01
FORKS
NUNCA CREÍ ALEJARME DE MI MADRE, MI RELACIÓN CON ELLA SIEMPRE FUE LA MEJOR, UNIDAS HASTA EL FINAL, SEGÚN ELLA. Pero siempre terminas alejándote de quién amas, aún cuándo no quieras, en mi caso, es porque mi madre, René, se va de gira con mi padrastro, Phill. Un hombre de buen corazón, con quien me divierto ante su cómica personalidad.
- ¿Tienes a Draco? - Pregunto mi madre nerviosa, se pasólos últimos veinte minutos preguntándome sobre cada cosa que llevó para que no me olvide nada
- si, está en el asiento trasero - Respondí viendo por la ventana del auto al animal
Draco era un conejo blanco, en realidad quería un hurón pero no me dejaron así que no me quedo de otra que adoptar al pobre dienton.
Me giré para ver a Izzie, mi hermana. Nunca entendí como era posible que compartiéramos sangre, ella era pálida, tímida además de reservada. Traía un cactus en sus brazos que ni la más mínima idea de cómo seguía vivo, pobre planta a pesar de necesitar agua cada quince días, con Isabella era más que posible que se muera.
- Deja de ver a mi pobre cactus así - Levante la mirada, notando que me quede observando la pobre planta - Parece que la quisieras muerta
- Es que debería estarlo - Recibí un empujón juguetón de su parte
- No seas mala - Regañó mi madre ocultando una risa
- Oigan, chicas, las amo pero se va el avión - Avisó Phill viendo en nuestra dirección
- Tú nos echas porque quieres desnudar a mi madre - Bufé mientras rodaba los ojos, se pensaban que mandar a sus dos hijas a otra ciudad era sólo para irse de gira
- ¡Leona! - Regañó la recién nombrada golpeando mi nuca con suavidad mientras transformaba su rostro a una expresión avergonzada
- ¿Qué? ¿Sino para qué nos mandarían tan lejos? - Me empujó por mi espalda hasta el auto diciendo groserías sobre qué tenía la lengua muy suelta
- Tú tienes que lavarte el cerebro con lavandina y leer una buena biblia - Se burló Phill - Estás muy mente sucia pequeña morocha
Me subí al coche riendo para sostener al conejo en mis piernas, mientras Izzie se sentaba a mi lado negando con una sonrisa.
- Yo creo que mejor la metemos en arroz - Murmuró Izzie haciéndome voltear ofendida
- No estoy tan dañada - Me defendí
- Aún - Se burló el conductor
Le saquéla lengua para abrir la jaula dónde estaba Draco, a pesar de no ser un hurón con super elasticidad, era un conejo con enormes dientes que mordia estando de mal humor. Pero era tierno.
Forks. Era un pueblo escondido en el Estado de Washington, siempre rodeado de hermosas nubes grises, enormes bosques húmedos que a pesar de que arruinan mi cabello, son lo mejor ante mi punto de vista. Allí es dónde vive mi papá, Charlie Swan.
Al nacer, estuve tan sólo un año en el puesto de hija única, después de eso salió mi adorada hermana menor. Cuando llegué a los cinco años, mis padres se separaron sin explicarnos, simplemente tomaron la desición en privacidad como adultos responsables. Aún así, cada navidad venía para no dejarlo sólo, al igual que en su cumpleaños.
Lo malo era que Izzie no quería ir, no le gustaba la idea de dejar sola a mamá, a mi tampoco, pero Charlie estaba sin nosotras todo el año, me parecía injusto no ir a verlo al menos un día anual, pero termine yendo en cada una de las vacaciones de invierno.
No tenía amigos en el pueblo, sólo Jared Cameron, un imbécil que ve diversión hasta en un funeral, sin dudas extraño sus bromas todo el año.
Al bajar del avión, llevaba una sola maleta con la jaula de Draco en mi brazo derecho, se me hacía divertido imaginarlo saltar por cada movimiento de mis pasos, como si estuviera en un lavarropas. Caminé unos pasos hasta que vi a un hombre con traje de sheriff y un cartel que decía claramente "Leona y Bella Swan"
Caminé un poco más rápido hasta que el me vió dejé las cosas un poco atrás para correr así poder abrazarlo con fuerza. Acción que el no tardó en devolver.
- Te extrañe - Murmuré aún sin separarme
- Yo igual, pequeña morocha - Contestó de misma manera
Me separé para recoger a Draco y la maleta además también para darle espacio a mi hermana, que se acercó aún pegada al casi muerto cactus con una sonrisa un poco incómoda.
- Hola, Charlie - Saludó un poco distante
- Bella - Murmuró sin saber cómo saludarla, se giró a mi en busca de ayuda pero sólo me encogi de hombros
- Bueno - Corte ese incómodo silencio - ¿Vamos?
- Si, pero vine con la patrulla - Avisó comenzando a caminar
- ¿Por qué lo dices así? Es genial - Contesté ante su tono
- No lo decía por ti - Me miro con una sonrisa burlona - Se que te gusta la patrulla
- ¿Puedo encender la sirena? - Pedí con una sonrisa inocente
- No - Ni se molestó en mirarme para meter las maletas en la cajuela del auto
- Lo intente - Me encogi de hombros entrando en la parte trasera del auto
Las patrullas eran emocionantes para mi, una de mis fantasías era poder estar comiendo en el auto tranquilamente y que la radio suene diciendo algún código como "Alerta, sospechoso en calle malibur, código 338" Así salir a toda velocidad. Como en las películas.
El camino era silencioso, Izzie se subió en la parte delantera, dejando un silencio incómodo entre ella y papá. Mire a Draco apretando los labios en una línea fina, como si el entendiera la incómoda situación, se metió en el fondo de su jaula.
- Tú cabello está más largo - Comentó tratando de cortar el silencio incómodo
- Me lo corte la última vez que te vi - Contestó viendo su cabello
En mi mente sólo rogaba por no reirme, apretando los labios en un vano intento de contener mi risa.
- Oh, creció otra vez - Eh inevitablemente se me escapaba la risa haciendo me vea por el retrovisor con una mueca
El resto del camino fue en silencio, mientras contaba los autos que pasaban hasta que llegamos a la casa, el dulce hogar Swan. Era una casa blanca, a mi gusto era perfecta, quería apresurarme a bajar para mostrarle a Draco una pequeña casa que le puse en mi habitación pero debía esperar a que mi padre abriera ya que donde iba, normalmente, iban los criminales, así que ni tenía forma de abrir desde adentro.
- Mostacho, puedes apresurarte a abrirme - El me miró con una sonrisa divertida fingiendo indignación
Se volteó para abrirme la puerta, donde rápidamente baje las cosas, así poder subirlas al cuarto.
Mi habitación no era la gran cosa, tenía dos paredes azul marinos, el resto estaba pintado de blanco, una cama matrimonial pegada a el lado derecho de la puerta, un escritorio enfrente con un armario a su lado, varios estantes o cuadros en las paredes. Pero mi parte favorita era la ventana que estaba justo en frente de la puerta, daba una vista a la parte trasera de la casa, mostrando el hermoso bosque. Debajo había una especie de sofá, que me dejaba sentarme a leer en tranquilidad.
Pero en una esquina, estaba una casa parecida a la de muñecas, pero ambientada para el pequeño Draco que deje salir libre por la habitación. Lo bueno de tenerlo desde niño es que tenía la confianza suficiente para andar sin meterse en líos.
- Te cambie la cama - Me giré para ver que ahora tenía un azul marino como cubrecamas en vez de uno negro - Así combinaba más con el cuarto
- Gracias, papá - El asintió para luego ver a mi conejo con desconfianza
- No se comerá cables ni nada ¿Cierto? - Le sonreí burlona
- Es un conejo, no una rata - Voltee a mirarlo - Draco además tiene clase, sólo come lechuga o zanahoria, así que no insinues cosas de tú nieto - Me giré para verlo de mala manera
- Esa rata blanca no es mi nieto - Hizo una mueca de desagrado - Y espero también que nunca me des nietos - Me señaló amenazante
- Draco es el único - Sonreí segura
- El... - Estaba por negarse pero sólo asintió rendido para negar soltando un suspiro - Ya me voy
- Adiós, abuelo mostacho - Tome en brazos a Draco para que finga saludarlo, se fue riendo dejándome en la habitación nuevamente sola
Estaba por tomar mi celular, así poder avisarle a Jared sobre mi nueva estadía momentánea en Forks, pero antes de eso, escuché el ruido de un vehículo, camine hasta el piso de abajo para ver la camioneta de los Black, escuché los pasos de Bella detrás de mi, así que le di una sonrisa antes de que salgamos juntas.
No conocía a los Black muy bien, sólo a Billy, el venía al menos cada fin de semana para ver la televisión o ir de pesca, pero Jacob siempre fue tímido, así que no me molestaba en hablarle, la última vez que lo intente hacer salió bastante mal.
- Bella, ¿Te acuerdas de Billy Black? - Preguntó mi padre
- Luces bien - Lo saludo con un apretón de manos
- Sigo bailando - Bromeó con una sonrisa
- Hola, tío Billy - Salude con un abrazo que respondió gustoso
- Hola, ¿Como anda la morocha Swan? - Preguntó con una sonrisa - Extrañaba ver partidos contigo
- Ya me tienes aquí, no me llores más - Bromé haciéndolo reír
- Me da gusto que estén aquí - Miró a su amigo burlón - Charlie no ah cerrado la boca desde que le dijeron que vendrían
Solté una risa acompañado del resto al ver la cara indignada, además de vergonzosa de mi padre. Me giré a Jacob quien se ruborizó pero le guiñe el ojo haciendo que baje la mirada como un tomate.
Es por eso que no hablo con el. Al mínimo gesto que le demuestro, y termina con el rostro incendiado en llamas. Lástima que sea menor. Es un lindo chico.
- Sigue hablando y te meto en el lodo - Amenazó mi padre yéndose pero Billy no se quedó atrás
- Después de que te dé en los tobillos - Se giró para empezar a luchar con el
- ¡Dale con la rueda, Billy! - Grité estallando a carcajadas
- ¡Le daré con la silla mejor! - Bromeó
- Deberías apoyar a tú padre - Bufó indignado
Me divertían situaciones como estas, más que nada por lo amigable que era el señor Black o como era mi padre entre amigos, nada comparado a cuando está con Bella, con ellos dos juntos lo único que conseguiría sería un silencio incómodo.
Me giré a la recién nombrada, viendo como hablaba con Jacob, así que me acerqué para bromear un poco, podía ver lo incomoda que se notaba Bella a la hora de hablar con alguien nuevo.
- ¿Siempre son así? - Preguntó Bella viendo a los dos mayores pelear
- Empeoran con la edad - Contesté con una sonrisa burlona pasando mi brazo por los hombros del castaño que sólo volvió a tener rubor sobre sus mejillas
- ¿Que les parece?
Me giré a mi padre sin sacar el brazo sobre los hombros de Jacob, para ver como golpeaba la camioneta roja que estaba estacionada. Billy se colocó a su lado con una sonrisa.
- ¿Qué? - Preguntamos al unísono haciendo reír al mayor Black
- Su regalo de bienvenida - Señaló la camioneta
Un poco de pintura no le vendría mal a mi punto de vista, pero tener un vehículo propio ya era demasiado. Sonreí inevitablemente.
- ¿Esto? - Señaló sorprendida
- Se la acabo de comprar a Billy - Asintió con una pequeña sonrisa a lo que el recién nombrado asintió de acuerdo
- Yo reconstruí el motor - Murmuró Jacob a lo que retiré mi brazo para palmear su hombro con una sonrisa sorprendida
- El niño Black sabe de motores - Alage con una sonrisa
Bella empezó a celebrar por el regalo diciendo varios alagos así que siguiendo su emoción me subí a la camioneta, ella intentando hacer lo mismo, abrió la puerta sin darse cuenta de que golpeó a Jacob. Solté una carcajada inevitablemente. Jacob se subió a mi otro lado viéndome avergonzado.
- Te dije que les gustaría - Escuche a Billy, me gire para ver por la ventana de la camioneta viéndolo hacer una seña extraña
- A si, claro, eres lo máximo - Contestó con sarcasmo
Me giré riendo a Bella quien seguía instrucciones de Jacob sobre como encender el auto. Así que arrancó una vez entendió.
- ¿Querés que te llevemos a la escuela o a algún otro lado? - Cuestionó viéndolo pero el se apeno un poco
- Voy a la escuela en la reservación - Contestó algo apenado
- Lástima, nos hubiera gustado tener un amigo - respondí palmeando su hombro
El asintió, luego de eso bajamos de la camioneta para ir a comer con los Black, nos acompañarian a la cena como una bienvenida, pero yo sólo me la pasee bromeando con Billy, diciendo que sólo quería nuestro televisor.
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