━━「 𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟯 」━━
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Finalmente conseguí liberarme de Anastacius y me dirigí hacia mis progenitores, quienes me llamaron con urgencia para aclarar sus dudas. Su preocupación era palpable y, tras contarles algunos detalles del evento, mi padre, George, mandó a preparar el carruaje para que pudiéramos regresar a casa. Tan pronto como estuvo listo, ascendimos en él, y nos pusimos en marcha.
El trayecto fue tranquilo, pero la tensión se podía cortar con un cuchillo. Mi padre suspiró, rompiendo el silencio.
— No sé qué habrás hecho para llamar la atención del príncipe heredero. -Me miró con una mezcla de curiosidad y preocupación en sus ojos-
— (Yo tampoco lo sé...) -Pensé mientras apretaba suavemente mi vestido, tratando de mantener la calma-
— Trata de evitar a los dos príncipes. -Mi padre, observándome con seriedad y sus palabras estuvieron cargadas de preocupación-
— Padre... ¿Acaso no sería bueno que nos relacionáramos con la familia imperial? -Su tono mostraba interés genuino-
La reacción de mi padre fue inmediata y contundente.
— ¡No! -Contestó con firmeza- Quiero evitar que mis únicas hijas se relacionen con la familia imperial. -La vehemencia en su voz dejaba claro su enojo-
Asentí con calma, comprendiendo su preocupación.
— Entendido, padre. -Respondí- (De todas formas, no estoy loca como para relacionarme con ellos.)
Al arribar a nuestra mansión, descendimos del carruaje y entramos rápidamente. Me dirigí directamente a mi cuarto, buscando un refugio de tranquilidad. Con la ayuda de Jessy, me cambié de ropa y me recosté en la comodidad de mi cama. Mientras meditaba sobre lo sucedido en el baile, mi mente comenzó a relajarse y, poco a poco, el cansancio me venció hasta quedarme dormida.
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❨ Unos días después. ❩
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Desde que el baile real finalizó, tuve que presentarme a las clases con mi maestra Elisabeth. Me tomó por sorpresa su invitación a la fiesta de té, por lo que supuse que quería hacerme conocida en su círculo con la finalidad de acallar los malos rumores que rondan sobre mí.
"La hija de la prostituta, está celosa de la hija del Duque y es maltratada todos los días. Se parece a su madre y es desagradable, ya que una perra loca está tratando de arruinar al Duque Williams. Pobre de la señorita Simone, debe llorar todas las noches"... Vaya estupidez.
Después de conversar con Elisabeth, me retiré y, al llegar a mi destino, revisé mi ropero con el propósito de seleccionar un vestido adecuado. Para mi sorpresa, descubrí que la mayoría de mis vestidos eran muy infantiles y bastante desagradables. Me pregunté quién habría sido capaz de crear ropa tan ridícula.
Una idea se me vino a la cabeza. Le pedí a Jessy que se marchara de mis aposentos, aprovechando ese momento de soledad para sacar una caja de cerillos. Prendí uno y lo tiré hacia el armario, ocasionando un pequeño incendio. De este modo, alerté a los demás sobre el incidente y me auxiliaron rápidamente. Mantuve mi actuación lastimera frente a todo el personal de la mansión.
— Está bien, eres joven, así que pueden pasar estos errores. -Comentó aliviada mi madre- Me alegro que el incendio no fue grande.
— Pude salir, pero mi ropa se quemó. -Sollozé, tratando de parecer más afectada de lo que realmente estaba-
— No puede andar en bata... tal vez puedas obtener algo de ropa de alguien que tenga un cuerpo similar al tuyo. -Sugirió mi madre, preocupada-
Me acerqué a Simone y la llamé por su nombre.
— Lo siento mucho, intento evitar molestarte por lo que sucedió... pero aun así no deseas prestarme tu ropa, ¿Verdad? Por supuesto... lo odias, pero no tengo a quien más pedir prestado...
— Este, te presto... lo que desees de mi ropa. -Habló repentinamente, sorprendida por mi petición-
— ¿En serio? ¡Muchas gracias, Simone! -Sostuve sus manos y sonreí, agradecida por su amabilidad fingida-
— ... Qué feliz estoy de que tengamos el mismo tamaño.
— Eres mi ángel, Simone. -Sonreí contenta, sintiendo que mi plan había funcionado a la perfección-
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Simone condujo a Damaris a sus aposentos, un espacio elegantemente decorado con muebles de madera oscura y cortinas de encaje que filtraban la luz del sol. El ropero de Simone era amplio y estaba lleno de vestidos de alta calidad y elegancia. Con una mezcla de expectación y nerviosismo, Simone le permitió a Damaris escoger entre todos sus vestidos el que más le gustara.
Damaris, con una mirada meticulosa, comenzó a revisar cada prenda cuidadosamente. Sus dedos rozaban las telas suaves y los bordados finamente trabajados. Al adentrarse más en el ropero, sus ojos se posaron en un vestido que había sido cuidadosamente escondido en una esquina recóndita. La prenda era de un color profundo y estaba adornada con detalles intrincados que revelaban su gran valor.
— Tomaré este prestado, Simone. -Declaró Damaris, sosteniendo el vestido con firmeza y decisión-
Simone se quedó inmóvil por un momento, sorprendida por la elección de su media hermana.
— ¿Sí?... Ah... -Respondió, tratando de recuperar la compostura-
Damaris sostenía un vestido que había sido un regalo del prometido de Simone. Con una mirada apenada, observó la prenda, consciente de su importancia sentimental.
— Si no puedo tomar esto, ¿Cuál debería elegir? -Preguntó Damaris, aunque en su tono de voz se notaba que ya había tomado una decisión firme-
Simone, con una sonrisa un tanto ensombrecida, trató de ocultar sus verdaderos sentimientos. A pesar del apego emocional al vestido, asintió.
— Claro que puedes tomar ese prestado... -Dijo, tratando de sonar convincente-
Damaris asintió agradecida, consciente del sacrificio de Simone, pero también determinada a aprovechar la oportunidad de llevar una prenda tan hermosa y significativa.
— ¿De verdad? ¡Creí que no me lo prestarías porque es muy hermoso! -Volvió a tomar sus manos, animada- Te lo devolveré limpio, lo prometo.
— Bueno, agradecería que lo cuidaras mucho.
La mayor se separó de Simone y se encaminó a la salida, con una mirada decidida en su rostro. Subió al carruaje, y tan pronto como los caballos comenzaron a trotar, se dirigieron a la capital. Durante el trayecto, Damaris observaba por la ventana, sus pensamientos divagaban mientras contemplaba las casas que pasaban rápidamente a su lado.
Cuando el carruaje finalmente se detuvo, Damaris bajó del transporte con la ayuda de uno de sus escoltas. Con una elegancia innata, se dirigió junto a su sirvienta hacia la primera tienda que encontraron. El vendedor, visiblemente nervioso, los recibió con una sonrisa tensa.
— Esas cosas de ahí son insignificantes. -Dijo, tratando de desviar su atención- Por favor, ven aquí.
Damaris, sin prestar mucha atención a sus palabras, comenzó a examinar las prendas con detenimiento. Contrario a lo que el vendedor decía, descubrió que las telas y diseños no eran tan insignificantes como él pretendía. Mientras tocaba las prendas, recordó con pesar los tiempos en los que apenas tenía dinero para alimentarse.
Al concluir con la selección, dio instrucciones precisas para que las prendas fueran llevadas con cuidado a la residencia de la familia ducal. Al salir de la tienda, el bullicio de la calle captó su atención. Un vendedor de periódicos pregonaba las noticias del día, y Damaris, con un gesto, le indicó a su criada que comprara uno.
De vuelta en el carruaje, Damaris comenzó a leer la información que resaltaba en las noticias semanales. Una noticia sobre los esclavos llamó su atención. El comunicado resaltaba cómo el príncipe heredero, junto al segundo príncipe de Obelia, estaban restaurando el equilibrio de las clases sociales. No pudo evitar arrugar el diario al ver los rostros de los príncipes imperiales. Frunció el ceño mientras un amargo recuerdo invadía su mente.
— (Incluso Claude, en su otra vida, tenía un mundo muy diferente del mío y jamás llegamos a entendernos del todo.) -Reflexionó- (La diferencia estaba en que nunca había valorado los pequeños sacrificios que hice por él.)
Al bajar del carruaje, Damaris entró en otra tienda y, mientras observaba el lugar, escuchó la voz del viejo vendedor.
— Vine a buscar el reloj de arena que mi mucama dejó.
— Ah sí... -Sacó el reloj de arena y se lo entregó-
Ella comprobó que todo estuviera en orden y tuvo que reconocer que el anciano había cumplido con sus expectativas al reparar el reloj de arena.
— Lo ha hecho muy bien, me gusta. -Sonrió ligeramente- Arregló todas las piezas rotas.
— Sí, gracias.
— Jessy. -La llamó y le pagó el doble al señor-
— ¿¡El doble!? ¿¡Me dará el doble...!? ¡¡Gracias!!
El mayor se mostró agradecido, y la joven asintió en silencio. Revisó el lugar y se dio cuenta de que no se parecía a las otras boutiques que había visitado en el pasado. Las cosas parecían más interesantes aquí. Ideó una estrategia de juego para obtener una victoria en la alta sociedad. De repente, un horrible presentimiento perturbó su paz. Observó a una persona encapuchada.
— Señorita, ¿Le gustaría volver a casa? -Preguntó Jessy-
— Sí, no hay nada más que ver. -Sonrió nerviosa-
Cuando estaba por irse, se percató de la inscripción de un boleto y decidió advertirle al vendedor sobre las desventajas que podría causarle.
— Lo mejor es que venda ese boleto de subasta.
— ¿Qué?
— No debe usarlo. -Lo miró con seriedad-
Damaris sabía sobre la pronta subasta organizada por el casino, ya que las personas estaban siendo impulsadas por los juegos de azar y las licitaciones desconocidas. Tal vez el vendedor había comprado su entrada sin saber que el segundo príncipe cerraría ese lugar, corriendo el riesgo de quedarse sin dinero o perder su negocio por las deudas.
— La decisión solo es suya, señor.
Cuando estaba a punto de irse, notó que su guardia cayó inconsciente. Sintió cómo sostenían bruscamente su muñeca y dirigió su vista al desconocido.
— Parece que nos volvimos a encontrar, señorita Damaris.
— Eh... -Dijo sorprendida- (Esa voz la reconozco.)
— Deberás responder por qué le dijiste eso al dueño. -La miró con su característica frialdad-
— (¡Claude!) -Pensó Damaris, impresionada por su reencuentro-
— Parece que tendré que torturarte para obtener una respuesta a mis dudas...
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— - 🌷 - To be continue. . . ୭
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¡Hola, queridos lectores! 🌙
Me gustaría que siguiera apoyando este libro, estaré atenta a sus estrellitas 💫 y sus comentarios, saben que ustedes son mi fuente de inspiración para seguir subiendo los capitulos.
Quería informarles que subiré todos los capítulos de recorrido quizás y como han notado, hay varios cambios. Gracias por su atención.
Con cariño,
LadyBeluna019 🌹
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