𝐂𝐔𝐀𝐑𝐓𝐎 𝐀𝐂𝐓𝐎

Una semana había pasado desde que no sabian el paradero de Joanne Holland. Todos sus familiares estaban preocupados por su desaparición, cuando llegaron a casa encontraron rastros de sangre en su recámara, temiendo por que la hayan asesinado y llevarse su cuerpo para esconderlo en otro lugar. El señor Holland movía todas sus influencias junto a la policía, siguiendo cada rastro que pudiera orillarlos a encontrarla.

—¡Solo una cosa les pido que hagan bien, es mi hija de quien estamos hablando maldita sea!—gritó su padre alterado con los ojos rojos por el llanto.

—Entendemos su preocupación señora Holland, pero al parecer, aún no hay pistas claras que nos faciliten el trabajo de poder encontrarla...y sobre la sangre, el análisis que mandamos a realizar arrojó que no coincide con el ADN de su hija.—comentó el policía que estaba llevando el caso de su hija.

No entendía como fue que desapareció sin dejar algún indicio que los ayudara a saber algo de ella, mucho menos sabían si seguía viva o si se encontraba sufriendo por la persona que se la llevó.

—¡Entiendo su punto joder! Solo hagan su trabajo y traigan a mi hija de regreso.—murmuró con desespero.

Su esposa e hijo lo miraban con lástima, Steven adoraba demasiado a su familia, en especial a Joanne, no era que despreciara a su hijo, los amaba a ambos por igual, sin embargo, la rubia tenía un encanto especial que hacia que su padre quisiera protegerla de todo el daño que pudieran causarle, incluso no estaba de acuerdo con a relación que llevaba con el tal Eliot, su hija le platicaba de los problemas que tenían y en esas tantas pláticas de padre e hija, pedía los consejos necesarios para poder sobrellevar su relación tóxica que estaba viviendo.

—Me retiro, estaremos en contacto por si se presentan más pistas y pruebas que nos ayuda a dar con el paradero de su hija.—afirmó el policía, saliendo de aquella casa, dejando a la familia con un dolor grande en su corazón.

Margot se acercó a su esposo y lo abrazó fuertemente, susurrándole al oído que todo estaría bien, reconfortándolo un poco. Poco después, sintió los brazos de su hijo a su alrededor, pues a pesar de ser una familia de altos recursos económicos, adoraban pasar el tiempo juntos como familia, claramente había problemas pero nada que no se pudiera resolver de manera correcta.

—Mi hermana aparecerá, ya lo verán.—exclamó Jimin, con un astibo de esperanza.

Aquel chico tenía la certeza de que su hermana estaba viva y aparecería. Ella era una chica amigable, además de inteligente. Su carácter podía cambiar en algunas ocasiones pero nunca dejaba de ser ella misma. Jimin había hecho lo posible para pegar demasiados volantes con la fotografía de Joanne, incluso su amigo Jungkook lo apoyaba, pues al ver al pelinegro decaído por la ausencia, le generaba lástima.

🎃☠️

Jungkook no podía describir el extasis que sentía cuando asesinaba a aquellas personas, no tenía una razón para hacerlo, solo le generaba cierto placer ver como intentan salvar su vida sin imaginar que sería su última lucha de seguir existiendo en la tierra.

Desde esa noche que comenzó a matar a aquellas dos personas que la verdad no tenía en cuenta de quienes eran, sintió algo magnífico que le llenaba de satisfacción al momento de usar su arma blanca para quitarles la vida.

Ahora tenía un grado de 5 víctimas que eran brutalmente asesinadas por él, usando su típica máscara de Ghostface y la túnica negra que lo cubria. Además que sabía perfectamente que la policía estaba al tanto de la desaparición de sus víctimas, ninguno tenía en cuenta que era lo que estaba sucediendo en aquel lugar, pues al no saber nada sobre Joanne Holland, los asesinatos que se estaban dando a relucir hoy en día, los dejaba más frustrados en lo que va el año.

El tatuado casi que podía percibir ese sentimiento de incertidumbre por parte de la familia Holland, pero le daba igual cuando ahora podía tenerla a su lado como tanto había querido. Jeon Jungkook no le era indiferente cuando sabía a detalle todo acerca de ella, desde como arrugaba la nariz cuando algo le hacia gracia o cuando tenía antojos de embarazada gracias a su período menstrual. Y es que era imposible no saberlo si la mayoría del tiempo se la pasaba en casa de Jimin para realizar sus tareas o proyectos que les dejaba la universidad.

Aún recordaba como conoció a ese par, su entrada a la Universidad era como de los típicos novatos forrados de dinero que causaban impresiones en cada estudiante de la escuela, deseando poder convivir con ellos y ser parte de los más populares. Sin embargo, Jeon cayó rendido por la rubia, Joanne era hermosa, no, para él era mucho más que hermosa; ojos azules, cuerpo de Diosa y labios sexys que lo hacían imaginar algunos besos candentes cuando estuvieran solos, pero para su desgracia, todo plan de poder conquistarla se fue como alma que lo lleva el viento cuando un mes después de ingresar a la Universidad, la observó de la mano con el capitán de fútbol, Eliot.

Un idiota que solo le gustaba presumir de cosas totalmente irrelevantes, a excepción de la chica que adoraba estar en el equipo de los mateatletas y porristas, que conquistó su corazón sin siquiera pedir autorización alguna.

—¿Algo que quieras decirnos antes de morir?—preguntó la rubia, mientras jalaba el cabello de quién decía ser su mejor amiga, menuda hipocresía se cargaba la tipa.—¿No quisieras despedirte de tu "noviecito"? Zorra. —se burló la fémina al verla asustada.

—¡S-suéltenme por favor!—gritó con desesperación, sintiendo el filo del cuchillo rozar su garganta levemente.—N-no he hecho nada malo. —sus lágrimas habían arruinado su maquillaje, haciéndola ver horrenda.

El pelinegro miró a Joanne, buscando alguna señal que le indicara si él tenía que matarla o ella misma lo haría, pues a pesar de todo era su " mejor amiga", aunque el supiera perfectamente que se cogía a su novia a escondidas.

—Hazlo.—escucha su voz, dándole el permiso de arrebatarle la vida a Lena.

—¡No, no! —la pelinegra buscaba la manera de zafarse de la silla en la que estaba sentada, pero todo era en vano.

—Que el infierno te reciba con los brazos abiertos... Amiga. —mencionó Joanne cuando vió como Jungkook le rajaba el cuello, salpicando la sangre en su rostro. Pero lo que más le cautivó fue ver como Lena abría los ojos al escucharla nombrarla amiga, para después morir en manos del tatuado.

—Ugh, era tan quejona.—comentó Jungkook, para después comenzar a apuñarle más veces en el cuerpo, dejando irreconocible el cuerpo de la chica.

Por otro lado, Joanne se quitó la máscara para poder respirar y asimilar la situación, pues a pesar de decir que nunca haría algo como eso, al final, se volvió cómplice del asesino que traía enamorado.

🎃☠️

Luego de aquel momento bizarro, decidieron que era mejor volver a casa, la casa de Jungkook, no sin antes borrar cada huella que pudiera incriminarlos.

Joanne al momento de entrar a la casa de Jeon, comenzó a quitarse la ropa para poder tomar una ducha. Jungkook no dijo nada al respecto, tan sólo se quedó observando su redondo trasero entrar al baño, lo que hizo morder su labio inferior por la vista que sin querer le había regalado la rubia.

No espero ni un segundo e hizo lo mismo que ella, quedando desnudo por completo al entrar al baño. Este era transparente, así que pudo ver con claridad el cuerpo mojado de su chica.

A pasos seguros fue hacia ella, posicionándose detrás suyo, viendo como dió un salto al sentir su presencia. El tatuado posó sus manos en sus caderas y lo acercó a él, rozando sus glúteos con su miembro erecto.

—Mmm... —emitió un gemido agudo la rubia al sentirlo excitado.

—Quiero cogerte duro, ¿puedo? —pregunta el pelinegro mientras dejaba castos besos en sus hombros y cuello.

La rubia asintió levemente para después girar su cuerpo y ver a Jungkook con una mirada lasciva. Tomó su rostro para después besarlo con desespero. El calor de sus cuerpos pedían a gritos unirse en uno solo, así que empezaron con el juego previo, masturbándose ambos buscando el punto dulce del orgasmo.

—Estás muy mojada. —susurró Jungkook sobre sus labios, tomándola de los muslos para poder ingresar su miembro en su interior. —¡Ufff, te sientes tan bien!

Daba embestidas lentas, mientras pegaba la espalda de Joanne contra la pared, siguió moviéndose con delicadeza al mismo tiempo que la besaba con profundidad uniendo sus lenguas de por medio.

—¡Si si si, así Jungkook! —gritó de placer al sentir sus embestidas rápidas y duras.

Su cuerpo subía y bajaba por las penetraciones del tatuado, quien no desperdició ni un momento en darle atención a sus tetas que rebotaban al ritmo de sus embestidas.

Bajó a la chica, y tomó una de sus piernas para subirla a su hombro y comenzar a follarla duramente, sus testículos golpeaban contra su intimidad creando un sonido obsceno en el lugar.

La rubia no paraba de emitir sonidos y gritos de placer, pues Jungkook sabia tocar perfectamente cada parte de ella, lo que hacia volverla loca.

—¡Ah Jungkook, sigue, no pares!—gime con satisfacción al sentir cada vena de su miembro.

Este capítulo quiero dedicarselo a sanbabie, pues hoy cumple un año más de vida. Espero te guste mucho y prometo continuar la última parte en el próximo capítulo 🫂❤️‍🩹.

Nos leemos pronto, besos🥰

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top