XXXVIII

H.

Decir que mi corazón se encontraba roto era decir muy poco para una descripción de lo que estaba sintiendo. Desde la muerte de mi madre hace algunos años no había experimentado tal presión en mi pecho, había olvidado lo que era que un nudo en la garganta doliera y no te permitiera si quiera decir una palabra.

Keyla había detenido un taxi para que este nos llevara al departamento donde nos estábamos quedando, el cual afortunadamente se encontraba demasiado cerca del parque. Durante el trayecto me dediqué a recargar mi cabeza en el cristal de la ventana mientras lloraba de manera silenciosa. Por más que trataba de detener las lágrimas me resultaba imposible, el dolor, la presión, el sentimiento de no ser suficiente eran muchísimo más grandes que yo. Tratar de no sentirme así o era algo por completo inútil.

En cuanto llegamos a nuestro destino le agradecí al taxista en un tono bajo y me encaminé a la puerta del edificio, mientras lo hacía me puse a pensar las cosas que debía hacer antes de abandonar Nueva Orleans. Tenía que ir a mi trabajo para hablar con el dueño e informarle que volvería a casa, me tenía que despedir de los compañeros de mi trabajo, los cuales amablemente me ayudaron en mi adaptación en esta ciudad, debía hablar con la amable señora que me estuvo rentando el departamento todo este tiempo y sobre todo tenía que agradecerle al primo de Zayn por ayudarnos a Keyla y a mi cuando llegamos aquí.

Deseaba volver a Inglaterra lo más pronto posible, pero tampoco quería desaparecerme... no quería hacer lo que Louis me había hecho.

— ¿De verdad nos vamos a ir?— me preguntó Keyla abriendo la puerta del departamento

— No tengo a que quedarme. Vine hasta aquí para encontrar a Louis y tratar de hablar con él, ya lo encontré y sigue manteniendose en la postura de no quererme cerca... además es feliz con alguien más, no me pienso meter en eso

— Que esté con alguien más no significa que sea feliz— dijo mirándome con tristeza

— Creí que lo odiarias y ahora parece que lo intentas defender o no lo sé, tal vez justificar— dije con confusión

— Yo no odio a nadie y lo sabes... bueno si, a Peter Pettigrew por traicionar a los Potter y a Fenrir Greyback por moder a Remus cuando solo tenía 4 años, pero esos son personajes ficticios, así que claramente no cuenta— negó— ¿Qué si Louis me cae mal y preferiría que no estuvieras enamorado de él? Si, por supuesto que si. No quiero defenderlo y menos justificarlo, lo que te hizo es algo de lo más bajo, sin embargo quiero que recuerdes que porque veas a dos personas juntas y una de ellas se encuentre feliz, no significa que ambas personas lo sean

— Si bueno, da igual, eso no quita que él se encuentre en una relación y ya sea que se encuentre feliz a un lado de Aaron o no, no pretendo meterme en eso— volví a negar mientras limpiaba mis lágrimas— Quiero que sea feliz aunque no sea conmigo, sin embargo se que no podré verlo compartiendo esa clase de momentos con alguien que no sea yo. Prefiero alejarme y tratar de superarlo... en la noche hablaré con mi jefe para decirle que voy a renunciar a finales de mes... ¿Hablarías con la señora Collins para decirle que solo nos quedaremos aquí para finales de mes?

— Si, no te apures por eso— asintió Keyla con un intento de sonrisa en su rostro— ¿Quieres que vaya comprando los boletos de avión? Que eso de comprarlos de último momento es todo un caos y no quiero volver a pasar por eso

Esta tarde sentía como si hubiera perdido una perdido una parte mi, como si se me hubiese arrancado de una manera brutal. Tenía un vacío en el pecho que era el recordatorio de que todo esto era real y no una pesadilla como tanto lo estaba deseando.

Me metí a mi cuarto para comenzar a sacar mis maletas, todo había terminado de la manera en la que tanto había temido y eso me estaba matando lentamente.

— Harry, no tienes que empezar a empacar ahora— dijo Keyla detrás de mi— Vamos a hablarlo, no te quedes con todo guardado, sabes lo mal que eso te hace, date la oportunidad de seguir llorando

— Ya no quiero seguir llorando...

— No puedes ir por la vida guardado tu dolor, eso solo empeora las cosas para ti— me seguía diciendo— No temas mostrarte vulnerable ante mi, sabes que jamás te juzgaría. Lo necesitas y lo sabes

Me di la vuelta, las lágrimas volvieron a brotar y me permití llorar en los brazos de Keyla. Si bien era cierto que ya estaba cansado de sentirme mal y llorar por las noches, ahora sabía que tenía que hacerlo, debía llorar y dejar ir todos esos sentimientos por Louis.

El dolor parecía que podría hacerme caer en cualquier momento, me sentía tan débil, indefenso, desprotegido... vulnerable, cosas que no había sentido desde que mi madre había muerto.

Louis se había vuelto mi lugar seguro, ese lugar al que recurría cuando todo se estaba viniendo abajo. Lo único que nunca pensé era necesitar otro lugar para el momento en que él decidiera irse.

— Déjalo salir, déjalo salir, no importa cuanto tiempo estemos así, aquí estoy y aquí siempre estaré— me decía Keyla acariciando mi cabello

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