en su rostro, sintiendo un nudo en su garganta—. Yo... Yo, no puedo abandonar a Bella, Rose. No puedo —muerde su labio inferior, reprimiendo un sollozo al pensar en Bella, en lo que sentiría al ser dejada cuando Edward le dijera lo mismo.

Era su amiga, le había hecho de mucha ayuda en su llegada y en reparar los destrozos que sus amistades pasadas habían dejado. Había jurado amarla y protegerla, no podía hacerlo si la abandonaba; no era capaz.

—Liz, Liz —Rosalie tenía la voz rota, si pudiera estaría llorando, herida, quebrada al ver a su compañera—. Lo sé, tú no vienes con nosotros —susurra, pero sabe que la morocha puede escucharla—. Deseo con toda mi inmortalidad pedirte que vengas conmigo, incluso yo misma te arrastraría, pero no puedo pedirte eso —niega con la cabeza—. No puedo ser tan egoísta. No cuando Bella se quedaría sola. Te amo tanto, como para pensar en tu amistad con ella.

Inhala hondo, sintiendo todo su cuerpo tensarse. Cuando cierra los ojos, para poner sus pensamientos en orden, lágrimas corren por sus mejillas, Rosalie quitándolas antes de que lleguen al suelo.

—Jazz no quería venir a despedirse, pero te ama de igual manera que la parte del soldado que aún vive en él no se acobardó. Está plantado en la sala, esperando.

Elizabeth por fin suelta un sollozo, inclinándose a su pareja para depositar un beso triste, anhelante y desesperado en sus labios. Acaricia el cabello de Rosalie, su rostro y su cuerpo, queriendo memorizar todo de ella.

—No se vayan lejos —suplica—. Iré a visitarlos, los amo tanto como para no verlos. Dejarlos ir hasta sabrá dentro de cuántos años. Por favor, Rosalie, no creo vivir sin ustedes y estar ahí para Bella. Por fin he encontrado el amor incondicional que la vida me debía y prometía.

El dolor sube y se expande a través de toda la anatomía de Cullen. Era la primera vez que admitía amarlos contra todo lo demás, aunque no fuera un explícito ❛ te amo ❜ las palabras estaban en el aire, flotando con el corazón en la mano. Hale era incapaz de verla así de lastimada, incapaz de hacer algo por lastimarla. Ella podría irse sin remordimiento, buscar y rehacer una nueva vida, pero había encontrado a su compañera, ninguna vida sería lo suficiente sin ella a su lado, no podría ante tal vacío. Y ahora, por fin, le amaba de regreso, a los dos.

—Nos quedaremos en Olympia —determina Rosalie en un segundo, sin embargo suena como lo que es, una decisión desesperada e instantánea—. Solo Jasper y yo. Estaremos a una hora de ti, siempre que quieras visitarnos.

Elizabeth suelta todo el aire retenido, temblorosa. —Iré a pie si es necesario.

—Rosalie... —escucha una voz masculina a sus espaldas, dirigiéndose a la rubia como un regaño, como una suplica para que no lo hiciera.

—Jazz —Gilbert se levanta, girando a su otro compañero, es cuando nota la diferencia qué hay en él. Sus ojos resplandecían de un color carmesí vivos, como si ese color cambiara el significado de una mirada hacia ella—. ¿Es por mi sangre? —ella duda, dando un paso insegura hacia atrás, pero no asustada por el rubio.

—Sí, lo es. Tiene que ser —su cabeza se mueve hacia detrás de ella, recordando que Rosalie también había bebido de ella. Su mano se desliza a la mejilla de la rubia, alzando su rostro para ver perfectamente el mismo color.

—¿Cómo se sienten?

—Más fuertes, sin duda —Rosalie por un lado se expresa aliviada, feliz—. Creo que podré dejar de beber de animales por un tiempo. Tu sangre potenció todo de mí. Aunque ya no me gusta tanto este color como en un principio.

—Lo siento, Elizabeth —Jasper recupera su atención sin contestar a su pregunta, sin responder lo maravillado y extasiado que sus sentimientos están por tener su sangre corriendo a través de él, volviendo a sentir una fuerza que no tenía desde que había seguido la dieta animal—, no logré controlarme. No debí haber bebido de ti. Ni siquiera a tal escala como lo hice, te dejé en pésimas condiciones.

—Jazz, escucha, no me importa. Yo accedí a que bebieras de mí, fue completamente mi decisión —ella toma su rostro entre sus manos, acariciando las mejillas pálidas y heladas de Hale con sus pulgares—. Y lo volvería hacer, porque prefiero eso a que tu muerdas a alguien y te sientas como la mierda de culpabilidad. Estoy aquí para protegerte, Jazz, no tienes que temer nunca más... Ni siquiera fue doloroso, al contrario.

Tal vez el poder de Elizabeth no era pathokinesis como Jasper, pero pudo percibir el desagrado arañando a la repulsión que el rubio sentía por él mismo tras su descontrol que desembocó en una noche trágica, también supo que no había palabra alguna que lograra ayudar a los sentimientos negativos de Hale.

—Saben qué, iré con ustedes —declara—. Jazz, me necesitas, me voy con ustedes porque no puedo dejarte ir con una consciencia machacada.

—No, Liz —quien niega es el rubio, y reconoce la seriedad en su voz cuando le habla por su apodo, el que jamás utiliza él—. Debes quedarte, con Bella, no es más que mi culpa que nos vayamos, así que es ella quien merece que te quedes a su lado. Nosotros nos la apañaremos en Olympia. Esperaremos todos los días por tu llamada y pagaremos tus visitas, siempre que puedas.

Los ojos de Elizabeth se cristalizaron. Rosalie se movió hasta estar junto a su hermano, permitiendo a la morocha hacer que cada una de sus manos fuera al cuello de cada uno, envolviendo sus nucas, acercándose a ellos. —¿Van a esperarme? —solloza, sintiendo un escozor en su nariz.

—Todo el tiempo que haga falta —asintieron—. Siempre estaremos para ti, estamos a una hora de distancia y siempre vendremos para cualquier emergencia que tengas. Pero nuestra familia tendrá que irse, no sabemos dónde se irá Edward —se adelanta, porque sabe que en un futuro una Bella con el corazón destrozado preguntaría e insistiría en conocer el paradero de Cullen, haciendo que Elizabeth por lealtad y amor a su amiga hiciera lo mismo.

—Liz, debes saber que nuestra situación cambia contigo —Rosalie acerca más su cuerpo al de ellos, comenzando a acariciar su cabello—. Como Bella está con Edward, la familia a petición de él ha decidido cortar cualquier lazo existente con Bella, así que no estaremos respondiendo llamadas o mensajes que vengan de ella.

—Eso es totalmente cruel —Elizabeth pretende removerse del toque, por la indignación del momento, pero Rosalie y Jasper saben eso, así que la mantienen en su lugar.

—Pero no podemos hacer nada para remediarlo. Es decisión de Edward, tú eres decisión nuestra. La familia manda sus más sinceras disculpas, Liz, pero no son capaces de enfrentarse a ti, no hasta que se reencuentren contigo. A su debido tiempo volveremos a reunirnos todos, tal vez en otro estado, inclusive en otro país, pero no sabemos cuándo será eso, ¿Lo entiendes?

Elizabeth asintió varias veces, derramando más lagrimas que si cayeron de su rostro esta vez, porque ya se encontraba sola, porque los fantasmas de Rosalie y Jasper se habían despedido de su cuerpo al besarle los labios, besarle la frente y darle una última sincera mirada, sabiendo que sus vidas como compañeros cambiarían a partir de ese día. Porque no estarían completamente juntos, no del todo, con sus corazones divididos.

Por fin hemos llegado al inicio real de
la película, de lo que va Luna Nueva.

Creo que esta era la mejor separación temporal para ellos, ya que como son vampiros no era necesario que Rosalie
y Jasper también abandonarán a
Elizabeth, pero cómo para Elizabeth
Bella es su mejor amiga tampoco
podía marcharse con ellos.

Me encuentro emocionada porque
así puedo desenvolver toooda la
trama de los quileutes con la
clase de vampiro que es Elizabeth,
además de que habrán apariciones
de algunos personajes de The
Vampire Diaries, así que quienes
han visto la serie esperen por ellos,
y quienes no, no se preocupen que
cuando aparezcan les describiré
quienes son y su pasado.

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