𝑆𝑤𝑒𝑒𝑡 𝐶𝑜𝑚𝑝𝑎𝑛𝑦

1/2


Habían pasado 26 horas desde que salí de mi hogar. 26 horas en Italia y había logrado mi primer objetivo.

El caos se había desatado en el clan Cullen. Luego de que mi ausencia no fuera pasada por desapercibida, Alice soltó la sopa a petición mía.

Cientos de llamadas aguardaban en mi buzón. Incluso tuvieron la osadía de contactar a mis amigos para dar con mi paradero. Que vergüenza. Megan y Brooke no dudaron y optaron por cubrirme, pero su mentira no llegaría tan lejos.

Únicamente atendía el teléfono a mis dos queridas secuaces: Alice y Bree.

Me mantenían informada sobre lo que ocurría en casa y lo único que esperaba con ansias era olvidarme de todo en estos días. Podía preocuparme más tarde.

── Edward y Jasper fingieron no saber nada, Esme se encargó de hablar con Carlisle, pero el que peor reaccionó fue Emmett ──¿Por qué no me sorprende? ── dijo "la próxima vez que vea a ese mocoso Volturi juro que arrancaré su cabeza", Darcy, ¿A que se refería con "Volturi"?

Oh, cierto ¿cómo le diría a Bree que quién me atrajo a Italia era nada más y nada menos que el hermano de la chica que la había torturado?, ¿Cómo reaccionaría?

── Escucha Bi, te prometo que en cuanto llegue a Washington te pondré al corriente, ¿hecho?

── Mhm, hecho ── Expresó con entusiasmo.

Terminé mi rutina de maquillaje con un poco de brillo sobre mis labios y una vez más, me asomé por la ventana esperando la llegada del chico. Luego de unos segundos logré ubicar una cabellera castaña a lo lejos.

── Me tengo que ir Bi, pero te llamaré pronto. ── Con su dulce timbre de voz se despidió y cortó la llamada.

Sin necesidad de usar ningún suéter o abrigo, acomodé las mangas de vestido y lo planché con mis manos. Me di un vistazo en el espejo, tomé mi bolso y salí de la habitación.

Me tomó un par de minutos llegar a la salida del hotel. Lo ví de pie frente a mí con una pequeña sonrisa sin mostrar los dientes y me acerqué rápidamente.

── ¡Buongiorno, Alec! ── saludé con entusiasmo. Sus ojos brillaban y agrandó su sonrisa.

── ¿Hablas italiano? ── enarcó su ceja con diversión.

── De ninguna manera, así que no sólo serás mi guía, también mi traductor. ── Ofreció su brazo y caminé hacia él para sujetarlo y comenzamos a caminar. ── ¿A dónde iremos?

── Italia no es precisamente un país grande, pero si hay mucho que ver y sólo tenemos unos días, así que veremos un poco de todo.

── Si bueno, nosotros tenemos ventaja. ── Le guiñé el ojo.

── Ven. ── Lo miré confundida, cruzamos la calle, mientras me guiaba hasta un coche color negro y me abrió la puerta. Parpadee un par de veces totalmente sorprendida, sonreí para abajo y me adentré en el vehículo.

── Veamos que sabes hacer. ── Susurré con intenciones de que escuchara mi comentario.

── Sei pronto? ── Asentí sin saber que me quería decir.

Siena, un hermoso pueblo medieval con arquitectura antigua. Calles estrechas y empinadas, muy popular por su plaza principal que está acaparado mayormente por restaurantes.

De un brinco salimos del auto y anduvimos explorando el pequeño pero majestuoso pueblecito, mientras Alec soltaba datos curiosos sobre la arquitectura y las áreas del lugar, como: ¿sabías qué el banco más antiguo del mundo es la Banca Monte dei Paschi di Siena? dijo señalando el gran edificio frente a nosotros.

── Y ese de ahí es La Antigua Torre de Mangia ── saqué la cámara de mi bolsillo y tomé fotos sin parar ── se trata de un campanario medieval.

Por donde mirara estábamos rodeados de construcciones de piedra perfectamente detallados. Era fácil detectar a los turistas. Todos mirábamos con ilusión a todas partes, sonrientes y con prisa de conocer cada uno de los rincones de Siena.

Había muchas personas pero a ninguno de los dos parecía importarle, ambos centrados mirando la belleza frente a nosotros.

── ¡Mira esto! ── nos acercamos a un puestecito que vendía revistas, mapas y pequeños libros para turistas ── ¿debería llevar uno de estos?

── "Aprender italiano para niños" ── me observó incrédulo.

── Es una buena manera de aprender desde cero ── me encogí de hombros y devolví el título a su lugar.

── Mejor este "100 frases en italiano para principiantes" ── asentí y antes de que pudiera agarrarlo se acercó al vendedor intercambiando palabras y lo único que entendí de ello fue "per favore". Extendió el dinero hacia el hombre y luego me entregó el libro.

Agradecí con una sonrisa y tomé nuevamente su brazo ── "Grazie" eso sí lo entendí.

── Andiamo ── Juntó nuestras manos y me guió hasta una hermosa catedral, pero mi mente solo repetía "vaya acento". ── Ésta es la Catedral de Siena. ── Conforme nos íbamos adentrando su voz se hacia más baja.

Era oscuro a comparación de la calle, en consecuencia siendo iluminado por velas dando un buen contraste. Era tan imponente su estilo románico-gótico. Nos unimos a un grupo turístico que escuchaba un poco de historia sobre el lugar. A Alec le parecía curioso ver las expresiones de todos formando una "o" con la boca.

Bajé la ventanilla del lujoso auto sintiendo mi cabello revolotear por el aire. Respirando los aromas frescos y admirando los paisajes. Pronto llegaríamos a Chianti y sus viñedos.

── ¡Espera! ── me observó con los ojos bien abiertos sacándole un susto ── ¿cómo es que dejaron acompañarme?, no le contaste a nadie ¿cierto?

── No, se supone que Demetri, Felix y yo tenemos una misión cerca de Lucerna ──no iba a preguntar sobre esa supuesta misión pero podía imaginar ── aceptaron cubrirme estos días.

── ¿Así nada más? ¿no pidieron algo a cambio? Porque si yo pidiera un favor así a mis hermanos, sin duda me lo cobrarían.

── Si, bueno... seguramente lo guardarán para cuando lo necesiten.

── Bien, entonces "goditi il momento"... ── Hice un puñito con la mano ── ¿lo dije bien?

Hizo una mueca y me miró de reojo ── mejorarás.

Formé una "o" con la boca tratando de no reír y fingiendo estar ofendida luego de escuchar su risa.

── Como sea, ¿y tú?

── ¿Yo qué? ── Pusé los ojos en blanco.

── ¿Naciste aquí?

── No, no soy Italiano.

── ¿Entonces?

── Nací en Inglaterra. ── Dijo sin permitir que la sonrisa de su rostro desapareciera. Nunca lo había visto sonreír durante mucho tiempo.

── Oh, estuve en Londres hace un tiempo.

── ¿De verdad?, ¿Cuándo? ── Me observó durante unos segundos y devolvió su vista a la carretera.

── Mmh antes de conocernos, de hecho, cuando llegamos a Volterra, aún ni siquiera terminábamos de mudarnos de vuelta a Forks.

¿Quién lo diría? Tan cerca pero tan lejos al mismo tiempo.

"Todo a su tiempo" Recordé las palabras de Alice.

── Pues hablas muy bien el idioma... tienes un lindo acento ── Alec sonrió con suficiencia.

── Después de mil años viviendo en Volterra sería ilógico que no lo hiciera.

── Con un gracias me conformo... espera ¿después de mil años? ── Fruncí el ceño atónita ── ¿pues que edad tienes?

── Nací en el siglo IX ── dijo con simpleza.

── Siglo IX... ── pensé unos segundos ── ¿¡ 1200 años?! ── Abrió los ojos resentido y reí con nerviosismo ── wow, umh... te conservas muy bien ── levanté mi pulgar hacia él.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top