17 |Crisis existencial|

Skylar

Cuándo llegamos a la casa de los Salvatore vemos a una muy molesta  Elena esperando en la puerta, Sefan la evita y sube a su habitación a cambiarse y yo voy a otra a tratar de secar mi ropa con una toalla tal y cómo me dijo el ojiverde en el viaje, por muy extraño que suene, eso fué lo único que me dijo mientras íbamos en el auto, cuándo veo que ya estoy lo suficientemente seca, camino hacia la habitación del vampiro y, al ver la puerta abierta, entro a esta

—¿Cómo te sientes?—Pregunto preocupada

—Estoy bien, las heridas ya casi se curaron.

—¿Y mentalmente?—Interrogo enarcando una ceja

—Estoy bien—Asegura con una leve sonrisa—Pero tú... Lo que hiciste hoy, venir a ayudarme, pudiste morir

—Lo sé, pero eres mi amigo y no podía dejar que te torturaran, nadie merece eso.

—¿Por qué demonios no me dijiste que mi novio había sido secuestrado?—Interrumpe Elena acercándose furiosa hacia mi—Pude haberlos ayudado a recuperarlo

—No quería preocuparte ni ponerte en peligro, además, seamos honestas, Elena, tú no hubieras podido rescatar a nadie, solo nos habrías retrasado

Me mira con odio y luego me abofetea, logrando que mis ojos se pongan de ese color azul que demuestra que la que ahora está furiosa soy yo.

—Creo que tienen que calmarse—Dice el ojiverde interponiendose entre nosotras

—Tienes que ser demasiado estúpida para golpear a una persona que podría matarte en segundos, Elena—Exclamo molesta

—Si me matas, Stefan va a matarte a ti—Dice poniéndose tras de su novio asustada y yo ruedo los ojos, abro la boca dispuesta a responder, pero ella recibe una llamada que la deja totalmente en shock

—¿Qué pasa?—Pregunto de mala gana

—Encontraron el cuerpo de Vicki, tengo que irme a casa de Matt, todos están ahí.

—Voy contigo—Murmuro sintiendo cómo la culpa comienza a invadirme

—No vas a ir, después de todo, tú la mataste—Bajo la mirada sabiendo que tiene razón, que es mi culpa y que yo la maté, sin querer o no, la maté y nada va a traerla de vuelta a la vida

—Elena, lo de Vicki fué un accidente, nadie quería que muriera—Dice el castaño tratando de defenderme

—Ella la mató—Dice cruzándose de brazos

—Ella tiene razón—Murmuro mirando al suelo—Su madre, su hermano, su novio, sus amigos, están sufriendo por la muerte de una persona que amaban, una persona a la que maté.

[...]

Han pasado varios días desde que se supo que Vicki estaba muerta y no secuestrada cómo se creía, estos días fueron horribles para todos, es especial para Matt y su madre, Caroline se fué con su papá por unos días, así me que la he pasado todo el tiempo en mi cama y he ignorado todas las llamadas y mensajes de Elena, simplemente no puedo escucharla decirme la horrible persona que soy por matar a Vicki, ya es suficiente con que yo lo sepa.

—¿Puedo pasar?—Pregunta Liz dando suaves golpecitos en la puerta entre abierta

—Claro—Digo sentándome en mi cama y ella abre la puerta para luego ingresar en la habitación

—¿No deberías estar preparándote para ir a la escuela?—Abro la boca oara a inventar una excusa pero nada se me ocurre, así que le sonrío de la manera más inocente que puedo—¿Qué es lo que pasa? No has salido de tu habitación en días

—No me siento bien...

—¿Qué sucede? ¿Es por tus padres?—Pregunta preocupada

—Esto de Vicki Donovan me trajo muchos recuerdos y pensamientos que pensé que había superado—Digo suspirando—¿Se sabe que fué lo que le pasó?

—Fué un vampiro—Explica con simpleza a lo que la miro confundida, eso no fue lo que pasó y que ne mienta no me agrada—Hablando de vampiros, no le has dicho nada a Caroline sobre eso, ¿Cierto?

—No me gusta mentirle, pero quiero que ella esté a salvo y se que no decirle es la única forma.

—Yo quiero lo mismo—Me dice levantándose de mi cama—Vístete y baja, te preparé el desayuno: Waffles con fresa, mora y mucha miel

—Cómo cuándo Caroline y yo éramos niñas—Digo nostálgica

—Claro, te espero abajo—Dice con una sonrisa antes de salir de la habitación, revuelvo entre mi ropa hasta que decido qué ponerme, lo cuál se basa en una blusa negra y un jean azul, me coloco la ropa y luego camino hacia la cocina para poder comer mi delicioso desayuno

—Hoy tienes junta con el consejo, ¿Cierto?—Pregunto con interés y ella asiente—Si tienes que irte...—Trato de hablar, pero me interrumpe

—Los vampiros pueden esperar un poco más—Dice divertida dándome unos waffles que lucen tan deliciosos qué quiero sacarles una foto—Apúrate así te llevo a la escuela

—Gracias—Murmuro con una sonrisa

—¿Por qué?—Pregunta extrañada

—Por todo—Digo firme—Tú has cuidado de mi desde que era niña aún cuándo no tenías que hacerlo

—No tenía que hacerlo pero quería—Noto cómo sus ojos se llenan de lágrimas tal y cómo deben estar los mios ahora—Recuerdo que Caroline volvió llorando a casa una noche porque se enteró lo que pasaba con Elise y que te iban a mandar a un orfanato al otro lado del país, ella me dijo que no quería que te fueras y me suplicó toda la noche para que te quedaras con nosotras

—¿Ella hizo eso?—Pregunto sorprendida—Nunca me lo dijo

—Claro que sí—Afirma orgullosa—Ella me ayudó a tomar la decisión de que te quedarás con nosotras, dijo que si tú te ibas, ella se meteria en tu maleta y se iría contigo

—Yo haría lo mismo por ella, me metería en su maleta y me iría, aunque no creo entrar—Digo divertida

Liz y yo seguimos hablando de diversos temas hasta que terminé mi desayuno y luego de eso me trajo a la escuela.
Camino por el gran pasillo hasta llegar a mi casillero, dónde Elena está parada, no entiendo que hace, se supone que estamos molestas la una con la otra y que no nos hablamos

—No has respondido mis llamadas—Se queja Elena mientras abro mi casillero en completo silencio

—He estado ocupada—Digo tomando mis libros tratando de evadirla

—Caroline me dijo que estabas mal, algo de una crisis existencial—La miro incrédula ante sus palabras, Care debería aprender a no decirle a las personas cuándo tengo crisis existenciales, aunque no la culpo, ella no sabe que la verdadera razón de mi crisis es porque maté a Vicki Donovan y Elena no deja de recordarmelo—Yo solo... Quería disculparme, no estuvo nada bien lo que hice y ni lo que dije, Stefan me contó todo, que lo salvaste y le diste tu sangre, no debí enojarme contigo, lo siento mucho, ¿Crees que podrías perdonarme?

—Te perdono, es agotador tenerte de enemiga—Digo divertida y ella sonríe—Yo también lo siento

—¿Y tú por qué?—Pregunta extrañada

—Por querer golpearte.

—Me lo merezco—Dice obvia—He sido un muy mala amiga desde que te ví matar al vampiro que trataba de matarme, salvaste mi vida

—Puedes compensar que salvé tu vida comprandome un helado—Sugiero

—¿Mi vida vale lo mismo que un helado?—Pregunta indignada y yo río

—El helado vale más—Digo burlona

—Eso dolió.

Elena y yo estuvimos juntas todo el día debido a que hoy teníamos todas nuestras clases juntas, ella no dejó de disculparse por todo una y otra vez hasta que me cansé y le dije que si no dejaba de disculparse no la perdonaría, por lo que se calló y me comentó que Stefan no ha sido el mismo últimamente, dijo que está raro y que hoy iban a verse en su casa luego de la escuela para hablar, pero aparentemente algo no salió muy bien, ya que me llamó hace unos minutos desesperada pidiéndome que vaya a su casa y eso hice, al vivir justo en frente no tardé mucho en llegar para ayudarla con lo que sea que le sucedió.

—¿Qué sucede?—Pregunto preocupada cuándo me abre la puerta, ella no dice nada, simplemente me toma del brazo y me lleva directo a su habitación—¿Vas a decirme o prefieres que adivine?

—Algo pasó—Empieza a decirme con  preocupación mientras camina de un ldo a otro—Estaba con Stefan y todo parecía estar bien pero empezó a actuar extraño, creí que iba a atacarme

—El jamás te atacaría, Elena, solo está pasando por muchas cosas, debe ser difícil resistirse a algo que no solo necesitas, sino que deseas—Digo obvia y ella asiente no muy segura, él timbre suena, así que bajamos las escaleras y Elena abre la puerta, dejándonos ver a Damon parado ahí con una sonrisa ladeada


—Dios, qué bueno que ya estás aquí—
Exclama aliviada y yo la miro confundida, si Damon está aquí y luce tan feliz de verlo, ¿Para qué demonios me llamó?

—Me lo pides, vengo, así de facil soy—Afirma con burla, a lo que Elena le hace una seña para que se calle y suba—No, chicas, no voy a subir a la habitación con ustedes—Dice para molestar a Jeremy, así que lo tomamos del brazo y lo subimos a la habitación de Elena—Justo cómo lo recordaba

—Deja de jugar—Se queja Elena, pero él no le hace caso y se tira a la cama abrazando a un osito de peluche

—¿Sabías que tu tío está en el Consejo de Fundadores?—Pregunta interesado

—¿Tu tio John está aquí?—Pregunto extrañada y ella asiente

—Está aquí y debe tener algunos trucos bajo la manga, mejor dicho, unas estacas bajo la manga—Dice divertido el pelinegro

—Perfecto, solo lo agregaremos a la creciente lista de cosas que se está desmoronando—Se queja la doppelganger

—¿Qué pasó ahí?—Pregunto observando una lámpara rota que no había notado antes

—Nada—Murmura nerviosa—Estoy preocupada por Stefan, dice que todo está bien, pero le cuesta mucho trabajo, ¿Cuándo volverá a la normalidad?

—En unos días, aproximadamente—Dice restandole importancia

—Ya pasaron algunos días—Digo obvia

—Algunos más, no se, ¿Cuál es el problema?

—No se comporta cómo él mismo, Damon.

—Bueno, quizás su problema es que ha pasado demasiado tiempo sin ser él mismo—Dice levantándose de la cama para luego abrir un cajon y sacar la ropa interior de Elena, quién se apresura a sacarle lo que tiene en la mano y cerrar el cajon

—No hagas que me arrepienta de preguntarte—Advierte molesta

—El Stefan que tú conoces es el Stefan de buenos modales, un Stefan controlado, un Stefan que pelea contra su naturaleza a un nivel obsesivo y molesto—Explica el vampiro—Pero si crees que no hay otro lado de la moneda, entonces no has estado poniendo atención

—Él no es cómo tú—Asegura Elena

—Bueno, él no quiere ser cómo yo pero eso no significa que en el fondo no lo sea...

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