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CAPÍTULO DIECISÉIS
• HALLOWEEN •

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31 de Octubre. Antes Eris amaba ese día, le encantaba adornar su casa con calabazas, calaveras, arañas y demás en compañía de sus padres para más tarde disfrazarse e ir a pedir dulces en las cuadras cercanas a su casa, eso fue hasta los once años, a los doce todo cambió, esa fecha de pasar a ser uno de sus favoritos se convirtió en el día del año que menos tolera, el día que siempre desea que pase rápido y acabe. Por esa razón durante todo el día se ha mantenido escondida sola en su habitación pidiéndole a todos que no la molesten, incluso negó la petición exclusiva de McGonagall para ayudarle a decorar el comedor con lo que falta junto a otros alumnos más, incluido sus amigos. Sin embargo, ahora no le queda de otra más que salir de su habitación para ir a su práctica de dones ya que Melania no pudo venir el jueves y en lugar de eso justo eligió el sábado de Halloween.

De camino se topó con Sirius quien empezó a comentarle lo gracioso que fue verle a James caerse y que una calabaza se haya roto encima suyo, también se quejaba de que Remus durante toda la decoración se pasó hablando con la chica de Gryffindor con quien pasa mucho tiempo juntos, incluso le contó que Narcissa le dio una fuerte cachetada a Lucius enfrente de todos por tocarle el trasero a una chica de quinto y luego se marchó molesta, no sin antes insultarlo de mil formas, algo que nunca nadie vería venir de ella, además de la primicia de Regulus admitiendo gustarle una mestiza de Hufflepuff. Al parecer varias cosas pasaron en su ausencia, pero realmente no está tan cooperativa con los chismes nuevos y Sirius notó su silencio así que se calló.

— ¿Estás enferma?

— No.

— ¿Entonces por qué Eloise nos contó que no quieres salir de tu habitación? Además ahora no me dices nada cuando por lo general das tu opinión sobre cada mínima cosa que te cuento.

— Es solo que no estoy de humor, no me gusta Halloween.

— ¿Por qué no? Es genial, además hoy sirven las comidas más deliciosas y todas las casas hacen fiesta de disfraces, por cierto, estás invitada a la fiesta de Gryffindor.

— Lo siento pero no iré.

— ¡¿Qué?! ¿Cómo que no? No puedes faltar, nuestra fiesta es la mejor de todas.

— Quizás vaya a su próxima fiesta.

— Pero tienes...

— Dije que no Orion — habló con dureza y al darse cuenta soltó un suspiro mirando a su alrededor notando la razón por lo cual empieza a enojarse y fastidiarse — Perdón, solo no quiero ir y por favor ya no insistas.

— Definitivamente te sucede algo, cuéntame.

— Ahora no.

— Pero...

— ¡Ya basta! Te lo diré más adelante, ahora deja de insistir y querer saber todo que tampoco puedo vivir contándote cada cosa que pasa.

Sirius abrió los ojos grandes y retrocedió un poco de la sorpresa, no solo porque le habla por primera vez así de molesta, con rabia en sus ojos que extrañamente se volvieron un poco más oscuros. Sin embargo, cuando se le pasó su sorpresa se sintió muy enojado.

— Lo siento por preocuparme por ti, solo intento ser un buen amigo, algo que al parecer tú no eres.

— Cállate.

— Claro, quieres que me calle por que estoy diciendo la verdad.

— ¡Que te calles imbécil! Estamos cayendo en su juego.

Eris cerró con fuerza los ojos tratando lo máximo posible de centrarse en aumentar su campo energético que se debilitó con fuerza momentáneamente y que le agarre también a Sirius pero se le está haciendo difícil con la influencia que hay, pero para su gran suerte apareció Melania espantando todo lo que hay a su alrededor ya que es una mujer con experiencia y le agarró a ambos del brazo llevándolos el corto camino que queda.
Al llegar entraron y los diferentes olores a hierbas los recibieron, además de una fuerza energética bastante poderosa que solo Eris pudo percibir bien.

— Olvidé completamente que eres aún inexperta, de lo contrario no hubiera elegido este día.

— ¿Qué pasa? No entiendo nada — habló Sirius confundido.

— Es Halloween — le dijo Eris sin darle explicaciones — Y perdón por hablarte así hace rato, por un momento dejé que ellos tomen influencia en mí, también lo hicieron contigo.

— ¿Qué carajos? ¿Influencia?¿Quiénes son ellos? Explíquenme que soy nuevo en toda esta cosa.

— Vamos a sentarnos y te explico — habló Melania indicándoles los sillones negros.

Sirius rápidamente fue a sentarse mirando la cantidad de velas que hay por todos lados junto a los extraños cuencos en cada esquina de la pequeña habitación de las cuales salen humo blanco con olor a hierbas.
Por otro lado Melania la verificó de pies a cabeza y entendió por qué razón tomaron influencia de ella con facilidad.

— ¿Dónde están tus collares?

Eris pasó su mano rápidamente por su cuello y cerró los ojos respirando hondo para no molestarse ante su falta de atención. Se había olvidado de colocarse nuevamente luego de bañarse.

— Lo olvidé — le contó sintiéndose culpable y una tonta por olvidarse de algo tan importante justo hoy.

— Apenas terminemos ve directo a tu habitación y póntelos. A ti más que nadie te afecta este día y lo sabes, debes estar protegida más que nunca y aún no eres tan experta para usar tu energía durante mucho tiempo.

— Sí, lo haré.

— Bien, aquí por el momento estás segura.

— ¡Oigan! ¿Van a seguir hablando o me contarán lo que pasa? — habló Sirius alzando su brazo al aire y moviendo para llamar la atención.

Ambas caminaron hacia él y cada uno se sentó en un sillón.
Antes de comenzar Melania les ofreció té y los dos aceptaron gustosamente, así que ahora los tres están tomando de sus respectivas tazas con Sirius mirándole intensamente a cada momento a su abuela para meterle presión y que hable de una vez porque ya no puede con tanta curiosidad.

— El 31 de octubre de cada mes ocurre una unión entre dimensiones haciendo que varios portales logren abrirse para conectarse entre todos, con estos abiertos les da una gran facilidad para que otros seres se integren en otras dimensiones, generalmente son los de bajo rango que hacen estos viajes para alimentarse y de la mayoría sus favoritos son los seres humanos porque no estamos tan avanzados en cuanto a conocimiento sobre esto, y los que están lo ocultan para mantener a la gran masa cegados ante la realidad o porque tienen miedo de que no les crean, por esa razón somos un blanco fácil, porque no podemos defendernos...

— Espera, espera, no puedo creer esto...¿Desde cuándo mi vida se volvió una jodida película de muggles?....Me están haciendo una broma ¿no?, porque debo admitir que está buena.

— Es la verdad Sirius, y si vas a adentrarte en el mundo de los Macmillan debes tener la mente abierta porque a medida que pase el tiempo te vas a enterar de cosas que muchos no saben, así que te haré una sola pregunta y depende de eso continuaré dándote lecciones.
¿Estás dispuesto a aceptar toda información que recibirás y guardarás cada secreto hasta la tumba?

Se mantuvo callado mirando fijamente su taza dudando en si seguir adelante o dar un paso atrás y vivir como una persona normal sin ninguna preocupación, es su gran oportunidad para rechazar todo lo que tenga que ver con los dones de su familia y lo que viene consigo.
¿Realmente vale la pena arriesgarse? ¿Podría ocultar tantas cosas?
Siguió dudando pero cuando levantó su vista posándolo en Eris supo que no estará solo en este desconocido camino, que siempre estará ella para acompañarlo y apoyarlo en lo que sea, justo como lo hizo desde que la conoció, una chica que en un principio jamás creería que vendría a dar vueltas todo su mundo.
Lo hará, por ella, por su familia y por protegerla, porque no importa el poco tiempo que se conocen, él sabe que daría hasta su vida por ella.
Sirius podrá ser un desastre andante pero si hay algo que tiene arraigado bien fuerte es su lealtad hacia quienes ama.

— Estoy dispuesto en adentrarme completamente al mundo de los Macmillan.

Eris quien estaba nerviosa por su respuesta se sintió aliviada y le sonrió feliz, él por supuesto le devolvió la sonrisa guiñándole el ojo.
Melania los observó a ambos sintiéndose nostálgica ya que le recuerda a su relación con su hermano, ambos incluso se comportan como ellos lo hacían de jóvenes, son como el reflejo de ellos y cada vez que los ve tiene ganas de ir a visitarle a su hermano y pedirle perdón por romper su lazo de hermandad.

— Entonces bienvenido oficialmente a los Macmillan.

— ¿Hay regalo de bienvenida? — bromeó y su abuela rio.

— De hecho sí lo hay....Accio bolso.

Su bolso voló a sus manos y ella rebuscó algo en él quitando el amuleto que se le da al inicio a cada uno de ellos.

— Teniendo en cuenta que jamás utilizarías una pluma en tu cabello hice que te lo forjen como una pulsera.

Le pasó la pulsera de cuero negro que contiene una bola trasparente en medio junto a una pequeña pluma encogida con magia metida dentro.
Sirius lo agarró confundido dando vueltas en su mano la pulsera mirando cada parte.

— Supongo que gracias, pero para qué es esto.

— Es un amuleto que todos nosotros llevamos, debes llevarlo siempre y este te protegerá de las tres maldiciones imperdonables.

Sirius dio un silbido maravillado y rápidamente le pidió a Eris ayuda para que se lo ponga y así lo hizo.

— Vaya, ahora soy inmortal. Eris, ¿jugamos a tirarnos maldiciones para probar su efectividad?

— No harán eso — les retó Melania al instante.

— Lo haremos más tarde — susurró la rubia y ambos se miraron cómplices con una sonrisa.

— ¡Ni se les ocurra!

— Ay, es broma abuela, relájate que no queremos que te dé un infarto antes de tiempo.

— Ya me estoy arrepintiendo de haberte dado.

Sirius se carcajeó divertido al ver su expresión molesta y luego sacó de su bolsillo caramelos y se los comió tirándole también a Eris algunos que le quitó rápidamente el envoltorio y se lo metió a la boca disfrutando del sabor de la cereza.

— Mejor sigamos con lo anterior.

— ¡Espera! Antes que nada tengo una consulta — interrumpió el pelinegro — ¿El amuleto funciona para personas que no están en nuestro linaje?

— Cuando llegue su momento lo sabrás.

— ¿O sea que algún día le daré a alguien y lo comprobaré?

— No te puedo dar esa información — hizo una pequeña pausa y al ver que volvería a hablar decidió continuar con lo de hace rato — Como iba diciendo, no todos los seres atraviesan la tierra con fines malos, algunos por simple curiosidad de estudiarnos, pero por lo general son las entidades bajas los que vienen y se alimentan de las emociones negativas como celos, ira, placer, envidia y más, a veces no necesitan influir en nadie ya que sienten constantemente estas emociones, pero a veces como en el caso de ustedes crean discordia para producir emociones negativas. Luego están algunos que literalmente se alimentan de humanos y otros que absorben solo la energía de las personas dejándolos debilitados o enfermos, sus favoritos son las personas como Eris, es como la luz que atrae miles de polillas.

— Y lo peor es que puedo verle a cada uno de ellos — le contó la rubia — Este es el día que no puedo desactivar mis dones y veo todo, es cansador y me suelo debilitar un poco. Por esa razón no quise salir de mi habitación, porque ahí está protegido cada mínimo rincón y no pueden entrar.

Sirius estaba anonadado y a la vez confundido, con miles de preguntas viniendo a su mente, además ahora se siente culpable por haberle insistido tanto a Eris sabiendo que hoy ella no está bien, se sintió un mal amigo.

— ¿Por qué la persiguen a ella? ¿Pueden dañarla?

— Porque tiene el don de poder verlos y comunicarse con ellos, además de controlar las energías y que su propia energía y aura es muy llamativo para seres de esta clase.

— Pero yo no puedo hablar con ellos — expuso Eris con el ceño fruncido.

— Lo puedes, solo que te falta practicar y cuando lo controles los entenderás a la perfección, sin importar que no hablen tu idioma.

— Sigo sin entender qué tiene que ver sus dones que le llaman la atención — habló Sirius bastante interesado en todo el tema.

— Con ella de su lado tendrían mucho poder porque es capaz de controlar cualquier energía y emociones, lo que significa alimentarlos sin ellos tener que rebuscarse, además no solo ellos salen beneficiados, si Eris quisiese podría tener un ejército entero de distintas especies a su disposición capaces de matar a cualquiera que ella lo ordene. Sería como un dar y recibir mutuo.

En esta ocasión ambos jóvenes abrieron la boca sorprendidos porque no tenían idea de ello, mucho menos Eris, no sabía que podía llegar a tener tanto poder en sus manos y eso le aterra, porque si personas inadecuadas se enteran de lo que es capaz pueden raptarla y utilizarla para causar caos, y al único que conoce en estos momentos que está ansioso de poder es Lord Voldemort.

— Podría tenerlos todo el tiempo que quisiese y no solo el 31 de octubre porque la mayoría se quedan a vivir aquí y no vuelven a su dimensión. Algunos de los Macmillan nos encargamos de eliminarlos, pero solo los que tienen el don principal del control de energía son capaces de matarlos rápidamente, y por el momento la única persona que conozco que tiene como principal es Eris, por eso mi deber más que nada es ayudarla a tener más control para que sepa defenderse bien y no dejar que otros la utilicen.

— Wow, podrías ser más poderosa que ya-sabes-quien porque tu ejército será invisible y nadie podrá matarlos. Tienes que derrotarlo Eris.

Esta hizo una mueca en desacuerdo, ni por más poderosa que pueda ser andaría luchando con él, al menos no sin tener un buen plan porque no es simplemente atacar y ya, para derrocar a un mago oscuro se necesita más que un tonto impulso y complejo de héroe, se necesita ser más astuto que el oponente y por el momento ella no conoce mucho sobre Voldemort, además está que ahora lo único que desea es disfrutar de su juventud, quizás más adelante lo considere, cuando termine el colegio y conozca más sobre sus propios dones.

— No.

— Por eso accedí en ayudarte, porque eres todo lo contrario a él, no buscas aprovecharte de los demás con tus dones y siempre buscas el bien.

— Sí, bueno, ya que no hablaremos de derrotar a los malvados mejor díganme si yo saldré afectado hoy con esas cosas rondando por ahí.

— Cualquiera puede ser afectado, aunque debo decir que los Macmillan con dones llaman su atención porque tenemos una esencia diferente, así que sí, posiblemente si uno se cruza contigo se pegará a ti.

Sirius empezó a hacer un drama y Eris mientras tanto está pensando profundamente un pequeño detalle uniendo los hilos y se preguntó si podría ser posible porque Dumbledore solo pidió ayudarle a Sirius y Regulus, nunca mencionó a su otra prima que sigue estudiando aquí.

— Narcissa Black — habló llamando la atención de ambos — Sirius, dijiste que ella le golpeó a Malfoy ¿no?

— Sí, ¿qué tiene que ver eso?

— ¿Se veía enojada durante todo el día? — él asintió confundido — Si ellos influyen más que nunca en los Macmillan con dones eso significa que ella también tiene algo. ¿Estoy en lo correcto, Tía Melania?

La mujer sonrío de lado una vez más orgullosa de ella, ya estaba esperando el momento exacto en que se dé cuenta sin que ella se lo diga.

— Estás en lo correcto.

— ¡¿Qué?! — exclamó el pelinegro sorprendido — ¿Cissy? ¿Nuestra prima?

— Sí, lo tiene y está consciente sobre ello. También la estoy guiando en su proceso.

— ¿Desde cuándo lo sabe?

— Desde el año pasado, pero no hablaremos sobre eso.

— Pero queremos saber — se quejó Sirius.

— Hoy Eris practicará su don de la videncia y tú Sirius con el único don que sabes — anunció ignorando todo lo anterior.

Ambos jóvenes se dieron una mirada en el que sin decir palabras se entendieron. Más tarde irán a hablar con Narcissa y preguntarle qué tanto sabe.

— ¿Qué hago exactamente? — preguntó la rubia.

— Traje varios objetos de personas en el cual intentarás ver el futuro, pero primero empezaremos tratando de ver una parte del futuro de Sirius y para eso necesito que tengas la absoluta intención de aceptar por completo tu don, sé que te da miedo ver futuros por el cargo que conlleva, además de la frustración de no poder intervenir.

La rubia soltó un resoplido asintiendo y se levantó yendo directo a Sirius y agarrándole la mano ya que tocando es más fácil ver el futuro de la gente, este se quedó tieso mirándola expectante esperando ver que sus ojos cambien de color como ella le contó.

— Yo sé que puedes Eris — le alentó regalándole una sonrisa de ánimo.

Ella cerró los ojos tratando de relajarse y darse fuerza a sí misma, principalmente intentando dejar de lado su miedo irracional a enterarse de cosas que no quiere.
Estuvo durante un minuto perdida en sus pensamientos apretando levemente la mano de su amigo y solo cuando creyó que ya estaba lista para aceptar lo que sea que depara el futuro a las personas abrió los ojos y se centró netamente en los ojos grises de Sirius esperando recibir algo de su parte, pero como era de esperarse no sucedió nada, aún así no se rindió y siguió intentando, fallando en el proceso.

— Deja de reprimirte Eris Macmillan — habló con dureza Melania colocándose a su lado — Es parte de ti, acéptalo y deja de comportarte como una niñita miedosa. Eres una mujer poderosa, capaz de liderar ejércitos, con dones que te eligieron a ti entre muchas personas. Eres especial.

Y sus palabras fueron como el interruptor que encendió la aceptación de su don y pudo tener una visión, una muy extraña.
Estaba en un lugar oscuro y de fondo se podía oír gritos, voces, golpes en lo que parece ser hierro y muchos ruidos mezclados más. Sin embargo, el panorama cambió y en el lugar oscuro se visualizó una minúscula ventana haciendo que filtre la luz de la luna, ahí pudo ver que parecía ser una celda y en la esquina se visualiza un hombre de cabello largo con ropa raída y mugrienta, primeramente no se veía su rostro hasta que levantó la cabeza mostrando a un Sirius con facciones más adultas y que denotan mucho sufrimiento.
No pudo ver más ya que salió de la visión soltándole rápidamente la mano y retrocediendo.

— ¿Qué viste? Seguro mi futuro siendo un exitoso millonario — bromeó.

Eris le dio la espalda sintiendo sus ojos aguarse de la tristeza ante la visión.
Por esa razón no le gusta saber el futuro de las personas, ahora no sabrá cómo mirarle a los ojos a su primo sabiendo que en unos años estará sufriendo encerrado en una prisión quién sabe por qué y siendo todo lo contrario a ese chico tan alegre como lo es actualmente.

Sintió una mano en su hombro y levantó la cabeza viendo que trata de Melania con una expresión de pena. Por supuesto, su don principal es la videncia, seguro ella ya lo ha visto.

— ¿Por qué se ponen así? No creo que mi futuro sea tan malo.

— No lo sabemos — le dijo la mujer y Eris la vio confundida ya que está bastante segura de lo que vio.

— No entiendo, ¿no se supone que siempre suceden?

— No necesariamente.

— ¿Entonces cabe la posibilidad de que todas las visiones que he tenido no ocurran? — preguntó esperanzada ya que anteriormente, días atrás específicamente, había visto algo que no le mencionó a nadie porque es muy delicado que hasta a ella le afectó.

— Existen incontables universos, futuros, realidades y más. Nuestra visión puede provenir de cualquiera de ellos y no necesariamente de la realidad en el que estamos ahora, por lo que eso que viste recientemente puede que ocurra en esta realidad o en otra, es complicado saber con exactitud.

— Entonces eso significa que de igual forma no puedo evitar ciertos futuros porque cabe la posibilidad de que pertenezca a esta realidad y altere toda la línea del tiempo.

— Exacto. Es mejor no arriesgarse.

Eris suspiró decepcionada agachando la cabeza para que no vean cuan afectada está y ruega dentro de sí que el Sirius de esta realidad no termine en Azkaban y que tampoco ocurra las visiones que tuvo anteriormente, de lo contrario el futuro será un caos lleno de sufrimiento.
Ese es el gran peso de tener el don de la visión, saber y no poder hacer nada.

— Como que el aire se siente tenso — habló Sirius de repente rompiendo el silencio — ¿Y si cantamos para mejorar el ambiente?

— No, nada de cantos, ambos empezarán a practicar. Eris, quiero que tengas una visión de cada objeto que toques — le señaló una mesa con cinco cosas encima — Sirius, te ayudaré a que identifiques más rápido a las almas gemelas.

— Ah sí, ahora que me lo recuerdas. Tengo la sospecha de dos personas.

Durante toda la tarde estuvieron practicando sus dones, Sirius avanzó un poco más y descubrió que realmente esas dos personas son almas gemelas, y Eris tuvo otras visiones más de las cuales de los cuatro uno solo era bonito y se alegró por esa persona, los otros como siempre fueron trágicos y al parecer todo el futuro de esta generación está destinado a la desgracia.

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Eris terminó de meter en su bolso todo lo que necesitará y se vistió con algo más abrigado ya que por la noche en Hogwarts hace frío y tendrá que caminar un largo tramo hasta la casa de los gritos.
Dado que en su sala común hay una gran fiesta que dio inicio hace una hora ella decidió ir otro lado porque no se siente para nada cómoda ya que pese a que su habitación está protegida de igual manera los siente vagando por ahí y está segura que abajo debe haber aún más e incluso en todas las fiestas de cada casa, alimentándose de ellos sin que estos se den cuenta.

Y cuando bajó a su sala común lo confirmo y prácticamente corrió afuera antes de que se den cuenta de su presencia, lo mismo fue cuando salió pero en esta ocasión corrió con toda su velocidad sin importarle encontrarse con alguien, aunque de todas formas ningún prefecto está haciendo su labor y Sirius le dijo que hasta los profesores tienen un festejo entre ellos, así que está completamente sola, sin ningún humano a la vista.

.

Llegó frente al árbol sin inconvenientes y empezó a respirar aceleradamente con el corazón agitado y muy cansada, pero no tomó tanto tiempo de descanso e inmovilizó el árbol para luego entrar por el pasadizo que le mencionó Remus siendo recibida por la oscuridad.
Siguió así por no sabe cuánto tiempo que ya le empezaba a cansar dado que estuvo corriendo pero finalmente logró salir y subió la escalera malogrado por lo años.
Decidió elegir este como su refugio temporal porque es el único lugar que está alejado de las personas, además de que procederá a proteger el lugar no solo por ella, sino también para Remus en un futuro.

Lo primero que hizo fue sacar todas las velas que trajo en su bolso y luego empezó a colocar en varias partes encendiendo cada uno de ellos iluminando por completo el lugar dado que trajo muchas velas. Después procedió a quitar los cuatro cuencos con hierbas y los colocó en forma de cuadrado en donde ella se colocará más tarde, luego los encendió y el lugar se llenó de un agradable aroma que lo acompañó con un incienso. Luego de ello empezó a escribir runas de protección en las paredes y al terminar continuó con otros procedimientos que le tomó unos cuantos minutos pero que hizo todo lo más rápido posible y al finalizar se puso a leer para matar el tiempo.

— Eris ¿Estás bien?

La chica levantó rápidamente la cabeza topándose con Peter quien la ve preocupado.

— Sí. ¿Qué haces aquí?

— Remus y yo decidimos no ir a la fiesta y nos quedamos en nuestra habitación, estábamos aburridos y decidimos ver el mapa y te vimos corriendo, nos preocupamos bastante y decidimos venir a ver qué sucede pero en el camino James y Sirius que están ebrios le detuvieron a Remus y él se quedó para distraerlos para que yo venga más rápido, pero me dijo que apenas se desligue de ellos vendrá.
Me alegra que estés bien, por un momento creímos que te pasó algo malo.

Al terminar de narrar tomó una gran inhalación de aire ya que habló todo muy rápido y a Eris le causó ternura que haya ido con ella solo para verificar que está bien, así que cuando se repuso le hizo una seña para que se siente a su lado encima de la manta y por supuesto Peter accedió sentándose frente a ella y mirando extrañado todo a su alrededor.

— ¿Qué son esos dibujos y ese olor?

— Te lo explicaré cuando venga Remus y de paso les cuento algo. ¿Te parece bien?

Eso era algo que había estado pensando seriamente, él contarle su secreto a sus amigos más cercanos y no solo por ella misma, sino por Sirius que se siente culpable de esconderle todo, además sería lo más justo teniendo en cuenta que ella le contó a Eloise, su mejor amiga, quien por cierto fue bastante gracioso su reacción ya que primeramente estuvo en silencio procesando todo y luego se puso a soltar chillidos y saltando como conejo de la emoción para luego ponerse a divagar sobre que podría dominar el mundo y ella sería su compañera de acción, lo más maravilloso fue que sin necesidad de mostrarle sus dones ella le creyó demostrando la gran confianza que tiene en ella.

— Sí...¿Es algo grave?

— Depende de cómo lo veas.

— Ya me dio curiosidad, pero esperaré. ¿Qué cuentas? ¿Ya eres novia de Rosier?

— No, estos días no hemos tenido tanto tiempo de hablar porque al ser de séptimo tiene muchas tareas.

Lo máximo que han podido verse fueron cinco veces en toda la semana y ni siquiera lograron tener una conversación amplia ya que en algunos momentos solo se acompañaban mientras hacían sus respectivas tareas, pero igual todo sigue como siempre entre ambos, lo único nuevo es que a veces se agarran de las manos mientras caminan por el pasillo o cuando están en el patio ella se acuesta y pone su cabeza en sus piernas mientras él acaricia su cabello. Digamos que él es muy distante en cuanto a dar cariño físico se refiere, pero al menos hace el intento con ella y eso lo valora.

— ¿Realmente te gusta? — preguntó interesado con el fin de obtener información y darle a James a pesar de que este sigue negando todo.

— Sí...no sé, es complicado. ¿Qué hay de ti? ¿Te gusta alguien?

— Sí — murmuró sonrojado y con una sonrisa tonta, aunque no duró tanto y su expresión se volvió triste — Pero no creo que me haga caso, seguro le gusta uno de los chicos como siempre. Ellos llevan la atención de todas y yo no soy nada especial para gustarle a alguien.

— No digas eso, tú eres especial aunque lo niegues.

— No lo soy, ni siquiera tengo algo genial que presumir como James y Sirius que son buenos en el quidditch, luego está Remus que es el inteligente que llama la atención sin siquiera intentarlo. Yo me esfuerzo pero parece que nunca nadie me nota.

— Tú eres un experto en jugar ajedrez, no hay nadie que te gane y sabes cocinar muy bien, además ni hablemos de lo leal que eres con tus amigos y de lo bueno que eres escuchando a las personas y apoyándolos, eso es digno de presumir. Y no necesitas esforzarte tanto porque ya tienes la atención de las personas, solo que estás muy cegado en creer que todos le prefieren a tus amigos para notar que también debe haber chicas que gustan de ti.

— ¿En serio crees eso? — dijo avergonzado.

— ¡Por supuesto que sí!

— Gracias, por tus palabras y por haberme notado.

— ¿Qué? — dijo un poco confundida.

— Cuando ellos están a mi lado soy invisible para todos, pero tú fuiste diferente, me viste.

Eris entendió finalmente que se refiere a ese día en la heladería cuando chocó con él y le ignoró a los chicos centrándose solo en Peter. También se dio cuenta de lo dañado que se encuentra y lo mucho que ha callado durante tantos años viviendo en la sombra de los chicos, pero no más, desde ahora lo ayudará a sobresalir, a quererse más a sí mismo y no caer en ciertas cosas.

— Siempre podrás contar conmigo. Incluso cuando todo se derrumbe yo estaré ahí y no olvides en acudir a mí por lo que sea, y recuerda siempre que a pesar de todo los chicos realmente te quieren mucho y valoran tanto tu amistad como a ti.

Peter asintió con una sonrisa de agradecimiento sintiéndose libre de poder confesar lo que quiere con ella sin miedo a ser juzgado como cada día lo siente, esa presión de tener que encajar como lo aceptado por la sociedad de las cuales a veces ya le resulta cansador y esconde tantos pensamientos y sentimientos que ni siquiera le cuenta a sus amigos por miedo a que lo dejen ya que fueron los únicos que en primer año lo aceptaron para ser parte de un grupo.

— ¿Tú crees que ellos realmente me quieren? — preguntó aún inseguro.

— Por supuesto que lo hacen, incluso darían la vida por ti.
La amistad de ustedes es maravilloso y no dejes que nada ni nadie te aleje de ellos, ni siquiera esta guerra.

— Prometo no alejarme y protegerlos, también a ti.

— Solo recuerda no dejarte a ti de lado solo para complacerlos. Intenta sentirte libre y ser tú mismo, que no te importe lo que dirán las personas.

— Lo intentaré.

Justo en ese momento llegó un acelerado Remus que al verle a Eris soltó un largo suspiro de alivio y luego se puso a olfatear exageradamente, como todo un perro y después empezó a observar todo el lugar y sonrió al reconocer las runas dibujadas en las paredes de las cuales al parecer tienen un efecto en su lobo, o quizás es el olor pero de igual forma lo hace sentir mucho más tranquilo y a gusto, así que se adentró del todo y se sentó a un lado de Peter.

— No saben lo difícil que fue deshacerme de los chicos, están tan ebrios al punto de no saber dónde están parados.

— Pero están bien — preguntó Eris preocupada.

— Creo que sí, Sirius se fue con una chica y James está tirado en el sofá hablando solo de lo mal que le va en el amor y que posiblemente está destinado a gustarle siempre chicas que no le harán caso.

— ¿Él sabe que Lily es lesbiana?

— No, si lo supiera ya estaría haciendo todo un drama.

— ¿Cómo que es lesbiana? Yo no sabía — dijo Peter sorprendido.

Remus y Eris se dieron una mirada de arrepentimiento dándose cuenta de que la cagaron ya que solo los dos y Marlene lo saben, aunque Eloise ya sospecha porque supuestamente tiene un radar homosexual que le permite detectar quiénes forman parte.

— No se lo digas a nadie, ella aún no está lista para que todos sepan — le pidió Remus.

— No lo haré — por unos segundos se quedaron en silencio pero se le ocurrió algo — ¿Y si hacemos esta noche de secretos? Que cada uno cuente algo suyo y todo se quedará entre nosotros.

— Me parece bien — dijo inmediatamente Eris ya que eso le facilitará contar sobre sus dones.

— Está bien — dijo el castaño sintiéndose en confianza con ambos.

— Empieza tú Remus, fuiste el último que llegó, después seguiré yo y por último Eris.

El susodicho hizo una mueca de desacuerdo pero luego asintió y se puso a pensar qué podría decir, algo que aún no le contó a nadie.

— Me gusta Sarah, la chica de Gryffindor con la que paso tiempo, pero tengo miedo de avanzar y terminar dañándola.

— Deberías arriesgarte y darte la oportunidad de experimentar.

— Estoy de acuerdo, además no podrías dañarla. Ya hablamos de eso, solo mantenla alejada los días de luna llena y todo saldrá bien — habló la rubia.

Aunque desea que esté con Sirius sabe que aún no es el momento adecuado, ambos están en una diferente sintonía, Remus recién empieza a abrirse respecto a las relaciones y Sirius es demasiado promiscuo y no está listo todavía para tener una relación.

— Sí, y durante seis años nunca antes estuviste con alguien, así que esta es tu oportunidad.

— No lo sé, ya lo veré. Ahora tú Peter.

Toda expresión suya cayó y ambos pudieron ver la gran tristeza reflejada en su rostro.

— Mis padres ya no se aman y me afecta mucho oír todas sus peleas constantes, además de que se van a divorciar muy pronto y me hacen elegir con quién ir pero yo no puedo elegirle a ninguno, los quiero a ambos y deseo tanto que todo vuelva como antes, en donde éramos una familia feliz.

— Lo siento mucho amigo, pero ¿por qué no nos dijiste nada? — habló Remus con pena poniendo su mano en su hombro en forma de apoyo.

— Es que a veces siento que soy una molestia y no quiero cargarlos con mis problemas.

— Jamás serías una molestia para nosotros, somos tus amigos y te apoyaremos en lo que sea, y si necesitas ser escuchado cuéntanos lo que sea.

Para hacerlo sentir más seguro de lo dicho se acercó a él y lo abrazó dándole palmadas en la espalda causando una enorme sonrisa en Peter y también en Eris quien los veía enternecida sin decir nada ya que es su momento y lo respeta.

— Bueno, ahora tú Eris — dijo Remus separándose.

— Desde lo sucedido con los Slytherin suelo tener pesadillas al respecto en donde logran su cometido, a veces incluso se unen otras personas y he estado fingiendo que lo superé y que no me da miedo ir sola por el pasillo, ya ni siquiera puedo hacer mi rutina diaria en donde exploraba sola. Aún así he estado trabajando constantemente en superar y que eso no afecte mi día a día.

Ambos chicos volvieron a enojarse y tuvieron ganas de golpearlos otra vez a esos malditos que la hicieron sentir así, a ella que desde que la conocieron ha sido una luz que ilumina sus vidas.

— A partir de ahora si nos permites te acompañaremos a todos lados hasta que te sientas segura de poder volver caminar sola — dijo Peter acercándose a ella para sujetar su mano en forma de apoyo.

— Nos aseguraremos de que nunca nadie te vuelva a hacer daño, mucho menos ellos. Y prometo averiguar una forma de que dejes de tener esas pesadillas — continuó el otro realizando la misma acción pero con la otra mano.

— Gracias chicos...También quiero contarles algo más.

— ¿Tiene que ver con lo que te pregunté hace rato?

— Sí Peter.

El rubio inmediatamente se alejó colocándose frente a ella observándola ansioso por saber, por otro lado Remus está confundido pero no dijo nada y se mantuvo en la misma posición.
Eris respiró hondo y se mantuvo en silencio por un breve momento hasta que se animó y les contó absolutamente todo, desde lo que le sucedió en su antiguo colegio, sus dones y los Macmillan, que es pariente de los Black y que Sirius también tiene dones y juntos tienen su práctica cada jueves, hasta les contó la razón por la que hoy no ha salido en todo el día y por qué llenó de runas la casa de los gritos.
Al terminar los dos no podían creer lo que acaban de escuchar y se tomaron como un minuto en procesar toda la información hasta que Remus fue el primero en hablar, o más bien dicho explotar bastante molesto y dejar atrás su lado pacifico.

— ¡Esos idiotas! ¡¿Cómo se atreven a hacerte eso?! ¡Deben pagar por lo que te hicieron!

— Mis padres lo intentaron pero no hubo caso, de todas formas ya es pasado.

— Ese tipo de cosas no puedes dejar en el pasado, deben seguir buscando una forma de hacerlos pagar cada mísero segundo — habló Peter desvelando un toque vengativo en su voz.

— Sí....Mejor díganme que opinan de lo otro.

Ahí recién cayeron en cuenta de lo otro que les había contado y borraron todo enojo.

— Es...estoy sin palabras, simplemente asombroso.

— Lo mismo digo. ¿Podrías mostrarnos algo? — pidió el rubio entusiasmado.

Eris asintió e hizo una mini bola de energía escuchando las gesticulaciones de asombro por parte de Peter, incluso quiso tocarlo pero ella al instante lo hizo desaparecer para luego mirarlos a los ojos intercalando y centrarse en ambos transmitiéndole un gran dosis de felicidad de las cuales en consecuencia empezaron a reír a carcajadas sin razón haciendo que ella sonría divertida, pero sabiendo que no es bueno controlarle a las personas deshizo volviéndolos a su estado normal, aunque sí dejó un pequeño toque de felicidad para que se sientan bien.

— ¡Eso fue genial! — chilló Peter.

— Concuerdo. ¿Qué hay de las visiones?

— Aún no controlo del todo, solo viene esporádicamente, pero hoy estuve practicando y pude tener más de lo normal. Quizás en unos años ya pueda tener el control absoluto.

— Y sobre las cosas que aparecieron hoy...¿Puedes ver algo ahora mismo? ¿Nosotros no tenemos nada pegado? — preguntó Peter un poco asustado de tener algo.

A pesar de que ningún ser puede entrar aquí aún así ella les hizo una repasada visual completa en busca de algún parásito pegado a ellos pero no encontró nada, están completamente limpios y quizás ayudó mucho el hecho de que se quedaron en su habitación en lugar de ir a la fiesta en donde muchos corren el riesgo de ser influenciados o bien que se le pegue uno a ellos.

— No tienen nada, además este lugar está completamente limpio y protegido.

— Uf, por suerte.

— Ahora todo tiene sentido del por qué Sirius y tú constantemente desaparecen juntos. ¿Qué tal se lo tomó él? ¿Regulus y Narcissa también lo saben?

— Se lo tomó demasiado bien y le emociona mucho todo esto. En cuanto a lo otro, hoy me enteré que Cissy ya lo sabe, a Regulus le contaré en estos días al igual que a James, aunque él ya sabe un poco del tema.

— ¿Qué dones tiene Sirius? / ¿Desde cuándo James lo sabe? — preguntaron al mismo tiempo.

— Por el momento solo sabemos que tiene el don de saber quiénes son almas gemelas, y James lo sabe ya desde hace varios días, nos encontramos en el bosque y le conté todo sobre lo que pasé en el colegio y que puedo ver lo que otros no.

— Noooo, mierda — se lamentó Peter — Dime por favor que Sirius no sabe quién es tu alma gemela.

— De hecho la primera persona del que supo es mío y claramente de mi alma, que por cierto le conoce y está en Hogwarts pero no debe decirme nada. Ni siquiera puede darme una pista de si es hombre, mujer, conocido o desconocido y yo quiero saber demasiado.

— ¿Por qué tuve que apostar con él? El muy desgraciado me engañó y ahora le debo dinero. Con razón me dio la oportunidad de pensarlo bien — continuó lamentándose.

Remus abrió la boca sorprendido cuándo entendió todo y una gran sonrisa de felicidad se instaló en su rostro dándole un codazo a Peter que lo vio confundido sin entender nada, le hizo un gesto de cuernos pero eso lo confundió aún más y el castaño se golpeó la frente frustrado.
Eris los mira sin entender nada la comunicación que quieren tener sin hablar y que al parecer Peter no capta nada, aunque la verdad le parece divertido.

— Ya dime en voz alta que ni Merlín te entiende.

— Solo te digo que a pesar de perder esos 5 galeones ganarás otros 50 al finalizar el año o quizás antes.

Primeramente no entendió nada y los engranajes de su cerebro trataron de entender hasta que finalmente lo hizo abriendo grande tanto los ojos como la boca de la sorpresa para luego darle un empujón a Remus riendo y aplaudiendo. El otro se masajeó el brazo volviendo a su lugar ya que lo tomó desprevenido y casi cayó de costado, aún así también rio.

— Así que ustedes también saben quién es.

— ¿Qué? Claro que no — dijo rápidamente Peter negando repetidas veces.

— No hace falta que mientas, ya me di cuenta.

— Hasta ella capta más rápido que tú — se burló Remus.

— Pero ella es Ravenclaw, es inteligente...y hablando de eso, ¿me podrías ayudar en Historia de la magia?

— Sí, pero antes quiero que me digan si yo le conozco a la persona.

— Es...

Remus rápidamente le tapó la boca a su amigo para que no diga nada ya que si Sirius que es un chismoso de lo peor no puede decir es por algo más allá de su conocimiento y no piensa arruinarlo.

— No te lo diremos.

— De todas formas no tardaré en averiguarlo por mi cuenta. No creo que sea difícil.

— Bueno, creo que tú lo sabrás primero que él con lo ciego que es.

— Entonces es un él y una persona que tarda en darse cuenta de lo obvio...hm..

Remus se dio cuenta que él mismo la cagó y no Peter y rápidamente cambió de tema en el cual su amigo le siguió esta vez captando lo sucedido, aunque ni eso borrará la leve idea que Eris ya tiene, una pequeña información que le ayudará a saber más rápido de lo que se esperaba, quizás alterando una vez más el tiempo previsto.

Durante toda la noche continuaron hablando sobre todo y conociéndose más profundo, no solo hablando de temas banales, sino desvelando secretos de ellos mismos que nadie más lo sabe, prácticamente se destaparon entre ellos esa noche en donde su lazo amistoso se fortaleció mucho más y en donde Peter por fin se pudo sentir libre sin la presión de ser juzgado. Y casi amaneciendo los tres cedieron ante el cansancio y se quedaron dormidos encima de la manta.

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