No empacaron muchas cosas, además de ropa y objetos importantes, pues todos los muebles se quedarían en la casa. Querían ser lo más discretos posible, sin que las personas del pueblo lo notaran y sin que Bella sospechara.

El incidente con Jasper había ocurrido hace unos días y se sentía un tanto culpable por el suceso. Pues ahora se irían y no sabían hasta cuando regresarían, pero sobre todo, estaban preocupados por Edward, porque en tan poco tiempo la chica se había convertido en su razón para "vivir".

La familia dejó el hogar un viernes por la noche, mientras que Edward esperaría hasta el día siguiente para despedirse de Bella. Él estaba dispuesto a romperle el corazón para salvarla, pero los Cullen no tenían previsto que cierto vampiro volvería para estar al acecho.

La chica quedó destrozada, se sentía perdida y sola de nuevo, aunque pronto un metamorfo estaría aprovechando la oportunidad que los Cullen le dieron.

La familia de vampiros se mudó a Londres, a una residencia que poseían a las afueras de la ciudad y varios conocidos cerca del área. Era una casa un poco más grande y con una fachada antigua, como es común la arquitectura en algunas parte de Europa. Se instalaron al poco tiempo de llegar y se harían pasar como nuevos en la ciudad. Otra vez.

La casa no había cambiado desde la última vez que se fueron, claro excepto por el polvo y telarañas, pero todo seguía ahí.

Darcy observó el lugar con cautela y lentamente para grabar todo en su mente porque si bien la familia en el pasado ya había vivido ahí, era la primera vez que ella visitaba ese lugar.

Caminó por largo pasillo hasta llegar a las viejas pero bien conservadas escaleras. Pasó su mano por la madera del barandal y subió al siguiente piso observando los cuadros, había uno en especial que llamó su atención, era su padre. Era Carlisle Cullen junto a otros tres vampiros de largo cabello, el primero era castaño con una mirada triste, tanto que sentía contagiarse. El segundo era rubio y con cara malévola, mientras que el de en medio era pelinegro y con una mirada y sonrisa juguetona, pero lo que más resaltaba en ellos eran sus ojos color carmesí y su ropa antigua como la de su padre.

Ya había visto un cuadro muy similar en su anterior casa y lo único que sabía es que esos tres hombres se hacían llamar reyes. Los reyes Vulturi. Nunca preguntó nada más acerca de ellos porque sabía que su padre había pertenecido a su clan pero no hablaba mucho sobre de ello, sabía que eran peligrosos pero no a que nivel.

Continuó inspeccionado la casa y se topo con una gran biblioteca, lo que amaba de ser vampiro sin suda alguna era la cantidad de libros que podía leer. También había un mueble con vinilos y con emoción corrió a ver la música que tenían. Había desde música clásica hasta Jazz, incluso Rock: Frank Sinatra, Nina Simone, Elvis Presley, The Beatles, Lesley Gore.

── ¿Te gustan? ── se asustó cuando escuchó la voz de su padre cerca.

── Dios, si mi corazón aún latiera, estoy segura de que me habría dado un infarto. ── Volteó hacia atrás encontrándose con ambos padres que miraban con nostalgia el salón.

── Es lindo aquí, deberíamos venir más seguido.

── Tienes razón, es lindo, pero aún no haz visto la ciudad, lo es aún más. ── dijo su madre con cariño.

Y su madre no hablaba en vano, su sueño desde que era una mortal, era visitar Europa. Admiraba el arte y la música, así como la poesía y la arquitectura.

Durante los primeros meses su estadía en la ciudad había ido de manera no tan mala, había conocido muchos lugares y cosas, museos y escenarios de sus películas favoritas y hasta visido a Oxford, claro que solo miró el lugar por afuera pero eso fue suficiente para que su corazón se llenará de esperanzas. Su sueño era estudiar en la famosa Universidad de Oxford y tenía pensarlo hacerlo en algún momento de su vida.

Luego todo empeoró, de nuevo. Alice tuvo visiones sobre la humana quien se ponía en peligro apropósito una y otra vez, pero eran bastante indecisas. Edward se enteró de esto y con el remordimiento en la conciencia decidió irse por su cuenta, pero no a Forks, solo el sabía lo que haría pero no era nada bueno.

Sus hermanos y padres hablaron con él tratando de hacerlo entrar en razón pero estaba hecho. Carlisle sin saber lo que su hijo tenía pensado hacer, le dio su espacio para que pudiera pensar con claridad prometiendole que lo estarían esperando cuando el decidiera volver.

Darcy Hale

[Todo esto por enamorarse de una humana] escuché a Rosalie decir una vez, cualquiera podría decir que tenía razón porque en cierta parte, así era. Pero "enamorarse" era una palabra muy simple para lo que ellos sentían y yo de verdad quería entender, sin embargo ese sentimiento aún era muy complejo para mí.

La casa se sentía tan sola siempre, a pesar de que nos encontrabamos casi siempre ahí porque no estábamos yendo a la escuela.

Sin muchas ganas de contagiarme de las malas vibras pedí prestado su auto a papá y salí de la casa. Estaba oscureciendo y no tenía un lugar en mente al cual ir. Luego recordé el cine, conduje el volvo hacia el centro de la ciudad. Encendí la radio y esperé a que saliera una buena canción, para mi suerte sonó "Don't go away" de Oasis.

Me estacioné y entré el cine sintiendo miradas que era muy comunes, ya sea porque éramos nuevos en algún lugar o por nuestra apareciencia extrañamente perfecta.

Escogí entre las opciones de películas y me tocó decidir entre los 4 fantásticos o un amor para recordar. Terminé optando por la película romántica y para evitar sospechas me compré una coca-cola y entré a la sala.

Escuché sollozos en la sala y si fuera mortal estaría al borde de las lágrimas también. Divagué unos momentos preguntándome si esa era la manera en que mi hermano amaba a la chica en Forks, la misma manera en que Carlisle y Esme se amaban o mis hermanos.

Después de todo, ¿qué sabía yo del amor? Nada.
El sentimiento era bien descrito en los libros y en las películas, lo pintaban como si fuese algo tan perfecto. Lo idealizaba, pensaba que era algo fácil de sobrellevar, y claro, sus altibajos también existían, pero la devoción y fidelidad hacia alguien más, me parecía un sentimiento tan bello y puro.
Estaba enamorada de la idea del amor.