𝐔 𝐍 𝐎
SOLIPSISM;
No se puede afirmar la existencia de algo. Ni siquiera la tuya propia.
Felix abre unos momentos su ventanilla para sacar la mano y que el aire azote entre sus falanges. Se rehúsa a sacar la cabeza porque no tiene esa confianza con su pareja, la cual está conduciendo. Los árboles pasan veloces por ambos lados del coche y va anocheciendo poco a poco. El cielo está anaranjado y a lo lejos puede ver cómo asoma la oscuridad.
— ¿Tienes calor? —pregunta Hyunjin, dándole una mirada de reojo, despegando la vista de la carretera un segundo.
No tenía frío, solo que llevaban casi una hora de viaje y el ambiente en el interior se había vuelto un poco denso. Era principios de octubre, ya había llegado el otoño, pero era una de esas semanas en las que el tiempo es una completa mierda. Al menos para Felix, a quién le gustaba mucho salir cuando hacía buen tiempo. Con la lluvia, viento y frío, se obligaba a quedarse en casa.
De lo contrario para Hyunjin, quien decía que era bueno que lloviese para controlar la sequía. No se lo discutía, pero su estado de ánimo no lo agradecía precisamente.
— En realidad, no —contesta.
Hyunjin no le devolvió la palabra. Llevaban dos meses saliendo y Felix, mirando su hermoso perfil, se preguntaba qué estaba haciendo.
Lo conoció en una de esas fiestas de la universidad. Un puñado de gente se había reunido para jugar a un juego de preguntas y respuestas, era por equipos, y quién más puntos tuviera al final de todas las rondas, ganaría una botella de alcohol.
Felix no era muy intelectual, pero sus amigos sí. Así que él junto a Jisung y Jeongin formaron un grupo para participar. Él estudiaba filología inglesa, mientras que sus amigos ingeniería informática. Algo demasiado difícil para Felix, pensó cuando los conoció.
— ¡Última! —anunció el muchacho que estaba recitando las cuestiones. Tenía un micrófono en la boca y sus palabras alborotaron la sala— Un niño pequeño está jugando con un barco de plástico en la bañera y lo ha cargado con tuerca y tornillos. Si deja caer al agua la carga, de manera que el barco flote vacío, ¿subirá o bajará el nivel del agua en la bañera?
Jisung y Jeongin se pusieron a discutir entre ellos. Felix no había aportado mucho a responder las preguntas y si estaban en el tercer lugar no era gracias a él, pero la respuesta le parecía más que obvia.
— Pues subirá, es evidente —dijo para sí mismo, sus amigos no le estaban escuchando.
— Estás equivocado —le respondieron a su derecha.
Era un chico alto y delgado, pero estaba sentado en una silla, así que no pudo apreciar su figura bien. Era rubio y se mostraba desinteresado. Estaba igual que él, en un grupo donde no se le tomaba importancia.
— ¿Tú dices que el nivel de agua bajará? —rió— ¿Cómo va a ser? —preguntó Felix chulesco.
— Fácil. Los tornillos y tuercas desplazan una cantidad de agua igual a su peso —dijo sereno—. Cuando caen al fondo de la bañera desplazan una cantidad de líquido igual a su volumen —Lee no entendía nada, pero mantuvo la compostura—. Cada pieza pesa mucho más que el mismo volumen de agua, así que el nivel de esta bajará al hundirse la carga.
No quería quedar como un idiota. No ante un chico tan atractivo.
— Entiendo.
El otro esbozó una sonrisa. Había sido pillado, pues supo con mirarle la expresión que no había comprendido nada.
— Me llamo Hyunjin, estudio física —le extendió la mano y Felix la estrechó.
— Felix, filología.
Y cuando Lee regresó a su departamento compartido, medio borracho se tiró a su sofá y metió las manos en los bolsillos de su chaqueta en busca de calor. De ahí sacó una servilleta en la que Hyunjin había apuntado su número junto a su nombre. No se había dado cuenta de cuando lo había metido, pero le motivó a marcar su número.
Todo iba demasiado rápido para Felix. No era de relaciones largas, tampoco es como si esta estuviera siendo eterna, pero Hyunjin lo estaba llevando a conocer a su familia. Más bien, a sus hermanos, porque los padres de Hwang habían fallecido hace unos años.
No habla mucho de ello, pero no piensa presionarle. En verdad, Hyunjin no habla mucho en general. Es un poco frío a veces, pero muy inteligente y habla mucho de las cosas que sabe. En cuanto a emociones no es muy expresivo.
Felix había pensado en dejarlo. Pensó que solo era alguien con quien tener sexo de vez en cuando, pero Hyunjin, tras su primera noche juntos, empezó a mostrar más interés en verse más a menudo (a su manera) y Felix se vio envuelto en una relación de la noche a la mañana.
— ¿Cómo es donde viven? —pregunta Felix.
— Un pueblo viejo a la vera de la playa. Una casa antigua y grande.
— ¿Por que viven ahí? Son jóvenes, ¿no?
— Sí —le mira de reojo, pero no separa las manos del volante—. Son trillizos, además.
— ¿Trillizos? —pregunta con asombro— No me lo habías dicho.
— ¿Ah, no? —su voz también suena sorprendida— Se me habrá pasado.
— ¿Eres el mayor?
— El pequeño, en realidad.
Felix sonrió recargando su cabeza en la palma de su mano y mirando por la ventana. Ya era completamente de noche. Ojalá hubiera tenido hermanos, ser hijo único era aburrido.
— Debiste tener una infancia divertida —mira a Hyunjin ya que no ha dicho nada. Este se encoge de hombros.
— Fue curiosa.
— ¿Y por qué se han quedado? —sabe que está haciendo demasiadas preguntas y eso a Hyunjin no le gusta, pero es que no puede evitar estar nervioso.
Al fin y al cabo, iba a conocer a la familia de su novio.
— Eran muy apegados a mis padres, se quedaron ahí porque la casa les recuerda a ellos.
— ¿Cómo son tus hermanos? De personalidad, me refiero.
— Haces muchas preguntas.
Felix posa una de sus manos en el muslo del mayor y le dedica un puchero aunque no le está viendo.
— Anda, háblame un poco de ellos. Tengo que saber a qué atenerme.
— ¿Es que estás nervioso? —le mira de reojo y una sonrisa de lado— No tienes por qué.
— Por favor.
— Chan es el mayor de los tres, es el más serio, pero es normal. Él nos ha criado más que nuestros padres. No es muy hablador tampoco, es un poco frío y distante.
— Vale.
— Minho es el de en medio. Está loco en el buen sentido de la palabra, es muy extrovertido. Toma confianza rápido, quizá te lleves bien con él.
— ¿Y el otro?
— Seungmin —responde—. El pequeño. Es... no sé cómo definirlo. Extraño. Peculiar.
Felix asiente y suspira. La radio lleva un buen rato sin sonar por no haber cobertura. Llevan un rato en un camino lleno de curvas empinadas hacia arriba. Mira el reloj de la guantera, las nueve. Habían salido a las seis.
— ¿Cuánto queda?
— Hemos llegado.
Esta historia contiene muerte de personajes, escenas paranormales, mención de mitología griega y otras cosas que no diré porque será mucho spoiler :)
Si han leído alguna de mis otras historias, saben que me gusta mucho escribir este tipo de contenido y procuraré no defraudarlos
En todo caso, si no les gusta este contenido, tengo otras historias skz en mi perfil "normales"
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