𝖝. the second task
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CAP. 010 ❪ la segunda prueba ❫ ˊˎ-
QUEDABAN POCAS HORAS PARA la segunda prueba. Camille había pasado su tiempo ayudando a Cedric con lo que debía hacer para la prueba. Había descifrado el enigma del huevo de oro y ahora estaba practicando el encantamiento Casco-Burbuja. Los hermanos Diggory no habían pasado mucho tiempo juntos, ya que Cedric ahora tenía novia, y Camille estaba muy estresada con los deberes del colegio.
Debido al clima frío de febrero, los dos estaban sentados dentro de las cocinas de la escuela en lugar de en su sitio habitual junto al Lago Negro. El sitio estaba al lado de un enorme árbol cerca del cobertizo de las escobas. Durante su primer año, Camille lo había reclamado como su sitio. Desde aquel día, ella y Cedric pasaban el tiempo allí cuando sólo estaban ellos dos.
Camille gimió, cerrando de golpe su libro. Llevaba horas estudiando para un examen de Historia de la Magia. Esa clase era probablemente la peor y la odiaba absolutamente.
—Oye —empezó Cedric, notando que su hermana tenía dificultades—, no te rindas. Llevas estudiando por lo menos una semana. Lo harás bien.
—Pero, ¿y si lo hago fatal? —se quejó la rubia. Se acordaba perfectamente de cuando había suspendido su primer examen de esa misma clase. Camille, en su primer año, estaba destrozada, ya que eso le había hecho perder la confianza en sí misma; no es que ya la tuviera cuando se ganó un castigo con Harry Potter.
—No es que vayas a hacer Historia de la Magia después de los T.I.M.O.S, ¿verdad?
—Tienes razón, supongo —dijo Camille.
—Siempre tengo razón —respondió Cedric en broma, haciendo reír a su hermana. Ella golpeó juguetonamente su brazo mientras dos pelirrojos idénticos entraban bailando en las cocinas.
—Hola —saludaron Fred y George Weasley simultáneamente.
—Odio estropear un momento tan precioso, pero. . . —habló Fred.
—La profesora McGonagall quiere verte en su despacho, Diggory —continuó George por su hermano gemelo.
Camille los miró, confundida.
—¿A cuál de los dos? —preguntó ella.
—¡Oh! —exclamó George como si olvidara que había dos Diggorys—. A ti, Camille.
Su corazón dio un vuelco. ¿Se había metido en un lío? Hasta donde ella sabía, no había infringido ninguna norma escolar. Sí, dejó que Nolan copiara en su examen de transformaciones una vez hace dos años. Si se trataba de eso, ¿por qué molestarse en echarle la bronca ahora?
—No creo que estés metida en un lío —aseguró Fred al ver la expresión de pánico de Camille—, pero con Minnie nunca se sabe.
Dejando de lado el hecho de que Fred acababa de llamar a su profesora «Minnie», se levantó de la silla de madera en la que estaba sentada.
—Os juro que no le pegué tan fuerte —mintió Camille. Sí que le dio un buen puñetazo a Edmond Delcroix, puesto que su nariz empezó a sangrar después del golpe—. Sangró, pero no tanto —otra mentira; la nariz del chico empezó a expulsar sangre como si fuera un grifo.
—¿A quién le has pegado? —preguntaron los tres chicos al mismo tiempo. Mientras los gemelos Weasley parecían entusiasmados por la nueva información, Cedric tenía una mirada de preocupación y desconcierto.
Camille se giró hacia su hermano.
—¿No te lo he contado?
—¡No! —respondió Cedric, claramente sorprendido.
Camille recordaba habérselo contado a su hermano, aunque cabía la posibilidad de que lo hubiera olvidado, ya que había omitido algunos detalles de la noche. En el viaje de vuelta al castillo, les explicó a Fred y a George lo que había pasado. Sabía que si no se lo contaba en ese momento, la seguirían molestando hasta el día de su muerte. Sin embargo, omitió algunos detalles, como qué la llevó a pegar al chico y con quién estuvo esa misma noche.
Al entrar en el despacho de la profesora de Transformaciones, Camille no se encontró sola y siendo regañada. Estaba acompañada de Hermione, Ron y una niña más joven que parecía tener unos ocho años. Al igual que los demás, estaba confundida.
—Profesora —habló Hermione, rompiendo el silencio—. No quiero parecer descortés, pero Ron y yo tenemos que volver con Harry.
—Lo siento, señorita Granger, desafortunadamente no podéis —respondió la profesora McGonagall después de dar un sorbo a su taza de té—. Los cuatro estáis aquí en relación con la segunda prueba.
Una vez más, Camille compartió una mirada confusa con Hermione y Ron. No tenía ni idea de qué demonios estaba pasando. ¿Por qué los necesitaban a ellos para la segunda prueba y no a los cuatro campeones? Todo el Torneo de los Tres Magos era un misterio para ella.
—Estoy segura de que conocéis el enigma que guarda el huevo de oro, ya que cada uno de vosotros es cercano a al menos un campeón —continuó la profesora—. Vosotros cuatro seréis los tesoros. Señor Weasley, usted será para el señor Potter. Señorita Diggory para su hermano. La señorita Granger para el señor Krum, y la señorita Delacour para su hermana.
—¿Cómo vamos a estar exactamente debajo del agua durante una hora? —preguntó Camille a la bruja mayor.
—Estaréis bajo un encantamiento —respondió la profesora McGonagall—. El encantamiento os mantendrá inconscientes debajo del agua. Sin embargo, cuando subáis a la superficie desaparecerá. ¿Alguna otra pregunta?
—¿Puedo coger una galleta? —preguntó Ron Weasley, mirando el plato de deliciosas galletas.
McGonagall suspiró, sus labios se tornaron en una línea recta. Levantó su varita y los cuatro quedaron fuera de combate.
BRADLEY WALSH ESTABA PREOCUPADO POR su mejor amiga. No había visto a Camille desde ayer y empezaba a ser preocupante. Había preguntado a casi todos los que la conocían y acababa con la misma respuesta de "no lo sé". «¿La habrán expulsado de alguna manera?», no pudo evitar pensar. Había pensado en cosas que podrían haber hecho que la expulsaran, pero no había ninguna. Sí, la chica tenía mal carácter, pero nunca haría nada que perjudicara a nadie. Sí que le dio un puñetazo a un alumno de Beauxbatons, pero no es que saliera gravemente herido. En opinión de Bradley, se tenía bien merecido ese puñetazo por ser un completo capullo.
—Oye, Potter —le dijo Bradley al chico—. ¿De casualidad has visto a Camille? Ha desaparecido por completo.
Harry escondió la mano izquierda detrás de su espalda y Bradley lo miró con suspicacia.
—No, pero es extraño —respondió el chico de pelo azabache—, Hermione y Ron también desaparecieron ayer. ¿Fue llamada al despacho de McGonagall?
Bradley asintió.
—Sí. Eso es lo que me dijo Cedric —suspiró en derrota—. Bueno, buena suerte en la prueba.
—Gracias —respondió Harry. Vio cómo el Hufflepuff se unía a su grupo de amigos en un bote. Le pareció extraño que sus dos mejores amigos y Camille desaparecieran después de ir al despacho de su profesor. Algo ocurría y estaba ansioso por saber qué estaba pasando. Sin embargo, su atención debía centrarse en la segunda prueba.
Hasta ahora, Harry no ha tenido complicaciones con la prueba. Las branquialgas que le había dado Neville sorprendentemente funcionaron. Cuando encontró cuatro cuerpos flotando bajo el agua, todas las confusas preguntas que tenía fueron finalmente respondidas. Suspiró aliviado al no tener que preocuparse por sus mejores amigos y por cierta rubia.
Harry desenredó la cuerda del tobillo de Ron mientras miraba a los tres restantes, que estaban muy pálidos. No podía dejarlos allí, así que esperó a que apareciera alguno de los otros campeones. Ni siquiera un minuto después, Cedric Diggory llegó nadando en ayuda de su hermana inconsciente. Los dos hermanos salieron a la superficie del agua, haciendo que los que estaban en las gradas estallaran en vítores y aplausos. Camille respiraba con dificultad, confundida de por qué estaba en el Lago Negro.
—¡Merlín, pensé que te habían expulsado! —Bradley se acercó corriendo a su mejor amiga mientras los otros lo seguían de cerca. Envolvió a Camille en una toalla y la abrazó con fuerza.
—Aww, parece que Bradley bear me ha echado de menos —se burló la rubia, que aún temblaba de frío.
—Pues claro que sí, pequeña mierdecilla —Bradley se rió, soltando su fuerte abrazo. A continuación, Willow envolvió a Camille en una bata y empezó a hacerle preguntas.
Al principio, la rubia no recordaba nada de lo ocurrido la noche anterior. Sin embargo, cuando fue bombardeada con preguntas de sus amigos y su hermano, empezó a recordar por qué estaba en lo más profundo del Lago Negro.
Justo después de Cedric, Krum salió del lago con Hermione. Fleur fue la primera en salir a la superficie ya que había sido atacada por los Grindylows. El plazo de una hora estaba a punto de acabarse y Harry no aparecía por ninguna parte.
—¿Dónde narices está Potter? —preguntó Camille a Hermione. No es que estuviera preocupada, simplemente tenía curiosidad.
Una sonrisa burlona se abrió paso en la cara de Hermione, que sabía muy bien que la chica odiaba que se metieran con ella, sobre todo si se trataba del Chico Que Sobrevivió.
—Estamos preocupadas por Harry, ¿eh? —bromeó la Gryffindor.
Camille se burló, poniendo los ojos en blanco.
—No —dijo ella con desdén—. ¿Qué te hace pensar eso?
—Tal vez el tiempo que pasasteis juntos durante el Baile de Navidad te hizo cambiar de opinión —Hermione le dio un codazo a la rubia, que negó con la cabeza, conteniendo una sonrisa. A Camille no le sorprendía que Harry les hubiera contado a sus dos amigos lo de aquella noche.
Justo en ese momento, dos cuerpos emergieron del lago al terminar el tiempo. Eran Ron y la hermana de Fleur Delacour. Los dos nadaron hacia la tarima, Ron ayudando a la más joven. En ese momento, el cuerpo de Harry Potter salió volando del agua. Aterrizó directamente en una de las gradas mientras empezaban a envolverlo con toallas.
La segunda prueba finalmente llegó a su fin con Cedric en primer lugar, Harry en segundo, y así en adelante.
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