세 ━━━ 𝐓𝐑𝐄𝐒
세 ━━━━━ 𝐓𝐑𝐄𝐒
❝ 𝐍𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐭𝐨 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐮𝐛𝐫𝐢𝐫
𝐜ó𝐦𝐨 𝐢𝐠𝐧𝐨𝐫𝐚𝐫
𝐞𝐬𝐭𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐧𝐬𝐚𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬
𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐜𝐚𝐢𝐠𝐚
𝐥𝐚 𝐧𝐨𝐜𝐡𝐞 ❞
—Chan, haz algo.
—Estoy en ello, pero no funciona —se quejó moviendo los plomos de la luz.
La escasa luz que alumbraba el departamento era la del móvil de Jisung.
—No me puedo creer que estemos encerrados —bufó Jeongin—. Basta de bromas.
—¿¡Te crees que estamos de broma!?
—Cierra la boca, Minho —le contestó Seungmin apoyado en el umbral de la puerta de su habitación. Lucía cansado.
—Minnie, cariño, ¿qué ocurre? —le preguntó Felix saliendo de la habitación somnoliento.
Seungmin pasó los brazos por su cintura sosteniendo parte de su peso.
—Nada, cielo, ¿por qué no vuelves a dormir? —este asintió sumiso, dejándose guiar por Seungmin hasta la cama.
—Venga ya, Bangchan —Hyunjin habló, cansado de la situación.
—¡Que ya voy! —gritó.
Puede que las luces no se encendieran, pero al menos sí que lo hizo el televisor. Este trasto era algo antiguo, una de esas televisiones de los años 90, aquellos que eran anchos y se le iba la señal. Nunca lo habían usado, pues nunca había cogido los canales que querían ver. Simplemente estaba ahí de adorno.
A pesar de que sólo se veía el tintineo blanco y negro como cuando no daba señal, todos se reunieron frente a este. Una vez estuvieron todos —a excepción de Felix, quien dormitaba en la habitación— aparecieron unas letras en la pantalla.
Don't go anywhere
Don't try to leave
You're locked up
—¿Qué mierda pone ahí? —exigió saber Lee con enfado, señalando la pantalla ante su ignorancia hacia los idiomas.
—No vayas a ningún lado, no intentes salir, estáis encerrados —Bangchan tradujo literalmente las palabras.
—No, no, no —Jeongin, miedoso, se agachó de cuclillas para abrazarse a sus piernas.
—Tranquilos, será una broma pesada —les quiso calmar el mayor—. En este edificio todavía viven algunos idols de nuestra época, tal vez quieran asustarnos.
—Voy a llamar a la policía —dijo Jisung ansioso, sus manos temblando mientras tecleaba en su teléfono.
—Vamos a calmarnos un segundo —inquirió Hwang, pausando la acción de Han—. Seguramente sea una broma tonta, como ha dicho Chan.
—Quiero salir de aquí —lloriqueó Yang.
—Cálma... Cálmate —le habló Changbin con un tono suave, agachándose a su lado.
—¿Qué hacemos? —cuestionó Seungmin.
Todos esperaron una respuesta de Bangchan, como si siguiera siendo su líder, a pesar de los años.
—¿Cenamos? Creo que lo mejor será esperar un rato hasta que terminen de tomarnos el pelo.
—¿Y si no acaban con la broma? —Minho se cruzó de brazos, lanzando la pregunta al aire.
—Entonces, llamaremos a la policía.
—Vale, pues cenemos —Hyunjin palmeó a sus costados, arrastrando los pies hasta la cocina con mucha tranquilidad—. Y, por cierto, Feliz Año Nuevo, estoy tan feliz de estar pasando estos momentos maravillosos con todos vosotros —felicitó con sumo sarcasmo, ganándose unas miradas de despecho.
La mayoría lo siguieron para colocar los platos preparados que se habían dejado sobre la encimera. Los restantes encendieron velas que encontraron por los cajones de la cocina; la luz aún no había vuelto, ni iba a volver.
Mientras tanto, Seungmin se acercaba a la litera de abajo, donde dormía Felix. Se sentó a su vera y observó cómo su novio dormía plácidamente ajeno a lo que ocurría. Se encontraba sudoroso y el flequillo se le había pegado a la frente. El menor posó la palma de su mano sobre la frente de Felix con el objetivo de saber si tenía fiebre o no.
Con ese acto, Felix abrió sus ojos poco a poco.
—Minnie, ¿qué hora es?
—Las tres y cuarto —respondió tras mirar la hora en su teléfono, el cual descansaba en la mesilla—. ¿Te encuentras bien? Creo que tienes fiebre.
—No muy bien —dijo reincorporándose en la cama.
—Vamos a cenar.
—¿Ahora? —preguntó extrañado— ¿Y los demás?
—Es una larga historia, pero no te preocupes, vamos a cenar todos juntos. Además, debes comer para reponer fuerzas.
Felix asintió con la cabeza, se encontraba demasiado mal como para discutir o siquiera hablar. Seungmin esperaba que los dejaran salir rápido, Felix no era de los que se enfermaba a menudo, sino que cuando lo hacía se ponía muy, pero que muy malo. Aquello no era síntoma del estrés, si no que en el embarazado no había tenido fiebre, así que Seungmin ya estaba pensando en llevarlo al hospital.
No obstante, debía mantenerse sereno. Si él comenzaba a alterarse, Felix también lo haría y no les conviene que Felix se estrese de más porque podría afectar al bebé.
El australiano se quedó mirando el televisor encendido, aún proyectando las mismas letras de antes.
—Tranquilo, amor, sólo es una broma pesada —le susurró Seungmin besando después su mejilla, para que se mantuviera sosegado.
Si tal vez Felix estuviera en sus cinco sentidos sanos, seguramente habría discutido y armado un escándalo. Pero sólo asintió mirando con ansias alguna de las sillas para poder sentarse.
Por otro lado, mientras cortaba el pavo en la cocina, Chan pensó en múltiples personas que podrían haber hecho eso. Que él supiera, no le había comentado a nadie que iba a traer a sus miembros al mismo departamento que compartieron cuando eran compañeros de trabajo. Tan solo lo sabía su mánager, pero dudaba mucho que él se molestara en cerrar puertas y ventanas de un departamento en la octava planta de un edificio.
¿Con qué objetivo? Era cierto que el mánager había llorado con la separación del grupo y que quería mucho verlos juntos de nuevo. Pero también era una persona racional, y aquella no era la forma de que ocho personas hicieran las paces.
Si no que podrían acabar matándose.
—Chan hyung —lo llamó ChangBin—. ¿To-todo bien?
El mencionado asintió con la cabeza, no muy seguro de sí mismo.
—Estamos todos en la mesa, solo faltas t-tú.
—Ya voy, Binnie.
Cogió la bandeja con el pavo y se dirigió con su mayor sonrisa hasta el comedor, donde dejó el plato en el centro y se sentó en su lugar. Para su sorpresa, cada uno se sentó justo en el asiento anterior.
Minho tenía puesta su típica mueca cuando estaba molesto. Jisung a su lado miraba su plato vacío con una expresión neutra.
Hyunjin se encontraba más tranquilo de lo normal, bostezando de vez en cuando. Jeongin entre este y Changbin, mantenía el ceño fruncido levemente, había dejado de llorar hace rato.
Changbin y Chan se miraban entre ellos, creyendo saber lo que pensaba el otro y que podrían hacer. Ambos sabían que la cosa no iba bien.
Felix suspiraba porque no se encontraba bien y sólo quería dormir y despertarse cuando estuviera mejor. Seungmin a su lado lo reconfortaba cogiéndole la mano.
—Está un poco frío, pero tampoco hay luz para calentarlo así que...
Cada uno de ellos se sirvió comida en su propio plato.
Aunque, antes de que alguno diera su primer bocado, Seungmin les frenó.
—No coman.
—¿Y por qué? —se quejó Minho. Seungmin solo señaló con su cubierto el televisor.
Don't eat
Food is poisoned
—La comida está envenenada —respondió Kim tragando saliva.
—Oh, vamos, esto es absurdo —Minho tiró los cubiertos encima de su plato de mala gana.
—¿Qué hacemos, Chan hyung? —le preguntó Jeongin, buscando respuestas.
—No comáis, no vamos a arriesgarnos.
—¿No era una broma? Pst. —Minho chasqueó su lengua con sarcasmo.
—¿Por qué no cierras la boca? —atacó Hyunjin— Chan hace lo que puede, pero si quieres comer, hazlo. Si te mueres sabremos que la comida en realidad sí estaba envenenada.
—Vete a la mierda, Hwang —escupió el otro.
—Ya estoy aquí contigo.
—Las le-letras han vuelto a c-cambiar —Bin señaló la televisión, haciendo que todos se girasen.
Only alcohol isn't poisoned
—Pe-pero Felix comió antes —el tono que utilizó Seungmin al reparar en lo que estaba pasando sonó un poco desesperado, cosa que no quería.
Ante la mirada asustada y preocupada de los demás, Seungmin se levantó de la mesa con las manos agarrándose el cabello mientras murmuraba palabras mal sonantes en un tono bajo.
—No digas palabrotas delante del crío —dijo un Felix débil y enfermo. O más bien, envenenado.
—¡Basta de juegos! —gritó hacia ninguna, perdiendo los papeles— Está esperando un bebé, ¡basta!
—Tranquilízate, Min, se mejorará. Tal vez sea casualidad —le habló HyunJin.
—Felix no se enferma así como así —defendió su comportamiento—. Voy a salir de aquí aunque tenga que echar abajo esa maldita puerta.
Jeongin se levantó con el rostro lleno de lágrimas y la respiración anormal.
—Seungmin hyung, para, no hagas tonterías.
El nombrado hizo oídos sordos, caminando a paso fuerte hacia la puerta principal.
—¡Ha dicho que no intentemos salir! —gritó el menor.
Jeongin no quería que nada malo le pasara a nadie. No quería admitirlo, pero seguía siendo el mismo chico miedoso de siempre; el que le tenía miedo a los gritos, a la oscuridad, a la mínima cosa que pudiera ponerlos en peligro. Fuera una estúpida jugarreta o no, deberían obedecer todo lo que el televisor dijera hasta que todo termine.
¿Qué pasaría si Seungmin intentara marcharse? Las letras del televisor avisaron explícitamente que no intentaran marcharse, que no había salida.
Jeongin sólo podía pensar en el bienestar de todos ellos, en qué era lo correcto hacer en esos instantes.
Corrió detrás de Seungmin, quien ya se encontraba pateando y pegándole puñetazos a la puerta. Cogió uno de sus brazos y el contrario se giró a la defensiva.
—¡Tengo que sacar a Felix de aquí, ¿no lo entiendes o que?! —empujó el delgado cuerpo del menor.
—¿¡Tú no entiendes que nos pondrás en peligro a todos!? —Yang pronto se recompuso del empujón y se lo devolvió aún más fuerte.
Comenzaron una pelea a golpes en la que estaban a punto de intervenir Bangchan y Changbin.
Sin embargo, todo se paralizó cuando se escuchó un disparo.
Uno de ellos cayó al suelo y el televisor mostraba otras letras.
Don't try to leave
Don't try to leave
Don't try to leave
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