━━O12
━EDOLAS━
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Escuchaba el maullar del gato amarillo que Gajeel cargaba. El pelinegro lo miró fijamente para volver a dejarlo en su lugar he irse echando humos.
──¡Esté no es! ─gritó.
Sora y yo nos miramos para ir detrás de él, nos daba risa verlo desesperado en busca de un gato.
──¡Este tampoco! ─dijo al ver uno azul con cara de "soy especial" y la boca abierta. ──¡Ni este! ─exclamó al ver uno amarillo estando relativamente feliz.
Me reí al verlo caminar tambaleándose terminado con tropezarse con una botella cayendo de cara al suelo.
──Salamander, la mocosa nueva y la estúpida de Natsumi tienen gatos... ─me senté encima del techo mirándolo lamentarse. ──¡¿Por qué soy el único Dragon Slayer que no tiene gato?!
En eso un gato negro brillo a unos cuantos pasos de Gajeel, su rostro lamentable cambio a uno de felicidad cada segundo que miraba a el gato.
──¿Cuanto a que lo rasguña? ─le dije a Sora.
──Te doy un pastel. ─sonreí ante eso.
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Mire el cielo, las nubes blancas estaban desapareciendo dejando ver las negras indicando que se acerca una tormenta.
Caminaba a un lado de Gajeel cuando encontramos a Charles y Happy hablando o mejor dicho a Charles decirle a Happy que no puede proteger a Natsu porque no sabe lo que es realmente.
──¿Lo que... soy...? ─dijo con un pescado en sus patitas, al parecer era un regalo para ella que rechazo groseramente.
Al mirar el lugar donde Sora debería de estar, me percaté que ella no sé encontraba, supuse que fue detrás de Charles.
Happy se percato de nuestras presencias por lo tanto nos volteo a ver, se quedo viendo directamente a Gajeel quien tenía el rostro lleno de rasguños, yo aguante mi risa al recordar como tuvimos que intervenir cuando el gato lo ataco como si no hubiese un mañana.
──¿Por qué tienes esas heridas? ─preguntó.
──Son heridas de guerra, Happy. ─le dije con burla.
──¡Cállense! ─miro a otro.
En eso la lluvia se hizo presente, las gotas comenzaron a empaparnos yo por mi parte abrí mi boca comiendo de ella dándome a sabor amargo en señal de que algon ocurrirá.
──Algo va a pasar. ─dije en susurro. ──¿Dónde esta Sora? ─algo me decía que me preocupara, un trueno se escuchó dando un mal rollo. ──Gajeel, ayúdame a buscar a Sora.
──¿Por qué debería? ─preguntó cruzándose de brazos.
──Porque eres mi mejor amigo, y eso es lo que hacen los mejores amigos. ─lo mire, él no daba indicios de querer ceder. ──Si no me ayudas tendrás mi puño en tu rostro... por mucho tiempo.
──Andando, la gata no se encontrará sola. ─sonreí al verlo caminar tomando mi brazo arrastrando mi cuerpo.
Esta lluvia es distinta, al mirar el cielo, era como si estuviera a punto de tragarse algo. Se comenzaba a formar un hueco en el cielo justo debajo de el gremio. La lluvia caía cada vez más fuerte y su sabor era horrible dándome a entender que se aproximada un gran peligro.
──¿Qué demonios...? ─me detuve mirando el cielo.
──No soy experto en sobre el clima pero estoy seguro de que esa luz no es buena señal. ─dijo Gajeel mirandó el cielo.
──Lo peor es que esta justo debajo de el grem.. ¡¿Qué mierda?! ─exclame cuando vi como el gremio desapareció, no mejor dicho cuando todo comenzó a desaparecer.
──¡Natsumi! ─sentí los brazos de Gajeel abrazarme protegiendome.
━🍃
Sentía algo blando encima de nosotros como si fuera nieve o espuma. Aún sentía a el pelinegro a un lado mío, ambos salimos de lo que creo que es espuma mirando perplejos nuestro alrededor.
──¿Que mierda...? ─murmuré observando todo. ──¿Esto es la ciudad de Magnolia? ¿Verdad?
No había nada más que esta estúpida nieve o espuma cayendo del cielo que me comenzaba hartar.
──Se supone que lo era. ─dijo Gajeel mirando a su alrededor.
──Si es así... ─lo mire. ──¿Dónde están todos? ─volví a mirar a mi alrededor, todo había desaparecido quedando solo espuma y burbujas. ──¡¡Sora!! ─grité preocupada y asustada por ella. ──¡¿Dónde estas?! ¡¿Me escuchas?! ¡¡SORA!!
──Es inútil. ─dijo el pelinegro detrás mío. ──No hay nadie aquí.
──¡Maldita sea! ─exclamé tomando con fuerzas mis cabellos. ──¡Debí estar con ella! No debí dejar que se alejará de mi. ¡¡Soy una imbécil!! ─sentí los brazos de Gajeel abrazandome.
──Si te alteras no encontraremos el modo de dar con ella. ─solté un leve suspiro.
──Natsumi, ¿estas bien? ─escuche la voz de Mystogan.
──Mystogan. ─lo mire. ──¿Sabes lo que acaba de pasar? ¿Sabes dónde esta Sora?
──Está en Edolas. ─me sorpredí. ──Está con Natsu y Wendy junto a los otros. ─con otros se referia a Happy y Charles.
──Eso significa que... ─pasé saliva. ──, fallaste tu misión.
──Sí. No pude detener el Anima. ─cerré mis ojos.
──¿Anima? ¿Edolas? ¿De que mierda hablan ustedes dos? ─preguntó Gajeel.
Mystogan le contó lo que a mi hace tiempo, y bueno prácticamente nos relato poco ya que no había mucho tiempo para que el portal se cerrara. Nos dio un frasco de pastillas, al ingerirlas nos mando directamente a Edolas con una misión en mente.
Ahora me encontraba colgada de mi ropa en un precipicio, podía ver la nada bajos mis pies.
──¿Natsumi? ─escuche a Gajeel. ──¿Te encuentras bien? ─levante mi cabeza mirándolo.
──Claro, me encuentro de maravilla observando la nada bajo mis pies. ─le sonreí sarcásticamente. ──Ahora mueve tu trasero y ayúdame a subir.
──Que gentil.
──¡Cállate y muévete de una vez!
Este me ayudo a llegar a la superficie, una vez ahí pude apreciar la hermosa vista que habitaba en Edolas, había ciudades flotantes, plantas e animales que nosotros no sabíamos que existían.
──Pues a simple vista... ─mire a los lados. ──, Edolas es muy lindo.
──Mueve tu pequeño trasero, no estamos aquí para admirar el paisaje. ─gire mi cabeza mirando a Gajeel caminar.
──Yo no tengo trasero pequeño. ¿O sí? ─me lleve mis manos a este pero las sentía ¿normales? Si, normales.
━🍃
Por fin, despues de caminar como nunca observamos una ciudad a unos pocos kilómetros.
──Mierda. ─escuche a Gajeel murmurar. ──Fuimos lanzados a un lugar a la suerte.
──Joder... ─solté un leve suspiro sintiendo la brisa del viento mover mi capa con la cual me cubría por completo. ──Esto es de locos. ─mire a mi compañero. ──Andando, talvez podamos encontrar algo.
──¿Desde cuando me das ordenes? ─lo miré seriamente.
──Solo mueve tu patético trasero de hierro. ─camine delante de el.
──¿Patético? ¿Mi trasero? ─lo escuche susurrar.
──Gajeel. ─alce mi voz. ──No me hagas abollar tu trasero. ─este camino llegando a un lado mío sin decir nada.
Caminamos llegando a la ciudad, por lo que tengo entendido esta es la ciudad de Louen.
──Entonces, ¿por dónde empezamos? ─pregunté mirando las calles.
──Creo que tenemos que preguntar.
──Suena la mejor y única opción que tenemos.
Nos quitamos la capucha dejando ver nuestros rostros, mi cabello ocultaba mi lado izquierdo de mi rostro impidiendo que vean mi cicatriz. Salimos de aquel callejón en donde estábamos escondidos, nos acercamos a unos pueblerinos que pasaban por las calles.
──Oye, quisiera preguntarle algo. ─le habló Gajeel a un hombre, pero este se fue ignorandolo. ──¡Oye, espera!
Me reí.
──Seguramente tu rostro lo asusto, deja que yo lo intente. ─me iba acercar a unas personas pero estas se fueron al verme. ──¿Qué les pasa?
──Seguramente tu rostro los asusto. ─lo mire mal al escucharlo burlarse.
──Parece que la gente de Edolas no es muy amigable. ─comente con una vena en mi frente. ──¿Huh? ─ambos miramos a tres tipos vernos con una risa burlona.
──Gi-hee~ ─escuche su risita.
──¡Oh, no! Cuando haces eso significa que tienes algo en mente. ─lo mire cruzando mis brazos.
──Parece que siempre hay mocosos con ganas de jugar con nosotros, no importa a donde vayamos.
──A cada misión que íbamos juntos, había un grupo que nos quería golpear. ─sonreí.
Nos acercamos a los tres chicos.
──¿Tienen algún problema con nosotros? ─nos dijo el tipo del medio quien parecía ser el líder.
──¡Malditas moscas! ─dijo un tipo enano y gordo.
──¿Maldita mosca? ¿Nosotros? ─fruncí mi ceño dejando ver mi rostro enfurecido.
──¿Quién más podría ser? ─dijo el tipo que habló primero.
──Si no les gusta "moscas", ¿que tal "insectos"? ─los tres se comenzaron a reír como si hubiera dicho el mejor chiste del mundo.
──No nos estamos riendo. ─habló Gajeel.
Harta de sus risas eatupidas, sin que lo esperaran golpeé a el líder tirandolo a el suelo.
──¡Bastarda!
Gritaron los dos, levantaron su puño directo a golpear mi cabeza pero Gajeel se puso adelante recibiendolo, los lastimados acabaron siendo ellos.
──Gi-hee~ ─sonrió.
──¡Duele! ─gritaron los dos alejando sus manos.
El azabache golpeo a el de derecho y yo a el de la izquierda tirandolos a el suelo. El otro tipo que golpeé primero se levanto y tembló cuando Gajeel lo tomo de la ropa acercandolo a su rostro.
──Recientemente apareció una lacrima gigante. ─hable con seriedad. ──¿Dónde está?
──¡Contesta lo que ella pregunta! ─dijo Gajeel tomando con más fuerza el agarre del tipo quien sudaba del miedo.
──¡No lo sé! ─respondió.
──¿En serio? ─pregunte. ──Entonces tendrás otra paliza... ─dicho eso Gajeel llevo su cabeza hacia atrás lista para golpearlo.
──¡Espera! ¡De verdad no lo sabemos! ─dijo negando a los lados, sus amigos se levantaron adoloridos. ──¿No es así? ¿Verdad? ─les preguntó asustado.
──Sí, si... ─dijeron a la vez.
──Tsk. ─mire a otro lado. ──Está bien. ─Gajeel lo soltó.
──Le preguntaremos a alguien más. ─dijo el pelinegro. ──Lárguense chicos. ─movió su mano en modo de que se fueran.
Estos soltaron un suspiro de alivio.
──Pero Gajeel, ¿desde cuándo te volviste tan fuerte? Y tu Tsumi, ¿desde cuando sales de tu casa? ─ante lo dicho por el tipo ambos lo miramos.
──Cierto, hasta hace poco, nunca se involucraban en una pelea.
¿Se referirán al nuestros "yo" que están aquí en Edolas? ─pensé mirando a los tres.
──Díganme, ¿qué hace el Gajeel y Tsumi de aquí? ─le preguntó hierritos, estos lo miraron raro.
──Al parecer tenemos un parecido con ellos. ─le dije.
──Bromean, ¿verdad? Son idénticos.
──Como sea, respondan. ─les dije con mala cara. ──¿O los mató? ─me trone mis nudillos a lo que ellos chillarón. ──¿Qué hacen Gajeel y Tsumi normalmente?
──Es un escritor independiente con una reputación terrible aquí en Edolas.
──¿Escritor? ─pregunta Gajeel.
──Todo lo que hace es escribir artículos en revistas y diarios criticando al Reino.
──Por eso es odiado por toda la gente del pueblo.
──Por eso nadie quiere hablar conmigo. ─comentó Gajeel.
──Pero, ¿escritor independiente? ─dije mirándolo. ──Me dan ganas de conocer a ese tipo. ─sonreí.
──Gi-hee~, ¿y que hay de Tsumi?
──Ella es muy callada, no habla con nadie que no sea su esposo o Gajeel. Es muy amable y gentil, odia la violencia y hace unos deliciosos postres, es muy reconocida por sus hermosos vestidos deslumbrantes.
Mi sonrisa se deformo ante tales palabras.
──...¿E-esposo? ─me quede sin habla. ──¿Vestido?
──¿Amable? Tengo ganas de conocer a esa chica, gi-hee~.
Estaba en un trance, las cosas que me disgustan es lo que ella tiene. Sentí a Gajeel tomar mi mano jalandome por las calles, todavía necesitaba tiempo para que mi mente procese la información.
──Yo... usando ¿un vestido? ─me imaginé aquello y me perturbó.
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