Capítulo XVII: Frist kiss

Summer Johnsson 

Nunca me dio vergüenza dormir al lado de mi mejor amigo, desde que tenía uso de razón habíamos dormidos abrazados, eso debido a que a veces viajábamos y no siempre había dos camas, por eso nunca fue incomodo compartir cama con Jaeden, al final solo era dormir

Pero ahora sentía algo atorado en le pecho, estaba pegada a la pared con tal de no tener tan cerca a mi mejor amigo, porque al tenerlo tan cerca me ponía tan nerviosa y sobre todo porque no podía dejar de pensar en las ganas que tenía de besarlo 

Pero no podía hacer eso, era obvio que no me correspondería y solo arruinaría nuestra amistad 

Él conoce a chicas mucho más guapas que yo, era obvio que jamás iba a pensarme de esa manera, somos mejores amigos, nos conocemos desde siempre, él me dice que lo que tenemos es mucho mas fuerte que cualquier cosa y no podía arruinar eso con sentimientos que no estaba segura que eran

Sin contar que tampoco dejaba de pensar en cierta rubia de pecas que también me ponía nerviosa 

Dude mucho si ir o no al cumpleaños de Lilia, sobre todo porque seguía siendo ex de mi mejor amigo, y le debía lealtad, eso creo, pero al menos todo coincidió en una sección de fotos que Jaeden haría fuera de la ciudad, era la cuartada perfecta para no tener que dar explicaciones 

Y por ese hecho, también me había quedado a dormir en su casa, en unas horas lo iba a acompañar al aeropuerto y no podía dormir. Y mis nervios aumentaron drásticamente cuando Jaeden se giró abrazándome por la cintura aprisionándome los brazos con los suyos 

Cerré los ojos resoplando fuerte, pero mis nervios se relajaron cuando recargo la mandíbula en la curva de mi cuello, relaje los músculos y le correspondí el abrazo, aunque aun estaba algo nerviosa por sentir su respiración en mi cuello 

Pero fue inevitable que me empezará a relajar, así que cerré los ojos tratando de conciliar el sueño 

(...)

—¿Qué me vas a traer de Boston?— le pregunté a Jaeden que estaba sentado a mi lado en uno de los sillones del aeropuerto 

—Un imán— me respondió haciendo que lo viera ofendida

—Que chafa— hice una mueca 

—Solo me iré tres días— me recordó 

—Tres días que no tendré a quien molestar— me burlé

—Ja ja ja— él rio sin gracia— te prometo que te traigo algo 

—Okey— sonreí

—Pasajeros con destino a Boston, favor de abordar por la puerta 8— vociferaron por los altavoces 

—Ese es el tuyo— me levante del asiento mientras que Jaeden tomaba su maleta

—Te voy a extrañar— abrió los brazos, por lo cual me acerque para recibir el abrazo— te cuidas

—Nos vemos en tres días— le di unos golpecitos en el hombro, pero me quede sin aire cuando me sostuvo el rostro para dejarme un beso en la comisura de los labios que me hizo aguantar la respiración 

Y el cabron empezó a caminar a la sala de abordaje como si nada, como si no me hubiera dejado más confundida que en un examen de Química 

Bueno, había cumplido con mi deber de mejor amiga, así que salí del aeropuerto, aun tenía sueño 

(...)

Me sentía como si tuviera un amante estando casada 

Si había venido a la fiesta de Lilia, y aun tenía algo de inseguridad de saber que muchas chicas que ni conozco iban a ver mi pequeño cuerpecito en un bikini. Llevaba un short azul y una blusa estampada, abajo mi bikini que aunque era de dos piezas, cubría un poco más mis inseguridades 

La casa de Lilia era muy bonita y estaba llena de chicas que jugaban en la piscina y algunas otras que jugaban en una mesa, casi no conocía a nadie... o mejor dicho a nadie

Por fortuna, Lilia llegó al poco tiempo para recibirme, me abrazó con fuerza y le respondí el abrazo 

—Feliz cumpleaños— le extendí la caja de regalo que había comprado esta mañana 

—Gracias— Lilia recibió mi regalo, pero pasa, te presentó a mis amigas

Lilia me guio hacia una mesa donde varias chicas estaban jugando cartas o algo así 

—Chicas, ella es Summer, trátenla muy bien, eh—  Lilia me dio una palmaditas en el hombro que me hizo sonreír 

—Siéntate, estamos jugando— una chica guapísima de cabello negro me señalo una silla a su lado— ¿juegas uno?

—Si, claro— recibí las cartas de un chico

Me adapte mucho mas rápido que lo pensé, los chicos en la mesa fueron muy amables, no me hicieron sentir excluida y hasta me sentí a gusto cuando empecé a entender sus chistes 

O al menos hasta que llegó la hora de nadar 

Envidiaba a las chicas guapísimas que no tenían inseguridades, no podía pensar en quitarme la camiseta sin pensar que iban a ver lo delgados que eran mis brazos, o que no tengo tanto pecho como ellas, y mucho menos el short al pensar que no tengo las piernas tan bonitas como el resto 

—Summer, entra al agua— me dijo una de las tantas chicas que había conocido mientras jugábamos Uno

—En un rato— les dije, ya que seguía sentada en el borde de la piscina 

—Te entendemos, Johnsson— al fin reconocí a Maddie Ziegler, ella se puso detrás de mi viéndome de arriba a abajo, no era tonta como para no notar su mirada de desprecio— pero aquí nadie te juzga, no importa que estés gorda, aquí nadie critica los cuerpos ajenos 

Sus palabras me hicieron sentir mal, porque yo creía eso, levante un poco mi blusa pellizcándome un costado, definitivamente no eran tan delgada como ella 

—¿Podemos hablar?— Lilia se salió de la piscina al verme aun en el borde

—Si 

Nos fuimos a uno de los lugares del jardín donde no había personas y casi ni se oía la música 

—No le hagas caso a Madison

—Esta bien— bajé la cabeza 

—No, no esta bien— ella tomó mi barbilla para que la mirara— no tenía porque decir eso, tu eres preciosa 

—No tengo cuerpo de modelo como ustedes— le dije aquello que pensaba— somos diferentes 

—Pero no por eso tiene el derecho a meterse en asuntos que no le incumben— Lilia me sobó los hombros haciéndome sonreír levemente— tranquila, si no quieres entrar al agua esta bien 

—No, si quiero

—Bueno, ven, vamos juntas— me guio de regreso a la piscina, esta vez me pude quitar la camiseta ya que nadie me veía, al igual que el short, y con muchos nervios entre al agua 

Me dio mas confianza ver que nadie hacía comentarios sobre mis inseguridades, a excepción de Maddie, todos eran muy agradables, me hicieron sentir muy a gusto, me reí mucho cuando empezaron a contar sus chismes, y aunque obviamente no estaba involucrada, con la información que me dieron,  era como si los conociera de toda la vida, empecé a reírme sin pena 

La noche cayó antes de lo previsto, por lo cual sabía que mi mamá no tardaría en pasar a recogerme, pero para este punto solo quedábamos la cumpleañera y yo, que estábamos tomando limonada rosa 

—Nunca había tomado una limonada rosa tan deliciosa— confesé dándole un trago a mi vaso

—Yo ni siquiera sabía que existía la limonada rosa— reímos con fuerza 

Parecemos borrachas

—Fue el mejor cumpleaños— me confesó la rubia mientras se terminaba su vaso de limonada rosa— gracias por venir

—Gracias a ti por invitarme— le sonreír— oye, quiero entrar de nuevo al agua 

—Pero te acabas de cambiar— ella rio al verme con ganas de lanzarme a la piscina 

—Pues mi madre vendrá por mi para que no tenga frio— no lo pensé más y me tire a la piscina 

Y entonces recordé que no sabía nadar... tarde un par de segundos en volver a flotar

—¿Estás bien?— Lilia también se había tirado al agua, a pesar de que también estaba cambiada 

—Si— me quite el cabello mojado de la cara— en serio, parezco borracha, y solo hemos tomado coca cola y limonada 

—Tal vez es porque ya me tienes confianza— Lilia también se quitó el cabello de la cara 

No sabía porque, pero al tenerla tan cerca de mi, solas en la piscina y de noche, era una sensación extraña, pero placentera 

—¿Ya te han dicho que eres muy hermosa?— Lilia se acercó más a mi quitándome un mechón de cabello de la cara

—Si— contesté casi por automático— tu también eres muy hermosa, Lilia— no pude evitar mirarla de arriba a abajo, era cierto todo lo que decía 

Ella también me miraba de arriba a abajo hasta que sus ojos se detuvieron en mis labios y se relamio los suyos

Ambas teníamos las respiraciones agitadas, el agua que nos rodeaba parecía ser muy cálida, ella no dejaba de verme los labios y yo estaba igual, tanto que empecé a caminar, tenía la imperiosa necesidad de verla de cerca

Maldita sea, la tenía tan cerca, sus ojos claros sobre los míos, veía de cerca las pecas de sus mejillas y nariz, así como su piel roja, nuestras respiraciones pesadas y a punto de mezclarse, nunca había deseado tanto besar a alguien

—Lo siento— me dijo bajando la mirada, pero en el momento que mordió su labio con nervios yo mordí el mío con otras intenciones

—¿Vas a besarme o no?

Ella de nuevo me miró con confusión, se fue acercando lentamente a mi, nuestras respiraciones mezclándose, pero por alguna razón presentía que ella no quería o talvez tenía culpa de algo, porque no se terminaba de acercar a mi

Pero yo si quería, yo si quería besarla

No lo pensé más y la tomé de las mejillas para besarla....

Sus brazos me rodearon el cuello acercándose mas a mi, sus labios se movían lentamente sobre los míos y mis manos recorrían su rostro y mandíbula, el roce de nuestras bocas eran lento, pero no podía parar, o al menos hasta que me empezó a faltar el aire y me vi obligada a abrir los ojos 

—Yo...— trate de disculparme, pero antes de seguir, nos sobresaltamos al oír la voz de su mamá

—¡Hija, la mamá de tu amiga esta aquí!

—Ya me tengo que ir— hui por mi vida saliendo del agua y tomando mi toalla 

—Summer...— me giré ante el llamado de Lilia— besas increíble 

—Tu también— confesé con las mejillas rojas

Le di una última sonrisa antes de irme de ahí lo mas rápido posible 

Si, quedé con mas confusión que en mi último examen de Química 

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-Elisa

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