❛ 𝗶𝗶𝗶. 𝗉𝗁𝗈𝗍𝗈 𝗈𝖿 𝗍𝗁𝖾 𝖼𝗈𝗎𝗉𝗅𝖾 𝖼𝖺𝗇𝗇𝗈𝗍 𝖻𝖾 𝗆𝗂𝗌𝗌𝗂𝗇𝗀.



❛ 𓄼 TERCER CAPÍTULO 𓄹 ៹



          LA PREPARACIÓN DE LA CELEBRACIÓN EN HONOR A BELLA ESTABA TERMINADA CON UNA HORA DE ANTELACIÓN, Elizabeth pensó en aprovechar la media hora libre que le quedaba tras usar los primeros treinta minutos para tomar un baño, arreglarse y maquillarse. Deambuló por la oficina de Carlisle, teniendo su permiso y la puerta abierta en caso de que el rubio mayor llegara y ella tuviera que huir. O también para hacerles saber a los habitantes del hogar dónde se encontraba.

Nunca había prestado suma atención a las pinturas colgadas en las paredes, su concentración puesta en anécdotas y datos médicos, pero ahora sus ojos se mantenían fijos analizando un lienzo vívido, el de colores más luminosos y también el más grande. Deduciendo por las vestimentas, la pintura llevaba décadas de localización.

El cuadro poseía un sereno cuarteto de hombres, el patriarca Cullen ocupando un espacio en el fondo como si quisiera pasar desapercibido en la pintura. Cada uno de ellos con el rostro exquisito de un serafín, pintados en un balcón al interior observando la espiral caótica de colores. El trío al frente era hermoso, dos con el pelo negro y uno con el cabello rubio, casi blanco.

—¿Quiénes son ellos? —pregunta, sin desviar la mirada, hacia la figura que tiene detrás—. Lucen importantes.

—Son los Vulturis —Jasper con tensión rodeó su cintura—. Son una familia muy antigua y muy poderosa de nuestra clase.

—Es lo más cercano qué hay en nuestro mundo a la realeza —Rosalie toma una postura despectiva, deseando quemar el cuadro si no estuviera Carlisle en el—. Carlisle vivió con ellos algún tiempo durante sus primeros años, en Italia, antes de venir a América. El de en medio es Aro, el líder, de ahí le sigue Cayo, el rubio, y Marcus.

—¿Sanguinarios? —si eran considerados de la realeza, y eran vampiros, algo debían de tener para mantener el status.

—Sin ningún respeto por la vida humana —asintió Jasper—, pero al menos respeto por las artes y la ciencia.

—Y la ley —agregó Rosalie—. No olvides la ley.

—¿Acaso hay una ley que les prohíba salir con un humano? —la indecisión se vio en los ojos de los hermanos, difícil de responder.

—Tal vez ahora te incluyas en ellas.

—Para nada —niega—. No son mis reyes, tengo mi propia familia antigua y poderosa en la cual creer.

—¿Los Mikaelson? —recordó Jasper la historia del nacimiento de los vampiros de la clase de la cual provenía Elizabeth.

—Ding, ding, ding —felicita pinchando su nariz al mismo tiempo que arrugaba la nariz en una sonrisa—. Entonces, ¿Sus leyes?

—Hay una —el tono de Rosalie impuso creencia en esa ley, sosteniéndola—, la hacen valer por sobre todo. Mantener nuestra existencia un secreto. No llamar la atención. Y matar de manera desapercibida.

—¿Qué pasa con Bella, en este caso? —se pegó aún más a Jasper, preocupada por la humana, cambiando su interés.

—Es mejor que no sepan de ella. Al menos hasta que Edward... —Jasper percibió el cambio de ánimo en Rosalie, interrumpiéndose a sí mismo de terminar la oración. No deseaba irritar a la rubia con aquel tema.

—Tal vez, tal vez no. Pero al fin y al cabo la decisión no es de él —por un momento ladea la cabeza, escuchando un ruido más allá del que los familiares Cullen se encuentran haciendo—. ¡Ya llegaron! —agarró la mano de su novia y con los brazos de su novio ya en ella los trasladó a donde el resto se encontraba, saludando con un ❛ ¡Feliz cumpleaños, Bella! ❜ a coro y en voz alta, cuando atravesó la puerta.

La castaña vestía un precioso vestido verde forestal, por debajo de un suéter negro y sus converse negras. Su cabello castaño estaba suelto como siempre, aunque esta vez una linda diadema le apartaba algunos mechones del rostro. En primera instancia enrojeció y clavó la mirada en el suelo.

—¿Qué te parece? —Elizabeth era la más cercana a las escaleras con su compañera, acercándose a la humana en su encuentro, con un abrazo. Un flash la cegó por unos segundos, y miró con molestia a Edward cerrando la sonrisa divertida del cobrizo cuando la cámara nueva de la cumpleañera era apartada de sus manos—. Yo me encargaré de las fotos.

Alice y Elizabeth, la segunda persuadiendo a la primera de usar toneladas de rosado, habían cubierto cada superficie plana con velas y múltiples jarrones de cristal con flores blancas y rojas. Cerca del gran piano de Edward había una mesa con un mantel blanco, sobre el cual estaba el pastel blanco de cumpleaños, una pila de platos de cristal y montones de regalos envueltos en papel plateado además de los que Elizabeth ya le había presentado aquella mañana.

—Gracias —pronunció sinceramente, conociendo el esfuerzo de las vampiras de celebrar su día lo más parecido a su gusto, por su incomodidad a cualquier adorno llamativo que pudiera haber estado.

Rosalie se acercó, deseándole a Bella una bonita noche de cumpleaños y sonriendo brevemente mientras daba un asentimiento. A regañadientes había tomado la amenaza de Edward, teniendo que buscar la manera de no odiar a la humana de manera evidente porque ahora Elizabeth y ella eran igual de inseparables que Elizabeth con Rosalie y Jasper. El rubio, por su parte, también sonreía como su compañera, pero se mantenía a distancia. Se apoyó, alto y relajado, contra la columna, al pie de las escaleras, tomando una precaución debido a sus problemas con el olor de sangre humana siendo esta mucho más irresistible a él que a los demás, a pesar de que llevaba mucho tiempo intentándolo.

Después siguieron los padres, Esme, abrazando con cuidado y besando su frente, y Carlisle, pasándole un brazo por los hombros, disculpándose por el excesivo arreglo de flores que Elizabeth no logró hacer desistir a Alice. Emmett estaba detrás de ellos, su rostro se ensanchó en una gran sonrisa.

—No has cambiado en nada —soltó Emmett con un tono burlón de desaprobación—. Esperaba alguna diferencia perceptible, pero aquí estás, con la cara colorada como siempre.

—Muchísimas gracias, Emmett —Bella le agradeció mientras enrojecía aún más.

Él se ríe, ahora hablando a su hermano adoptivo. —Saliendo con una mujer mayor —escuchó Elizabeth decirle a Edward tomando una segunda fotografía de Bella junto a los padres.

—Qué caliente, insufrible —siguió Gilbert.

Edward sonríe, negando incrédulo.

—¿Qué? —pregunta el pelinegro—. Bueno, he de salir un momento —hizo una pausa para guiñar teatralmente un ojo a Alice y Elizabeth—. No hagan nada divertido en mi ausencia.

—Lo intentaremos.

Entonces Alice saltó hacia Bella, con todos sus dientes brillando en la viva luz. —Es la hora de abrir los regalos —declaró. Otro flash, este más discreto, con una foto de ambas.

—¡Espera! —intercede Elizabeth jalando a Edward por la chaqueta, él sonriendo rendido—. Una foto de los novios no puede faltar —presionó el botón de la cámara—. Ahora sí.

La duendecilla procedió a poner en las manos de Swan una gran caja cuadrada y plateada. Bella la agitó, escuchando un vacío. La tarjeta de la parte superior decía que era de Emmett, Rosalie y Jasper.

—Mmm... Gracias —a Rosalie se le escapó una sonrisa. Jasper una risa.

—Es un estéreo para tu coche —explicó—. Emmett lo está instalando ahora mismo para que no puedas devolverlo.

¿De qué sirve ser vampiros ricos si van a comprar un regalo compartido? —preguntó Elizabeth en su cabeza, escuchando la risa de Edward a unos pasos de ella.

—¡Sabes que tengo razón! —ofendida exclama, regresando su camino a Rosalie quien se encuentra en las escaleras, rodeando su brazo en su cintura y dejando su mano contraria sobre el barandal, sobre la cual Jasper posó su mano.

—Gracias, Jasper, Rosalie —les dijo mientras sonreía—. Gracias, Emmett —añadió en voz más alta.

Los vampiros y la humana escucharon su risa explosiva desde la entrada, ocasionando risas. Justo a los segundos Emmett apareció.

—Finalmente sonido decente para ese pedazo de mie...

—Ey, no odies a la camioneta.

—Abre ahora el de Edward y mío —dijo Alice, con una voz tan excitada que había adquirido un tono agudo. Tenía en la mano un paquete pequeño, cuadrado y plano. Elizabeth no se retractó cuando Cullen la miró, buscando su opinión y reacción a su también regalo compartido.

Bella se había vuelto hacia Edward y le lanzó una mirada de basilisco. —Lo prometiste.

—¿Quieren darse prisa? —apuró Gilbert—. Aún faltan los míos.

—No seas pesada, Liz —ella rodó los ojos a las palabras de Emmett, quien se colocó detrás de Jasper, que se había acercado más de lo habitual para poder ver mejor.

—Dámelo —suspiró Bella. Tomó el pequeño paquete deslizando el dedo bajo el filo del papel y tirando de la tapa—. Maldita sea —murmura cuando el papel le cortó el dedo. Lo alzó para examinar el daño. Solo salía una gota de sangre del pequeño corte.

Entonces todo pasó muy rápido.

—¡No! —rugió Edward.

—¡Jazz, aguarda! —chilla Elizabeth.

Edward arrojó a Bella hacia atrás, usando demasiada fuerza que Elizabeth tuvo que interceder y amortiguar el golpe de Bella contra su cuerpo, chocando contra la pared y derribando la cristalería. Ambas aterrizaron en un montón de cristales hechos añicos.

Jasper fue empujado por Edward hacia el otro lado de la habitación, y el sonido pareció el golpear de dos rocas. El rubio cae sobre el piano, pero eso no impide que se levante, con un gruñido animal que parecía proceder de la profundidad de su pecho. Sus dientes chasquearon al segundo en que Emmett y Carlisle agarraban a Jasper desde detrás, sujetándolo de sus brazos con fuerza de hierro, pero Jasper se debatía desesperadamente, con sus ojos salvajes, de expresión vacía fijos exclusivamente en Bella.

—¡Jasper, está bien! —trató de tranquilizar Rosalie a su hermano, mirando de soslayo a su compañera en el suelo, primero tratando de asegurar la calma en el compañero de Elizabeth—. Es solo un poco de... Sangre —un corte que empezaba en el pliegue del codo y terminaba en la muñeca de Bella brillaba de sangre dejando de abundar, los ojos enfebrecidos de seis vampiros repentinamente hambrientos la miraban.

Carlisle fue el único que conservó la calma. En el aplomo y la autoridad de su voz se acumulaban siglos de experiencia adquirida en las salas de urgencia.

—Emmett, Rose, llévense a Jasper de aquí.

Emmett, que estaba serio por primera vez, asintió. —Vamos, Jasper.

El antiguo soldado tenía una expresión demente en los ojos. Continuó resistiendo contra la presa implacable de Emmett. Se debatió e intentó alcanzar a su hermano con los colmillos desnudos.

—Carlisle, avísenme cuando necesiten mi sangre —aún con el desastre que tenía Elizabeth encima, cristales, la ropa y el cabello hecho jirones, y su propia sangre mezclada con la de Bella en su cuerpo, se levantó y apareció frente a Jasper—. Lo siento, Bells. Vamos, Jazz —junto a Rosalie se mantuvieron a una cautelosa distancia de los dientes de Hale, ayudando a Emmett en el forcejeo para sacarlo por la puerta de cristal que Esme sostenía abierta—. Jazz, por favor, debes tranquilizarte —acarició las mejillas del rubio, su cabellera, y lo obligó a centrar su mirada en los ojos de ella—. Deja de respirar, controla tus instintos, está bien, aquí estoy.

Los movimientos descontrolados fueron reduciéndose, los ojos de Jasper se mantenían aún negros para cuando se mantuvo como una piedra en su lugar.

—¿Es seguro soltarte? —preguntó a su familia, sin haber vivido antes aquella experiencia, por lo tanto sin conocer el control de Jasper. Al mismo tiempo la pregunta era dirigida a él, sin querer tratarlo como un niño pequeño sin decisión. Hale asintió bruscamente, Emmett lo soltó, aguardando. No duró dos segundos que Jasper volvía a abalanzarse de regreso al lugar, el hermano enorme y musculoso logrando atraparlo a tiempo—. Demonios.

Elizabeth se frustró, sin saber si su siguiente actuar tendría influencia tomó una de las rocas que habían en el bosque y perforó su brazo completo, haciendo un corte mucho más largo y profundo que el de Bella, esperando llamar la atención de Jasper. Él de pronto pareció olvidar el aroma de Bella, girándose a Elizabeth queriendo de su sangre.

—Está bien, Emmett, suéltalo —aseguró bajo las miradas preocupadas del vampiro y la matriarca—. Podré con él.

Y emprendió huida volviendo a abrir la herida, que se había cerrado a los segundos debido a su curación acelerada. Saltando troncos y evitando árboles se deslizó a lo largo del bosque, lo suficientemente lejos como para apenas escuchar los ruidos de los vampiros en el exterior. Justo a tiempo se volteó, porque Jasper hizo a su espalda chocar contra la corteza de un árbol, esta vez más lúcido con resistencia a lanzarse sobre Elizabeth y clavarle los colmillos. Dudando.

—Hazlo, Jazz —accedió, ladeando la cabeza para darle vía libre a su cuello—. Confía; puedes hacerlo.

Jasper asintió, rendido por sus instintos, enterrando sus dientes en la vena yugular. Elizabeth tensó la mandíbula, el deseo sexual comenzando a recorrer su cuerpo.

—¿Qué está pasando? —abrió los ojos, que sin darse cuenta cerró a causa del placer.

—Está bebiendo de la vena —explicó a Rosalie con dificultad—. Algo íntimo y sexual entre vampiros, fluidos corporales, no sé —un gemido escapó de ella—. Dios, Rose —por fin reparó en el estado de la rubia, hipnotizada por el acto de Jasper, quien enterraba más su rostro en el cuello de la morocha mientras la sostenía con su mano derecha por la cintura—. ¿Tú también?

—Eres mi compañera y tienes sangre en tu sistema, es irresistible para nosotros —farfulla, explicándose.

—¿Puedes controlarlo? Aún debe quedar para Bella —Hale asiente, ansiosa—. Entonces, Bon Appétit.

Rosalie mordió en la unión de su cuello con su hombro, acariciando por sobre el vestido violeta su cadera, drenando sangre de su compañera lo más lento posible, buscando dejar lo suficiente para curar a la humana y el resto para su hermano.

Debo aclarar una cosa que se me olvidó.
En el universo de The Vampire Diaries, si un vampiro bebe de la vena de otro hay este intercambio de fluidos que desemboca en un acto íntimo y sexual.
Cuando escribí en el capítulo final del primer acto, que Bella bebía de Elizabeth y esta resultaba con el mismo comportamiento que en este capítulo, se me olvidó lo de la vena, Bella no tiene colmillos entonces no tenía acceso a la vena a la hora de beber de Elizabeth.
Se me olvidó completamente y espero en una próxima corrección poder cambiar eso. ¡Gracias!

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