Escenario
Primer escenario del fic.
Traté de hacerlo tipo comedia jdjd me ayudarían mucho si comentan en las partes que les gustan y votan. Me animan a seguir escribiendo!! 💗
Raptada
—¡Come on, girl! —gritaste levantando tu puño. Haciendo que las personas que transitaban la calle giraran a verte —. Vamos, (Nombre), estudiaste mucho para esta prueba, así que sacarás la
mejor nota de la clase y se la pegaras en la cara a Akagi.
Paraste en un semáforo. Hablabas en tercera persona y lo peor es que sola.
Más de alguien pensó en llamar a un hospital, alegando que una loca estaba suelta.
—¿Cómo se le ocurre decir que no pasaré el curso? Maldito Akagi. Hijo de...
No pudiste terminar la frase porque unas vendas taparon tu boca. Para luego seguir con tu visión.
¿Qué...?
—Menos mal ya no puede hablar. Esa maldita loca iba hablando sola, ni cuenta se dió que la íbamos siguiendo —. La voz rasposa de un hombre fue la primera que entró en tu campo auditivo.
"¿Me dijo loca?" Te importó más eso que la situación en sí misma.
Te llevaban cargada como a un saco de papas, era un hombre fuerte, porque por más que te movieras nada sucedía, no le daba ni cosquillas.
Debí haber entrado al equipo de judo.
¡Te habían secuestrado en medio de la calle, miles de personas al rededor y nadie te ayudó! Literalmente Así eran, y luego se atrevían a decir que los jóvenes no tenían sentimientos.
Pateabas fuertemente el abdomen del hombre que te llevaba, fue en vano porque escuchaste el sonido de las puertas de un auto abrirse.
El típico auto para los típicos raptos.
Mientras te metían bruscamente él pensabas en tu amigo, Hanamichi.
"Perdón, Hanamichi. No podré darte las respuestas de la prueba"
Mierda, la prueba.
¿Cómo se te podía haber olvidado? Claro, te habían raptado. Todas las emociones confusas presentadas anteriormente por ti fueron pasadas a llevar por una más fuerte.
Enojo.
Enojo porque no ibas a poder dar la prueba.
Rabia porque el sensualisimo Rukawa por fin habia aceptado salir a comer unos helados.
—¡No, no! -gritaste contra la tela.
Intentaste mover tus manos, pero ni idea, ya te las habían amarrado. El solo imaginar que ibas a perder la oportunidad de salir a solas con el pelinegro te hizo empezar a soltar lágrimas.
—¿Está llorando? —preguntó el de la izquierda.
Eran dos hombres.
Cuando dije que quería un trío no me refería a esto, Dios —, el jefe dijo que no sufriera... tanto.
Llorabas fuerte, sobre todo cuando mencionó que tenían un jefe, era toda una mafia. Si ibas a morir en manos de mortales, al menos que fueran lindos.
Sentiste como la venda ya mojada que cubría tus ojos fue desatada. Permitiéndote volver a ver la luz.
Enfocaste tu visión en las dos personas que estaban frente tuyo.
Eran de tu edad, uno o dos años más.
Les viste bien, si no hubieras estado en peligro asegurarías que conocías a uno de ellos, el más alto.
—¡Ya no llores, ya puedes ver! —exclamó el más bajo. Pero esas palabras solo ocasionaron que el líquido saliera con más rabia de ti.
Mientras llorabas mordiste la venda que estaba en tu boca. Significaba un "por favor, saquenla".
—¿Que quiere decirnos? —volvió a hablar el muchacho.
"Ay, amigo. Es obvio, sácame la maldita tela de la boca, ¿no ves que estoy resfriada y no puedo respirar bien por la nariz?"
—Creo que quiere ir al baño —. Ahora escuchaste la voz del más alto. A parte de secuestrador tonto.
Negaste.
—A ver, déjame adivinar, por favor —susurró el chico más simpático.
—No.
—¡Ayyy! Vamos, Uoz... —antes de que pudiera decir quién era el joven, fue callado por una bofetada del otro.
—¡Imbécil! No ves que no puede saber nuestros nombres hasta que él lo diga.
¿Él? ¿quién era él?
—Escucha, (Nombre) —. Le miraste como un perrito a su dueño cuando se orina en la cama —te sacaré la venda de la boca, pero prométeme que no vas a gritar ¿Ya?
Asentiste.
Te la sacó y gritaste.
—¡AYUDAAA! ¡ALGUIE... —antes que pudieras seguir su fuerte mano se alzó sobre tu cuello. Empezando a dejarte sin aire.
Te miraba con ojos de pocos amigos y ya sabías porqué.
—Deja de gritar o te ahorcaré hasta que no puedas respirar —. No dijiste nada, porque un fuerte golpe provino de la parte del conductor. Haciendo que el hombre te soltara.
Tocaste tu cuello, seguramente dejaría una marca.
—Ya vamos a llegar. Mejor dejemos su boca tapada por el momento hasta que él diga qué tenemos que hacer.
"Otra vez "él", mejor digan su nombre y listo"
—Oigan, ¿dónde está (Nombre)?
—preguntó Haruko.
—Seguro se acobardó y no quiso venir a dar la prueba —. La lógica del pelirrojo no encajaba con tu personalidad.
Podrías ser todo, menos cobarde.
—No lo creo, Hanamichi. Ella no es así, además, estudio demasiado para este día.
—Tienes razón, Haruko. (Nombre) debe estar en problemas y yo, ¡el gran Hanamichi Sakuragi iré a salvarla!
Le agarró la mano, aprovechando el momento y le jaló fuera del salón. Mientras salían del establecimiento aumentaron el grupo.
Uniéndoseles el ejército de Sakuragi y Rukawa en el camino, aunque este fue prácticamente obligado por la castaña a seguirlos.
Aprovechando el bug.
...
El chico llamado Takahiro, sí, ya sabías su nombre, te hacía preguntas al azar sobre tu vida. Mientras tu le escuchabas atentamente, amarrada a una silla.
—Y dime (Nombre) ¿que tipo de hombres te atraen?
—No tengo un tipo, ¿Sabes? Con tal que me quieran. Pero —el chico se mostraba expectante ante tu respuesta —mis favoritos son los que no secuestran chicas.
—Qué audacia, (Nombre) —. Elevaste las comisuras de tus labios.
—Si nos hubiéramos conocido de otro modo sería tu amiga.
—¿Sí, (Nombre)? Eso me encan...
—Ay, Dios. Ya cállense, maldita sea —. Gritó el otro presente.
Ya ni ligar dejan, eh.
—¡Tú! —el grandote malo te señaló —¿Rukawa es tu novio?
Ojalá.
—En mis sueños sí.
—¡Contesta! —Takahiro iba a intervenir, pero no le dejaste.
—No respondo ni las pruebas y quieres que te responda a ti ¡Ja! loco —. En tu cabeza eso sonó bien.
—¿Rukawa es tu novio sí o no? —. La voz del oponente sonaba sin paciencia, y eso que te habías comportado bien. No se sentía como un secuestro en sí, porque ya habías hecho un amigo.
—No es mi novia, es una amiga.
La voz de Rukawa sonó en todo el lugar.
—¿Estoy alucinando o fue la voz de mi Rukawa?
No fue necesaria una respuesta, porque la voz de Hanamichi se alzó.
—¡Tú, Uozomi y tú -marcó a tu nuevo amigo —, extra, suelten a (Nombre)!
—¡Chicos! ¿Cómo me encontraron?
—Fue fácil, (Nombre)... —Takemiya iba a sacarte de la duda, sin embargo, un golpe en la cabeza por parte del protagonista dió un mensaje al grupo.
Todos corrieron hacia ti y tus raptores. El tal Uozomi se puso en posición de ataque, ya que Rukawa iba rápidamente hacia él.
—¡Hanamichi! —la voz de Sendoh se hizo escuchar por todo el recinto.
¿Qué? ¿Sendoh? ¿También viene a salvarme?
—Perdón por las molestias, (Nombre)—. Su intromisión en el asunto paró toda la revolución de Sakuragi.
Te perdono. Ven bésame grr.
—¿¡Sendoh, tú que haces aquí!?
—el pelirrojo empezó a saltar en su mismo lugar, asqueado por su presencia.
—Yo traje a (Nombre) para acá.
—¿Qué? —Preguntaste estupefacta. Tu gran amor estaba detrás del crimen.
El chico se acercó hacia ustedes, colocándose a tu lado.
—Todo es un gran error.
—¿Quién secuestra a alguien por "error"? —el tono femenino de Haruko inundó tus oídos. No le habías visto, porque estaba detrás de Rukawa.
"Harukooo, aléjate de mi hombre"
—Yo —. Dijo Sendoh —. No pensábamos llegar tan lejos con esto. Ryonan quería llamar la atención de Rukawa y usaron a (Nombre) como carnada, bueno, usamos.
"Úsame, tranquilo. Con confianza"
—¡Oh, maldito! ¿¡Cómo te atreves a no nombrar al espectacular y talentoso Hanamichi Sakuragi!?
Bufaste, ni le interesaba que estuvieras amarrada a una silla.
Akira ignoró al estrepitoso Sakuragi y se dirigió hacia Kaede, el último adelanto sus palabras.
—No.
—¡Oh, vamos! Rukawa Kaede. El secuestro de (Nombre) habrá sido en vano —. Takahiro quería convencerle.
—No —Volvió a pronunciar.
—Tú, tonto ¿Quién eres? —el teñido fue regañado por Haruko, "Sé más amable, Hana".
—Tanaka Takahiro, amigo de (Nombre), mucho gusto ¿tú eres?
—¡Oye! Aún no he decidido si te perdono y menos si soy tu amiga —El estudiante te miró con pena, haciendo que te arrepintieras —, bueno, ya. Somos amigos.
Tanaka sonrió. De un secuestro sacó una amiga y muy linda.
—¡Hanamichi Sakuragi! —Gritó el chico, para luego hacer algo que dejó fríos a todos; golpear en la cara a su "rival".
A Rukawa.
Siempre era el momento perfecto, según el pelirrojo.
—¡Rukawa! —Formulaste, exaltada. Intentaste pararte, pero al estar sujetada a la silla, caíste de cara. Cayendo sobre tu cara —, augh.
...
—Oigan, al final no me dijeron cómo me encontraron -Salían del hospital, con cubos de hielo en la cara, todos.
—Eso no importa, (Nombre) —habló Rukawa.
—Ayy, ¿Por qué?
Holaaa, espero les haya gustado. Disculpa si hay faltas, wattpad esta fallandome y subí esto a la loca
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