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CAPÍTULO DIECISIETE
• CAPTURANDO RECUERDOS •

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Al día siguiente Eris le buscó por todos lados a Sirius ya que ambos quedaron en hablar juntos con Cissy pero él nunca apareció, así que ahora le está buscando a alguno de los chicos pero tampoco los encuentra, por lo tanto siguió recorriendo sintiéndose nerviosa al caminar sola pero constantemente está tratando de no pensar en ello, lo bueno es que al ser domingo hay más estudiantes afuera casi todo el tiempo.

Al estar subiendo a la torre de Gryffindor que fue su última opción se encontró por fin con Remus e inmediatamente lo llamó gritando y este volteó esperando que llegue junto a él.

— Ay que cansancio. Hubiera sido genial que pongan un ascensor de cualquier clase en lugar de estas escaleras, cuando entré recién me parecía fascinante pero ahora dos meses después ya no me gusta tanto, igual seguro que con el tiempo me voy a acostumbrar y hasta me crecen músculos en mis piernas de fideo — se detuvo al ver la sonrisa divertida de Remus — Oh, lo siento, me puse a divagar.

— No te preocupes. ¿Qué necesitas?

— A Sirius, no lo encuentro en ningún lado.

— Es porque aún no ha salido, sigue durmiendo. Si quieres te llevo a nuestra habitación.

— ¡Sí! Así de paso veo como es la sala común de ustedes. Me gustaría tanto poder ver el de todos antes de terminar el colegio.

— Pues de Slytherin puedes pedirle a Regulus o Narcissa y de Hufflepuff te puedo ayudar a conseguir la entrada con un chico del que soy su tutor.

— ¿En serio lo harías? — preguntó ilusionada.

— Sí, solo dame unos días para convencerlo — respondió con una sonrisa.

Eris lo abrazó cariñosamente en forma de agradecimiento y Remus le devolvió o intentó hacerlo desde su posición ya que es mucho más alto que ella, además tiene miedo de lastimarla porque la ve tan frágil, muy delgada y pequeña, con su fuerza sería fácil de romper sus huesos.

— ¡Hola Eris! — saludó Peter cuando también salió del cuadro.

La susodicha se separó y lo saludó con una gran sonrisa y moviendo la mano.

— ¿Quieres ir con nosotros a jugar gobstones?

— Quizás luego, ahora debo hablar con Sirius.

— Um, yo no te recomendaría entrar en la habitación, apesta a alcohol y pedos, casi morí asfixiado estando ahí, además él está durmiendo como marmota.

— No importa, correré el riesgo — dijo riendo levemente.

— Si tanto quieres te llevamos entonces. Vamos.

Dijo la contraseña y el cuadro se abrió dejándole pasar a los tres y apenas Eris entró se quedó un momento mirando encantada todo a su alrededor, le gusta mucho la calidez que emana tanto la decoración como el color, incluso se siente por la chimenea que está encendida.
Varios alumnos están ahí y algunos la miraron pero ella ignoró completamente y se dejó guiar por Remus que tiene una mano en su espalda para cuidar que no se tropiece ya que ella sigue mirando cada mínimo detalle deseando poder sentarse por un momento en uno de los sofás, pero ya se dará la oportunidad.
Los tres subieron a la escalera con Peter liderando.

— ¿Dónde está James? — preguntó la chica.

— Exactamente dónde está ahora no sé pero hace rato nos avisó que iría a hablar con la profesora McGonagall — respondió Remus.

Eris solo asintió sin querer hacer más preguntas. Digamos que la situación entre ambos cambió de la noche a la mañana, o más bien dicho él cambió con ella porque con el resto se comporta normal. Durante toda la semana él ya no le habla tanto y solo lo hace un poco cuando están en grupos, ya no tienen sus momentos a solas y cuando sus amigos los dejan él pone una ridícula excusa y se larga dejándola sola sintiéndose triste y preguntándose qué hizo mal para que la ignore y se comporte de esa forma con ella, incluso lo enfrentó y le preguntó cuál es su problema pero él solo se hizo el desentendido diciendo que todo sigue como siempre cuando es más que obvio que no es así. Eris lo extraña, extraña hablar con él y pasar tiempo juntos pero si no quiere ser más su amigo como ella piensa no puede hacer nada y dejarlo ir, después de todo no podría obligarle a nadie a mantenerse a su lado, aún si ella sale afectada en el proceso.

— Aquí estamos.

La rubia observó el cartel colgado en la puerta en donde dice "Aquí residen los MERODEADORES. No entrar sin consentimiento o serán víctimas de muchas bromas."

— Idea de Sirius y James — le contó Remus abriendo la puerta y dejándola pasar.

Enseguida fue recibida por la oscuridad y el olor apestoso que mencionó Peter, el susodicho fue a abrir las cortinas para que entre luz y con eso pudo observar bien la habitación sabiendo al instante que lugar corresponde a cada uno conociendo sus formas de ser. El que supone es de James se encuentra con algunas ropas encima de su cama desarreglada, una escoba de quidditch junto a varios pósters del mismo y una pequeña repisa con cuadros. Luego está el de Remus que es el más ordenado de todos, con una repisa lleno de libros y un basurero que desde su posición puede ver que hay muchas envolturas de chocolates, el siguiente supone que es de Peter que también está un poco desordenado y con envolturas de dulces y comida tirados en el suelo. Y finalmente el más obvio ya que el dueño está desparramado en su cama roncando y babeando, pero eso no es lo que le caracteriza, sino la cantidad de ropas que hay amontonados en una esquina, además de otros más regados por ahí, también los pósters de bandas y algunas chicas y lo que confirma es que en su mesita hay unas cuantas cajas de incienso que ella le regaló, además del cuadro con los chicos y otro de ellos dos que Eloise lo tomó, ambos salen riendo y Sirius recargándose por su hombro. Eris inevitable sonrió con ternura al ver que encuadró la fotografía.

— Gracias chicos, desde aquí yo me encargo.

— ¿Segura que te quedarás aquí? — preguntó Peter inseguro arrugando la nariz y soplando su rostro con su mano.

— Sí, ustedes vayan a hacer lo que tenían planeado.

— Está bien — cedió el castaño — Si no despierta tírale una gran cantidad de agua hasta prácticamente ahogarlo, siempre me funciona.

— Lo tendré en cuenta.

Con eso los dos se despidieron y ella procedió primeramente a abrir la ventana para que se ventile el ambiente y luego empezó a ordenar más o menos con magia la cochinada de habitación que tienen porque no soporta el desorden. Al terminar fue hasta la mesa de Sirius, eligió un incienso con olor a lavanda y prendió dos con el encendedor que se encuentra en el mismo lugar, uno puso ahí mismo y el otro cerca del baño, luego fue directo a Sirius y le quitó la frazada desvelando su cuerpo cubierto solo con un bóxer pero ni se inmutó y pensó en cómo podría despertarlo, aunque primero decidió hacerlo de forma normal y le empezó a mover llamándolo pero como era de esperarse con alguien que tiene el sueño pesado no se despertó, así que exhaló un gran cantidad de aire y gritó con toda su potencia.

— SIRIUS ORION BLACK DESPIERTA AHORA MISMO O VOY A TIRARTE AGUA FRÍA SI NO LO HACES.

El susodicho se levantó asustado y se llevó un fuerte golpe en la cabeza con el techo de su cama, empezó a despotricar frustrado y luego lloriqueó dramáticamente tirándose en su cama y tapándose hasta la cabeza.

— Déjame en paz maldita.

— Es hora de que te levantes, ya son las dos de la tarde y ni siquiera comiste nada aún, te hará mal.

— No tengo hambre y ya cállate que me duele la cabeza.

— Para eso luego tomas tanto. Debes cuidarte más o un día de estos te hará mal.

— Ya mamá — se burló.

Eris volvió a quitarle la frazada y él gruñó frustrado tirándole su almohada pero ella lo desvió tranquilamente.

— Por Merlín, no sé qué cosas habrás hecho anoche a parte de tomar pero apestas horrible. Levántate ahora mismo y ve a ducharte para que se te pase también la resaca.

— Agh, está bien, que insoportable.

Con pereza se levantó tambaleándose en el proceso y primero caminó con lentitud pero luego corrió al baño y poco después Eris lo escuchó vomitar, soltando un suspiro fue hacia él y se agachó a su lado masajeándole la espalda.
Así estuvieron durante unos cuantos minutos hasta que finalmente se detuvo y se tiró cansado en el piso con el cuerpo todo sudoroso.

— Sé que no tienes fuerza pero levántate y ve a bañarte, eso te hará sentir mejor.

Le dio una última mirada y salió del baño para darle privacidad y poco después escuchó el agua caer así que ella fue a sentarse en la cama de Remus que es el único arreglado, aunque no duró tanto tiempo en su lugar y empezó a curiosear los libros hasta que encontró uno que le llamó la atención y se volvió a sentar leyendo. Estuvo así como seis minutos hasta que su atención se llevó la puerta siendo abierta y su corazón saltó por unos breves segundos cuando le vio a James entrar, no dijo nada y esperó a que se dé cuenta de su presencia ya que parece estar perdido en sus pensamientos, justamente por eso hizo un leve ruido con su pie y solo ahí se percató de su presencia y se quedó tieso mirándola fijamente, de hecho ambos se quedaron mirando sin decir nada, Eris más que nada por la incomodidad pero aún así decidió hablar.

— Em...Hola.

— ¿Qué haces aquí?

— Vine a hablar con Sirius.

— Ah, entiendo.

Y otra vez se sumieron en un silencio incómodo y ella agachó la cabeza triste de que su amistad se haya vuelto así, por otro lado James fue a su parte de la habitación agarrando la cera de escoba para luego sentarse en la cama y pulir su escoba en silencio sintiendo la necesidad de contarle que de camino se topó con un gato negro y que seguro ella le dirá que es alguna clase de señal y con eso empezarán a hablar de otras cosas más mientras él la escucha encantado por su mentalidad, pero no dijo nada y se mantuvo callado mirando de vez en cuando disimuladamente hacia ella que está leyendo un libro, aunque la realidad es que solo finge hacerlo.

James detuvo su quehacer pensando en lo idiota que está siendo porque ella no tiene la culpa de estar todo el tiempo en su mente y confundirlo, por esa razón se alejó de ella, en un intento de eliminar todo posible sentimiento pero ya la extraña mucho y se detesta cada vez que ve su expresión volverse triste cuando él la ignora, además de que Sirius le mandó a la mierda y le dijo un montón de cosas, pero por sobre todo que si sigue comportándose como un imbécil va a perderla para siempre y que tendrá que vivir no solo viéndole a Rosier andar detrás de ella, sino también a otras personas más porque todos están conscientes de lo hermosa que es su amiga, algo que si bien ella no se da cuenta ya ha llamado la atención de varias personas.

— Eris.

— ¿Sí? — dijo rápidamente.

Estaba dispuesto a disculparse y volver a ser los amigos de antes sin dejar que sus nuevos sentimientos intervengan pero lastimosamente justo en ese momento Sirius gritó.

— ¡Eris puedes traerme ropa y mi toalla por favor, están en mi baúl!

— ¡Bueno!

Se levantó y se dirigió al baúl que está cerca de la cama abriendo y buscando un buen conjunto pero la mayoría son negros, aún así se siguió rebuscando hasta que por fin se topó con una remera gris y agarró ese con un pantalón,un bóxer al azar y su toalla.
Golpeó la puerta y el pelinegro quitó solo su mano agarrando.

— ¿Qué me ibas a decir?

— Yo...nada importante.

— Vamos, dímelo, parecía ser importante.

— Es que...— se calló por unos segundos sintiéndose inseguro — Perdón por haberte ignorado estos días, fui un completo idiota.

— ¿Por qué lo hiciste?

Y ahí ya no supo qué decir porque tampoco quiere contarle nada de como se siente o arruinaría completamente su amistad, además ni siquiera está seguro del todo, aún sigue demasiado confundido y sin querer aceptar nada porque todo es tan repentino. Para su gran suerte justo salió Sirius secándose el cabello pero se detuvo viéndole a ambos.

— ¿Ya te disculpaste o seguirás con tu mierda? — le dijo a James.

— Sí.

— Por fin, ya estaba a punto de arrastrarte del cabello hasta ella para que le pidas disculpa. ¿Tú ya lo perdonaste?

James la miró atento esperando su respuesta rogando para que sí lo haga y que todo vuelva a la normalidad.

— Sí — dijo sonriendo.

— Tan buena, si yo fuera lo haría rogarme de rodillas e ignorarle unos cuantos días para que aprenda.

— No me estás ayudando en nada canuto.

— Te lo mereces.

Eris soltó una risita al verlos empujarse mutuamente y golpearse levemente, quitó rápido su cámara de su bolso y les tomó una foto mágica, ante el sonido ambos se detuvieron y rápidamente fueron hasta ella esperando ver la foto y este de a poco se fue aclarando mostrando la fotografía, los tres rieron al ver la expresión que tienen ambos.

— Saquémonos los tres juntos — dijo Sirius quitándole la cámara y poniendo frente a ellos — Digan whisky, ay no, mejor no que vomité por su culpa.

— Digamos quidditch — sugirió James — A la cuenta de tres...Uno...Dos...Tres.

— ¡Quidditch!

El flash los cegó por breves segundos y Eris soltó una risa al verle a Sirius quitando la lengua exageradamente y haciéndole cuernos a James y el susodicho justo la miró a ella, eso fue lo que capturó la cámara que al verlo los tres sonrieron.

— Ahora ustedes dos solitos, a ver acérquense — James y Eris le hicieron caso — Un poco más, muy lejos, más cerca, sin miedo.

James finalmente envolvió su brazo en su cintura y Eris se sonrojó un poco pero ignoró poniéndose de puntas para poder abrazarle por los hombros y luego ambos sonrieron hacia la cámara en donde Sirius tomó la foto sonriendo de la emoción.

— Esto le mostraremos a nuestros futuros hijos, aunque yo no sé si tendré hijos, mejor diré que le mostraremos a mis sobrinos.

— Suena bien, hoy me encargaré de tomar fotos que queden de recuerdos — habló Eris asintiendo y quitándole la cámara como también las tres fotografías que irían a una nueva caja de colección en donde guardará todas las fotos de ella y sus amigos.

— ¡Mierda, lo olvidaba! Sirius tenemos entrenamiento de quidditch ahora mismo.

— ¡Qué! ¡¿Por qué me avisas recién?! Ni siquiera he comido y me duele la cabeza, me voy a moriiiir.

— No seas exagerado y vámonos ya.

— No sé cómo tú puedes estar fresco como lechuga si también estabas ebrio anoche. Que envidia bro, dame tu consejo.

— ¿Quieres ir con nosotros en el campo y vernos practicar? — le preguntó James a Eris ignorándole a su amigo.

— Sí, no tengo nada más por hacer.

— ¡Genial! Entonces vámonos — dijo emocionado.

Agarró rápidamente su escoba y luego colocó su brazo encima de sus hombros guiándola a la salida y contándole finalmente lo que vio hace rato.

— Claro, apenas se arreglan y se olvidan del pobre Sirius.

Soltó un suspiro dramático y fue a buscar su escoba y también robar las galletas de Peter para luego correr hacia ellos gritando que lo esperen.

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Eris se sentía toda un fotógrafa mientras quitaba fotos a los chicos que están practicando ya que el próximo lunes empieza la temporada de quidditch y justamente inician Gryffindor contra Hufflepuff.

— No mencionaste que eras fanática del quidditch.

Volteó inmediatamente sintiendo su corazón acelerarse al oír la voz de Alexander quien se sentó a su lado haciendo que su agradable perfume invada su nariz.

— No lo soy, más bien diría que soy fanática de mis amigos.

— ¿A quién le apoyarás cuando se enfrente Gryffindor contra Slytherin? Black menor es el buscador del equipo.

— A los dos.

— Me gustaría verte gritando....o sea en forma de apoyo a ellos — arregló rápidamente ya que se dio cuenta que podría tomar como doble sentido pero al parecer Eris ni se dio cuenta.

— Entonces ven conmigo el lunes.

— No lo sé, no me gusta para nada el quidditch, además con lo rápido que van ni siquiera se ve algo.

— Por favor.

Juntó sus manos rogándole con su mirada y Rosier intentó lo máximo posible en no ceder pero le fue imposible y terminó por asentir. Ahora tendrá que soportar por ella todas unas horas sentado con muchas personas a su alrededor, algo que no le gusta para nada.

— ¡Siii! — chilló haciendo un bailecito con sus manos — Ya verás que te vas a divertir.

— Lo dudo mucho.

La rubia ignoró aquello y quitó su cámara de su bolso apuntando hacia él que está mirando con el ceño fruncido a los que están volando en su escoba, ella aprovechó eso y le quitó una foto, él inmediatamente volteó hacia ella al oír el sonido.

— Por favor dime que no me quitaste una foto.

— Lo hice — dijo sonriendo en burla sabiendo que tampoco le gusta que le quiten fotos — Pero mira, saliste bien, tu perfil es precioso.

Alexander negó haciendo una mueca en desacuerdo mirando la fotografía e intentó quitarle pero Eris fue más rápida esquivando y guardando con el resto. Luego cortó toda distancia entre ambos y puso su mentón en su hombro mientras coloca la cámara frente a ellos.

— Ni se te ocurra.

— Sonríe.

Tomó la foto y sin moverse de su posición esperó que revele todo y sonrió al ver la foto en donde él está con el ceño fruncido pero movió su cabeza para acercarse al suyo y ella está con una sonrisa enorme en donde mira la cámara y luego a él.

— Salió lindo.

— Ajá.

Se propuso a guardar en su bolso pero él agarró su mano deteniéndola.

— ¿Me lo das?

— Claro, pero acepta salir otro más porque yo también quiero uno.

— Está bien, no es como si me quedase de otra.

Así continuaron sacándose tres fotos juntos más por insistencia de Eris hasta que Alexander le quitó la cámara porque le empezó a quitar foto a él solo y luego empezó a sacarle fotos a ella en donde hacía varias poses sintiéndose toda una modelo, eso a ambos les daba risa, tanto así que llamó la atención de los jugadores, pero el único que empieza a molestarse es cierto azabache que cada vez se desconcentra más de la práctica errando en varias ocasiones.

— Mierda James, concéntrate de una vez y deja de fijarte en ellos — le reclamó Sirius ya irritado porque ya quiere terminar y descansar.

— Sí, sí.

Por otro lado Eris dejó de posar y se sentó otra vez muy cerca de él tomándose el atrevimiento de envolver su brazo con el suyo y sujetar su mano ya que de repente tiene mucho frío y es porque hay vientos fuertes y el cielo está nublado dando a entender que posiblemente pronto lloverá.

— Tu mano está helado.

— Es que tengo frío.

Tembló levemente y Alexander se separó de ella con la intención de quitarse su chaqueta de cuero y dárselo pero justo cuando lo estaba haciendo James se colocó frente a ellos encima de su escoba y se quitó la sudadera de Gryffindor dándole a Eris, ella un poco confundida lo agarró sorprendiéndose de que se haya dado cuenta que tiene frío, creyó que estaba centrado en el juego.

— Póntelo, eso te mantendrá caliente.

— Em..Gracias James.

— No hay de qué.

Le regaló una sonrisa real y cuando le miró a Alexander se burló silenciosamente de él, este simplemente rodó los ojos ante su patética intención de marcar territorio, algo que lo encuentra muy infantil.

— ¡Ven aquí Potter! — gritó Sirius molesto, aunque si un poco divertido ante la situación.

Dándole una última mirada a la chica voló hacia el resto en donde Sirius le dio un zape.
Eris se pusó la sudadera siendo invadida por la gran calidez de este y el olor de James impregnado en el, una mezcla entre perfume caro y jazmín que supone es el olor de su ropa limpia, de todas formas le gusta.

— ¿Te sientes mejor? — preguntó volviendo a agarrar su mano y ella asintió — No deberías salir tan desabrigada o podrías resfriarte.

— Lo sé, es solo que cuando salí no hacía tanto frío. ¿Tú no tienes frío?

— No, y por cierto, mi mamá me envió un nuevo libro para ti y también me dijo que le gustaría conocerte para hablar sobre eso.

Eris ocultó una sonrisa de emoción al saber que le habla de ella a su mamá y que posiblemente le cae bien a la mujer, además le encantaría conocerla también y tener una conversación profunda sobre su especialidad porque es tan reconfortable interactuar con personas que la entienden y en donde puede adquirir más conocimiento.

— Por mí encantada, podría ir de visita después de navidad.

— Se lo diré — dijo mostrándole una sonrisa en grande de los que tanto le gusta a ella.

— Alex...¿Tú sabes algo de quiénes son los estudiantes aspirantes a mortífagos?

— En realidad algunos ya recibieron la marca.

— ¿Qué? ¿Quiénes?

— Dolohov, Malfoy, Lestrange, Carrow y Avery, y de los aspirantes que tengo conocimiento son Snape, mi primo Evan Rosier, Crouch Jr, Black y alguien de otra casa que no sé quién es pero que suelo oír que hablan sobre ello. En realidad no son tan disimulados como creen, cualquier persona sumamente observador se daría cuenta de la situación, además una vez bajé en la madrugada a la sala común y ellos se estaban mostrando la marca mientras le insistían a los otros, bastante estúpidos debo decir.

Eris al instante se preocupó por Regulus, si bien le rogó por ayuda tiene miedo de que finalmente caiga ante la presión y se vuelva uno de ellos, lo bueno al menos es que sus padres aceptaron y entre los cuatro ya planearon lo que harían ese día del escape, solo queda que él aguanté un poco más y que todo salga como lo esperado.

— Se que quizás sea mucho pedir para ti pero podrías por favor cuidarle disimuladamente a Reg, es que me preocupa que se den cuenta que él no quiere y le hagan daño.

— Tranquila, lo haré — dijo dándole un leve apretón en su mano — También quiero que tú te cuides durante todo este año que a ellos les falta por terminar porque jamás dejarán al olvido lo que pasó hace días atrás. Las serpientes se caracterizan por planear todo en silencio y no importa cuanto tarden, en algún momento van atacar cuando menos te lo esperas.

— Intentaré no andar sola por lugares pocos concurridos.

Aunque no lo admita él se encuentra preocupado por ella porque sabe la clase de personas que son ese grupo en especial. Tal como lo dijo no olvidarán jamás una humillación de esa clase y teme que le hagan daño a Eris, que arruinen su maravillosa forma de ser y apaguen por completo su luz.

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En un aula abandonada están todos reunidos a media noche, James, Remus, Peter y Eris, luego de haber esperado que Sirius se duerma y por suerte hoy estaba lo suficientemente cansado para dormirse temprano.

— Entonces...digan sus propuestas.

Dado que el miércoles es su cumpleaños número diecisiete se juntaron entre los cuatro para planear un regalo.

— Podríamos hacerle una fiesta como cada año — sugirió Peter.

— Eso siempre lo hacemos y lo haremos otra vez, pero aparte de eso debemos darle una sorpresa, algo que no se lo espera — habló James quien es el mayor organizador de todo.

— Mientras que se nos ocurre algo podemos planear la fiesta y que no sea un desastre como sus quince.

James y Peter rieron ante lo que dijo el castaño recordando esa fiesta que resultó ser un completo fiasco ya que no se tomaron el tiempo de organizar bien, además solo tenían catorce, no es como si pudieran hacer una buena fiesta.

— ¿Qué sucedió? — preguntó curiosa Eris.

— En resumidas palabras la sala común se lleno de espumas casi hasta el techo, James se rompió la muñeca ya que tropezó al no ver nada, Peter tuvo que ir a la enfermería por intoxicación, tuvimos cinco meses de horribles castigos y Sirius casi fue papá joven pero al final resultó que la chica solo quería darle el cargo aprovechando que tuvo sexo con él en su fiesta.

— Que no se te olvide que ese día te emborrachaste como nunca antes y por poco le revelas a todos que eres un hombre lobo.

— Shuu, no cuentes eso — dijo con las mejillas sonrojadas de la vergüenza.

— Y también casi se desnudó encima de una mesa si no fuera porque Sirius lo impidió — completó Peter riendo.

— Recuerdo que gritó "Ninguno de ustedes tiene el privilegio de verlo desnudo" para luego subirlo en su hombro y llevarlo a la habitación encerrándolo con llave ahí mientras él se iba con la chica mentirosa.

Los tres empezaron a reír y Remus se tapó la cara bastante avergonzado recordando ese día que marcó parte de su vida y nunca más tomó alcohol en exceso hasta llegar al punto de la inconsciencia. Fue la primera y última vez.

Por favor volvamos a lo importante.

— ¡Se me ocurrió algo! — exclamó con entusiasmo James.

— Cuenta todo — le dijo Eris.

Empezó a contar con detalles todo el plan moviendo sus manos y haciendo muchas expresiones denotando claramente mucho entusiasmo por hacerlo, los otros tres asintieron con una sonrisa imaginándose todo el panorama.

— ¿Qué piensan? — preguntó al terminar.

— Por mí no hay problema — respondió Remus encogiéndose de hombros.

— Por mí tampoco.

— ¿Eris?

— Me apunto pero que tenga muchos colores.

— De eso no hay duda, y si te parece bien tú y yo podríamos encargarnos de esa parte.

Peter y Remus se dieron una mirada divertida ante la petición de James notando su expresión ilusionada mientras la mira esperando una respuesta afirmativa que no tardó en llegar.

— ¡Por supuesto que sí! Sería genial, pero ¿realmente podrás?, con las clases y tus prácticas no creo que te alcance el tiempo, y si te forzará mucho pueden ayudarme Rem y Peter.

— No, no, yo puedo — se negó rápidamente moviendo la cabeza con velocidad — Haré como sea un espacio.

— Entonces bien, ahora lo que debemos hacer es organizar la fiesta y el resto del regalo.

— Yo me encargo de las bebidas y bocadillos — informó Peter.

— Yo de conseguir el resto de lo que falta para la sorpresa.

— Y yo de difundir la fiesta en todo el colegio y hablar con los prefectos para que nos ayuden — dijo James.

— ¿Y yo?

— Tú ya tienes un cargo, pero también podrías encargarte de la música para la fiesta, sé que tienes buenos gustos — le pidió James.

Eris asintió y otra vez quitó su cámara para capturar el momento previo de la planeación que luego se agregará en su caja de los recuerdos.
Colocó la cámara encima de una mesa y puso el temporizador.

— Posen para la foto chicos.

Al instante los tres posaron y Eris corrió hacia ellos en donde Remus rápidamente le agarró de los hombros y la colocó en medio mismo entre James y él, mientras que Peter se agachó frente a ellos sonriendo y haciendo un dos con su dedos.
Una vez capturado ella volvió a la cámara quitando el polaroid y le pasó la cámara a James pidiéndole que le saque una foto con los dos chicos.

— Sonrían grande y nada de ponerse cuernos. ¿Listos?

Los tres asintieron y otra foto más se unió a la colección, una de tantas y que en un futuro algunos lo verán con distintos sentimientos encontrados.

Luego de ello terminaron de pulir su plan y James se ofreció a acompañarle a Eris a su torre y por ende ahora ambos están subiendo con la capa de invisibilidad encima de ellos hablando en susurros sobre el día. Sin embargo, en un momento dado James le escuchó a Filch viniendo hacia ellos mientras habla con su gata y por puro impulso la acorraló contra una pared respirando con dificultad por la repentina adrenalina.

— Mantente en silencio — le susurró.

Y cuando la miró se arrepintió al instante al notar la gran cercanía entre sus rostros, algo que no solo le hizo sentir nervioso a él, sino también a Eris en donde ambos sintieron su corazón latir con ferocidad mientras se pierden completamente en los ojos del otro olvidándose de su alrededor y centrándose solo en ellos.
James deseó poder alejarse para evitar lo que le hace sentir pero le fue imposible con su aroma invadiéndolo como una droga y sus preciosos ojos mirándolo con fijeza e inevitablemente bajó su mirada y ocurrió lo que trataba de evitar aún más, las ganas de acortar la distancia y besarla, pero se contuvo y volvió a levantar su mirada para no caer. Eris por su parte se sintió confundida ante lo que la cercanía le está causando, es como la misma sensación inexplicable a cuando lo conoció por primera vez y tomó su mano, por esa razón no se alejó, para tratar de descubrir la causa pero llegó un momento dado en que el rostro de Alexander le vino a su cabeza y eso fue suficiente para que reaccione y se dé cuenta de la situación sintiéndose culpable aunque ellos no sean nada aún.

— Ya no se escucha nada — susurró pero él ni siquiera le respondió — James...

— Hm.

— Ya se fueron.

— ¿Eh?...Ah, sí, sí, lo siento.

Se separó tan rápido que casi salió debajo de la capa pero Eris lo agarró a tiempo y por la fuerza que impuso otra vez sus cuerpos se pegaron pero esta vez James se separó mucho más rápido evitando su mirada mientras desordena continuamente su cabello y ajusta su lente de los nervios. Maldiciéndose mentalmente de haber caído en su encanto y posiblemente volver a arruinar su amistad.

— Lo siento — volvió a decir.

— Hey, tranquilo, no pasó nada. Vámonos.

Quizás no ayude mucho a la situación pero aún así ella agarró su mano para guiarlo a su torre y James se quedó medio embobado mirando sus manos unidas mientras la sigue torpemente tratando de volver en sí y dejar de actuar como un tonto pero le es imposible, parece que lo tiene hechizado y le gusta la sensación, nunca antes se había sentido así con un simple toque o acercamiento de cuerpo con alguna chica.

Al llegar a la torre ambos salieron debajo de la capa y se miraron en silencio sin saber qué decir y terminaron riendo torpemente sin razón alguna.

— Supongo que nos vemos mañana, o más bien hoy porque ya son pasados las doce y tenemos clase hoy y nos toca juntos algunas clases, además de que seguro nos veremos también en el comedor y...y ya me callo — dijo James tan rápido y luego sonrió avergonzado.

— Hasta hoy James — habló con una sonrisa divertida ya que su vómito verbal le recuerda a ella — No te olvides que hoy empezamos a hacer parte de la sorpresa.

— Sí, sí, te aviso la hora en que podré.

— Genial.

Los dos se quedaron mirando otra vez hasta que Eris reaccionó y le saludó con la mano despidiéndose con una sonrisa tímida. Apenas respondió la adivinanza y entró James se golpeó la frente.

— Lo único que hago es pasar vergüenza, agh que idiota soy.

Aún insultándose a sí mismo fue a su habitación en donde le encontró a sus amigos ya dormidos y él hizo todo lo más silencioso posible para luego acostarse y pensar en lo sucedido e imaginando qué hubiera pasado si se animaba a besarla.
Esa noche los dos durmieron pensando en el otro.

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