Fingí quedarme dormido en la cama de Emily para ver qué hacía. Admito que estaba nervioso, pero aún así tenía mucha curiosidad.

─¿Hm? ¿Baji-kun? ¿Estás durmiendo?─ Podía sentirla agitando su mano sobre mi cara, pero me quedé relajado. ─Parece que sí─

Ella realmente cayó en mi acto, pensé. Emily empezó a abrir los cajones de su habitación, sacando cosas. Oh, Dios, ahora tenía un poco de miedo. Porfavor que no me dibuje en la cara, o que me ponga algo como un bicho.

Pensé en asustarla diciendo ─¡Raa!─ cuando menos lo esperara. O espera... tal vez ella podría ver a través de este falso sueño, pero a quién le importa. Esto iba a ser divertido.

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando sentí las manos de Emily en mi pelo. ¿Qué demonios está haciendo? Creo que me está atando el pelo. Empecé a lamentar esto, pero sus dedos en mi pelo se sentía agradable, no voy a mentir.

Traté de distraerme y pensé en una conversación con Chifuyu hace unos días en la escuela.

•••

─¿Escribiendo otra carta rarita?─ Preguntó Chifuyu mientras se sentaba frente a mi escritorio.

─Sí...─

─¿Una carta de amor?─

─Sí... QUIERO DECIR -─

─Déjame adivinar... ¿Emily?─

─... ¿y si digo que no?─

─Entonces voy a estar decepcionado.─

─¡¿Por qué todo el mundo me shipea con ella?!─ Murmuré, mi cara se puso roja.

─Vosotros dos se ven muy lindos juntos, por eso. ¿Es una carta de confesión?─ Chifuyu sonrió.

─Sí, pero no pienso dársela hoy, quisas más adelante...─

─Asegúrate de dármela para que pueda corregir tus errores entonces─

─De acuerdo─ Me tomó mucho tiempo escribir la carta, no soy una persona que expresa sus sentimientos a través de las palabras muy bien. Pero sabía que a Emily al menos le gustaría... ¿no?

─Terminado─ Le di la carta a Chifuyu. Él tomó el papel y lo leyó.

─PFF -─

─¿HOLA?─

─Está bien, amigo. Esta vez no has cometido ningún error─

─Estás mintiendo─

─No, lo juro─ Chifuyu me dio una sonrisa alentadora. ─Creo que le gustará mucho─

•••

T

al vez pueda darle la carta hoy... no sé si podré hacerlo...

En mi cabeza, me estresé sobre cómo debería dar la carta a Emily, y finalmente, terminé realmente quedándome dormido.

Me desperté por un fuerte sonido, como si algo se hubiera caído.

─Uy─ Emily giró la cabeza hacia mí, pareciendo que intentaba contener la risa. ─Siento haberte despertado, princesa. Se me cayeron las tijeras─

─¿Princesa?─ dije mientras me frotaba los ojos. Cuando empecé a recobrar el sentido, sentí que me tiraban del pelo. Oh, espera... Me acordé. Planeé asustar a Emily pero me quedé dormida. Maldita sea... Ignorando el plan fallido, me escabullí hacia el espejo de su habitación para ver qué demonios me había hecho la chica en el pelo.

Me quedé con la boca abierta. ─¡QUÉ. HIZO. TÚ. HACER!─

─¡Di Cheese!─

Clic.

Emily me había hecho una foto con el pelo recogido en coletas, con un moño en cada una. Inmediatamente deshice el peinado, sumamente avergonzado.

─¡¡¡TÚ!!!─

─¡Ja, ja, ja, ja! Lo siento, no he podido evitarlo─ dijo ella, muriéndose de risa. ─Esto es lo que pasa cuando te duermes en mi cama─

─Algún día me vengaré de ti─ sonreí.

─Oh nooo, estoy tan asustada~─

Mi mirada con ella fue interrumpida cuando se escuchó el sonido de los fuegos artificiales desde afuera. Emily abrió su ventana, sonrió al ver las coloridas explosiones en el cielo nocturno.

─¡Vamos a subir a la azotea!─Exclamó, corriendo delante de mí.

─¡Eh, espera!─ Corrí tras ella.

Después de subir muchas escaleras, llegamos a la azotea para ver los fuegos artificiales. Eran realmente una obra de arte. Sus estelas y estallidos de color eran un regalo para todos esta noche.

Observé a Emily mirando el cielo hipnotizada, contemplándolo con asombro y pura felicidad mientras se iluminaba. Verla así me hizo sonreír.

─Creo que le va a gustar mucho─

De mala gana y lentamente rebusqué en mi bolsillo, sacando la carta que había escrito. Sí, era una estúpida carta de confesión, pero no tengo las agallas para confesarme en persona. Supongo que acabaré todo de una vez y se la daré ahora mismo, ya que parecía el momento adecuado de todas formas.

─Emily─ Intenté no tartamudear, tocando su hombro para llamar su atención. Se volvió hacia mí y le entregué la carta. ─Uhh... esto es para ti. Léela... cuando quieras...─

─¿Eh?─

─¡Sólo tómala!─ Mi cara se ponía más roja a cada segundo que pasaba. Emily tomó la carta, con la cara rosa también.

─Gracias─ No preguntó de qué se trataba la carta, ni para qué era. Se limitó a volver a prestar atención al espectáculo que tenía delante. Gracias por no preguntar, supongo.

Esa noche, seguí viendo el espectáculo de fuegos artificiales con ella. En realidad eso era una mentira. Estaba viendo a Emily ver los fuegos artificiales. Ella era más bonita que las chispas de colores.

Un fuego artificial en forma de corazón se disparó en el aire, siendo el último fuego artificial del espectáculo. Las parejas cercanas empezaron a besarse y a besarse, lo que me hizo sentir incómodo. Por qué no pueden hacer eso en privado...

─Uhhh vamos a volver a mi habitación─ dijo Emily, también incómoda.

Nos dirigimos de nuevo a su apartamento, y durante el resto de la noche, le conté historias de los chicos y yo cuando éramos más jóvenes, haciéndola reír. Verla tan interesada sólo hacía que me gustara más.

Espero que te guste la carta, Emily.