Hisashi Mitsui
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Escenario & Mitsui [14]
©♡ ༉‧₊˚
—¿Cuánto más se va a demorar? —bramó el adulto, ojeando su reloj por séptima vez consecutiva.
—Papá, espera. Recién llegamos —Dijiste, tu mano derecha se sacudió en el aire; llamando al mesero —, aprovechemos a pedir ¿Ya?
Tu padre botó aire, leyendo la carta. Ambos esperaban a Mitsui, habían acordado en un conocido restaurante.
De cuando en cuando mirabas la entrada, esperando que llegue el peliazul. Como habías dicho, no llevaban más de cinco o diez minutos esperando, pero querías que tu progenitor tuviera una buena impresión de tu novio.
—¡Mira! —señalaste al chico que recién había llegado —. Ya llegó.
Giró para verlo, le escaneó desde los pies hasta la cabeza. Era alto y se veía en forma, pero como padre jamás aceptaría a cualquiera que amenazara con alejarte de su lado —¿No podías buscarte uno menos pandillero?
Lo pateaste por abajo de la mesa —¡Compórtate! Hola, Mitsui. Qué bueno que llegaste, te estábamos esperando.
El chico se rascó la cabeza —Perdón, el entrenamiento se alargó un rato —. Dirigió su mirada al adulto —Mucho gusto, señor. Mi nombre es Hisashi Mitsui.
—Qué bueno conocerte, Mitsui.
(Nombre) me ha hablado mucho de ti —. Juraste verlo sacar la lengua en burla, pero trataste de no darle importancia.
Hisashi sonrió, haciendo que sus ojos se achicaran —Espero que cosas buenas.
—Muy buenas —. Se levantó y le palmeó el hombro —Vamos, toma asiento.
El joven hizo caso, sentándose a tu lado. Quedando frente a frente con el mayor.
Mala idea.
—En tanto que viene el mesero, cuéntame de tu vida. Quiero saber de la vida del "gran Mitsui".
—«Gran Mitsui» —Inquirió el peliazul, juguetonamente.
—¡No le digas! ¡Por favor! —Imploraste, mirando a tu padre. Tus mejillas rojas te delataron.
—Así te dice mi hija. Ya sabes —Tomó la bombilla del líquido entre sus labios —, me habla de ti todo el día. No pienses que está obsesionada, no, no. Y aunque lo estuviera, no te preocupes. Así son las jóvenes, se enamoran del primer chico que ven y luego lo olvidan.
Sus palabras no tuvieron el efecto que esperaba en el chico, porque al terminar de escucharlo te dedicó una mirada traviesa, a la vez que te preguntaba si era verdad que así le llamabas.
Su sonrisa acaparó tu mundo, al igual que la tuya en el suyo. Ignorando al mayor, quien botó aire secamente. Les observaba y se limitó por varios segundos a imitarlos con voz aguda.
Se movía de un lado a otro, fingiendo ser ustedes «¿En serio me dices así», cambió de lugar, ahora siendo tú «¡Ay! Es verdad, Mitsui. Te amo, bésame» Sus manos simularon unas bocas y las acercó sensualmente.
Tosiste, sacándolo de la fuerza imaginatoria con la cuál se burlaba de ustedes.
—¿Papá...?
—Perdón —. Se repuso, juntando sus palmas sobre la mesa —Cuéntame Mitsui, ¿Qué te gusta hacer?
Al escuchar dicha pregunta la leve tensión que tomaba el chico disminuyó —Me gusta el basquetbol, estoy en un equipo de la escuela.
«Qué tonto ja, ja» Dijo bajamente, el peliazul lo miró con extrañeza.
—Y es muy bueno —Sonreíste —, ¡su equipo irá a las nacionales!
—¿Sí? Me alegro —Opinó el mayor, restandole importancia —, pero dime, Mitsui. ¿Algo de verdad que hagas?
—¿Cómo de verdad? —Frunció el ceño, disgustado —El basquetbol es de verdad, señor.
—Claro, no digo lo contrario. No me malinterpretes, solo pregunto si haces algo más excluyendo a ese deporte —. El silencio del menor le hizo seguir —¿Te va bien en el estudio?
Tragó saliva sin saber qué responder, si le decía la verdad probablemente pensaría que era una mala influencia para ti.
—Normal —. Respondió.
—Bien —No muy convencido, solo con verle pudo saber que no era muy aplicado —, porque a (Nombre) le gusta enseñar, le va excelente. Si necesitas ayuda le preguntas.
Tu mano buscó la del peliazul por debajo de la mesa, apretandola para que no se digne a decir que habías reprobado la última materia. Te guiñó un ojo.
—De tanto escucharlos me dió sed —. Hablaste, parandote de la silla, tu novio repitió tus movimientos —Yo voy a buscar algo, no te preocupes, Mitsui. ¿Quieres algo?
—Un jugo de... mango, por favor.
—¡Elije algo más de hombre! —Incitó tu padre —Vamos, no seas miedoso. Una cerveza no te hará nada.
—N-no, gracias —. Rascó su brazo, levemente nervioso —No tengo una buena relación con el alcohol.
—Ahh, ¿así que ya has tomado, eh? —Levantó las cejas, sorprendido.
—¡Ya, papá! —sus preguntas capciosas ya las conocías; solía ser pasivo-agresivo cuando le convenía. Y sabías, perfectamente, que el carácter de tu novio no las aguantaría por mucho tiempo —Iré a buscar los jugos y vuelvo.
Oíste un «No te vayas» por parte del adolescente, pero avanzaste.
—Linda ¿No? —profirió tu padre, viendo tu espalda desvanecerse.
—Sí —. Soltó Mitsui, dando vuelta su cuerpo para verte con una boba sonrisa.
Cuando desapareciste de su vista volvió a su puesto original, pudo afirmar que no se dió cuenta de cuándo ni cómo el hombre se había acercado, en demasía, a él.
Menos cuando le sujetó el cuello de su polera —¡Oiga! ¡¿Qué le pasa?! —Se removió bajo su agarre, pero la fuerza del otro era superior.
—Shh... No grites, escúchame —. Sugirió, su penetrante mirada logró generar algo tan desconocido dentro del joven
—Ahora que estamos solos, Mitsu —Declaró abiertamente —¡Escúchame bien! Le haces algo a mi hija, aunque sea una sola lagrima, te prometo por la madre de (Nombre), que en paz descanse, que te mato. No me importa que seas enorme; una bestia de casi dos metros. Si llegas a tocarle un solo pelo... —Le soltó al ver tu presencia acercarse.
—¡Ya! —gritaste —Hubo un problema, pero aquí está tu jugo —dejaste al refresco junto con el jugador.
Al sentir la tensión, interrogaste
—¿Está todo en orden?
—S-sí, hija. Solo estábamos hablando de hombre a hombre con tu noviecito.
La instancia transcurrió plana, como tú la habías dejado. Preguntas y respuestas casuales salían por parte de ambos varones, estabas disfrutando que ambos se llevaran realmente genial; obvio, eliminando uno que otro comentario malicioso de lado de tu padre.
Claro está que tú no notabas cómo el adulto pasaba, sigilosamente, sus dedos por su cuello de un lado a otro mientras lanzaba miradas horrorosas al chico. Tampoco escuchabas las maldiciones que expulsaba Mitsui contra tu padre.
"Qué chico para más imbecil"
"Maldito viejo loco"
"¡Qué bueno que se llevan bien!"
—Ya sé a quién sacaste ese loco temperamento —dijo Mitsui, acariciando suavemente tu pelo.
La extrañeza se apoderó de tu ser —¿A qué te refieres?
Weno muchachitas esto ha sido tdo, conocen la dismorfia corporal?? Ya yo tengo eso pero con lo que escribo JAJAJ
Te amo Mitsui, eres lo máximo besame prgame hazme lo q quieras
El papá de la t/n
bai bai
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