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CAPÍTULO TREINTA
• DECLARACIONES •

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Las cosas en Hogwarts habían cambiado desde el ataque de los mortífagos en Hogsmeade; tras la muerte de varias personas, en su mayoría estudiantes, el ambiente se volvió más sombrío, como si toda felicidad haya sido arrancado desde ese día en el que les quedó claro que una guerra está latente y posiblemente muchas vidas serán pagados por ello, por esa razón algunos padres habían decidido quitarles del colegio a sus hijos por su propia seguridad haciendo que la cantidad de estudiantes reduzcan repentinamente. Marcus y Alhena están en la lista de los que quieren llevarle a su hija a su casa, más aún luego de enterarse de que el mismísimo causante de la guerra la quiere.

Nueve días pasaron desde que ella quedó en una especie de coma y en ese rango de tiempo toda chispa que le caracteriza a los merodeadores y a Eloise se apagó dejando a unas personas serias que extrañamente los ven reír, no está de más decir que los estudiantes e incluso los profesores extrañan especialmente al grupo de bromistas, más aún ahora que en medio de tanta tristeza y miedo necesitan un poco de la felicidad que suelen emanar.

— ¿Qué te dijeron sus padres? — le preguntó Peter a James.

— Aún no me respondieron ninguna carta ¿y a ustedes?

Todos negaron al mismo tiempo en respuesta. Desde que escucharon a los padres de Eris en una de las visitas diciendo que quieren llevarla a su casa y que termine sus estudios ahí los seis les enviaron cartas intentando convencerlos de que no la lleven, incluso Lily envió aparte del grupo, pero más que nada James es el que les envía cartas al punto de agobiarle a los adultos que no le dan señales de su decisión.

— Odio toda esta situación, lo peor es que soy una sangre sucia como lo llaman, capaz termine muerta en toda esta guerra, si es así ya les digo que los quiero pese a que son insoportables a veces.

— No pienses ya despedirte estúpida — le regañó el pelinegro a Eloise — Cuando todo esto pase seguiremos todo el grupo con vida, ya lo verás.

— Nah, seguro alguien muere — opinó Regulus con indiferencia ganándose la mirada de todos — ¿Qué? Es la realidad, que se nieguen a ver la situación no es mi culpa.

— Si lo vemos, pero hay que ser positivos hermanito.

Regulus solo rodó los ojos en respuesta porque toda su vida ha creído que no existen los finales felices, mucho menos en la realidad que están viviendo, está claro que seguirá habiendo muertes y tal vez le alcance a cercanos suyos.

— Mejor no hablemos de eso — interrumpió James antes de que sigan — ¿Remus cómo te sientes?

— Con ganas de golpear gente — respondió de mal humor al estar muy cerca de la luna llena.

— ¿Por qué se sentiría mal? — preguntó una curiosa Eloise que aún no sabe de su licantropía.

— Es que es enfermizo y hoy no amaneció bien — mintió al instante Sirius poniendo su mano el hombro del castaño quien se alejó de golpe.

— No me toques.

— Y de mal humor al parecer — dijo la chica viéndolo fijamente.

James observó a su alrededor y se levantó llamando la atención de sus amigos quienes los miraron y especialmente los merodeadores revisaron su plato para ver si comió todo notando que apenas lo hizo por la mitad.

— Voy a la enfermería.

Antes de que le digan algo prácticamente fue corriendo ante la atenta vista de sus amigos y apenas llegó minutos después fue directo hacia donde Eris se encuentra sentándose en esa silla incómoda que se ha vuelto su lugar en los últimos días.

— Ya despierta por favor, me aburro sin ti, no sabes lo mucho que extraño que me hables de cosas raras que no tengo ni idea hasta que me explicas todo muy bien..o simplemente escucharte hablar de cualquier cosa, también ver tu emoción cuando me muestras cosas que crees que son muy geniales pero a simple vista son normales, de las cuales...

Se calló de inmediato al sentir un apretón en su mano y rápidamente la observó notando como se remueve un poco, pero lo que más le emocionó fue ver sus ojos abrirse apenas y parpadear de seguido.

— ¡Despertaste! — sonrió enorme de la emoción y se levantó al instante de la silla.

— Agua — susurró apenas sintiendo su boca seca y su garganta dolerle.

James de inmediato fue a buscar corriendo y luego regresó primeramente ayudándola a sentarse un poco con cuidado y una vez lista le entregó el vaso con agua observándola fijamente mientras toma queriendo decirle tantas cosas pero aguantándose hasta verla mejor.

Eris cuando tomó todo directamente tocó su abdomen sintiendo algunos relieves y por curiosidad alzó para ver notando unas cicatrices.

— No sé cómo te salvaste de todo pero de milagro o lo que sea pasó porque estabas gravemente herida, Poppy tuvo que trabajar mucho en ti hasta lograr sanarte, pero dijo que te seguirá doliendo internamente pese a que por el exterior ya no se ve nada.

— Creo que lo conozco — susurró al rememorar el momento sin tomar tanta importancia a su herida.

— ¿De qué hablas? — preguntó confundido volviendo a sentarse cerca suyo.

— Al mortífago que me apuñaló, cuando me dijo que me hace eso para liberarme su voz se me hizo conocida, pero no logro distinguir quien exactamente.

El de gafas frunció el ceño preguntándose quién sería capaz de lastimarla y que sea conocido, al menos el círculo de sus amigos no cree que hayan sido porque estuvieron juntos, o bueno, eso fue antes que todo se vuelva un caos, pero no cree que sea alguno de ellos ¿o sí?.

— Está bien, no pensemos eso ahora, recién acabas de despertar y no creo que sea lo mejor ¿sí?

— Sí — murmuró dudosa — ¿Tienes algún caramelo? Tengo un sabor raro en la boca.

James asintió quitando dos caramelos de su bolsillo pasándole a lo que Eris agradeció quitando rápidamente el envoltorio de uno y llevando a su boca con urgencia deseando quitar ese sabor.

— ¿Qué día es hoy?

— Martes, 17 de octubre.

— ¿Qué? — lo observó asombrada ante los días que han pasado.

— Sí, te quedaste como en una especie de coma y ni siquiera Poppy pudo explicar la razón — dijo con una mueca.

La rubia solo asintió pensativa teniendo recuerdos que creyó ser un sueño pero al parecer no lo fue, y antes de poder comentarle a James sobre eso sintió como la abrazó con un poco de fuerza, por un momento se quedó inmóvil pero luego le correspondió el abrazo al percibir sus emociones e ignoró el leve dolor que siente en su abdomen.

— Tranquilo, ya estoy aquí contigo — habló suavemente dando caricias en su espalda.

— Tenía tanto miedo de que ya no despiertes y cuando dejaste de respirar en mis brazos me sentí aterrado ante la idea de perderte por siempre.

Apretó más su agarre inconscientemente al rememorar nuevamente ese momento. Solo ahora puede decir que todo ese peso que tenía encima desapareció y se siente más aliviado ahora que está despierta y con él.

— Debo decirte algo — dijo al instante antes de arrepentirse y se separó sentándose en el borde de la cama.

— Claro, dime.

— Con toda esta situación que estamos en plena guerra en donde en cualquier momento puedo perderte me hizo darme cuenta que ya no quiero seguir escondiendo todo esto que siento y continuar perdiendo más el tiempo que podríamos aprovechar..— hizo una pausa respirando hondo y viéndola nervioso — Estoy enamorado de ti Eris.

— Lo sé.

James la observó entre sorprendido y desconcertado ante esas simples dos palabras que no esperaba jamás; en su imaginación ella le decía que siente lo mismo y luego ya serían felices por siempre, un poco fantasioso, pero así es él cuando se enamora de una chica, se le desata su intensidad.

— ¿Cómo?

— Creo que se te olvida que yo tengo el don de percibir lo que otros sientes, y bueno, desde el momento en que comenzaste a sentir atracción hacia mí lo supe al igual que como iba creciendo tus sentimientos.

— Oh..— apartó la mirada triste sin poder verla — Si todo el tiempo supiste y nunca me dijiste nada entonces significa que no sientes lo mismo ¿verdad?

— Yo no dije eso — sonrió al notar como su expresión cambió a uno más esperanzado — Nunca te dije nada porque no sentía nada por ti, pero luego eso fue cambiando de a poco y comencé a sentir cosas por ti, más no te dije nada porque quería estar segura al 100% de lo que siento para no terminar lastimándote por una confusión mía.

— ¿Y ahora ya estás segura?

— También estoy enamorada de ti James.

El susodicho la observó sin asimilar aún sus palabras, palabras que solo habían pasado en su imaginación, pero no, ahora es la realidad y sin poder evitar soltó un grito silencioso causándole risa a Eris, más aún al verlo festejar haciendo un bailecito raro. Definitivamente le pareció de lo más tierno, cosa que le encanta de él es que siempre es tan demostrativo.

— ¡Lo logré! — gritó feliz siendo callado al instante por Madame Pomfrey — Dilo de nuevo.

— Estoy ena...

Ni siquiera pudo terminar, ya que en un arranque de felicidad James sujetó su rostro y chocó sus labios con los suyos sorprendiéndola. Al principio quedaron así quietos por unos segundos, pero no duraron mucho e inevitablemente comenzaron a besarse tiernamente sintiendo todo un manojo de emociones con sus corazones latiendo de forma acelerada ante el suave toque de sus labios; esta vez Eris sí se sintió como describen en los libros que tanto lee y ha anhelado sentir, y en ese momento supo que no lo dejaría ir jamás luego de encontrar eso que tanto soñaba con tener, por su parte James no está tan lejos de la idea porque piensa lo mismo.

Los dos se separaron con una leve sonrisa dejando sus frentes unidas aún con los ojos cerrados disfrutando de las sensaciones a flor de piel. El momento de siente único.

— He pasado días sin cepillarme los dientes y me besas — susurró la rubia causando que James se separe riendo.

— ¿En serio dirás eso luego de besarnos? — sonrió divertido.

— Es que es la verdad, en mi fantasía yo tenía aliento a menta cuando esto sucedía.

Ambos soltaron una risita y James volvió a besarla queriendo demostrarle que no le importa eso, pero en esta ocasión ella no le correspondió.

— Dame mi besooo.

— Pareces un niño caprichoso así — sonrió divertida.

— Si es por lo de hace rato no me importa, además tienes sabor a sandía por el caramelo — se acercó a su rostro — ¿Ya me darás otro?

Pero justo cuando iba a darle escucharon pasos acercarse y el chico se alejó viéndole a sus amigos entrar hablando entre ellos, pero apenas le vieron a Eris despierta se detuvieron como si estuvieran coordinados y el primero en reaccionar fue Sirius quien soltó un gritito.

— ¡Mi preciosa Eris!

Corrió hacia ella y por poco se tiró encima abrazándola con fuerza mientras le da besos por su rostro, por parte de ella solo sonrió cerrando los ojos ya acostumbrada a lo cariñoso que es a veces Sirius con los que quiere.

— Bueno ya, muchos besos que me pondré celoso canuto — habló James intentando apartarlo.

— Déjame, la extrañé un montón.

— Quítate pulgoso — exclamó Eloise empujándolo y se acostó en el pequeño espacio abrazando a su mejor amiga soltando un sollozo — Creí que no despertarías nunca y me dejarías abandonada con todos estos mugrientos.

Mientras la rubia le consuela a Eloise y es abrazada por los dos, Regulus, Remus y Peter se mantuvieron al margen observándola con una sonrisa deseando igual abrazarla, pero no son tan dramáticos y demostrativos como sus amigos, así que solo esperaron a que la suelten, algo que duró un montón, tanto que Regulus perdió la paciencia y los hizo flotar con un hechizo a los dejándolos en el suelo sin importarle lo que le decían.

— Ya cállense, ya tuvieron suficiente.

Se acercó a Eris deteniéndose cerca y ambos se miraron fijamente como si se comunicasen de esa forma, y no hizo falta palabras para que ella entienda.

— Ay Reg, ven acá — abrió sus brazos y él sin dudarlo se refugio en ella cerrando los ojos con fuerza en un intento de que no caiga ninguna lágrima — Ya estoy aquí hermano postizo.

— Me hiciste mucha falta hermana postiza — susurró siguiéndole por primera vez el apodo que le dio haciendo que ella sonría enternecida — Debo contarte muchas cosas.

— Luego nos pondremos al tanto de todo — susurró.

Nadie hubiera esperado que en algún punto ellos serían tan unidos que el chico se iba a abrir por completo por primera vez a alguien, pero ahí están, siendo como hermanos, de esos que se tienen mucha confianza y amor.

Cuando él se separó le miró directamente a Remus haciéndole una seña para que se acerque primero que Peter ya que este no le cae bien, el castaño sin dudarlo se acercó un poco tímido y Eris ya sabiendo como es le jaló de la muñeca formando un abrazo al instante entre los dos.

— Desperté a tiempo para estar contigo al día siguiente de la luna llena.

— Lo sé, estaremos acá en la enfermería juntos.

Y mientras ambos hablan a susurros James observa fijamente la interacción, y es que por más que ya los dos le aclararon que no sienten nada romántico por el otro no puede evitar sentir celos, ella podrá estar así con el resto del grupo pero solo con Remus siente esa molesta sensación.

— Creí que ya habías superado tus celos — habló Sirius al notar su mirada.

— ¿Tú no lo tienes? Es decir, estás enamorado de Remus.

— Sí, pero no siento celos con su cercanía, o sea al principio sí pero ahora ya no, entendí que se hacen bien entre los dos, especialmente Eris a Remus — sonrió levemente viéndolos aún — Debes darte cuenta que es un gran apoyo para él en todos los sentidos, ahora gracias a ella Remus ya no es tan inseguro consigo mismo, ya no se odia tanto y varias cosas más. Eres su amigo, actúa como tal y ponte feliz de que él comience a valorarse más de a poco, no importa si eso lo induce la chica que quieres.

De inmediato se sintió un mal amigo al oír todo eso y no haberse dado cuenta de la situación por estar más pendiente a sus ridículos celos. Sin embargo, se prometió ya intentar dejar todo de lado, más ahora que sabe que Eris está enamorada de él.

— No sabía que hablabas tan así canuto, quién te viera tan serio — bromeó para aligerar la situación.

— Idiota, me pongo como psicólogo y tú te burlas — bufó cruzándose de brazos en broma.

— Te estoy jodiendo — le dio un leve empujón sonriendo y aprovechando la situación soltó sin más..— Ya le confesé mis sentimientos a Eris.

— ¡¿Qué?! — gritó tan fuerte llamando la atención de todas las personas que están en la enfermería pero ni le importó — Cuéntamelo todo.

— Luego — a propósito se alejó con una sonrisa escuchando como lo sigue.

— ¡No puedes hacerme esto James Potter!

El susodicho hizo oídos sordos aguantándose en no reír al seguir oyendo sus súplicas y se sentó en la silla cerca de la camilla viendo como ya nadie se abraza y hablan entre todos, Sirius al llegar le dio un zape por dejarle con las ganas de saber todos los detalles de como fue luego de esperar tanto tiempo por ese momento.

— Debes convencerlos..— terminó Eloise de contarle sobre que quieren sacarla de Hogwarts.

La rubia frunció el ceño en parte entendiendo la razón de sus padres y poniéndose en su lugar, pero tampoco quiere irse de ahí por culpa de Voldemort, quiere continuar estudiando y siguiendo ahí, no cuando por fin tiene una se podría decir buena vida con amigos que la quieren, algo que no tuvo anteriormente.

— Tranquilos, intentaré convencerlos, pero mientras cuéntenme qué pasó en estos días que estuve dormida.

— Todo es un desastre — habló primero Sirius.

Y con eso comenzaron a ponerle al tanto de todo y ella solo la escucha atenta dando a veces su opinión al respecto. Sin embargo, en un momento dado le miró a James y sonrió al ver que ya la observaba, así que disimuladamente deslizó su mano al borde de la camilla a lo que él sin dudarlo estiró su mano entrelazando apenas, no duró mucho, pero sí suficiente para que dos de ellos que aún no saben de la situación se dieran cuenta.

El grupo volvió a estar completo y se pasaron horas hablando, algunos más que otros y no hace falta decir quienes son los más extrovertidos de ellos, pero pese a todo ello pasaron un momento agradable y por fin volvieron a sentirse felices, una pequeña felicidad en medio de toda la oscuridad.

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Holaa!
Finalmente después de varios capítulos James y Eris ya se confesaron, sé que probablemente algunos hayan pensando que se tardaron mucho pero ese era la idea, primeramente desarrollar más sobre todo, pero a partir de ahora sí ya habrá momentos lindos entre ellos y por supuesto tal vez siga pasando rápido las fechas para que ya terminen el colegio y haya desmadres.

Dejen sus votos porfa que no cuesta nada y así ayudan a que la historia crezca, además suele haber una gran diferencia entre los leídos y votos, sería genial que no siga así.

En fin, me despido y hasta la próxima

Ingrid.

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