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APUESTA DEL PARTIDO
*contenido subido de tono*
ESTABA PARADA DETRAS DE LA SILLA DE PAPÁ VIENDO A EDWARD CON UNA SONRISA BURLONA. El pelos de paja seca me miraba suplicante a que acabe ese incómodo momento pero yo sólo sonreía con aires de superioridad. Ambos hombres estaban rectos esperando a Izzie que tendría que bajar para ir al baile con Edward.
Yo no iría por pasar la tarde en la casa Cullen, ese era mi propio baile, más aún sabiendo que iba a cobrar la recompensa del partido. Porque, antes de que el trío de locos nómadas llegará, era el equipo de Carlisle que iba ganando, así que me daban la victoria a mi, tengo el poder de elegir con quien acostarme primero. Lo más cómico era que ellos pensaban que seguía siendo virgen por como me expresaba de mi "pureza" pero en verdad me había acostado con varios chicos y chicas de Phoenix.
Mire como Edward hizo el amague de sacar tema de conversación pero se quedó quieto, se acomodó torpemente el traje y se movió incómodo. Papá le dió un sorbo a la cerveza sin dejar de ver a Edward, me reí por lo bajo yendo a la heladera para tomar una cerveza y abrirla e ignorar el momento incómodo de yerno con suegro. Cuando abrí la lata, escuche el sonido de una pisada en la escalera, sonreí un poco tomando un trago que escupi por la risa al ver como ambos se habían levantado rápidamente para ver a Izzie y escapar de ese momento.
- Hombres - Susurre yendo detrás de ellos, pero los tres quedamos boquiabiertos al ver a Izzie
Me era raro verla vestida de esa manera, un vestido tierno de color morado con un maquillaje bastante suave, estaba peinada adorablemente con rulos artificiales que acompañaban la media coleta y podría jurar que parece una niña de quince en vez de diescisiete. Me daba un poco de pena ver la bota en su pierna, al igual que este agarrando el abrigo en la mano donde tapaba su mordida.
- El vestido es de Alice ¿Te gusta? - Preguntó tímidamente a su novio
- Perfecta - Se notaba un pequeño brillo de admiración, en serio se veía en su mirada de pedófilo acosador que estaba enamorado de mi hermana
Vi como papá los miraba un segundo algo triste, lo que me causa un sentimiento pesado en el pecho. No me gustaba ver lo rápido que pasó el tiempo, ver a mi hermana menor con su primer novio, que casualmente es vampiro, y mucho menos la cara de mi papá. Tomé si mano con una sonrisa que devolvió.
- Yo la cuidaré bien - Aseguró Edward haciéndome reír, lo que rápidamente tape con tos al ver su mirada fastidiada
- Si, ya escuchamos eso antes - dijo papá con un tono frío, ahí el porque de mi risa
Edward sin más pretextos abrió la puerta para salir con mi hermana, pero papá frenó a mi hermana mientra yo salía detrás de Edward al ver que me hacía una seña. Caminamos hasta el borde del coche viendo a mi hermana hablar con papá.
- Alice está indignada - Me contó riendo un poco mientras me daba unas llaves que mire confusa
- Primero ¿Por qué? Y segundo ¿De qué son? - Las tome viéndolas curiosa
- Porque no la elegiste por la apuesta del partido - Aplane los labios sabiendo que seguramente había visto venir mi desición - Y esas son las llaves de la cabaña que está en el bosque sobre las montañas
Mire sorprendida al cobrizo.
- Ella va a estar allí, la única que lo sabe es Alice así que nadie las va a molestar. Pero por favor, no toques mi piano - Pidió con seriedad
- No prometo nada - Sonreí para luego ver a Izzie salir de casa - Y cuidala por favor - Mire a mi hermana salir con una sonrisa tímida caminar hasta nosotros
- Lo juro - Me dió una sonrisa - Y no bebas alcohol, eres menor
- Soy menor para muchas cosas - Sonreí traviesa dándole un trago a la bebida - Raro que te quejes del alcohol y no de que tenga relaciones sexuales antes del matrimonio - Cambié la sonrisa a una burlona
- ¿Quién te lo dijo? - Bufó indignado cuando Izzie llegó a nuestro lado a pesar de que no entendía de lo que hablábamos
- Emmett - Respondí yendo dentro de la casa
Escuche la queja del cobrizo que ignore para beber la bebida e ir en busca de las llaves de la Pickup, que por cierto, intente pintar pero Izzie me dijo que si volvía a hacerlo me iba a borrar mis dibujos. No las encontré en el llavero así, lo que me confundió.
- ¡Papá, voy a salir! ¿Viste las llaves de la Pickup? - Pregunté tirando la lata vacía en el tacho de la basura
- ¡En el cuarto de tú hermana!
Subi las escaleras al escuchar su grito desde el baño. Entre a la habitación de Izzie buscando entre los cajones la llave, me acerqué a el escritorio buscándolas pero me removi incómoda al sentir una mirada. Me giré buscando esa intensa presencia pero no había nada, siquiera por la ventana vi algo. Sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal y me estaba por ir pero vi las llaves sobre su mesita de noche. Las tome, e instintivamente mi mirada se giró a un costado, viendo el cactus que había traído Izzie.
- Yo sabía que te ibas a morir - Susurre con pena viendo a la planta sin atención
Me giré sobre mis talones para bajar e ir a la cabaña a cobrar mi recompensa.
Entré a la cabaña algo torpe, estaba hablando con Allison por teléfono para ir a rendir las materias que teníamos pendientes, se suponía que en tres meses acababa la escuela, y nosotras dos ya sabíamos que para graduarnos e ir a ver a que Universidad iríamos, necesitábamos aprobar todas las materias pero estábamos un poco (mucho) hundidas en el lodo. Dudabamos pasar sin problemas, era de seguro que iríamos en vacaciones.
- No sé que haré zanahorias, te llamo luego, estoy algo ocupada - Caminé dentro hasta ver a Esme con una sonrisa en la cocina mientras ponía algo dentro del horno
- ¿Te estas drog...
Colgué antes de que termine la oración para sonreír inocente en dirección a Esme que entrecerró los ojos en mi dirección con duda.
- Hola - Salude acercándose a besar a la ardiente mujer que correspondió el beso llevando sus manos a mi nuca
- Hola - devolvió el saludo con una sonrisita antes de dar un saltito como si hubiera recordado algo - ¡Mi cocina y yo te extrañamos mucho! Te prepare tarta de galletas de chocolate, mi amor
- ¿Te dije que eres la mejor? Porque lo eres - Le robe un beso antes de ir a la heladera y buscar una coca cola
- ah, no, eso no - Me la quitó, la vi haciendo un puchero con mis labios por eso - Tú y yo vamos a hacer algo antes de que empieces a comer - sonrió traviesamente haciéndome tragar nerviosa
Cerró la heladera acercándose a paso peligroso, lentamente con movimientos sensuales, luciendo el movimiento de sus caderas hasta presionarme contra la pared. La mire embobada por lo despampanante mujer que es, sintiendo sus manos subir hasta mi nuca y unir nuevamente nuestros labios. Lleve mis manos a su cintura, sintiendo su fría piel con tacto electrizante. La acerqué aún más escuchando un ronroneo por su parte. Se separó del beso mordiendo mi labio inferior, provocando ardor en mi abdomen bajo.
- Tienes que tener la recompensa de la apuesta del partido de béisbol - Murmuró con sus ojos oscureciendo
Volvió a besarme mientras retrocediamos, chocando con algunas cosas en el camino, me quité las zapatillas en el camino al igual que ella, baje mis manos por su cuerpo hasta el borde de su camiseta, donde introduje mis manos recorriendo su silueta, las volví a bajar para quitar la prenda de ropa, dejando su torso al descubierto con únicamente sostén.
- Diablos - Susurre mordiendome el labio
Ella sonrió satisfecha antes de empujarme contra la pared y retirar de misma manera mi remera, quedando ambas en partes iguales. Volví a conectar nuestros labios, introduciendo mi lengua mientras sentía sus manos bajar hasta masajear mis pechos. Me separe por necesidad de aire mientras ella seguía los besos por mi cuello. Solté gemidos ahogados al sentir sus frías manos, yo baje las mías hasta su trasero donde lo presione sacándole un gemido.
- Leo - Suspiró sobre mi cuello antes de retroceder conmigo
Retricedimos hasta hacer en el sofá, ella me empujó haciéndome caer de espaldas, se subió a horcajadas sobre mi antes de volver a unir nuestros labios.
Era mucho mejor que ir al baile.
Una pelirroja de melena fogosa miraba a la mayor de las hermanas Swan buscar en la habitación de la menor las llaves de la camioneta. Estuvo observancia, e hizo el amague de entrar para poder drenar a la muchacha. Leona le había caído bien, pero desaseherse de ella era el primer paso para arruinar a Edward Cullen por asesinar a su compañero. Aún que en cuanto estuvo por entrar, de entre los árboles se asomó un enorme lobo marrón que le provocó una mueca de miedo con asco.
Cambiaformas de lobo.
El animal, con instinto sobreprotector sobre la chica Swan, gruñó en dirección a la vampiro antes de saltar para ir tras ella, pero Victoria se fue rápidamente en busca de la segunda Swan, estaba decidida a acabar con Edward Cullen, su compañera, los Cullen y Leona Swan.
E iba a hacer todo lo que estuviera a su alcance pata hacerlo. Aun así tenga que acabar con toda criatura que este sobre su rango o menor, aun así deba acabar con la vida de la mayor de las Swan o el padre. No iba a dejar que se libren.
Su vista enfocó en la menor, llegando así al baile de graduación con el asqueroso vampiro que había osado lastimar a su pareja. Los miró unos segundos apreciando la patética escena que hacía la humana por querer la mordida, le daba tanta pena y vergüenza ajena Isabella Swan, que si fuera humana vomitaria. Miró al cobrizo que sólo pensaba en su tua cantante, estaba tan concentrado en sus tormentos sobre pensar en que ella queria que le arrebatase la vida luego de que Leo había rogado porque no hiciese eso, que no se dio cuenta de esa mujer con sed de venganza.
- ¿Por qué no dejaste que me transformara? - Preguntó curiosa a su vampiro
Edward pensó en la respuesta.
Odiaba haber tenido esta segunda oportunidad que la mordida le dió, porque volvió a la vida pero como un monstruo sediento de sangre, aborrecia el hecho de no poder envejecer, darle hijos, un futuro, una muerte. Odiaba ser vampiro, esa fue la primera razón ya que no quería lo mismo para ella. Pero la segunda razón era su cuñada, Leo. Ver como imploraba que no dejara que eso suceda, sus ojos lagrimeantes que pedían piedad, a pesar de estar con vampiros, Leona no quería que su hermana o ella lo fuesen. Porque a pesar de amar a los Cullen sabía que su naturaleza era algo que le daba miedo. Edward no dejó al veneno actuar porque pensó en Leona.
Estaba por responder cuando creyó sentir la presencia de alguien, se giró al lugar donde se suponía los vigilaba Victoria pero ella ya se había ido con una sonrisa vengativa, pensando en como arruinar esa felicidad que tanto creían que tenían, pero ella rápido iba a desvanecer.
Bella en el baile con Edward creía que estaba a salvo entre sus brazos, pensaba que se estaba divirtiendo en ese lindo momento. Leona estaba con Esme, ella creía que no había tenido un momento más íntimo y perfecto como ese, pensaba que estaba disfrutando.
Pero ambas iban a sufrir luego de ello. Porque Victoria las cazaba.
Y porque se acercaba el desastroso cumpleaños dieciocho de Bella.
PROXIMAMENTE
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