𝑃𝑟𝑜𝑏𝑙𝑒𝑚𝑎𝑠

Volterra, Italia.

─ Aún no entiendo quién fue el que le hizo saber a los Reyes lo sucedido. ── Alec resopló angustiado, recargando su cabeza sobre el hombro de su hermana y negándose a a abrir los ojos o hacer alguna otra cosa. Llevaba horas y horas y quejándose y en este punto, Jane ya estaba fastidiada, parecía un niño haciendo berrinche luego de ser descubierto haciando alguna travesura, pero no se permitiría expresar su disgusto porque después de todo, no era conveniente para ella.

── No son estúpidos, hermano. ── Cambió la hoja de su libro con tranquilidad.

── ¿Crees que Demetri o Felix hayan dicho algo? ── La observó con los ojos entreabiertos. Su cara simulaba somnolencia, que si no supiéramos que se trata de Alec Volturi, uno de los vampiros más temibles, podría parecer adorable.

── Son inútiles ambos, pero no lo creo. ── Cerró los ojos rápidamente y se dio un golpe interno, arrepintiéndose por no haber hechado la culpa a los dos chicos ingenuos. ── ¿Oíste que Aro pidió la presencia de su padre?

── ¿De verdad? ── Alec frunció las cejas viendo a su hermana asentir con desinterés. ── ¿Cómo lo sabes?

── Lo escuché.

El chico se mordió el labio preocupado por la próxima visita en el castillo. No necesitaba pensar demasiado, sabía que no sólo había estado en problemas con su amo, seguro también lo estaría con el patriarca del clan de la chica que lo volvía loco.

── Siempre que un Cullen viene aquí, trae problemas consigo. ── Jane escupió despectivamente dejando a su hermano sin palabras. El chico se perdió entre sus pensamientos y preocupaciones, sólo asintió distraído y volvió a su posición anterior.

𝗗𝗮𝗿𝗰𝘆 𝗛𝗮𝗹𝗲

Escuché irritada el timbre del teléfono una vez más. Colgué y lo volví a intentar con la poca esperanza de recibir una respuesta.

── ¡Hola! Soy Brooke. No puedo responder ahora, pero puedes dejar tu mensaje después del "beep".

BEEP

Titubeé un poco antes de hablar porque no estaba segura de cómo iniciar.

── Hey, Brooke. Soy Darcy, llamo porque no nos vemos hace un buen tiempo y tampoco respondes mis llamadas... comienzo a preocuparme. Los chicos dijeron que estaba todo bien pero no me convence ── solté rápidamente y en voz baja solo para que ella escuchara ── me gustaría ir a verte, sólo que... surgieron algunos inconvenientes. Si tienes tiempo de hablar, esperaré tu llamada entonces. Adiós.

Eso último lo solté como un murmuro, despegué el teléfono de mi cara y colgué desganada.

Escuché la puerta de la habitación abrirse y pude notar a Alice a través del espejo, nos saludó a Bree y a mi con una sonrisa nerviosa. Sabía para que había venido y aún así, no me importaba. Llevaba días sin comunicación con el patriarca del clan y supongo que así seguiría porque escuché que saldría unos días por asuntos de trabajo. O eso fue lo que nos dijo.

── Esme pide que bajen. Carlisle ya se va.

── Bien. No voy a despedirme y sé que el tampoco quiere que lo haga. ── Dije con simpleza sabiendo que él podría escucharme desde el primer piso. La castaña que permanecía inmóvil sobre el diván me dio una mirada estando de acuerdo. Alice asintió y con un último vistazo, desapareció de nuestra vista.

── Lo siento.

── ¿Mmhm? ── Me tumbé a un lado de ella dedicándole una mirada confusa.

── Por todo lo que está pasando. No sé la historia completa, pero sólo diré que estoy de tu lado. ── Expresó con suma sinceridad.

No respondí a esto, pero porque no tenía idea de que decir. Estaba agradecida con ella y en tan poco tiempo se había convertido en alguien importante para mi. Mi mejor amiga y mi hermana.

Coloqué mi brazo hacia un lado permitiéndole recargar su cabeza en este. Durante un rato solo platicamos cosas al azar, reí escuchando sus opiniones sobre algunas cosas de la escuela y personas. Entonces oímos la puerta principal cerrarse. Carlisle ya se había ido.

Me sentía mal al admitir que su ausencia durante unos días sería bueno para ayudar a relajar las aguas, aunque después recordaba a Emmett y Rosalie quienes seguían en Alaska. Sólo espero que Rose sea comprensiva y esté de mi lado.

── ¿A dónde crees que haya ido? ── Pregunté pensando en algunas opciones.

Claro que no esperaba que Bree me contestara, apenas y sabía a que se dedicaban Carlisle, pero ambas estábamos con la duda carcomiéndonos. Había actuado tan angustiado y nervioso últimamente, que me dejaba pensando.

── Pronto será Halloween y el cumpleaños de Darcy ¿qué planes proponen? ── Megan preguntó emocionada.

── ¿Por qué no una fiesta de disfraces? Podemos combinar las fechas y festejar ambas cosas el mimos día. ── Patrick expresó de igual modo, recibiendo una respuesta afirmativa por parte de Mikk y Bree.

── Gracias, pero no creo que me dejen ir esta vez.

── ¡Oh, vamos! ¿Y si yo pidiera permiso por ti? ── Mi amigo de cabello largo trató de encontrar soluciones. Pero no tenía muchas ganas de molestar a Carlisle y Esme durante un buen tiempo.

── No lo sé.

── Mi primo estará muy feliz de que estés ahí, no rompas su corazoncito ── se burló Megan mientras ponía un brazo por encima de los hombros de Mikkel.

── Cierra la boca rubia. ── Reí ante esto mientras el chico cambiaba de tema pidiéndole dinero prestado a la chica. Aunque luego de conocerlos por un tiempo, sabía que no lo pagaría.

── ¿Me acompañas? ── Asentí con entusiasmo y lo seguí hasta la cafetería. ── Patrick tiene razón. Pienso que sería una buena idea hacer algo y ¿quién sabe? hasta podrías tener un rato de diversión luego de lo que ha pasado estos días.

── Si...

── Cualquiera que sea la razón, sólo diré que eres una chica dulce. ── Tomó la bandeja de comida regalándome su leche de chocolate y sonrió. ── Además, somos adolescentes y hacemos idioteces. ── Soltó en un susurro cerca de mi cara. ── Estoy seguro de que te perdonarán pronto.

── Que sabio. ── Solté entre risas. Después de todo, nunca antes había hecho algo que molestase a nadie del clan, ¿por qué tacharme la primera vez? Imitó mi acción y guiñó el ojo para continuar con nuestro camino de regreso a la mesa.

[...]

No hay cosa que odie más que la clase de deportes. Antes era opcional asistir, pero ahora, en último año si no tomabas algún curso o clase extra, no te dejan graduarte. Es estúpido e innecesario.

El clima era tranquilo afuera, no llovía y tampoco había sol. El clima perfecto para un partido de fútbol.

── Hace mucho que no usaba este uniforme. Olvidaba lo ajustado que era. ── Megan hizo una mueca de incomodidad mientras daba un gran paso hacia delante para tratar de arreglar sus shorts. Reí ante esto y acomodé las mangas de mi suéter.

Bree permanecía en sentada en las gradas, ya que aún no podía controlar su fuerza, Carlisle había optado por justificarlo con el director diciendo que tenía una condición que no le permitía hacer mucha actividad física. Pero yo si tenía que asistir, rodé los ojos al oír el silbato y la otra rubia y yo nos dirigimos trotando hasta la cancha junto a las demás chicas.

── No lo olviden, es un partido amistoso. ── Expresó el entrenador con desinterés ── ¡Jones y Clarke! Aquí en medio. ── Todas tomamos nuestras posiciones correspondientes. Insegura giré hacia las gradas para detectar a mi hermana, ahí estaba, me sonrió y levantó ambos pulgares en muestra de apoyo.

Yo no era la única nerviosa, más de la mitad de las jugadoras lucían perdidas. El silbato resonó una vez más y el juego comenzó. Tomé todas las fierzas que había en mi cuerpo y las deseché en el cesto de basura.

Todas corrían de arriba a abajo y yo solo me moví sobre mi lugar fingiendo que sabía lo que pasaba, de vez en cuando el balón venía hacia mí, esperaba a que alguien más llegara y me lo quitara. Luego de unos largos 15 minutos, el profesor se dio por vencido conmigo un par de chicas más. Nos sacó del campo y metió a otro par que esperaban en las bancas.

── Eso fue bueno. ── Bree sonrió con altanería y se movió para que tomara lugar junto a ella.

── Quiero ver que lo intentes.

El viento movió mi cabello haciéndolo chocar con mi cara, luché unos segundos con él y poco antes de retirar mis manos, escuché un par de gritos.

Había un círculo de personas en medio del campo, el entrenador y la profesora Joan estaban ahí, sus rostros estaban alertados y se metieron en medio de las multitud. Mikkel y Patrick estaban ahí, habían decidido saltarse la clase de cálculo, nos vimos extrañados y corrimos hasta los demás.

── ¡Megan! ¡¿Qué carajos pasó?! ── El chico pelinegro se acercó a ella tomándola por los hombros.

── Ese vocabulario. ── Ambos observamos de mala manera a la profesora y luego la ignoramos por completo. Los enfermeros de la escuela se acercaron con un botiquín y se agacharon para quedar a su altura. ── ¡El espectáculo terminó, todos vuelvan hacia sus posiciones!

── ¿Meg, qué fue lo qué pasó? ── Patrick ayudó a los adultos a llevarla hacia una banca. Al final notamos que había sido su pie. No estaba fracturado pero si se llevaba unos buenos moretones y una gran lesión. La chica sólo respiro tragándose el dolor y habló con dificultad.

── Fue... ¡agh! ── se quejó cuando empezaron a apretar una venda sobre su pie. No hizo falta que terminara, dirigió su vista hacia el campo donde estaba Jean y su bola de idiotas quienes reían de lo sucedido.

── Esa perra. ── Mikkel soltó con los dientes apretados.

Jean no tenía problemas personales con nuestra amiga, tenía problemas con todo el mundo. Disfrutaba de burlarse y pasar por encima de quien le plazca, saliéndose con la suya. Pero esta vez sería la excepción. Los cinco nos observamos con molestia y de inmediato supimos que el chico pelinegro pensaba en algo.

── ¿Qué tramas? ── Pregunté. No obtuve respuesta, sólo tomó su mochila con brusquedad y salió del lugar a pasos rápidos.

𝗡𝗼𝘁𝗮:
Tal vez Aro quiere a Darcy para protegerla de Beyoncé.



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