Cámping.
Personajes mayores
de edad. (19)
AU sin quirks.
Soft. / Corto.
...
Camping
Ya había iniciado un nuevo día para aquellos amantes ocultos en la carpa de dormir que compartían. Calculando con solo ver los alrededores, Kirishima sacaba que eran entre las seis y pico de la mañana, indicándole eso al somnoliento rubio a su lado, quien había preguntado la hora al recién despertar. Ambos desnudos, somnolientos y felices. Uno más demostrativo que el otro, pero igual el sentimiento se encontraba ahí.
—Oye...haz el desayuno tú...quiero estar así por más tiempo... —El pelicenizo clavaba su visión en la pequeña ventana que realmente solo era parte de la carpa, pero transparente, simulando una avertura a su exterior.
—Claro patrón, lo que usted mande. —Con burla lo mira, girando a un lado su cabeza para verle recostado ahí, sonriéndole después de haberle dado un golpe en la espalda baja. Fue algo suave, solo para expresarle su berrinche.
Ambos conformados, Eijiro salió de la tienda después de vestirse y abrigarse bien. No había pasado mucho tiempo desde que el invierno arropó Japón, así que, aún se podía sentir el frío en el ambiente de aquella montaña en la cual practicanban un poco de senderismo.
Al pisar con sus botas el suelo semipastoso-rocoso, Kirishima se dispuso a buscar ramas y rocas para encender una pequeña fogata no tan lejos de su temporal y frágil hogar. De alguna forma tenía huevos en la maleta, así que, por prevención a que él mismo los rompa sin intención, decidió que ya era hora para darles uso.
De todas formas, serviría para impresionar a su dulce rubio.
Se alejó entonces, poco, para no perderse entre los árboles y demás. Y cuando pudo ver como formaba una pila de ramitas secas, supo que era suficiente. Tomó algunas piedras que estaban regadas en el sector de su tienda de campaña también, para así, con todo listo para su cocina arcaica, empezar a freír los huevos en un mini sartén que trajo consigo en la maleta que usaba para practicar este tipo de deporte junto al cenizo.
Y así, por el mismo olor que venía del exterior y la insistente molestía que se formaba en su estomago al oler comida, Bakugo asomó su cabeza por la entreda y salida de su carpa, sin exponer su cuerpo desnudo al frío de la mañana.
Ahí un Eijiro, concentrado en no hacer caer el último huevo que faltaba en el plato de plástico.
Bakugo enterneció.
Se adentró a su morada, vistiéndose hasta las orejas. Él no era como su novio, que con una chompa, jeans y quizás un gorrito ya estaba para abrigarse del frío. Para nada, y menos con ese frío que pegaba recientemente en las mañanas como en las noches.
Al salir, fue bienvenido con la hermosa sonrisa del quien consideraba la persona más dulce del planeta.
—Buenos días... —Recíen decía.
—¡Buen día, dormilón! —Y como tan enérgico de costumbre, Kirishima devolvía el saludo.
Rodeados de montañas boscosas, colinas, barrancos y algunos pueblos rurales, Kirishima y Bakugo se encontraban disfrutando sus ricos huevos fritos, hechos por el joven aprendiz del joven profesional sin título en cocina, con el cual compartía un cálido momento. Cálido por la pequeña fogata, porque en realidad hacía un frío que te cagas.
—Cierto, te traje esto... —Con una abochornada sonrisa, Kirishima sacó de su espalda unas pequeñas florecillas color bermellón, pigmentado en sus delicados pétalos. —Las encontré por ahí arrancadas, y no se veían en mal estado, así que...¿aceptarías esta ofrenda de mi infinito amor por ti, corazoncito? —Jugaba un poco, sintiendose dichado al percibir una pequeña pero significativa sonrisa del contrario.
—Ya deja los absurdos apodos, idiota... y gracias, supongo. —Con bochorno acobijando sus pómulos, Bakugo tomó las florecitas, haciéndolas bailar en sus manos con los movimientos que ejercía en ellas, haciéndolas girar. Tan delicadas daban el aspecto. —Son...bonitas —Y en acto de inercia, Bakugo había cerrado uno de sus ojos, para apreciar mejor el como acercaba desde su mismo eje, sin acercarse al contrario, el como las pequeñas flores eran casi del mismo color del cabello de su novio. De ese mismo rojo vivas el cual lo conoció, y en parte, le encantó.
Y en reacción a la gracia que le dio aquello, su infaltable "Tks" expresó.
Mientras Kirishima solo puede sonreír al tener su propia perspectiva de la situación, en donde Bakugo se lo ve tan tierno así, sin la intención de lograr aquello a propósito.
-Oye, ya dime lo que me querías decir ayer de noche... -Cortando con el bonito momento, Kirishima quería respuestas a su interrogante; de hecho, las deseaba desde ayer, pero Bakugo había evadido el tema como solo él lo sabe hacer.
"-No, olvídalo, sigue cogiéndome"
Justo así, sí.
-...
-¿Baku-
-No recuerdo de que hablas...
Pero con eso no bastaba para acabar con la terquedad de Eijiro. Es una de las cosas con las cuelas la pareja tiene mucho en común, después de todo. Porque a pesar de ser lento para algunas cosas, es cuidadoso y observador cuando se trata de Bakugo Katsuki, y el hecho que haya tratado de evitar el tema mientras hacían el amor dentro de su casita de campaña, y ahora se haga el "olvidadizo" no pegaba nada con ese nombre que tanto conocía y ha replicado, en un sin números de contextos.
-Si claro, Bakugo Katsuki el olvidadizo...cariño, que me ibas a decir. -Rueda sus ojos con gracia, mientras cruzaba los brazos sobre su pecho abrigado.
-...Ugh...-Apartó la mirada a un lado, enojado, junto con las mejillas coloradas al recordar su idea ridícula, al igual que lo ridículo que había sido querer proponerla mientras Kirishima estaba dentro de él en ese momento. -Fue algo tonto, ya no tiene importancia, olvídalo... además, ese momento no era el mejor para proponerlo...
-Oh, ¿Tú? ¿queriendo decirme algo "tonto"? Eso es nuevo, amor jaja -Expresó con comillas y burlón, solo para hacerle enfadar.
-Sí, supongo que juntarme contigo solo me hace más tonto. -Con tranquilidad habló, y luego se aguantó sonreír al escuchar como el contrario reía y se quejaba al mismo tiempo.
-Vamos, dime, qué era...
-Eres un dolor en el culo, ¿lo sabes?...-Con esa expresión tranquila. O mejor dicho, resignada a humillarse mentalmente, era como contemplaba a su amante. Era algo que de todas formas lo diría, porque en sí, vino para eso, para visitar ese lugar en concreto con la persona de sus sueños, solo que en ese mismísimo instante, donde Ei se lo cogía por detrás, por un mili segundo, creyó que era el mejor momento para decirlo. Pero como pasó, de inmediato se arrepintió.
-Promete que si te lo digo dejaras la absurda idea de querer hacer un camping aquí, y nos iremos a algún alojamiento del pueblo a pasar las noches...¿entiendes, maldito? -A Kirishima no es que le disguste que Bakugo lo llame de apodos como idiota, tonto, etc, pero las veces en las que lo llama así, con sus ánimos más tranquilos de lo normal. Cuando suavisa ese apodo como con cariño y sensualidad en todas sus sílabas y vocales. Ahí, es capaz de hasta suspirar.
-Entendido, Dynamight...
-Bien. Vamos al rock garden. No quiero ninguna respuesta de aquello y ven ayudame a recoger esto ahora. -Sin más, se levanta de la piedra de donde se sentaba, volteando su espalda dirigiendose a la carpa.
-¡Bakugo! ¡Lo hubieras dicho!
[...]
Entre los destinos más bellos que Bakugo había planeado visitar para sus vacaciones de aniversario, había sido el valle "Rock Garden", que, de hecho, es un estrecho y boscoso valle con un pintoresco arroyo, muchas piedras cubiertas de musgo y dos cascadas cercanas.
Era un lugar precioso decían, y Katsuki, como todo romántico, pensó en traer a su enamorado allí.
-Wow, Katsuki...esto es...hermoso... -Anonadado, Kirishima siente la necesidad de captar el momento. Sacó su cámara tan pronto, y empezó a fotografiar lo que sus ojos contemplaban con emoción.
-Sí...soy un maldito cursi ahora que salgo contigo, no es una sorpresa que te traiga a lugares así... -Prefiere hablar por si mismo, un poco apenado. Pero alcanzando a observar lo bonito del paisaje que solo había tenido la oportunidad de ver en imágenes. Era bonito, como el idiota de Deku le había mencionado, pero se hacía el mal entendido. Con sus manos metidas en el abrigo y quedándose ahí parado, contemplaba caer la cascada, de lleno a un mismo lugar, sin percatarse de las fotos épicas que Kirishima le hacía desde atrás.
-Cariño, me encanta que seas así jaja...
Era de esperarse. Un abrazo por detrás, sintiendose cariño y calidez. Katsuki se dejó, sin reproches, disfrutando del afecto cariñoso del que está acostumbrado la mayor parte de su tiempo desde que vive con el dueño de sus camisones y mercancías, además de algunos bóxers.
-Me alegra...Ei
-estoy atrasada full en esto ☠️⚰️
sorri
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