◇Epílogo
La familia Min estaba pasando momentos realmente divertidos, habían rentado un yate para pasar unas vacaciones en familia como realmente se las merecían. Obviamente tenía que pasar lo inevitable, entró en celo y no quería que sus amigos se dieran cuenta de ello.
Eso jamás lo iba a permitir, su esposo estaría igual y sus amigos no los dejarían en paz.
Jimin estaba sentado en una camilla disfrutando del maravilloso sol, a pesar de ser sensible de la piel, el rubio sabía que necesitaba un color más natural como el de los demás, su esposo le dijo que su tono de piel estaba bien así, pero el rubio de todos modos quería lucir más bronceado.
─Te trabajé un poco de piña colada, también algunas frituras. ─Le dijo su esposo quien dejó bebida y botana en la mesita.
─Gracias mi amor. ¿Los niños están aún dormidos? ─Quita sus gafas de sol para mirar a su esposo.
─Si, la niñera los está vigilando.
─Perfecto. ─responde Jimin.
Min miraba a su esposo con deseo, habían tenido dos días maravillosos de celo juntos, habían parado por hoy para salir un momento a convivir con sus amigos, pero no podría evitar sentirse muy atraído, su lobo le pedía que tomara a su Omega, su ojo se tornó violeta y sus garras empezaron a salir.
El olor a menta fuerte hizo picar los ojos del rubio, este le mira, pero antes de decir algo el Alfa lo toma como costal de papás.
─¡Yoonie bajame, ¿qué haces?! ─Pataleaba, pero su lobo Omega también le exigió estar con su alfa.
Diosa luna ten piedad de Jimin.
Los chicos quienes estaban nadando miraban al Alfa llevarse a su Omega a las habitaciones separadas, todos rieron negando.
─¡No seas duro con el amigo, no lo rompas! ─grito Taehyung.
YoonGi hizo caso omiso de su amigo y llevó a su habitación a su Omega. Lo acuesta sobre la cama arrancando su poca ropa prácticamente, Jimin no evito gemir al sentir el tacto de los dedos de su alfa, joder su lobo lo había traicionado.
─Yoon... Los niños están del otro lado de la habitación... ¡Joder no hagas eso! ─Gime mientras su esposo lame su glande, se sentía también poder sentir la lengua de su alfa lamer su pene.
YoonGi estaba demasiado caliente, su esposo es demasiado sexy, no podía controlarse, lo necesitaba demasiado.
─Me encanta que estés tan mojado amor, sólo para mí. ─Lame su entrada causándole más excitación a su Omega─ Sabes tan bien.
─Yoonie... Mmg... ─Abre su boquita reprimiendo sus ganas de gritar con todas sus fuerzas.
─Eso mi amor, déjalo salir.
─Mételo, no puedo más. ─pido en un gemido, YoonGi sonrió ladino.
─Como ordene mi Rey.
Min no se hizo esperar y se metió en su esposo el cual arqueo su espalda dejando salir una maldición, el falo hinchado de su esposo lo enloquecía. Las embestidas no tardaron en venir, Jimin se aferraba a la espalda ancha de su Alfa.
Min recorrió a besos su cuello dejando más chupones de los que ya tenía. El sonido de sus embestidas eran el sonido perfecto para la pareja, los motivaba más para ser más rudos.
Su cuerpo se estremecía ante cada estocada y golpe. YoonGi tomó el rostro de su esposo para besarlo, callando sus gemidos para no despertar a sus hijos. Jimin cerró sus ojos con el sudor recorriendo su cuello y cada parte de su cuerpo, sentía sus piernas como gelatina.
Ambos estaban en su propio paraíso, entregándose por completo, contemplaban sus cuerpos, el sonrojo de sus mejillas, sus labios hinchados y sus respiraciones erráticas. Ya no les faltó mucho para llegar al clímax total. Min salió de su Omega viniéndose en su vientre. Jimin se retorció ante placer otorgado, ese orgasmo lo dejó por los cielos. Había extrañado tanto tener sexo con su alfa, sabía de lo que era capas de hacerle sentir.
Estando agotados, ambos decidieron descansar un poco. Sus aromas estaban tan mezclados que combinaban perfectamente.
Las vacaciones apenas comenzaban, estos dos estando en celo lo hacían mucho mejor.
Después de una tarde de mucho sexo, la pareja al fin salió de su habitación para poder cenar con sus amigos. Sus hermosos hijos estaban en sus sillitas especiales comiendo un poco de papilla de vainilla. YoonGi besos las mejillas de sus cuatro bebés, Jimin tomó asiento mientras los trabajadores servían la comida.
─Al fin terminaron los tortolitos, que bueno que estamos lejos de ustedes. ─Dijo Jungkook quien recibió una mala mirada de su mejor amigo.
─Kook, amor por favor no los avergüences. ─Le regaña su prometido y Jungkook pucherea.
Se habían comprometido hace unos meses atrás, ya que la señora Jeon les dijo que tenían que casarse después de que nazca su cachorro, sería una falta de respeto para ella que no lo hicieran.
─Todo luce fantástico. ─Menciona Jimin.
─Son nuestras vacaciones, merecemos lo mejor después de tanto trabajo en la oficina y con los bebés. ─Ese fue YoonGi.
─Sí, definitivamente el trabajo nos tiene en el estrés. ─Concordó Taehyung.
─Y aguantar a Jungkook con sus antojos debe ser el infierno ─Se burla Jimin y Jungkook le avienta una aceituna.
─Oye no es gracioso, este bebé se mueve como tlaconete con sal. No me deja dormir boca abajo extraño eso.
─Ni que lo digas, llevar cuatro cachorros en tu vientre es mucho peor. Comía todo tipo de cosas extrañas. ─Menciona Jimin.
─Cuando un Omega está en cinta, se pueden dar antojos muy extraños. Mi madre me dijo que a ella le antojaba comer tierra y oler gasolina. ─Dice Jungkook llevándose a la boca un poco de pescado.
─Ahora entiendo por qué te faltan los tornillos. ─Se vuelve a burlar Jimin a lo que los demás también.
Jimin lo molestaba porque su mejor amigo estaba demasiado irritante y molesto, el pobre de su alfa estaba más que desesperado cumpliendo sus caprichos. Estaba feliz que su mejor amigo ya tuviera su propia familia, apenas tenía 8 meses recién cumplidos, le faltaba uno para dar a luz.
La noche está perfecta para reír y comer cosas deliciosas. Fueron a la pequeña sala que había dentro del yate. Min tenía a sus dos hijas y Jimin sus dos hijos, disfrutaban de una buena conversación con sus amigos de buenos recuerdos y muchos momentos.
Al estar solos con sus hijos, YoonGi comenzó a cantarles para que volvieran a dormir, sus pequeños dormían al oír la voz de su papá.
─Al fin se quedaron dormidos. ─Dijo Jimin.
─Son tan hermosos mis hijos que aún no puedo creer la puntería que tengo.
─Cuatro al primer intento ─ríe el menor─ Es mucho para mí. Amo a mis hijos con todas mis fuerzas jamás me imaginé así en un futuro.
─Ahora eres el mejor violinista, bailarín del mundo. Todo por tus propios méritos y sin mi ayuda. Me tienes a mí y a nuestros hijos. Amo en lo que te has convertido. ─Dejó a sus pequeños sobre sus cunitas, Jimin imitó su acción─ Amo a este maravilloso hombre que eres, te amo.
Jimin se sentó sobre su regazo colocando sus manos en su cuello; Min tomó su cintura.
─También amo a mi alfa, eres ese hombre tan maravilloso del cual estoy sumamente enamorado. Te amo, y amo tanto que te quitarás esa máscara de tu bello rostro, jamás fuiste feo por esas cicatrices, las personas son muy crueles con sus palabras, pero siempre fuiste hermoso, tanto por fuera como por dentro. Amo besar cada parte de ti, amo besar tu rostro; es mi parte favorita.
Min acaricia su mejilla mirándolo con tanto amor.
─Tú eres mi parte favorita.
─Lo sé.
Ambos comparten una sonrisa para luego proceder a besarse. Sus hijos empezaron a llorar interrumpiendo su momento, ambos cargan a sus pequeños para darles amor y cariñitos.
Ellos también querían amor.
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