𝐿𝑎 𝑓𝑖𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑑𝑒 𝐵𝑒𝑙𝑙𝑎

── Oye, Darcy ── el chico Soltó un risita nerviosa al otro lado del teléfono ── llamaba par invitarte a la fiesta de Jess. Yo sé que ya me habías dicho que lo pensarías pero no quería quedarme con la duda.

── Ah, bueno... tendría que preguntarle a mis padres primero ── dije falsamente sin saber como rechazarlo de nuevo.

── Seguro, entonces hazlo ── dijo animadamente.

── Oye papá, dice Elliot que si me dan permiso para ir a la fiesta de Jess ── le pase el teléfono y comencé a hacer señas exageradas con las manos para que se negara. ── Dile que no ── le susurré en forma de suplica.

── A Darcy le encantaría ir ── me agarré el cabello de la cabeza ante la traición de mi padre ── pero éste fin de semana saldremos de la ciudad, tal vez otro día ── ojalá que no. Me entregó el teléfono y colgué.

No me malinterpreten. No soy grosera, pero tampoco tenía ganas de ir con él porque conocía sus intenciones y no estaba interesada, además, saldría con mis hermanos a comprar los obsequios de Bella, ya que pronto sería su cumpleaños y Alice tenía  grandes ideas en mente.

Caminamos frente a las tiendas de Port Angeles esperando a Alice que estaba en busca de los obsequios, aunque claro, nos entreteníamos con cualquier cosa. Pasamos frente a una tienda de tatuajes y observé por el cristal a un par de tipos que se dejaban rayar la piel.

── Oye Rose, mira ── señalé la tienda ── ¿te tatuas mi nombre? ── la rubia negó tratando de buscar una excusa.

── Nosotros no podemos tatuarnos por nuestra "condición"

── Con marcador ── dijo Jasper metiéndose en la conversación.

── ¿Lo vez? Jasper busca soluciones, deberías escucharlo de vez en cuando. ── El chico me sonrió y asintió atacando a Rosalie.

── No lo creo.

── ¡Lo tengo! ── observamos a Alice salir de una tienda llena de bolsas y a Emmett se las recibió metiéndolas en la cajuela del vehículo.

── ¡Bella! Feliz cumpleaños ── Alice saltó a los brazos de la chica y le entregó un paquete.

── Shh, dije que no quería regalos.

── Vamos Bella, déjate querer ── Le dije y le dí un amistoso abrazo.

── Si, además, ya te ví abrirlo y te encantó, lo usaras ésta noche.

── Alice ──dijo severamente.

── Por favor, será divertido.

── De acuerdo, iré.

── Bien, nos vemos más tarde ── Me despedí con la mano y caminé destrabar de Alice y Jasper.

Nos fuimos a nuestras clases, aunque claro íbamos en aulas diferentes, yo iba 2 años más abajo que mis hermanos, ya que ante los ojos humanos yo era una joven de tan sólo 16 años.

Me tocaba Historia, mi clase favorita aunque de vez en cuando decidía no prestar atención. He repetido la preparatoria más veces de las que desearía y conozco los temas de memoria.

[...]

La noche había caído y la fiesta de la humana estaba por comenzar. Me puse una falda color carmesí con unas mayas oscuras, un suéter negro y lo que no podía faltar, una diadema del mismo color.

Esperé junto a mi familia en el primer piso, a que la pareja por fin bajara. Entonces los vimos a ambos bajar las escaleras y sonreí a Bella, quien llevaba puesto un lindo vestido verde.

── Vaya Edward, saliendo con mujeres mayores.

── Cállate Emmett ── le dí un golpesito en el brazo y estiré mi mano para darle su obsequio a la cumpleañera. ── Espero que te guste, Alice dijo que se te vería bien. ── Era un brazalete de oro rosado.

── Es hermoso... gracias ── me dio una tímida sonrisa.

── Ahora el de Emmett. ── Habló con emoción el pequeño duende (Alice).
Bella movió la caja junto a su oreja tratando de escuchar lo que había adentro.

── Ya lo instalé en tu auto. Al fin tendrás un buena radio en ese montón de chatarra.

── Oye, no le digas así ── sonreí ante la tierna escena de Bella defendiendo a su chatarra.

── Es el turno de Esme y Carlisle ── La joven sostuvo la pequeña caja entre sus manos y comenzó a abrirla. Sangre. El olor llegó a mi nariz y agarré con fuerza la mano de Esme.
Todo fue tan rápido, Jasper ya estaba intentando llegar a la mortal. Él aún se estaba educando a la dieta del clan Cullen y el dedo sangrante de Bella sólo hizo que perdiera la cabeza.
Antes de que llegara a ella, Edward lo empujó fuertemente hacia el otro lado cayendo en el piano y con intenciones de alejar a Bella la aventó hacia atrás haciendo que se estampe contra un cuadro. Más sangre ¿en qué estaba pensando Ed?

Carlisle y yo nos acercamos para auxiliar a la pobre muchacha, la levantamos del suelo, al mismo tiempo que el Emmett y Ed sacaban a Jasper de la casa. Carlisle llevó a Bella hacia su consultorio para curar sus heridas y yo me sispusé a ayudar a limpiar los vidrios del suelo.

Edward estaba de muy mal humor, pero no estaba molesto con Jasper, él sabía que no tenía la culpa después de todo. Se culpaba a sí mismo por poner en peligro a su novia. Sabía que a cada segundo que estuvieran cerca el uno del otro se hacían daño mutuamente. A Edward le lastimaba cada que Bella era puesta en peligro, pero quién lastimaba a Bella era Edward.

Aún así se amaban, se deseaban y se necesitaban. En ese momento yo no lo entendí, no sabía lo que era desear fuertemente estar con alguien, aunque pareciera que no era lo correcto. Aunque tuvieran que cambiar lo que eran para poder estar juntos.

La manera de poner a salvo a la chica era alejarla de nuestra especie. Después de todo, ella debería ser sólo un presa más, pero sólo el destino entendía su sucia manera de jugar.
Sabía lo que venía. Ed no quería seguir dañando a Bella y en un intento de protegerla, su decisión hizo el efecto contrario.

Pronto me despediría de Forks y a pesar de que era una costumbre para nosotros mudarnos continuamente ésta vez se sentía diferente decirle temporalmente adiós a nuestro hogar.


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