Capítulo IX: I promise

Summer Johnsson 

No dejaba de ver la pequeña nota que había hecho ayer mientras me aplicaba el rubor en las mejillas 

Había estado hasta las nueve de la noche en casa de Oliver, hicimos las diapositivas, hicimos notas y comimos pizza mientras veíamos una película, fue divertido, pero aun estábamos algo tensos por la exposición, era una presentación muy larga, y el tema era muy extenso, habíamos elegido Python 

Ni siquiera me preocupe en pensar por el regalo que le daría a Jaeden de San Valentín, o al menos hasta hace unas horas, la buena noticia es que tenía su regalo planeado, le iba a regalar una sudadera de Tokyo revengers y un ramo de flores

Cuando termine de arreglarme, me vi en el espejo pensando si estaba bien, Oliver ordenó que no podíamos ir como íbamos normalmente, así que me había puesto un pantalón negro, una blusa de botones y mis botas negras que eran aburridas, me termine de acomodar el cabello, y cuando me gusto el resultado, salí de mi habitación con mi mochila en una mano, y el regalo para mi novio en la otra mano 

Conduje hasta la casa de Jaeden con normalidad, me encantaba esto de tener auto, aunque no fuera 100% mío, sino de mi papá, pero con tal de que lo fuera a recoger de su trabajo, me lo dejaba, y eso es algo que agradecía  

Toque el claxon un par de veces, Jaeden salió a los segundos con su mochila, también venia algo elegante, no mucho, pero se había peinado y tenia unas camisas como las que usaban los gemelos, y se veía muy bien en ella

—Buenos días— ni siquiera termine de saludar cuando me tomó de la nuca para besarme 

—Feliz día de San Valentín— susurró contra mis labios antes de volverme a besar 

—¿Ah, hoy es San Valentín?— pregunté con un mohín, Jaeden me miró con los ojos entrecerrados— bromita

—Es nuestro primer San Valentín 

—Lo sé— busque en el asiento trasero su regalo— para ti— le extendí el ramo y la caja

—Gracias— se inclino para dejarme un beso en la nariz que me hizo reír— también tengo el tuyo, pero tienes que cerrar los ojos 

Le hice caso y cerré los ojos por unos segundos... cuando me dijo que los abriera... perdí el habla al ver lo que tenía enfrente

—Dios mío...— los ojos casi se me salían y tenía la boca abierta— estás loco

—¿Te gusta?

No me salían las palabras, me extendió una cajita de terciopelo en color rojo y me estaba enseñando un anillo, pero no cualquier anillo, era dorado con un pequeño diamante en el centro... ese anillo era igualito al que había hecho cuando le pedí que nos casáramos en Minecraft 

—Summer Johnsson, ¿me harías el extraordinario honor de aceptarme como tu esposo en Minecraft?

—Acabas de sonar como una extraña combinación de Orgullo y Prejuicio con un streamer de Twitch— reí cubriéndome la boca para que se notará lo menos que estaba roja— Jae Jae... ese es un anillo de verdad

—Porque algún día quiero que seamos esposos de verdad— me dijo riendo, mientras que yo veía ese anillo que me intimidaba— te amo, Summer, y prometo que algún día te cambiare este anillo 

—Si— conteste cuando logre tomar aire— si me quiero casar contigo 

Me volví a inclinar levemente para besarlo, algo me revoloteaba en el estomago y mis mejillas estaban rojas, cuando nos separamos, Jaeden tomó el anillo poniéndolo en mi dedo anular, y cuando lo vi en mi mano, solté una risita nerviosa 

Mientras que me encargaba de conducir hasta el instituto, trate de dejar de pensar en este anillo o en la pregunta que me hizo y solo trate de recordar todo lo de la creación de Python para la exposición 

(...)

San Valentín en el instituto era un caos, casi todos los maestros nos habían dado la hora, y los que no, habían estado disfrutando de las humillaciones publicas de los chicos que se declaraban y les decían que no, otros de los integrantes del coro que recitaban poemas a algunos alumnos por sus novios, y otros mas intercambiaban flores y chocolates entre parejas o amigos 

Y en vez de disfrutar eso, me fui a encerrar al laboratorio de informática para la exposición de Mariano 

Todos los que estábamos ahí ya nos queríamos ir, pero el traumado que teníamos como profesor había llegado temprano a su clase con tal de vernos colapsar 

—Lindo atuendo— Bianca miró al profe de arriba a abajo ya que llevaba una chaqueta de cuero que por unos segundos nos dejo sin habla

—Tengo una cita con mi novia después de esto— murmuró el profe mientras se acomodaba el cuello de la chaqueta 

—¿Usted tiene novia?— Oliver arrugó las cejas 

—¿No tenía usted esposa?— Marko imitó el gesto de su gemelo

—Que tenga esposa no me impide tener novia— todos sin excepción nos reímos en silencio, pero Mariano se encargo de acabar con los murmullos cuando azotó un libro contra el escritorio que nos hizo pegar un salto— si mi esposa se entera de esto por alguno de ustedes, los repruebo.

Con eso entendimos que debíamos callarnos 

—Pase el equipo Python— solté un gran suspiro mientras miraba al resto de mi equipo que imitaron mi gesto antes de levantarse para proyectar nuestras diapositivas 

 (...)

No morí después de esa exposición, pero si quede muy agotada, sobretodo porque Satanás era un inexpresivo, toda el rato solo anotó en su celular y no dijo nada hasta que acabamos, y solo para decir que nos fuéramos a sentar

Lo mismo hizo con los otros dos equipos, el equipo de Jaeden había expuesto sobre javascript y el equipo de Marko sobre php, estuvo interesante, pero el profe no dijo nada, nos dejo con la duda, y encima de todo nos dejo salir temprano sin decir nada 

—Supongo que estuvo bien— iba al lado de mi equipo discutiendo como lo habíamos hecho

—Si— respondió Marko— la clase estuvo atenta, así que es buena señal 

—Y aun no me dan mi pago— Oliver nos miró a todas las chicas, Steel hizo bolita un papel que llevaba en la mano y se lo lanzó a la cara— gracias 

—¿Qué quieres?— pregunté a Oliver 

—Ya saben— el cabron, hizo un gesto apuntando su boca, hice una mueca de inmediato— olvídalo— alce la mano donde estaba mi anillo para darle a entender que no lo besaría 

—Oh por dios— Krestin tomó mi mano para ver mi anillo

—Wow— Steel la imito mirando mi mano— pensé que es ilegal casarse a los 17, en Minecraft no es ilegal

—Es de promesa— explique 

—Ow, que romántico— Oliver hizo un gesto tierno— en fin, tu me debes 10 dólares 

—Ya quisieras— murmuré restándole importancia 

—Ten— Steel si sacó los billetes y se los entregó a Oliver antes de irse— me voy, tengo que llegar a terminar de construir tu boda 

—Siguen ustedes— Oliver alzó las cejas mirando a Krestin y Lilia

—No tengo diez dólares, así que ten— le tomé la mejilla a Oliver dándole un beso corto que hizo que sonriera y que se le marcara el hoyuelo de la mejilla 

—¿Krestin?— la mencionada solo se dedico a rodar los ojos y darle un beso en la otra mejilla, Oliver sonreía en grande, y luego miró a su derecha— ¿Lilia? 

Oliver miró a Lilia, pero ella en vez de darle un beso en la mejilla, le tomó la cara y se lo dio en los labios

Krestin y yo miramos la escena con la boca abierta, no me esperaba esto. Lilia soltó a Oliver a los segundos, nos dimos cuenta que mi amigo estaba mas rojo que un tomate, respiraba con dificultad y la veía con los ojos abiertos 

—Em...yo....— Oliver tartamudeaba sin parar— eso... fue...

—Creo que ya sobramos aquí— Krestin me hizo un gesto, por lo que nos alejamos 

Pero aunque nos alejamos unos cuantos metros, no pude evitar voltear para volver a mirar, al parecer se habían vuelto a besar cuando estuvieron solos... y eso me provoco una extraña sensación de unos segundos 

Bueno... después de todo y mirándolo en retrospectiva, no me parecía tan descabellado, Lilia era una chica increíble y se merecía lo mejor, y Oliver podría ser un poco raro cuando lo veías la primera vez, pero era divertido y muy agradable, serian compatibles juntos 

Si eso era bueno ¿por que carajos tenia una pequeña sensación extraña en mi pecho al verlos besarse?

Un chillido salió de mis labios cuando alguien me rodeo la cintura por la espalda alzándome levemente del suelo, al girarme me di cuenta que era quien se decía mi novio 

—Oye— le di un pequeño golpe en el hombro— ¡me asustaste!

—Esa era la idea— me dijo aun rodeándome con los brazos— a las cuatro nos casamos, nos quedan dos horas 

—Si, futuro esposo— solté con un mohín 

—Dilo otra vez 

—Jódete— le dije en susurro 

—Gracias

—De nada. Vámonos

Le tomé la mano para caminar al estacionamiento donde llegamos hasta donde estaba mi auto estacionado, empecé a buscar mi llave en el fondo de mi mochila

—¿Puedo manejar tu auto?

—¿Este?— alce la mano sacando las llaves 

—Si— extendí las llaves 

—Ni lo sueñes— al final oculte las llaves en mi mano

Jaeden me miró con los ojos entrecerrados al ver como me reía por mi broma

—Un día te enseño a conducir— le dije al ver su cara ofendido 

—¿No me vas a enseñar, verdad?

—Nop. 

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—Ellis

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