𝖛𝖎. the first task


𝘰𝘰𝘰 ┊ 𝗦𝗛𝗘 ࿐ྂ
CAP. 006 la primera prueba ❫ ˊˎ-


LA ESCUELA SE SIENTE COMO SI ESTUVIERA drenando toda la energía de Camille. Había clases que le gustaban, pero no podía molestarse en hacer ningún trabajo. El estrés de sus profesores preparándoles para sus T.I.M.O.S. del próximo año era demasiado para la joven de catorce años.  Deberes tras deberes se acumulaban cuando lo único que quería era echarse una siesta.

Al entrar en la sala común de Hufflepuff, Camille se tumbó en el sofá amarillo. Apoyó la cabeza en el hombro de Matthew, exhausta.

—No puedo seguir el ritmo de todo este trabajo —se quejó, frotándose los ojos con sueño. Lo único que quería era caer en un sueño tranquilo y olvidarse de todos sus problemas, aunque fuera por unas horas.

—Ugh, Adivinación es lo peor —se quejó Nolan desde su lugar en un sillón—. Sinceramente, creo que Trelawney le da a las drogas.

Willow le dirigió una dura mirada mientras le regañaba:

—Eso ha sido muy grosero de tu parte.

Bradley cerró su libro de la frustración, ya que llevaba más o menos una hora intentando escribir una redacción.

—Sí, pero tú no tomas Adivinación, Wills.

—Lo sé —gruñó—. Eso no significa que no estés siendo grosero con una profesora. Por el amor de Merlín, ten un poco de decencia—

Camille cerró los ojos, sin querer escuchar más discusiones por ese día. Volvió a abrir los ojos para encontrarse con los marrones oscuros de Matthew.

Matthew Rhodes era el más tranquilo y misterioso del grupo. Por lo general, tendía a mantenerse al margen y a no tomar partido cuando se metían en peleas.

—Quiero que se callen —murmuró Camille, sintiendo que sus ojos somnolientos empezaban a cerrarse de nuevo.

El chico de pelo oscuro se rió ligeramente.

—Esto es lo que consigues por estar con Potter todo el tiempo.

—Oh, cierra el pico —le golpeó en el pecho en broma, ganándose otra carcajada del chico tranquilo.

LAS CLASES TERMINARON AL MEDIODÍA PARA QUE TODOS los alumnos vieran la primera prueba del Torneo de los Tres Magos. Cedric le había contado a Camille cómo tenía que derrotar a un dragón. No estaba del todo seguro de si creía en la palabra de Harry o no, porque ¿cómo demonios se había enterado?

Los ruidosos vítores y rugidos surgieron de las gradas, apagando el sonido de las trompetas. Fred y George Weasley iban de un lado a otro pidiéndole a la gente que apostara. Todo el mundo iba vestido de diferentes colores para mostrar su apoyo al campeón al que apoyaban. La mayoría de los estudiantes de Hufflepuff iban vestidos de amarillo y negro, mientras que un puñado de estudiantes iban de rojo y dorado, y algunos simplemente con su ropa normal.

Camille y sus amigos llevaban ropa amarilla y negra, ya que era evidente que apoyaban al mayor de los Hufflepuff. Bradley llevaba un polo negro con su corbata del colegio. Su cara estaba pintada con pintura facial. Sus zapatos eran unas sneakers amarillas brillantes con unos vaqueros negros. Nolan iba vestido con una simple camisa amarilla con vaqueros. Llevaba un sombrero de copa a rayas amarillas y negras sobre la cabeza, lo que hacía que la gente que estaba detrás de él gimiera de molestia. Willow iba vestida con una falda amarilla y una camisa de flores amarillas y naranjas. Sobre la camisa llevaba una rebeca de Hufflepuff que había tejido durante el verano. Matthew llevaba un atuendo sencillo; una sudadera con capucha amarilla con una chaqueta de cuero negra encima, y unos vaqueros negros con zapatillas blancas. Camille iba vestida con el viejo jersey de Hufflepuff de Cedric, que se le había quedado grande, y unos pantalones de cuadros amarillos y marrones claritos. Encima de su cabeza había un gorro negro de lana para mantenerse calentita.

El sonido de un cañón retumbó en toda la arena, captando la atención de todos. Cedric salió entonces de la carpa, con una expresión ansiosa, pero segura, en su rostro. Frente a él había un dragón escupefuego. Rápidamente, transformó una roca en un perro como forma de distracción. Una vez que el dragón se distrajo con el mamífero más pequeño que corría, Cedric se lanzó hacia el huevo dorado y lo recuperó con éxito.

Una vez más, las gradas se llenaron de gritos y aplausos. Camille dejó escapar un suspiro de alivio, sintiendo que había estado conteniendo la respiración durante mucho tiempo.

Fleur Delacour y Viktor Krum también habían superado con éxito la primera prueba. Por último, ahora era el momento de que el campeón más joven venciera a su dragón.

Harry salió de la tienda de campaña, escuchando cómo se coreaba su nombre. Un dragón no podría compararse con lo que había vivido desde su primer año. Se enfrentó a Lord Voldemort dos veces, derrotó a un basilisco de dos metros, casi fue asesinado por un hombre lobo y su alma estuvo a punto de ser succionada por los dementores.

Fue a recuperar el huevo de oro que había visto, pero casi fue golpeado por la cola del dragón. Mientras la criatura escupía fuego, Harry se escondió detrás de una roca mientras todos jadeaban por lo que acababa de suceder. Estaba a punto de salvar el huevo, pero estuvo a escasos centímetros de ser golpeado por la cola cubierta de púas una vez más. El dragón le lanzó la cola, haciendo que el chico volara unos metros y aterrizara en el duro suelo rocoso. Intentó huir, pero el dragón sólo disparó fuego por sus dos fosas nasales. Utilizó el hechizo de invocación para recuperar su escoba, sin embargo, sabía que tardaría al menos un minuto porque estaba en su dormitorio. Se escondió detrás de una roca tratando de mantenerse alejado de la vista del dragón. Antes de quemarse vivo, se subió a su Saeta de Fuego y atravesó la arena, sintiéndose más seguro. Las gradas volvieron a aplaudir y gritar una vez más.

El dragón intentó seguir volando, pero no pudo hacerlo porque estaba encadenado. Esto enfureció a la criatura y logró zafarse de las cadenas de metal. Harry voló tan rápido como pudo para alejarse de él. El Colacuerno Húngaro lo siguió fuera de la arena. Todo el mundo estaba en silencio mientras esperaban el regreso de Harry.

—Han pasado casi cinco minutos —anunció Camille, mirando su reloj.

—¿Preocupada? —se burló Nolan, enviando una mirada a la rubia.

—¡Por supuesto que no! —replicó ella con disgusto, fulminándole con la mirada—. Que lo odie no significa que le desee la muerte.

—Mhm, eso es lo que dicen todas —bromeó Bradley, dando un codazo en el brazo de Camille.

Justo cuando iba a responder, alguien gritó:

—¡Ha vuelto! —esto llamó la atención de todos, y todo el mundo dirigió su mirada hacia el chico que estaba muy vivo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top