71 |Historias dolorosas|
Skylar
Rebekah me pidió que llamara a Elena para que nos contara la historia de su familia porque dijo que no iba a contar la misma historia dos veces, aunque ahora no está diciendo absolutamente nada, solo se dedica a revisar la habitación de Stefan con curiosidad
—No deberíamos estar aquí—Murmura incómoda Elena
—Cómo si no quisieras saber—Dice irónica abriendo los cajones de Stefan y yo me acerco con curiosidad—Usa boxers–Dice impresionada tomando la ropa interior del ojiverde—Cambió mucho desde los 20
Río al ver la cara molesta de Elena y tomo uno de los diarios de Stefan para luego comenzar a ojearlo
—Interesante... Mucho sentimiento y mucha sangre—Digo divertida cerrando el libro de golpe
—¿Crees que alguno diga algo sobre mi?—Pregunta Bekah y yo niego
—Klaus borró sus recuerdos y sentimientos sobre tí así que supongo que no dicen nada—Digo con pena—Dudo mucho que el destripador escribiera en diarios algo sobre el amor, escribía, pero en un muro los nombres de sus víctimas
—¿Van a hablar de Stefan todo el día o piensan decirme para qué me pidieron que viniera?—Pregunta irritada la doppelganger cruzándose de brazos y nosotras rodamos los ojos—¿Vas a contarme tu historia o no?
—En serio eres aburrida—Se queja la Original—¿Qué quieres saber?
—Elijah nos dijo que tu padre era terrateniente en Europa, ¿Cómo terminaron aquí?
—Mis padres acababan de casarse cuándo la plaga llegó a nosotros, perdieron un hijo—Explica mientras ojea uno de los diarios—Querían escapar y proteger a su familia de la peste
—¿Y cómo terminaste aquí?—Insiste—Esta parte del mundo no había sido descubierta aún
—No por los de sus libros de historia—Se burla—Pero mi madre conocía a la bruja Ayana, a quién los espíritus le dijeron de un país mágico dónde nadie estaba enfermo y contaban con velocidad y fuerza así que mi familia llegó a vivir con esas personas
—Por la descripción supongo que hablas de licántropos—Deduzco y ella asiente
—Para nosotros, solo eran nuestros vecinos
—¿Y no se odiaban o algo así?—Pregunto interesada
—Al principio no, mi familia vivió en paz por más de 20 años y durante ese tiempo tuvo más hijos, incluyéndome
—Haces que suene tan normal—Murmura sorprendida la doppelganger
—Lo era—Asegura con melancolía—Cada mes, mi familia se encerraba en las cuevas bajo el pueblo, los lobos aullaban toda la noche y para la mañana, volvíamos a casa pero una noche, Klaus y mi hermano más pequeño, Henrik, salieron para ver a los hombres convertirse en bestias, estaba prohibido y Henrik pagó el precio, ese fué el fin de la paz con nuestros vecinos y uno de los últimos momentos que mi familia tuvo cómo humana
La mirada de Rebekah muestra mucho dolor por algunos segundos pero vuelve a poner su mirada fría al escuchar sonar el teléfono de Elena, quién se disculpa y sale de la habitación a hablar con Damon mientras que Rebekah continúa revisando la habitación
—Siento lo de tu hermano, debe ser muy difícil perder uno—Digo con pena
—Lo es—Murmura triste—Tu no tienes hermanos, ¿Cierto?
—De hecho si, tengo una hermana—Esa es la frase más extraña que dije, es tan raro saber que tengo una hermana vagando por el mundo de la que no tengo idea—Nació antes que yo y no la conozco
—No que tenías una hermana—Dice sorprendida la morena volviendo a entrar en la habitación de su ex novio
—Yo tampoco hasta que el cobarde de mi padre me lo dijo en una carta hace unas horas—Murmuro encogiéndome de hombros
—¿Te gustaría conocerla?—Pregunta la rubia mientras revisa los cajones de Stefan
–No lo sé, tengo una muy mala experiencia con mi familia, podría ser una tan mala cómo todos los demás—Absolutamente todos los miembros de mi familia son unos idiotas y por un lado quiero encontrarla y conocer a la única familia de sangre que me queda pero por el otro no se si sea lo mejor
—O podría ser buena, quizas ella te esté buscando a su familia ahora mismo, deberías darle una oportunidad—Aconseja la doppelganger y tal vez no sea tan mala idea, cumpliría el ultimo deseo del idiota de mi padre y podría encontrar a una persona decente con la que conparta sangre
—En serio, no entiendo que sean pareja—Dice Rebekah observando una foto de Elena y Stefan
—Por supuesto, no tienes idea de quién es—Dice algo celosa
—Yo se exactamente lo que es—Dice acercándose amenazadora a Elena—Es un vampiro—Dice obvia—Somos una especie depredadora, no tenemos tiempo de pensar humanos y en sus pequeñas vidas
—¿Entonces no te importa el baile?—Pregunta con falsa confusión porque sabe que si le importa, lo poco que sé sobre Rebekah es que quiere vivir una vida humana, por eso entró al equipo de porristas y finge ser una humana común y corriente—¿Sabes qué? Ya me voy a ir de aquí—Dice comenzando a caminar hacia la puerta
—Pero no has escuchado ni la mitad de la historia—Dice confundida
—Y no vas a contarmela—Exclama molesta—Estás aburrida y quieres a quién molestar así que buscate a otro juguete o mejor hipnotizate una amiga
—No lo necesita, ya tiene una—Digo molesta y la rubia me sonríe—Si quieres irte, adelante, la puerta está abierta
—Bien—Murmura molesta
—El collar no era para que Stefan te lo regalara—Dice de repente observando el collar que Elena tenía en la foto y ella voltea interesada en lo que la rubia acaba de decir—Era de la bruja Original
—¿La que maldijo cómo un híbrido a Klaus?—Pregunta confundida la morena
—No solo hizo esa maldición, fué la que nos convirtió en vampiros, ella quería protegernos—Explica y la miramos totalmente incrédulas—Tengo sed, ¿Quieren un trago?
—Yo si—Levanto la mano y ella sonríe complacida para luego comenzar a caminar fuera de la habitación seguida por nosotras
—¿El vampirismo era una protección?—Pregunta confundida Elena mientras bajamos las escaleras y ella asiente con obviedad—Creí que era una maldición
—Mis padres lo vieron cómo una manera de mantener a sus hijos con vida
—¿Por que se quedaron? Si les tenían tanto miedo a los hombres lobo, ¿Por qué quedarse?—Pregunto confundida
—Orgullo—Suspira frustrada—Mis padres no querían huir más, querían pelear y ser superiores a los lobos, si ellos mordían, debíamos morder más, si eran veloces, debíamos ser más veloces, lo mismo con la agilidad, fuerza, sentidos... Todo debía elevarse, la bruja Ayanna no estuvo de acuerdo con esto y nos abandonó, por lo que todo calló en manos de mi madre
—¿En manos de tu madre? ¿Cómo ella podría hacer algo?—Pregunta confundida la doppelganger
—Porque mi madre también era una bruja—Dice obvia
—¿Qué?—Pregunta incrédula
—Tu madre era la bruja Original—Afirmo sorprendida por no haberlo notado antes
—¿Donde guardan el mejor vino?—Pregunta curiosa Rebekah
—En ese mueble a la derecha—Señalo el mueble en la sala y ella asiente para luego sacar el vino del escondite oculto de Damon
—Pero si tu madre era una bruja tu..—Murmura incrédula Elena mientras Rebekah sirve el vino en dos vasos ya que Elena no suele beber
—No lo soy—Interrumpe con seguridad—Las bruja sirven a la naturaleza, un vampiro es una abominación de la naturaleza, puedes ser uno o el otro, jamás los dos—Asegura pero luego me mira divertida—Excepto por tí, tu eres la escapatoria de todas las leyes sobrenaturales existentes
—Siempre me ha gustado la libertad—Digo divertida—¿Qué pasó después?
—Mi madre hizo esto por nosotros y por eso no se convirtió—Dice algo triste
—¿Y cómo te convertiste?—Pregunto con curiosidad
—Ella le pidió al sol la vida y al robre blanco ancestral un objeto eterno de la naturaleza, la inmortalidad, esa misma noche, mi padre nos ofreció vino que tenía sangre y luego atravesó nuestro corazón con una espada
—¿Los mató?—Pregunto incrédula, eso suena horrible y lo es, los padres no deberían matar a sus hijos ni intentar destruir sus vidas
—Y no lo hizo con delicadeza—Puedo ver sus ojos cristalizarse y el momento en el que un hombre algo mayor con le atravesó el corazón con una espada pasar por su mente—Había que beber más sangre para completar el ritual así que nos obligó a beber de las personas del pueblo, yo estaba eufórica, el sentimiento de poder es indescriptible pero la bruja Ayana tenía razón sobre las consecuencias
—¿Cuales fueron?—Pregunto con curiosidad
—Los espíritus nos dieron la espalda y la naturaleza se defendío, por cada fuerza había una debilidad... El sol era nuestro enemigo, contra eso, mi madre ideó una solución pero habían otros problemas: Casas que antes nos recibían ahora estaban prohibidas, las flores que crecían en la base del roble blanco nos quemaban y evitaban que hipnotizaramos
—Verbena—Murmura Elena
—El hechizo decía que el arbol que nos dió la vida también nos la quitaría así que lo quemamos pero la peor consecuencia era algo que mis padres no anticiparon: El ansia—Ese es el problema más grande de los vampiros al parecer—La sangre nos revivió y era la sangre lo que deseábamos más que todas las cosas, era incontrolable... Así nació la especie depredadora
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