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CAPÍTULO DIEZ
• DÍA EN EL LAGO •

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— Ya no tengo ganas de ir.

— Ni se te ocurra hacerme esto Eris, no podré soportarlos sin ti, además no puedes insistirme mucho para que al final no quieras asistir en algo que tú organizaste — le reclamó Eloise.

Ambas se están preparando para su tarde en el lago con los demás pero a último momento Eris se acobardó y ya no quiere ir para no verle a Sirius porque está segura que va a hacer preguntas.
Ayer cuando la vio y le hizo la pregunta llegó justo a tiempo Narcissa y Regulus para llevarla con ellos dejándole a la incógnita a Sirius, además de que lo ha estado ignorando todo el día solo para aplazar lo inevitable. Lastimosamente llegó el momento de que se entere de todo y solo ruega para que no se aleje de ella o la trate mal.

— Está bien, vamos antes de que me arrepienta.

Se calzó las sandalias blanco que lleva juego con su vestido corto celeste, luego agarró su bolso con su radio y casetes haciendo por última vez una repasada para ver si no se olvida de algo y así fue, se olvidó poner el collar con la turmalina negra, rápidamente se puso ante la atenta vista de Eloise.

— Yo también quiero uno.

— Pues ese era el regalo que quería darles pero todo dependerá de cómo se lleven hoy.

— Bien podrías hacernos la limpieza energética por separado y darnos también el regalo por separado.

— No, quiero que estén juntos.

— Pero que terca mujer.

La rubia rio negando y le agarró de su brazo para llevarla consigo.
Una vez que estuvieron en el pasillo empezaron a hablar nuevamente.

— ¿Le invitaste a la chica que te gusta?

— Sí, también le invite a una nueva amiga, posiblemente vengan juntas ya que también son amigas.

— Genial, entre más mejor, así podré evitarle a Sirius.

— Aún no me has dicho por qué huyes de él. Si te hizo algo solo dime y le corto el pene.

— Más adelante te diré, y no es necesario que hagas esa atrocidad, no es nada de lo que imaginas.

— Más le vale al idiota.

Minutos después llegaron al lugar indicado encontrándose ya con el resto de los merodeadores haciendo barullos como siempre y a Regulus quien está leyendo un libro bastante separado del resto.
Eris se detuvo por un momento y respiró hondo cuando el primero en darse cuenta de su presencia fue Sirius quien solo sonrió y no la recibió de manera exagerada como habitualmente lo hace.

— Creo que yo también ya me estoy arrepintiendo — le susurró Eloise.

— Ya estamos aquí, no podemos retroceder.

— Maldita sea, hubiera aceptado tu propuesta de hace rato — se lamentó mirando el cielo.

— ¡Qué esperan chicas! ¡Vengan! — gritó James.

Eris soltó un suspiro rendida y le agarró de la mano a su amiga y juntas se acercaron hacia ellos lo más lento posible mientras se dan miradas como si se estuvieran comunicando telepáticamente.

— Hola a todos — saludó la morena y luego se alejó inmediatamente hacia Regulus dejándole abandonada a su amiga.

— ¿Cómo estás Eris? — preguntó amablemente Remus.

— Bien, y tú también lo estarás porque te traje algo.

Metió su mano en el bolso rebuscando la tableta de chocolate que le había prometido y al encontrarlo lo sacó extendiéndole, Remus agarró rápidamente con una enorme sonrisa en su rostro y las mejillas levemente sonrojados.

— Gracias Eris, pero yo no tengo nada que darte.

— No te preocupes, no te regalo con el fin de que me dieras algo a cambio, además ver tu sonrisa de felicidad me basta.

Ambos se vieron fijamente con una sonrisa y a Eris le agradó bastante sentir la felicidad provenir de él.

— Ejem — fingió toser James llamando la atención de ambos — Como que se está haciendo costumbre de que primero le prestes atención a Remus.

— ¿Celoso Potter? — se burló Sirius.

— No, solo digo los hechos.

— Perdón, la próxima te saludo a ti primero.

— ¿Y qué hay de mí? Yo te conocí primero — habló el Black mayor cruzándose de brazos.

— Ya dejen de ser unos tontos, no ven que la hacen sentir culpable — les retó Peter — Por cierto, hola Eris.

— Hola Pet.

Volteó a verle a Regulus y ya que la estaba viendo le hizo una seña para que se acerque a lo que él negó y ella le dio una mirada suplicante haciendo que el chico resople y se levante para ir con ella.

— ¿Qué pasa?

— ¿Podrías sentarte aquí conmigo? Por favor.

— Agh, está bien.

Los dos se sentaron juntos ante la atenta mirada del resto y Sirius quiso burlarse de lo mandilón que es pero Eris se dio cuenta y le dio una mirada de advertencia que lo hizo callar al instante. Si sigue así nunca logrará recuperar la hermandad que tenían antes y algo en ella le dice que muy pronto volverán a recuperar de a poco, solo es cuestión de que dejen de lado su orgullo y temor y se sienten a hablar como adultos, algo que Eris se va a encargar más adelante de darles ese empujón.

— ¿Quiénes más faltan? ¿Y qué haremos? — preguntó Remus.

— Faltan Cissy y dos amigas de Eloise, sobre lo otro no sé, la idea era venir y divertirnos de alguna manera, y los que quieren bañarse en el lago pues lo hacen.

— ¿Tú te vas a tirar al lago? — le preguntó Peter.

— Sí, esa fue mi intención desde un principio.

— Será un gusto verte con bikini — le coqueteó Sirius.

Eris se escandalizó al oír eso, en caso de que fuera cualquier otra persona no diría nada e ignoraría pero es Sirius, su primo, su pariente y a pesar de que se sabe lo que hacen los Black ella no está de acuerdo con eso. Lo bueno es que todavía no sabe y cuando se entere quizás ya nunca vuelva a hacerlo.

— Te estoy escuchando Black, una más y pierdes tu hombría — amenazó Eloise haciendo un gesto de tijera con su dedos.

— Ya me callo — dijo con miedo poniendo sus manos encima de su entrepierna.

Los tres chicos rieron y se burlaron de su amigo y su miedo a perder lo primero más valioso para él, lo segundo es su cabello, y hablando de eso los chicos nunca van a olvidar el enorme drama que hizo durante un mes entero en cuarto año cuando él rompió por accidente la escoba de James a lo que este se vengó con una broma y lo dejó completamente calvo, ese día casi se acabó su amistad y Sirius se puso a llorar y a rogarle a Madame Pomfrey que lo devuelva como antes.

— ¿Se acuerdan cuando perdió su amado cabello? — preguntó riendo James.

— Ni me hagas acordar — refunfuñó Sirius.

— Yo si recuerdo, lo vi en el pasillo y me asusté de lo feo que era, más de lo que ya es — se burló Eloise también riendo ante el recuerdo.

— Si que eres ciega Brown, yo soy el hombre más hermoso del mundo con o sin cabello.

— ¿Quién te mintió en esa magnitud? — habló Regulus rodando los ojos.

— Nadie porque es la verdad, además yo soy el más lindo de los dos ¿verdad gente?

— Discrepo en eso, Regulus está más bueno — opinó la morena.

— Lo siento canuto pero yo también creo que tu hermano es más atractivo — concordó James y Peter asintió de acuerdo.

— ¿Qué opinan Remus y Eris?

— Para mi los dos son atractivos — dijo la chica sin querer meterse en problemas, además no es como si mintiera.

— Regulus — respondió Remus con indiferencia ya que está muy ocupado degustando el chocolate. En realidad ni siquiera escuchó del todo la conversación, solo dijo el nombre del otro para fastidiarlo.

Sirius soltó un quejido viéndolo demasiado indignado mientras tiene una mano en su pecho y Regulus sonríe de lado con el ego por las nubes.
Justo en ese momento llegó Narcissa dando un saludo general.

— ¿Quién crees que es más atractivo prima? ¿Regulus o yo?

— Tu hermano en definitiva, se llevó todos los buenos genes.

— ¡Inconcebible! — exclamó molesto — ¿Para qué querer enemigos con amigos como ustedes?

Mientras él sigue con su drama y algunos se burlan de él Eris estaba perdida jugando con una lagartija que fue hacia ella subiendo por su mano y cuando soltó una risita llamó la atención de James quien dejó de burlarse de su amigo y se quedó mirándola fijamente disfrutando ver su sonrisa de felicidad mientras juega con ese pequeño animal que suele huir de las personas pero que extrañamente de ella no. Es como si se sumergiera en su propio mundo mientras ignora todo a su alrededor y no es la primera vez que la ve haciendo eso, sí, suena algo acosador pero no puede evitar observar a las personas que le causan interés y ella es una de esas personas, su extraña forma de ser y de expresarse le da bastante curiosidad y siente la rara necesidad de poder estar por largas horas juntos mientras hablan de cualquier cosa, porque a su lado siente que podría ser libre de decir lo que quiera y comportarse como realmente es y que aún así ella no lo juzgará, además está que le transmite mucha paz, algo que ya es bastante loco para él dado que con ninguna persona antes había sentido eso.
Solo desea poder tener un momento a solas con ella porque siempre está rodeada de sus amigos y la única excepción fue en la lechucería y en el lago, cabe recalcar que en el primer lugar fue donde empezó a sentir mucha curiosidad por ella.

Dio una rápida repasada visual al resto viendo que están sumergidos en una conversación y aprovecho para acercarse a ella y sentarse a su lado ya que en algún momento se alejó un poco más del resto.

— Hola — saludó sentándose a su lado.

— Hola James, saluda a Lorenzo — dijo sonriendo mientras levanta con cuidado la lagartija para mostrarle.

— Hola Lorenzo — saludó divertido — ¿Crees que le agrado?

— No.

— ¿Qué?

Eris empezó a reír al ver la expresión que puso e inevitablemente James también se rio acompañándola, esta vez llamó la atención de todos pero Sirius les hizo una seña con una mirada asesina para que no interrumpan su momento, así que se dieron la vuelta e hicieron como si no escucharon nada y Eloise inventó rápido un tema de conversación para dejarle a ellos a parte. En lo único que están de acuerdo Sirius y Eloise es que quieren que ambos sean parejas.

— Estoy bromeando, seguro le caes bien, la mayoría de los animales son muy puros.

— ¿Y qué hay de esos que atacan humanos?

— Lo hacen justamente porque se sienten atacados, no agreden por mero placer como muchas personas.

— Tiene sentido, una vez un perro me mordió la nalga porque le tiré de la cola. Hasta ahora tengo la marca de sus dientes.

A Eris no le gusta reírse del dolor ajeno pero no pudo evitar hacerlo ante su anécdota, pero rápidamente se tapó la boca para que no se sienta ofendido, algo que le causó mucha ternura al chico.

— Ríete si quieres, hasta yo me rio de mis desgracias.

La rubia negó y le agarró con cuidado a la lagartija que está quieto en su hombro y luego sujetó la mano de James colocando su palma abierto para ponerle con suavidad a la lagartija en el, al principio el animalito se mostró reacio queriendo huir otra vez a la seguridad de Eris por lo que la susodicha se acercó más a James para eliminar los nervios que siente, supuso que es por sentir la lagartija moviéndose en su mano.

— Respira hondo y trata de tranquilizarte o de lo contrario Lorenzo querrá huir al no percibir paz.

— Es difícil cuando te...lo tengo cerca, por lo general suelo huir de ellos.

— ¿Tienes miedo?

— No.

— ¿Entonces por qué huyes?

— No lo sé.

Él levantó la cabeza topándose de lleno con los ojos celestes de la chica y por unos segundos se perdió completamente en ellos olvidándose de su alrededor y de Lorenzo que volvió con la chica al notarle muy intranquilo al chico.

— Es un pensamiento implementado en nuestras cabezas desde pequeños, o mejor dicho, un patrón que posiblemente se hereda de todo un linaje en donde uno debe huir de cualquier insecto o animal, es como un instinto de supervivencia que llevamos implementado a lo largo de la existencia. Solo rompe ese patrón y deja de huir de ellos que son inofensivos.

James asintió entendiendo a medias lo que le dijo ya que está muy ocupado aprovechando la cercanía para observar cada facción suya notando lo hermosa que es, como también que tiene algunas pecas en su nariz que se nota solo con el sol, que sus ojos cerca de las pupilas son de color gris y luego se va degradando hasta formar el celeste y que tiene un pequeño lunar cerca de la comisura de sus labios.
Lastimosamente todo su momento se arruinó cuando Eloise le llamó a Eris quien volteó al instante al igual que él notando que su Lily-flor está ahí con otra chica, pero lo extraño fue que por primera vez no sintió su corazón acelerarse al verla, algo que le abrumó bastante y se soltó bruscamente del agarre de la rubia y con el fin de eliminar esa confusión se levantó yendo directo a la pelirroja.

— ¡Lily-flor! ¡No sabía que vendrías! Te ves muy hermosa hoy.

— Estoy teniendo un día muy tranquilo Potter, no lo arruines con tus comentarios — dijo lo más educada posible pero ya fastidiada.

— ¡Lily, Florence! Que bueno que hayan podido venir — intervino Eris con el fin de que no haya discusiones — ¿Cómo están?

— Bien Eris ¿y tú? — respondió inmediatamente Lily con una sonrisa tímida, todo lo contrario de hace unos segundos atrás.

— Me alegro, y estoy bien también. El día se ve maravilloso ¿no creen?

— Sí, pero sería más maravilloso si me haces escuchar esas canciones de las que hablamos ese día en Madame Malkin ¿recuerdas?

— Por supuesto que lo hago. Vengan conmigo.

Le agarró emocionada la mano a ambas y las llevó con ella hacia su bolso con Eloise siguiéndolas con una sonrisa al ver que su mejor amiga se porta de lo mejor con la chica que le gusta, aunque no podía esperar menos de Eris.

— ¿Quién es la rubia? — preguntó Narcissa.

— Florence Diggory — le respondió Remus.

— Ah sí, la Hufflepuff hermana de Amos....Tengo hambre, ¿ustedes no tienen comida?

— Yo traje cupcakes de vainilla ¿Quieres? — ofreció Peter quitando de su mochila un táper.

— ¡Yo quiero! — exclamó rápidamente James mirando con adoración los cupcakes.

— Sí — aceptó Narcissa y Peter le pasó uno — Gracias.

— ¿Y yo?

El rubio soltó un suspiro y terminó por darle uno y James como un niño chiquito hizo un gesto de victoria sentándose con las piernas cruzadas mientras come disfrutando de cada pedazo con los ojos cerrados.
Por otro lado Peter y Narcissa empezaron a hablar de cocina, Remus y Regulus de libros y Sirius le está observando fijamente a Eris esperando el momento oportuno para interceptarla y llevarla lejos para que le dé una explicación del por qué estaba ayer con su abuela ya que no ha parado de pensar en ello y sabe perfectamente que lo está ignorando.

La canción Stayin' Alive de Bee Gees inundó el lugar en donde están y las chicas apenas sonó se pusieron a cantar con toda la confianza, pero la única en bailar fue Eris que le agarró de la mano a Lily dándole una vuelta causando una risa en la pelirroja para luego acompañarla en su baile mientras que las otras dos le dan ánimos a las chicas que están dando más que nada vueltas mientras ríen. Todo eso llamó la atención de los demás que al instante dejaron de hablar para voltear a verlas.

— Uf, empezó la diversión, ya me perdieron chicos — dijo Sirius levantándose y yendo hacia ellas.

Eris al verlo le soltó una mano a Lily y le señaló a Sirius moviendo los hombros con una sonrisa como si lo retara a bailar y por supuesto él no declinó y empezó a bailar también ya que le encanta hacerlo, tanto como a la rubia.
James tampoco no dudó en levantarse uniéndose al resto quienes ya estaban bailando en una ronda.

— ¡Abran paso que llegó el rey!

— El rey de idiotas — se burló Evans.

— Vamos James, dame tus mejores pasos — le alentó Eris.

Pero antes de que baile la música se detuvo y todos voltearon a ver que es Eloise quien les hizo una seña para que esperen y segundos después sonó nuevamente.

— No sé ustedes pero a mí se me hace que sabe bailar mejor rock and roll.

— Por supuesto que lo sé — dijo engreídamente peinando su cabello.

Y así empezó a mostrar sus mejores pasos siendo rodeados ya por todos y por fin lograron estar en paz entre todos sin pelearse y solo reír mientras le alientan a James quien está en medio de la ronda bailando como si estuviera en un video musical, pero en un momento pensó que bailaría mejor acompañado y le observó a las dos chicas que siguen agarradas de la mano dudando a quién agarrarle pero al final le extendió la mano a la rubia y Eris por supuesto aceptó por lo que en minutos ya estaban dando todo de sí bailando juntos de aquí para allá teniendo un dejavú de esa mañana en donde hicieron lo mismo.

A lo lejos la profesora McGonagall pasó por ahí al llamarle la atención la música y se quedó quieta observando el espectáculo con una sonrisa ante la alegría que emanan el grupo. Tan metidos en su burbuja como si afuera no hubiera una masacre por culpa de un mago con ganas de poder, y rogó porque esa felicidad nunca se pierda.

— ¡Ya me cansé! — exclamó rendido James acostándose en el césped — Joder, que calor.

Remus y Sirius se comunicaron con los ojos y se pusieron de acuerdo con una sonrisa traviesa en sus rostros yendo silenciosamente hacia James para luego agarrarle por los brazos y piernas llevándolo directo al lago oyendo los gritos del azabache rogándole que no lo hagan pero ya era tarde, el fuerte sonido del agua cuando se arroja algo se escuchó y poco después salió a la superficie tosiendo.

— ¡Los odio!

— ¿Quién es el siguiente? — preguntó Sirius y cuando le observó a su hermano sonrió de lado — Regulus.

Este entró en pánico ante la idea de que lo tiren y se ahogue a lo que Eris percibió al instante y se puso frente a él impidiendo su paso.

— Ni se te ocurra Sirius — le advirtió notándose por primera vez muy seria frente a todos.

— Uy, tranquila mamá oso.

Con eso se quitó los zapatos y remera y corrió al lago tirándose como bomba, seguido de él fueron Peter, Eloise y Florence, por otro lado el resto se sentó en el césped sin ganas de tirarse al lago, Remus porque tiene inseguridad de que otros vean todas sus cicatrices, Narcissa porque eso no sería muy dama de su parte, Lily porque no quiere que James la moleste, Regulus por obvias razones y finalmente Eris porque se quedó a acompañarlo.

— No es necesario que te quedes conmigo, ve al lago, sé que quieres.

— ¿Pero y si vuelve a ti?

— Tranquila, yo lo cuidaré — prometió Narcissa sabiendo de la situación de su primo.

Asintió y se levantó pero antes le observó fijamente a Remus sabiendo su razón y de que también quiere unirse al resto pero su inseguridad es más fuerte, así que le hizo una seña a lo que él entendió inmediatamente negándose.

— No será necesario que te quites la remera.

— Sería raro.

— Entonces seamos raros juntos.

Le agarró de la mano y prácticamente lo obligó a levantarse y rendido él se dejó llevar pero antes de tirarse se quitaron los zapatos y luego corrieron juntos tirándose al lago con ropa y todo.
Al salir se miraron con una sonrisa divertida y Remus le susurró un "Gracias".

Brown, te reto a jugar una carrera y el que gana será el esclavo del otro por tres días — le propuso Sirius.

— Que ofertón. Acepto.

Mientras se ponían de acuerdo Eris inhaló el máximo aire posible y luego se hundió en el lago con los ojos abiertos para buscar alguna criatura marina pero es difícil de concentrarse ya que no tiene un buen pulmón para estar mucho tiempo bajo el agua, aún así lo intentó varias veces en el día, siendo más tarde acompañada por el resto.
A Eris le encanta haber conseguido amigos que en lugar de burlarse y criticarla estén dispuestos a entenderla mejor y le sigan la corriente.

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Llegada la tarde los diez se encuentran en una ronda hablando sobre temas al azar y oficialmente Eris logró por fin unirlos y se siente tan feliz al respecto, incluso Eloise y Sirius quienes son los que más se pelean están haciendo bromas entre ellos, obviamente no son los mejores amigos, ahora son conocidos que se toleran. Luego están los Slytherin's que ya se llevan mejor con los Gryffindor's pero sorprendentemente quien se llevó de maravilla con los primos Black fue Lily quien conversó con ellos mientras el resto estaba en el lago, Narcissa al principio se mostró un poco reacia ya que es una nacida de muggle pero luego dejó todo prejuicio atrás y se llevó bien con ella.
Y finalmente está Florence Diggory quien se mostró muy agradable con todos pero especialmente cariñosa con Eloise demostrando claramente que ambas se gustan, y así es, pero por palabras dichas solo lo sabe Eris quien se puso otra vez feliz de verle a su amiga alegre.

— Eris ¿Podemos ir a un lugar privado? — preguntó Sirius.

Y llegó el momento que más estaba evitando, la inminente conversación que desvelará uno de sus secretos más ocultos.
La rubia se levantó a duras penas de su lugar y fue hasta él quien ya está parado, le dio un asentimiento y ambos se alejaron del grupo ante la atenta vista de todos.

— ¡Ya estás advertido Black! — le gritó Eloise recordándole la amenaza. Sin embargo, este no le hizo caso.

— ¿Qué creen que harán? — preguntó curiosa Lily.

— Seguro a besarse lejos de nosotros — dijo sin importancia Peter ganándose la mirada de todos — ¿Qué? No pueden culparme por pensar en eso cuando son demasiado unidos y Sirius nunca se comportó así con una chica.

— Eris no andaría con mi hermano — defendió Regulus — No es su tipo.

— ¿Y cómo es su tipo? — preguntó James.

— ¿Interesado por ser tú, Potter? — se burló con una sonrisa de lado.

— Solo preguntaba.

— Ajá.

.

Por otro lado Eris y Sirius se detuvieron en una parte bastante alejado de todos para que no escuchen su conversación.
Él se sentó encima de un tronco caído y le invitó a la chica para que se siente a su lado y así lo hizo siguiendo con el silencio impuesto desde el inicio de su caminata.
Ambos observaron el sol que empieza a bajar lentamente dando paso a un paisaje del cielo que se va coloreando de naranja, tan hermoso, como si alguien lo estuviera pintando poco a poco colocando varios tonos de naranja y celeste.

— ¿Me vas a responder la pregunta que te hice ayer?

— Es complicado....Solo...por favor no te alejes de mí luego — suplicó.

— Cuéntamelo y luego te doy mi veredicto.

Eris soltó un largo suspiro y finalmente le contó absolutamente todo sobre sus dones, empezando por su historia, de como inició todo a los doce años y fue aprendiendo a controlar con esfuerzo cada uno de los que se les activó, luego siguió con la historia de los Macmillan que le contó Melania y finalmente le dijo que ellos son primos comentando el lazo que los une.

— Oh mierda, y yo que te tiré la onda hace unas horas atrás, pero qué te puedo decir, en mi defensa el incesto está implementado en todos los Black.

— ¿En serio me vas a decir eso después de contarte todo?

— Espera que mi cerebro no procesa rápido y se está actualizando.

Eris esperó callada retorciendo los dedos contra su regazo de los nervios esperando que procese todo y cuando al parecer lo hizo saltó del susto ya que lanzó un grito que más bien pareció un gallo cantando.

— ¡Tienes poderes! — chilló emocionado agarrándola de los hombros y sacudiéndola— ¡Yo también puedo tener poderes! ¡Y somos familia!

Llevado por la felicidad la abrazo con fuerza apretándola contra su pecho quitándole la respiración a la pobre chica que es pequeña y muy delgada al lado de su gran altura y músculos causados por el quidditch.

— Sirius...Me aplastas — murmuró con dificultad.

— Carajo, perdón — se separó rápidamente — No puedes morir antes de enseñarme a ser poderoso como tú.

— No será tan fácil, primero debemos descubrir lo que posiblemente tendrás y también debes poner de tu parte.

— Haré lo que sea que me pidas.

— Podemos ver a partir de mañana.

— ¡Sí! — exclamó sin poder contener toda la felicidad — ¿En serio creíste que me alejaría de ti por esto? Es fantástico.

— Sí, bueno...

— ¿Quiénes fueron los idiotas que te dañaron? — preguntó molesto al notar su cambio de expresión — Voy a matarlos.

— Nadie.

— No me vengas con eso Eris, sé que te hicieron algo, de hecho lo estaba sospechando hace tiempo, pero esperaré a que estés lista para contarme.

— Gracias.

Esta vez ella lo abrazó y él le correspondió pero más suave mientras acaricia su cabello feliz de haberse topado con Eris a quien ya le considera como la hermana pequeña que nunca tuvo, además ahora que sabe que es su familia va a protegerla aún más.
Al separarse le dio una sonrisa y le palmeó la cabeza como si fuera un perro, y hablando de eso...

— Yo también debo contarte un secreto.

— ¿Qué cosa?

— Soy un animago ilegal y me convierto en un perro negro.

Las piezas encajaron finalmente confirmando su teoría de que él y el resto son los animagos que le acompañan a Remus en la casa de los gritos en las noches de luna llena.

— Con que eres tú.

— ¿Qué?

— ¿Qué animales son James y Peter?

— ¡¿Qué?!

— Lo que oíste.

— ¿Qué?

— Sirius...

Él se encuentra bastante sorprendido otra vez con el cerebro actualizándose ante la noticia de que ella ya lo sabe todo.

— ¿Desde cuándo lo sabes?

— En realidad primero sospeche de la situación de Remus....

— ¿Qué? — la rubia lo miró como si fuera tonto — ¡Es que estoy sorprendido!

— Como decía, era muy obvio los síntomas de Remus que encajan perfectamente con un hombre lobo, pero solo ayer confirmé que efectivamente lo es al darme cuenta de que su energía es idéntica al que estaba minado en la casa de los gritos. Lo que no sabía pero tenía la ligera duda es a quiénes pertenecen los otros, solo sabía que son animagos, pero tras pensar y pensar llegué a la conclusión de que los únicos que harían lo que sea por su amigo son ustedes tres, y que coincidencia que habían tres energías diferentes más. No obstante, ahora me lo acabas de confirmar por completo.

— Si que eres una cerebrito — murmuró anonadado.

Eris sonrió avergonzada encogiéndose de hombros.
No le gusta alardear pero debe admitir que uno de sus fuerte aparte de sus dones es la inteligencia y capacidad para analizar profundamente una situación hasta llegar a posibles aciertos de las cuales al final uno de ellos siempre es el correcto.

— No les cuentes de que yo sé su secreto.

— ¿Por qué no?

— Estoy esperando que Remus confíe en mí y me cuente por si solo para que no se sienta mal y piense que cualquier persona podría descubrir.

— Eres tan adorable.

— También por favor no le cuentes a nadie sobre lo mío y lo que estaremos haciendo estos días mientras tratamos de descubrir tus dones.

— No lo haré, pero ¿qué les diré cuando desaparezca de repente? Además podrán vernos por el mapa....Mierda, eso no debías saber.

— ¿Qué mapa?

— Otro día te lo digo.

— Está bien —dijo un poco dudosa — ¿Tienes más preguntas o volvemos?

— Por el momento no puedo pensar bien. Dame hasta mañana y luego te llenaré de preguntas.

Con eso ambos volvieron con un ambiente muy diferente a como fueron y al llegar sus amigos le preguntaron qué hicieron tanto a lo que Sirius bromeó con una cosa sexual sabiendo que se sentirían asqueados si supieran que son primos, pero así es él, no puede evitar enlazar sus conversaciones con algo sexual.

Se pasaron la tarde divirtiéndose y conviviendo tranquilamente hasta que el sol se ocultó y cada quien fue por su lado para bañarse y luego volver a encontrarse en el comedor sentándose todos en la mesa de Ravenclaw ante las miradas sorprendidas de todos.
No es normal ver integrantes de las cuatro casas interactuando alegremente, mucho menos a Slytherin's con Gryffindor's, más aún que son los primos Black y los merodeadores. Pero Eris apareció en el momento exacto para cambiar ciertos pensamientos y unirlos.

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