𝐷𝑒 𝑟𝑒𝑔𝑟𝑒𝑠𝑜 𝑎 𝐹𝑜𝑟𝑘𝑠

Edward podía leer los pensamientos de Aro y sabía sus intenciones. Estaba más que complacido con sus visitantes, pues ahora sabía de los dones que poseía el clan Cullen y el nunca se quedaba con las ganas de agrandar su guardia.

Apretó con un poco de fuerza la mano de la rubia entre sus palmas, analizando cada recuerdo en la mente de la chica, sintió admiración luego de conocer su don y la observó fijamente a los ojos con gran ilusión. Estaba seguro de que ella sería su próxima adquisición.

── Fascinante.

Marcus era testigo de todo, aún en silencio, había detectado el lazo que poseían ambos chicos. Aro seguía empeñado en invadir la mente de la joven; y Caius, bueno a él le importaba muy poco lo que sucedía entre ellos.

── Aro, el asunto por el que estamos aquí ya fue resuelto, sólo déjanos ir. ── Suplicó Edward.

El mayor pareció pensarlo, mientras tanto Alec Vulturi tenía una sensación extraña. Su mente seguía divagando cerca de la joven Cullen e internamente deseaba que su rey y el clan opuesto llegasen a un acuerdo.

Darcy y Bella seguían extrañadas ante la escena y permanecían detrás de los hermanos sin intervenir. Estaban ansiosos por irse de una vez y no volver a relacionarse con algún miembro de ese perverso clan.

── Pero nosotros amamos las visitas ── dijo el pelinegro con una gran sonrisa y detrás de él su hermano rubio resopló. ── Además, la unión de dos compañeros no se presencia todos los días.

¿Qué acaba de decir aquel demente vampiro?

No quería dejar ir a armas tan valiosas y no era estúpido tampoco. Ahora tenía algo su favor. Observó de reojo a su joven guardia y a la familia Cullen, reconocía el lazo que existía entre ellos y no iba a soltarlo.

── Heidi está por llegar, será mejor que se vayan ── soltó Caius bastante irritado.

── Hermano, no hay necesidad de ser tan descortés ── se giró hacia su visita y sonrió falsamente ── espero que pronto podamos recibir su vista y llegar a un acuerdo.

── Si y espero que cumplan con lo prometido, ya que, no damos segundas oportunidades ── haciendo referencia a la humana.

── Gracias por su visita ── los despidió el tercer rey.

── Adiós, mis jóvenes amigos.

¿Eso fue todo? Pensó Alec. Su boca emanó un sabor agrio. Sufría de un tirón en el área del pecho, como si de un imán se tratase. No entendía lo que acaba de presenciar, pero al parecer sus superiores si. Recibió una sonrisa de Aro y avergonzado, se vio obligado a volver a su posición.

Sin pensarlo dos veces, los hermanos y la humana salieron rápidamente por la puerta, siendo seguidos por la inquietante mirada de Aro. No habían visto casi nada y aún así no quedaba duda de lo espeluznante que podía llegar a ser el clan Volturi.

Algo dentro de Darcy se removió, Alice les advirtió y sabía el gran riesgo que corrían al ir allí. ¿Por qué Aro había sido tan amable con ellos?

Fácil, el vampiro tenía segundas intenciones.

El viaje de regreso había sido extraño. Por un lado estaban aliviados por salir intactos de Volterra, pero Edward estaba molesto con Alice. Ella había visto lo que sucedería en el castillo y aún así llevó a su pequeña hermana con ella ¿acaso la estaba entregando?

── Me encanta ésta canción. ── Miró a sus hermanos para cantaran con ella.

La pelinegra trató de aliviar el ambiente con música o intentando entablar plática con alguno de sus acompañantes pero nadie accedió y sin más, decidió romper silencio y explicarse.

── Lo lamento y no es lo creen. ── No hubo respuesta. ── Dars...

Pero su hermana nunca la miró, no estaba molesta, estaba intentando unir cabos, pero ella ni siquiera sabía que significaban las palabras de Aro.

── Los vampiros poseemos lazos de vinculación ── Edward comenzó a hablar respondiendo las preguntas internas de la rubia ── pero sólo uno de ellos es inquebrantable. Una característica de los vampiros es que tenemos un compañero de vida, es un alma dividida en dos cuerpos y una vez que se encuentran están entrelazadas para toda la eternidad. No es algo superficial, es algo puro, firme y nunca se desvanece. Es extraño que dos almas gemelas se reencuentren, pero cuando sucede... no sabría decir si es algo bueno.

Esto llamó toda la atención de la rubia. No tenía idea de si aquello era cierto, pero algo tenía muy en claro y es que su cuerpo se llenó de curiosidad y anhelo luego de cruzar por esas puertas.

No sabia si era lo correcto o si todo iba a salir bien, después de todo sólo había visto una vez a ese joven guardia y si Edward tenía razón, seguramente no sería la última vez que se enfrentarían a los Vulturi.

Y respecto a Alice, ella amaba a su hermana con todo su ser, su familia era lo más importante para ella y nunca pondría a nadie en peligro, pero era cierto, ella había visto venir a Alec y sabía del lazo entre él y su hermana.

Sin embargo, vio el gran amor que albergaban sus corazones y la manera en la que estarían dispuestos a seguirse el uno al otro. Le recordó a la primera visión que tuvo acerca de Jasper y el tiempo que lo esperó, ahora ella deseaba que Alec y Darcy pudieran sentirse de esa manera y tener su propia historia.

Lastima que ambos pertenezcan a clanes distintos, con valor distintos y maneras de ver el mundo completamente diferentes.


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