Capítulo XXXII: Get out of my life
Summer Johnsson
Las semanas se me habían pasado en un pestañeo, en menos de dos días era la exposición final, Mariano nos había dado la semana ya que habíamos acabado todos los temas que venían el mapa curricular, así que teníamos libre sus clases para organizar nuestro camino al matadero
O al menos los otros, porque las sirvientas de Mariano teníamos que seguir bajo su dictadura
—Ya estoy harta— llevábamos como 3 horas aquí metidos, estoy harta de todo y de todos
Primero Mariano nos encargó ayudarlo a organizar cómo nos sentaríamos en el auditorio para la exposición, luego nos pidió ayuda con una evaluación que iba a tener de control escolar, y ahora estamos componiendo un código de muestra con el que planea humillar al equipo cuatro
Y para cualquier cosa que incluyera humillar al equipo cuatro, estábamos más que listos
—Ya me harte— Bianca aventó su laptop— hagánlo ustedes, conmigo no compila
—Ah, que bonitas— nos reclamó Marko— nosotros siempre componemos el código
—Si, porque ustedes son los mejores— Lilia le hizo ojitos a Oliver— anden, junten sus mentes, siempre dicen que su conexión de gemelos es casi telepática
Oliver y Marko intercambiaron miradas algo dudosos
—¿Por Asgard?— Oliver extendió su mano hacia Marko
—Por Narnia— respondió Marko tomando la mano de Oliver
Todas hicimos cara de victoria y a la vez de alivio, ahora era problema de ellos hacer compilar esa cosa
—No crean que esto les va a salir gratis— Marko nos apuntó con su índice
—¿Que quieren? ¿Fotos desnudas?— pregunto Steel alzando los brazos
—¡Steel!— Bianca, Lilia, y yo gritamos escandalizadas
—¿No ven la cara de depravados que tienen?— Steel señaló a los dos que estaban en la mesa sentados— y considerando que ambos están solos no me sorprendería
—No queremos fotos de ustedes— respondió Oliver en un tono harto
—No se pierden de nada, yo soy una tabla— Bianca se cruzó de brazos
—Queremos chocolate, gomitas y pizza— hablo Marko
—Y sus diamantes de Minecraft— añadió Oliver
—Ja, apenas empecé a jugar Minecraft así que no tengo ningún diamante— hablo Lilia
—Mis diamantes, no— dijo Steel— ¿seguro no quieren mis fotos?— volvió a preguntar
—No— hablaron Oliver y Marko al mismo tiempo
Se me había olvidado que oírlos hablar al mismo tiempo si daba miedo
—Steel, respeto tu relación con Jack, por supuesto que no te voy a pedir fotos desnuda— le dijo Oliver
—Pero no eran fotos mías— Steel alzó las manos con inocencia— dije fotos pero no dije de quien
—Tenemos hambre, diganle a Satanas que nos debe una pizza— Marko se concentró por completo en el código en la computadora
—No hace falta— el susodicho entró a su oficina con seis latas de coca que nos iluminó la mirada— para que no digan que los maltrato
Mientras que ellos tomaban su lata, yo saqué de mi bolsillo mi cajetilla y mi encendedor, la oficina de Mariano quedaba justo al lado del área de fumadores, lo cual era una gran ventaja para
Pero mis amigos me miraron como ahora lo hacían desde hace dos semanas, con compasión y algo sorprendidos
—Ilegalisimo— hablo Steel
—¿Quieres uno?— señalé mi cajetilla
—Paso, tú que te encanta joder tus pulmones con cáncer— me dijo Steel
—Summer, ¿no crees que es suficiente?— me preguntó Lilia con sutileza
—Nop— le dije en un tono desinteresado a la rubia de cabello largo
Llevaba dos semanas de desfase, deje el vape y en su lugar me pase a los cigarros convencionales, era lo único que me calmaba con tanto estrés y presión, y mucho más desde que me habían dejado, todos sabían lo que había pasado con mi relación, y algunos me tachaban de zorra infiel, estoy segura que hasta mis amigos lo hacen en silencio
Con Lilia no había hablado, debíamos hablar, pero no quería, ella no tenía por completo la culpa, lo sabía, pero aun no quería, sobretodo por lo que me había dicho el día que nos besamos, era mejor mantener mi distancia, aunque sabía que nos estábamos hiriendo las dos
Estaba tan deprimida que me limite a solo hacer mi trabajo con Mariano, organizar mis cosas para la exposición, y luego jugar videojuegos hasta la madrugada, tenía unas ojeras de muerto de los días que me he desvelado, no he comido mucho por estos días, y tampoco he dormido mucho
Me estoy matando, lo admitó
—No le queremos conseguirle un pulmón tan pronto— Mariano me quitó el cigarro de la boca— coma algo, que si se enferma, me cargar a mí el muerto
—Si, profesor— sonreí falsamente. Mariano era de las pocas personas que aun escuchaba, más por el respeto que le tenía
—Tranquilo, lo hacemos en privado— murmuró Bianca
—¿Que, se van a ir a beber otra vez?— Mariano bebió su lata de coca
—Ellas son las malas influencias— Oliver y Steel nos apuntaron a Bianca y a mí
—¿Me invitan?— la pregunta de Mariano nos dejó a todos en shock— ¿que? ¿les va a dar pena beber frente a su profesor?
—Mi madre va a estar en casa, no podemos— murmuró Marko mientras tecleaba algo en su computadora
—De todos modos no está bien que los invite a beber, ¿que les parece si vamos a comer comida italiana?— las palabras de Mariano nos desarmó por completo— ¿le molesta, Bianca?
—No, nada— aclaró la mencionada— de hecho, ya tenemos hambre
—Si— contestamos al unísono
—¿No le molestaria a su señora?— pregunté levemente preocupada
—No— respondió Mariano— se fue con su familia a Santa Bárbara hasta la siguiente semana— soltó un gran suspiro de alivio— tengo 4 días de vida, tengo que aprovechar
Los seis intercambiamos miradas y sobretodo preguntandonos que tan mal nos veríamos en la casa de nuestra profesor, cuando estuvimos de acuerdo, los gemelos respondieron: —Por hoy seremos 7
—Excelente— el profe sonrió— ahora, sigan haciendo mi tarea, nos vamos en una hora
Tenía razón, mejor me concentré en organizar los asientos del auditorio, y sobre todo, en separar a Clara Torres de Jaeden para los asientos del día de la exposición
Esa chica estaba en el equipo de Bianca, desde que terminamos no dejaba de querer acercarse a él, y aunque no tenía ningún derecho, ella iba a ser una de las principales afectadas por el veneno que cargo en mí por estos días
(...)
Mariano nos había traído a un restaurante medio elegante de comida italiana, lo peor era ya estar acostumbrados a esta travesía, porque de nuevo tuvimos que entrar en su auto, solo que esta vez Steel fue la encargada de cargarme en sus piernas, y eso lo agradecí infinitamente. En el restaurante todo parecía muy ordenado, no muy lujoso, pero con clase
—Solo para aclarar, ¿usted va a pagar, verdad?— preguntó Oliver
—Si— el profe respondió cansado— pidan lo que quieran, no se preocupen, ayer me pagaron
—Si así es su sueldo, yo también quiero ser profesor— murmuró Steel
—Yo soy profesor por el chisme— murmuró el profe— por cierto, Summer, ¿ya me dirá porque Jaeden le canceló la boda?
A veces de verdad lo odio, no tuvo ninguna intención en susurrar, y era obvio que sabía lo que había pasado, solo que no a profundidad, estuve a punto de decirle que se callara pero en eso el mesero apareció diciendo que ya nos tenía mesa. Pensé que el tema moriría ahí, pero no, Satanás volvió a preguntar
—Por mí— Lilia contestó antes que yo— nosotras...
—Esperen— Mariano nos mandó a callar— cuentenmelo con una pasta alfredo enfrente
—¿Pasta alfredo, en serio?— Bianca hizo una mueca— no, yo me encargo de ordenarles
—No me vayas a pedir nada con ajo, o te pateo— le dijo Steel
—Así es la comida en mi amada Toscana— la italiana se tocó el pecho con una mueca dolida
—Vives aquí— los gemelos miraron a la chica del gorrito con los ojos entrecerrados
—Pero nací en Italia, así que se callan— les dijo tajante
—Pero tiene el genio de Americana— Mariano se talló la frente mientras veía la carta
Bianca nos ayudó a ordenar, nos recomendó que, y unos minutos después tuvimos enfrente diferentes platos italianos, en mi caso, ordené un risotto de cuatro quesos, y el resto de mis amigos ordenaron pasto en nombres raros que ni sabiendo un poco de español por el karmaland, logré entender con exactitud que decía
—Ahora si— Mariano dejó su tenedor después de comerse algo que tenía conejo antes de su nombre. Me horrorice de solo pensar que en otro continente, me comería a Rogerina, mi coneja— diganme porque Jaemmer ya no está junto
—¿Usted como sabe el nombre de mi shippeo con mi ex?— lo miré con la ceja alzada
—Tuve que ir a instagram a tratar de averiguar algo— me respondió mientras se bebía de su copa de vino— y nada
—Fui infiel— mis mejillas se tiñeron de rojo, pero aunque no lo dijera, no lo iba a borrar
—¿Con...?— Mariano apuntó a Lilia, que se cubrió el rostro con la servilleta— pero se verían lindas juntas
—¿Verdad que sí?— Bianca alzó las manos con una sonrisita que apoyaron Marko y Steel
Me tuve que cubrir la cara, Lilia pego su frente contra la mesa y Oliver miraba todo con los brazos cruzados
—Les voy a pedir de favor que no haga comentarios—murmuró Lilia mientras se ponía con una expresión seria— por favor, no es algo de alegrarse
—Están juntas en esta mesa— Mariano intercalo miradas entre ambas, pero cuando vio las miradas de ambas, hizo una mueca mientras volvía a tomar su copa— vale, me callo. ¿Quieren algo de tomar? Solo les aceptó una, no quiero que se emborrachen y sea mi culpa
—Yo si— Bianca tomó la carta— quiero unas margarita de fresa
Le hicimos caso a Bianca y casi todos pedimos margaritas, menos Steel, que dijo que si su mamá llegaba a oler el alcohol, la mandaba a dormir con el perro
Y aunque en realidad no había tomado mucho, pero mi problema es que me emborracho muy rapido, solo me había tomados dos margaritas y me andaba riendo sin razón, contando que ya eran las 7 de la noche, debía volver a mi casa
Mariano nos llevó de regreso al instituto, donde pude recoger mi auto, por unos segundos pensé que era mala idea conducir si había tomado, pero aun no me sentía fuera de mí, tomaba caminos poco transitados y me orillaba si me llegaba a marear. Llegue a los 20 minutos a mi casa, pero sin un rasguño, claro, si con aroma de nicotina y margarita
Las luces estaban apagadas cuando estacione mi auto en la cochera, y cuando baje, me di cuenta que estaba más borracha de lo que creí, las piernas se me cruzaban y la cabeza me daba vueltas, tomé mi mochila mientras abría torpemente la puerta
Y claro, la luz se encendió revelando a mis progenitores mirándome como si tuvieran cuchillos por ojos
—¿Donde estabas?— me preguntó mi padre mirándome levemente molesto
—En casa de Oliver haciendo un trabajo— conteste lanzando mi mochila en el sofá. No les iba a decir que estaba en un restaurante italiano con mi profesor
—Mhm— mamá se me acercó mirándome molesta— Summer, apestas a cigarro
—Bianca fuma y se me pegó el olor— me excuse, la realidad me había fumado uno antes de salir del restaurante
—Si, como no— me tomó de los hombros sacudiéndome— sóplame— no tenía más caso negarlo, le sople, lo cual la cara de mi mamá se enfureció al oler lo que me había estado tomando— ¡también apestas a alcohol!
—Mamá, ya no soy una niña— me excuse, ella me soltó a los segundos— el próximo año cumplire 18 y me voy a la universidad
—Me vale— mamá me miraba molesta— aun eres menor de edad y vives en mi casa, no puedes andar como si nada bebiendo
—Estaba haciendo un trabajo— le reclame mientras me dejaba caer en el sillón— si, tomamos un poquito, pero maneje con cuidado, por eso me demoré
—¿Segura?— papá me preguntó con los brazos cruzados— ¿y el fin de semana pasado?
—Estuve con Jaeden— mentí
Mis papás por obvias razones no sabían lo que había hecho y no les iba a contar, por lo cual él aún era mi excusa para salir de fiesta fingiendo que estaba con él
—¿Segura?— maldije al ver al a Jaeden salir de la cocina con un vaso de agua entre las manos
Bueno, ya se había caído la mentira, ya no tenía caso
—¿Tú que haces aqui?— no me esforcé en fingir, él me había pedido que me alejará, y ahora viene a decirle quien sabe que a mis padres, y eso me enfadaba— tu no tienes nada que hacer aquí
—Summer...
—Tú y yo ya no estamos juntos, ¿o eso no se los dijiste?— solté una risita sarcástica— me pediste que me fuera de tu vida, lo estoy haciendo, tú haz lo mismo, a chinge a su madre
Me obligue a mi misma a tomar equilibrio para irme a mi cuarto después de soltar ese insulto en español, no me sentía muy bien, y mañana era el último día que tendría para planear mi exposición e irme al matadero, mínimo merecía un pequeño respiro después de estas dos horribles semanas
—¡Summer!— me queje cuando mi mamá tomó mi brazo con fuerza— ni sueñes que te vas a dormir así, esa borrachera te la bajo porque te la bajo.
—Mamá...— me arrastro por las escaleras del brazo hasta mi habitación
—Quédate aquí, mientras voy por una toalla limpia— mamá casi me aventó a mi cama antes de salir de mi habitación
—Sí, mi sargento— me rei de mi chiste antes de irme de lado en mi cama, quise quitarme la camiseta porque sabía que me obligaría a ducharme, pero no sé en qué momento algo salió mal, el agujero de la cabeza se encogió, cuando mire por uno de los agujeros, vi recargado en el marco de la puerta a mi ex chiquito— holiii
Jaeden Martell
Mi tía Giane me había pedido que me quedara con Summer en lo que ella buscaba algo para bajarle la borrachera, pero aunque me moría por verla más de cerca, no me quería acercar
Pero fue inevitable reirme cuando la vi tratando de quitarse la camiseta por el hoyo del brazo, su cabello se hizo un desastre, y por un segundo casi me obligó a reírme de su torpeza
Solo me acerque para acomodar su camiseta que tenía a medio quitar, no solo porque me pudiera nervioso verla en sostén, también porque no quería reírme de más
No podía reírme, era mi enemiga
—¿Por qué?— bufé mientras le acomodaba el cabello despeinado por toda su frente y cara
—¿Te puedo decir algo?— se estaba riendo, asentí, ella me hizo un ademán de acercarme, así lo hice, y cuando menos me espere, me rodeo el cuello con los hombros para tirarme a su lado en su cama para luego estallar en carcajadas— mentí
Quise quitarme de encima, sobretodo porque tenerla tan cerca era una gran tentación, sobretodo porque por primera vez no me desagrado el olor de alcohol de su aliento, era como fresa, y sus labios estaban rojos haciéndome flaquear
—Summie...
—¿No recuerdas todo lo que hicimos en esa hacienda?— cerré los ojos al sentir su aliento tan cerca de mis labios— ¿recuerdas lo que me dijiste?
Claro que lo recordaba, maldita sea, lo recordaba muy bien, recordaba sus labios en mi cuello, sus manos acariciando mi espalda por debajo de mi camisa, también recordaba la sensación de mis manos recorriendo sus piernas y acariciando sus pechos por encima de su camiseta
—Tú eres mío...— susurró antes de dejarme un beso en el cuello que me cortó la respiración— dijiste que siempre ibas a ser mío...
Quería repetirle lo que le dije en Baja California, que soy suyo, que la amaba y que no queria nada mas que estar con ella, que la extrañaba y que le perdonaba todo
Pero antes de que algo saliera de mi boca, ella estalló en carcajadas haciendo que me separara algo extrañado luego de me que pincho el hombro con su dedo
—Ah, pero no fuera para verme los pechos porque ahí si andas de chismoso— me ruborice por su comentario y mas cuando me despegué de ella al notar que de verdad le estaba tocando un pecho
Al menos su madre volvió al mismo tiempo, por lo que pude escapar olímpicamente, le llevaba un té y una toalla
—Gracias, hijo— me dijo su madre mientras la obligaba a tomarse el té— yo me encargo, ya te puedes ir
—Adiós— le di un pequeño asentimiento de cabeza antes de irme a la puerta
—Mamá, tranquila, ¿me prefieres borracha o embarazada?— volqué los ojos por lo que le decía a su mamá— supongo que borracha, porque tú a mi edad ya tenía a Issie adentro
Lo último que oí, era como su mamá le pegaba y Summer se quejaba
Cuando baje las escaleras, vi a su padre hablando con alguien por el teléfono, cuando me vio, me dio una mirada neutro
—Nos vemos en un rato, hija— el señor Johnsson colgó su teléfono mirándome por completo— iré a recoger a mi hija a sus prácticas, ¿quieres que te lleve a tu casa?
—Se lo agradeceria, señor— sonreí levemente. Ambos nos fuimos camino a su auto, no sabía cómo me iba a ir, sobretodo porque sabía que no le caía muy bien al señor Johnsson
En el momento en que me pidió que nos desviáramos, sabía que esto era con doble intención, habíamos ido por gasolina porque él dijo que tenía poca, pero vi como la aguja marcaba que estaba a la mitad el tanque, luego salió a la tienda de autoservicio y me compro una limonada de lata, había pasado casi media hora conduciendo a quien sabe donde con mi ex suegro
—Así que... terminaron— fue lo primero que me dijo el señor Johnsson después de minutos de silencio
—Sí— admití— yo termine con ella
A ningún padre le gusta que hablen mal de su hija, y no planeaba hacerlo. Cuando mi tía Giane me marcó preguntándome si estaba con Summer, se me cayó la mentira, no le dije que sí, le dije que hace mucho no la veía, y aunque me insistieron que fuera a su casa, solo lo hice porque sabía lo que estaba haciendo en las últimas dos semanas, yo estaba igual
No quería comer, no quería jugar videojuegos, no quería hacer nada, mi vida se redujo a solo ir al instituto para ver a Summer a la distancia y luego volver a mi casa a dormir, Bianca me había reclamado varias veces que la ayudará en el proyecto de Mariano y Emmy, le tuve que dar 100 dólares para que me dejara en paz e hiciera mi parte, antes la hacía enojar a propósito porque se me hacía divertido, ahora ni de eso tenía ganas
—La he visto muy extraña, pero ella no quería decir nada— murmuró el señor Johnsson— ha estado fumando, ha estado bebiendo, anda de un genio peor que el de su madre... me siento tan lejano a mi hija
Nunca había hablado así con el señor Johnsson, cuando lo conocí, debía admitir que lo odie, porque su ausencia hizo sufrir demasiado a Summer, la vi llorar cuando éramos niños mientras se repetía una y otra vez que tenía de malo para que su papá la hubiera dejado, y cuando me enteré que le mintió, el coraje se me bajo, pero no por completo, ahora se podría decir que lo respetaba, porque estaba siendo el padre que mi castaña siempre se mereció
—No le voy a hablar mal de Summer— le aseguré mientras le daba un trago a mi limonada— solo que...
No quería decir que no la quería, porque era una gran mentira, la extraño
—¿Amas a mi hija?— asentí lentamente— ella también te ama
—Yo no estoy tan seguro de eso— negué mientras me pasaba los dedos debajo de los ojos para evitar llorar
—Creo que deberias hablar con ella
—Ya lo intente, y me confirmo que me fue infiel
—No tanto por la infidelidad— me miró por un segundo antes de volver la vista al camino— creo que Summer está confundida, no sabe lo que quiere o lo que le gusta. Cuando terminaron hace unos meses, ella me confesó que se besó con una chica— suspiré pesadamente porque sabía perfectamente quién era— y luego dice que no significa nada, claro que significa mucho, está confundida por su orientación
Me le quedé mirando a la ventana, tal vez no era tan descabellada, la primera que le pregunte si le gustaban las chicas, ella ni siquiera supo qué responder, cuando nos hicimos novios, me aseguró que me amaba
Tal vez fue un error... estaba confundida, y tal vez yo solo la confundía más
—Creo que deberían darse tiempo, aclaren sus mentes— concluyó el señor Johnsson
Tenía razón, la amaba, la amaba tanto que me asustaba, pero solo quería que ella esté bien, y si para eso necesitaba alejarme... tal vez era lo mejor, por más que sintiera que me moría sin ella a mi lado
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—Ellis
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