━━「 𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟮𝟲 」━━







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Últimamente, la sociedad estaba inmersa en un torbellino de habladurías. El escándalo del asesinato y la búsqueda de un esposo adecuado para mí habían capturado la atención de todos. Las propuestas de matrimonio no se hicieron esperar, pero la mayoría fueron rápidamente rechazadas por no cumplir con los estrictos requisitos que exigía mi padre.

En un momento, me encontraba charlando con Annie y Jessy sobre los diferentes pretendientes. Ambas parecían visiblemente interesadas en mi relación con el segundo príncipe y el emperador. Les dejé en claro que solo éramos amigos, aunque su curiosidad persistía.

De repente, Jessy mencionó que un carruaje proveniente del palacio imperial acababa de llegar. La noticia me tomó por sorpresa. Bajé rápidamente junto a mis criadas, ansiosa por ver quién había llegado.

Al salir, vi a Thaddeus saludando a mi padre con respeto. Llevaba consigo dos espléndidos ramos de rosas. De inmediato supe que uno de ellos era para mí y el otro para Simone, como un gesto de cortesía. Me acerqué con entusiasmo, sabiendo que habían sido enviados por Claude, y saludé animadamente.

La presencia de Thaddeus y los ramos de rosas llenaron el ambiente de expectación. Las miradas curiosas de Annie y Jessy no se hicieron esperar, mientras yo trataba de disimular mi alegría. Este inesperado gesto del emperador había añadido un nuevo giro a los rumores que ya circulaban en la sociedad.

— Mucho tiempo sin verlo, Thaddeus. -Saludo el duque-

— Ha pasado un tiempo sin vernos, Duque Williams. -Saludo animado-

Thaddeus se acercó con elegancia, llevando ambos ramos con sumo cuidado. Con una sonrisa cortés, procedió a entregarme un hermoso ramo de tulipanes, asegurándose de que cada flor estuviera en perfectas condiciones antes de colocarlo en mis manos. El aroma de los tulipanes frescos llenó el aire, añadiendo un toque de dulzura al momento.

Luego, giró suavemente y dejó el segundo ramo de lirios para la señorita Simone, depositándolo con igual atención y respeto. Cada movimiento de Thaddeus mostraba una gracia y una precisión que no pasaron desapercibidas, destacando aún más el gesto de cortesía que Claude había tenido al enviar estas hermosas flores.

— Pero, ¿Qué le atrae por aquí? -Preguntó Georgue de repente- Ah, no me digas que... ¿También está interesado en mi hija?

— ¡¿De qué está hablando?! -Exclamó con sorpresa-

— ¿Es eso así? -Parecia confuso-

— Solo vine de visita ya que estaba cerca de aquí. -Dijo sereno- Hablando del hombre perfecto para la señorita, solo el hombre más poderoso de todo el imperio sería el adecuado para la señorita, ¿Verdad?

— (Supongo que se está refiriendo a Claude...) -Pensé y sonreí incómoda-

— Es verdad... mi preciosa hija se merece a alguien poderoso a su lado. -Sonrie emocionado-

— Tienes razón, duque. -Explicó Thaddeus-

Debido a la pequeña discusión que tenían mi padre y Thaddeus, decidí retirarme discretamente. Con las flores que me había entregado Thaddeus, me dirigí hacia Annie, quien esperaba con una sonrisa. Las flores eran un obsequio espléndido, y se las entregué con cuidado, viendo cómo su rostro se iluminaba de alegría al recibirlas.

Mientras me alejaba, absorta en mis pensamientos, de repente me encontré con Simone en el corredor. Sus ojos mostraban una tristeza profunda, aunque su elegante apariencia seguía siendo imponente. Su expresión reflejaba el peso de alguna preocupación, lo cual hacía aún más evidente su belleza melancólica.

Decidí acercarme y hablarle, esperando poder aliviar un poco su ánimo.

— ¿Vas a salir? Si es asi, ten un buen viaje. -Sonrio y coloco una mano en mi mejilla- Debido a que últimamente suceden cosas peligrosas.

Simone caminó a mi lado, sus ojos fríos se clavaban en los míos mientras me culpaba por la muerte de Emma. La dureza de su mirada y la amargura en su voz eran inconfundibles, y sentí un escalofrío recorrer mi espalda. A pesar de la acusación, sonreí. Mis criadas, que habían presenciado la confrontación, se quedaron mirando sorprendidas, claramente notando la hostilidad de Simone. La tensión en el aire era palpable, y no pude evitar reírme en mis adentros ante la ironía de la situación.

Decidí no prolongar el enfrentamiento y regresé a mi habitación, llevando conmigo la carta que me había enviado Claude. La repentina comunicación de su parte me intrigaba y despertaba mi curiosidad. Cerré la puerta tras de mí y me senté en el borde de la cama, abriendo el sobre con cuidado.

Mis dedos temblaban ligeramente mientras desdoblaba la carta y comenzaba a leer. Las palabras de Claude explicaban detalladamente su ausencia durante todo este tiempo y se disculpaban por no haber estado presente. La sinceridad y el arrepentimiento en su escritura eran evidentes, lo que provocó un leve alivio en mi corazón.

Dentro del sobre, encontré un pequeño paquete envuelto en terciopelo. Lo abrí con delicadeza y descubrí un hermoso anillo en su interior. La piedra preciosa brillaba intensamente, reflejando la luz de la habitación. Lo sostuve en mis manos y lo observé detenidamente, apreciando los detalles intrincados de su diseño.

No pude evitar reírme levemente ante la sorpresa del regalo. La sinceridad de Claude y el gesto del anillo me conmovieron profundamente.

— (Aunque no sea como Anastacius, tampoco parece desaprovechar las oportunidades.) -Me sonrojé ligeramente al pensar en esto-

Mientras seguía admirando el hermoso anillo, el cual brillaba intensamente bajo la luz, escuché pasos apresurados acercándose a mi habitación. La curiosidad se despertó en mí y voltee justo a tiempo para ver a Annie y Jessy entrando con rapidez. Sus rostros estaban iluminados por una mezcla de emoción y anticipación, claramente reflejando que traían noticias importantes.

Annie, con el rostro ligeramente sonrojado y casi sin aliento, fue la primera en hablar. Su entusiasmo era palpable.

— ¡Damaris! -Exclamó, tratando de recuperar el aliento- ¡Acabo de recibir una carta del barón Barboun!

Jessy, que se encontraba justo detrás de Annie, asintió vigorosamente. Sostenía un sobre lacrado en sus manos, lo que añadía un aire de misterio y expectativa.

— Sí, Damaris. -Dijo Jessy, con una sonrisa brillante-El barón te ha escrito respecto a tu inversión en su negocio de perfumes.

Ambas se acercaron a mí, y Annie, con un gesto cuidadoso pero lleno de entusiasmo, me entregó la carta. La abrí rápidamente, sintiendo una mezcla de emoción y curiosidad, mientras comenzaba a leer las palabras del barón.

"Querida Damaris,

Espero que esta carta la encuentre bien. Quiero expresar mi más sincero agradecimiento por la generosidad y confianza que ha depositado en nuestro pequeño negocio de perfumes. Su inversión ha sido fundamental para el crecimiento y desarrollo de nuestra empresa, y nos ha permitido avanzar en aspectos que antes solo podíamos imaginar.

Gracias a su apoyo, hemos podido mejorar nuestra producción y calidad, así como expandir nuestra línea de productos. Esto ha tenido un impacto positivo no solo en nuestras ventas, sino también en la percepción de nuestra marca dentro del mercado de lujo. Estamos cada vez más cerca de convertirnos en una referencia en el mundo de los perfumes.

Es por ello que me gustaría invitarla a nuestra tienda principal en la capital, Florindell. Me encantaría tener la oportunidad de recibirla personalmente y discutir los próximos pasos despues de nuestra expansión por el imperio Obeliano. Su visión y experiencia serán de gran valor para definir las estrategias que nos permitirán llevar nuestros perfumes a todo el continente y convertirnos en una marca reconocida y apreciada.

Agradezco de antemano su tiempo y consideración, y quedo a la espera de su respuesta. Será un honor recibirla en nuestra tienda y mostrarle todo lo que hemos logrado gracias a su apoyo.

Atentamente, 
Barón Barboun"

— Esto es increíble, Annie —comenté, mirando a ambas—. El barón está realmente agradecido.

— Y eso no es todo, Damaris. -Jessy, que observaba la conversación con una sonrisa- Andrew también tiene buenas noticias sobre la distribución de azúcar.

— ¡Exacto! Mi hermano ha trabajado incansablemente y ha logrado establecer acuerdos con productores de azúcar del extranjero. Esto asegurará un suministro constante y de alta calidad para nuestro negocio, lo que nos permitirá competir eficazmente con las rutas de abastecimiento de la aristocracia.

Me sentí orgullosa al escuchar sobre los logros de Andrew y cómo su diligencia estaba ayudando a fortalecer nuestra posición en el mercado.

— Andrew es un verdadero activo para nuestro equipo. -Dije, mientras doblaba la carta del barón con cuidado- Estoy impresionada con su habilidad para negociar y establecer alianzas estratégicas.

— Gracias, Damaris. -Annie sonrió, evidentemente emocionada y agradecida por el reconocimiento de su hermano- Él también está muy agradecido por la oportunidad y está decidido a seguir trabajando arduamente para asegurar el éxito de nuestro proyecto.

Me tomé un momento para reflexionar sobre todas las inversiones y esfuerzos que habíamos realizado. La combinación de alianzas estratégicas, un suministro confiable de productos y la dedicación de un equipo leal nos estaba llevando hacia un futuro prometedor.

— Seguiremos adelante con más fuerza que nunca. -Dije con determinación, mirando a Annie y Jessy- Con el apoyo del barón Barboun y el esfuerzo de Andrew, estoy segura de que nos abrirán a puertas a grandes inversiones en el futuro.

Annie y Jessy asintieron, compartiendo mi entusiasmo y compromiso. La emoción en la habitación era palpable, y juntas, nos preparamos para enfrentar los desafíos que vinieran, sabiendo que estábamos en el camino correcto para alcanzar el éxito.
























❨ En otro lado. ❩
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Había decidido visitar la residencia de mi prometido, Asterophe, con la esperanza de encontrar consuelo y apoyo en este momento difícil. La muerte de mi querida criada Emma había dejado un vacío profundo en mi corazón, y mi semblante sombrío reflejaba la tristeza que me invadía. Al llegar a la imponente mansión, fui recibida por Amelia, la madre de Asterophe, quien notó de inmediato la aflicción en mis ojos.

— Simone, querida, qué alegría verte. -Dijo Amelia, acercándose rápidamente y tomando mis manos entre las suyas- Pero, ¿Qué sucede? Pareces tan abatida.

— Amelia, estoy destrozada. -Con la voz temblorosa y los ojos llenos de lágrimas- Emma, mi fiel criada y amiga, ha fallecido. No puedo soportar la idea de que ya no esté conmigo.

Amelia frunció el ceño, preocupada, y me llevó a una sala acogedora con sofás de terciopelo y una chimenea encendida. Me ayudó a sentarme y se acomodó a mi lado, manteniendo mis manos en un gesto de consuelo.

— Oh, querida, lo siento mucho. Sé cuánto significaba Emma para ti. -Dijo Amelia con ternura- Debe ser un momento muy difícil para ti.

Asentí, incapaz de contener más mis lágrimas, y me eché a llorar. Amelia, conmovida por mi angustia, me abrazó suavemente, permitiéndome desahogarme.

— Gracias, Amelia. -Sollocé- No sé cómo voy a superarlo. Emma era más que una criada; era mi confidente y mi amiga.

— Entiendo tu dolor, querida. -Amelia, acariciando mi cabello con delicadeza- La pérdida de alguien cercano es siempre devastadora. Pero quiero que sepas que no estás sola en esto. Asterophe y yo estamos aquí para apoyarte en todo lo que necesites.

Encontrando consuelo en las palabras de Amelia, respiré profundamente y me enjuagué las lágrimas.

— Gracias, Amelia. Tu apoyo significa mucho para mí. Saber que tengo a alguien en quien confiar me da fuerzas para seguir adelante.

Amelia sonrió con amabilidad y tomó una taza de té de una bandeja cercana, ofreciéndomela.

— Toma, bebe un poco de té. Te ayudará a relajarte. Y si en algún momento necesitas hablar o simplemente estar en compañía, siempre serás bienvenida aquí.

Acepté la taza, agradecida por el gesto, y tomé un sorbo del té caliente. La calidez del líquido pareció aliviar un poco mi tristeza.

— Eres muy amable, Amelia. No sé cómo agradecerte. -Dije, con una leve sonrisa-

— No tienes que agradecerme nada, querida. Somos familia, y las familias se apoyan mutuamente en tiempos difíciles. -Respondió Amelia, con firmeza y cariño- Ahora, descansemos un poco y luego hablaremos más sobre cómo podemos ayudarte a superar este dolor.

Amelia y yo estábamos sumidas en una conversación tranquila mientras disfrutábamos del té caliente y los delicados bocadillos. La calidez de la chimenea y la tenue luz del salón creaban un ambiente reconfortante, proporcionándome un breve respiro de mi dolor. Sin embargo, la tranquilidad se vio interrumpida por el sonido de pasos firmes que se acercaban al salón.

La puerta se abrió lentamente y apareció Asterophe, mi prometido. Su presencia imponente llenó la habitación mientras entraba, sus ojos recorriendo el salón hasta fijarse en mí. Aunque intentaba mantener una fachada de cortesía, había una frialdad palpable en su mirada, una tensión que no podía ocultar.

— Simone, qué agradable sorpresa verte aquí. -Dijo Asterophe, esforzándose por sonreír. Sus palabras eran amables, pero había una rigidez en su tono que delataba sus verdaderos sentimientos-

Levanté la vista, mis ojos aún brillando de tristeza, y traté de devolverle la sonrisa.

— Asterophe, gracias por recibirme. Amelia ha sido muy amable conmigo en este momento difícil.

Amelia, notando la tensión entre nosotros, intervino rápidamente.

— Asterophe, querido, Simone ha estado pasando por un momento muy duro. La pérdida de Emma ha sido devastadora para ella.

Asterophe asintió, pero sus ojos se estrecharon ligeramente al escuchar el nombre de Emma. El incidente del intento de envenenamiento de su amada Damaris seguía fresco en su memoria, y no podía evitar sentir desagrado hacia mí, a pesar de la tristeza que veía en mis ojos.

— Lo siento mucho por tu pérdida, Simone. -Dijo Asterophe, manteniendo la formalidad- Espero que encuentres consuelo aquí.

Agradecida por sus palabras, traté de ignorar la frialdad que percibía en él.

— Gracias, Asterophe. Agradezco tu amabilidad.

Asterophe asintió nuevamente y se acercó a la mesa de té, sirviéndose una taza. Mientras lo hacía, su mente volvía al incidente que había puesto en peligro a Damaris, su verdadero amor. Cada movimiento mío le recordaba el dolor y la desconfianza que había sentido desde entonces.

— Es importante que nos apoyemos mutuamente en tiempos difíciles. -Dijo Asterophe, intentando sonar sincero- Todos enfrentamos desafíos, y es en esos momentos cuando debemos estar unidos.

Amelia, viendo el esfuerzo de Asterophe por ser cortés, decidió cambiar de tema para aliviar la tensión.

— ¿Por qué no tomamos un poco más de té y hablamos de algo más agradable? -Sugirió con una sonrisa mientras servía más té en las tazas-

Asterophe asintió, agradecido por el cambio de tema, y tomó un sorbo de su té antes de hablar.

— He escuchado algunos rumores interesantes últimamente. -Dijo Asterophe, tratando de adoptar un tono más ligero- ¿Han oído hablar del gran inversionista que se hace llamar "Damosius"?

Amelia y yo intercambiamos miradas curiosas antes de que respondiera.

— Sí, he oído mencionar a Damosius. Se dice que tiene una gran distribuidora de azúcar y que ha realizado inversiones significativas en varios negocios, incluyendo la tienda de perfumes llamada Florindell.

— Eso suena fascinante. -Amelia, intrigada, se inclinó hacia adelante- ¿Qué más se sabe sobre él?

— Parece que Damosius ha logrado extender sus productos, tanto el azúcar como los perfumes de Florindell, por todo el continente Obeliano. -Asterophe, contento de haber encontrado un tema de interés común, continuó- Sus inversiones han sido tan exitosas que ahora muchos nobles y burgueses están ansiosos por relacionarse con él y buscar oportunidades para invertir en sus negocios.

Tratando de alejarme de mis pensamientos tristes, mostré interés en la conversación.

— ¿Qué tipo de personas están tratando de asociarse con él?

— Prácticamente todo el mundo que tiene un interés en aumentar su riqueza y estatus. -Respondió Asterophe- Desde nobles hasta comerciantes influyentes, todos ven en Damosius una oportunidad para expandir sus propias fortunas. Se dice que su habilidad para negociar y asegurar acuerdos favorables es legendaria.

— Debe tener una mente increíblemente aguda para los negocios. -Amelia asintió, claramente impresionada- Me pregunto cómo logra mantener un perfil tan bajo mientras tiene tanto éxito.

— Ese es uno de los misterios que rodean a Damosius. -Asterophe se encogió de hombros ligeramente- Nadie sabe exactamente quién es, y creo que esa aura de misterio solo aumenta su atractivo. Pero no cabe duda de que es un hombre o una mujer de gran talento y visión.

— Es fascinante cómo algunas personas pueden transformar industrias enteras con sus habilidades e inversiones. -Reflexionando sobre lo que había escuchado, me permití una ligera sonrisa- Damosius parece ser una de esas figuras raras y excepcionales.

— Definitivamente es una historia intrigante. -Amelia sonrió también, feliz de verme más animada- Será interesante ver cómo se desarrollan sus futuros negocios y el impacto que tendrá en la economía del continente.

La conversación continuó, girando en torno a las posibles implicaciones de las inversiones de Damosius y las oportunidades que podrían surgir para aquellos que lograran asociarse con él. A medida que hablábamos, la tensión en el salón disminuyó, reemplazada por una animada discusión sobre negocios y estrategias, proporcionándome un bienvenido respiro de mi dolor.

Sintiendo una creciente comodidad y apreciando el cambio de tema, decidí aprovechar la conversación sobre las inversiones y el impacto en la sociedad para introducir un tema importante que había estado en la mente de todos.

— Hablando de cambios y de grandes influencias. -Dije, colocando suavemente mi taza de té sobre la mesa- ¿Han escuchado sobre el reciente colapso del casino y la caída de varios nobles corruptos que estaban involucrados en él?

Amelia y Asterophe intercambiaron miradas de interés antes de que Amelia respondiera.

— He oído algunos rumores al respecto, pero no estoy al tanto de todos los detalles. ¿Qué sucedió exactamente?

— El casino era un centro de corrupción donde muchos nobles influyentes realizaban actividades ilegales y turbias. -Asentí, preparándome para relatar los acontecimientos recientes- Todo salió a la luz gracias al segundo príncipe Claude, quien continuó con la orden de su difunto padre de erradicar la corrupción en el imperio. Bajo la supervisión del nuevo emperador, Anastacius, Claude aprobó y dirigió una investigación exhaustiva sobre las operaciones del casino.

— Recuerdo haber oído que la investigación de Claude fue meticulosa y que no dejó piedra sin voltear. -Asterophe, interesado pero aún manteniendo su compostura- ¿Qué pasó después?

— Claude descubrió que varios nobles corruptos estaban usando el casino para lavar dinero y realizar negocios ilegales. -Notando que mi relato estaba captando la atención de ambos, continué- La investigación fue tan exhaustiva que no solo cerró el casino, sino que también reveló la implicación de estos nobles en otros actos ilícitos. Muchos de ellos fueron arrestados y despojados de sus títulos y propiedades. Esto causó un impacto significativo en la nobleza y en cómo se percibía la justicia en el Imperio de Obelia.

— Es sorprendente cómo una sola investigación puede tener un efecto tan drástico. -Amelia asintió, impresionada por la magnitud de los cambios- Imagino que debe haber sido un proceso difícil y peligroso.

— Sin duda lo fue. -Asentí, comprendiendo la gravedad del asunto- Pero el impacto ha sido positivo en muchos sentidos. La caída del casino y la limpieza de la corrupción han dado paso a una nueva era de transparencia y justicia en el imperio. La supervisión de Anastacius y la determinación de Claude demostraron que la familia imperial está comprometida en mantener la integridad y el bienestar del reino.

— Admiro la determinación de Claude y la firmeza de Anastacius. -Asterophe, aunque aún algo distante, mostró un destello de respeto- Es un cambio necesario, aunque no exento de desafíos.

Asentí, sabiendo que a pesar de las dificultades, los esfuerzos de Claude y Anastacius habían marcado un antes y un después en la historia del imperio.

— Así es. Y creo que estos cambios, aunque difíciles, son esenciales para construir un futuro más justo y próspero para todos.

La conversación sobre la investigación de Claude y los cambios en el imperio proporcionó un respiro bienvenido de las tensiones personales, permitiéndonos a Asterophe, Amelia y a mí compartir un momento de reflexión sobre la justicia y la integridad en nuestro mundo.






— - 🌷  - To be continúe. . . ୭
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