◇30
YoonGi se encontraba en su oficina de trabajo, después de mostrarle la nueva mansión a su Omega, decidió al fin venir a trabajar normalmente como una persona normal. Ya había destapado su rostro, ya todos lo habían visto, ahora todos sabían realmente quién fue debajo de esa máscara que llevó durante casi toda su vida.
Fue difícil. Aún más por los que no tenían consideración de verlo descaradamente o insultar por internet. Quería ver qué tuvieran los huevos de decirlo en su cara, dudaba mucho el Alfa que alguien quiera retarlo de frente sin que esté le desgarre todos los huesos.
Sus empleados mostraban respeto, no lo miraban a menos que sea necesario, todo por orden de su mano derecha Kim Taehyung. A muchos omegas se le hacía atractivo, ya que en los siglos pasados, que los Alfas tuvieran cicatrices de guerra en sus rostros, significaba que era un luchador de vida, que pasó por cosas horribles o creaba ese semblante misterioso que las volvía locas. No más de una se mordía el labio y suspiraba por el Alfa.
Pero tenían claro que es hombre casado, tiene un Omega hermoso a su lado y nadie, absolutamente nadie, tiene ese privilegio que su propio Omega tiene.
Ahora Min se encontraba con lo último de su trabajo, necesitaba los nuevos diseños y la calidad de ellos para un nuevo móvil de 2022. Tenía que vencer está vez a Apple, ya que siempre sacaban la misma mierda pero diferente modeló.
Tenía algo estratégico y en la junta hoy lo haría saber.
La puerta de su oficina fue abierta con Taehyung y un hombre a su lado; al fin habían llegado.
─Alfa, Min. Un honor conocerlo en persona.
Dice el hombre mayor haciendo una reverencia ante él.
─Puede sentarse, Señor Bae.
Toman asiento y Taehyung se posicionó al lado de su amigo.
─Mi mano derecha debió ponerle al tanto sobre la situación que estoy atravesando ¿verdad?
El beta asintió.
─Me informo todo lo que pasó en su luna de miel, sé que alguien quiere hacerle daño y también a su esposo.
─No sólo eso, también está involucrado con la muerte de mis padres y aquel accidente, estoy completamente seguro que su objetivo era yo.
─Leí las cartas Señor Min, y algo me pareció sumamente curioso.
Le hizo saber.
─¿Y eso qué es? ─se sienta tomando su vaso de whisky.
Saco las cartas que leyó atentamente, él era un buen investigador y tomó este caso porque el Alfa Min lo salvó de una cosa en el pasado, a pesar de estar retirado.
─El sello. El sello nada más lo usan los alfas ricos que tienen mucho poder, me di a la tarea de investigar sobre ellos. Sus padres tenían el de un ojo y su cera era púrpura, este de las cartas es dorado con el escudo de Escocia, lo cual únicamente una persona en todo ese gran país lo tiene, y es Anton Leopoldo Cornejo ¿Le suena ese nombre?
─Era el padre de Mariela. ─musitó sorprendido y sin entender un carajo.
─Bueno hay cosas que debo investigar Señor Min, al parecer tanto como ese hombre que acecha su casa y el Sr. Anton Leopoldo Cornejo, están implicados. Déjeme estos en mis manos y le tendré más información, ahora sólo le puedo pedir que cuide a su Omega, sabiendo que él lleva en su vientre sus herederos y será el próximo blanco de esos dos hombres.
─No se preocupe por eso, yo me haré cargo de la protección de mi esposo. Muchas gracias por tomar el caso.
─No es nada Señor Min, sabe que no dudaría en ayudar, si es todo yo me retiro, no hay que perder el tiempo.
─Adelante y gracias.
Hace una reverencia antes y después se marcha.
Taehyung suelta un suspiro, no se creía que esto le estuviera pasando a su mejor amigo.
─¿Le dirías a Jimin que es lo que pasa?
Niega el Alfa.
─Lo menos que quiero es causarle angustias a mi Omega, está en cinta y podría hacerle daño.
─Pero él tiene que saber, hay posibilidad de que alguno de esos dos locos esté persiguiendo a tu omega, todo por una venganza de rechazo.
Le dice Taehyung muy preocupado.
─Ya, lo sé. Jamás permitiré que algo malo pase a esposo. No sé quién de esos malditos es quien quiere hacerme daño, después de quitarme a mis padres y ahora con mi Omega... Quiero tener a ese hijo de puta de frente y destrozarlo con mis propias garras, lo haré sufrir como nunca antes hice sufrir a alguien.
Su ojo se tornó violeta y su olor amargo se esparció por toda la oficina. Ese día que dejó a su Omega en aquel hotel, encontró la cabaña de ese maldito desgraciado, tenía muchas fotografías de su esposo en una pared. Algunas tenían una X en su rostro, otras tomadas desde afuera del ventanal de su casa con Jimin en ellas, cualquier mínima cosa de su esposo estaba en esa pared.
Le dio tanto coraje que golpeó la madera hasta que sus nudillos sangraron. Jimin no podía saber esto, le causaría preocupación y sólo tendría miedo todo el tiempo. Cuidarlo ahora era su prioridad, necesitaba cuidarlo 24/7 aunque sea a escondidas de él.
Dos meses después...
La pancita de Jimin había crecido demasiado para sólo tener tres meses. Tomando en cuenta que lleva cuatro bebés en su vientre lo entendía perfectamente.
Hace ya tres meses que se enteró de que venían sus primeros cachorros, al igual que su vida tranquila. Se había postulado para la academia de música donde calificó como uno de los mejores, había sido lo mejor que le pasó al Omega después de su esposo e hijos claro.
Amaba tocar el violín y ahora estaba cumpliendo sus sueños junto a melody. Ahora mismo tocaba una melodía que él mismo compuso, lo bueno de tocar el violín era que no se sobre esforzaba en nada, aunque el estrés siempre estaba presente cuando no le salía la melodía como sonaba en su cabeza.
Dejó esos pensamientos a un lado y siguió tocando, tenía una presentación en dos semanas y estaba que moría de los nervios. Sería la primera delante de tanta gente que les gustaba la música clásica, no tardó en ensayar desde que el director de la academia les contó aquello.
Por eso decidió componer algo nuevo y fresco para ese momento.
Al terminar su melodía, para un poco para descansar. Estiró un poco su cuerpo y dejó a melody en su estuche. Otra cosa con lo que sorprendió al Omega fue que su Alfa le mandó construir un cuarto de música sólo para él, para que pasara tiempo ahí sin que nadie lo moleste.
Cada día que pasaba ahí no paraba de sentir el amor y cuidado de su Alfa hacía él. Lo amaba con todas sus fuerzas a pesar de que tenían sus peleas, pero nada que con besos y un buen sexo no se arreglara entre ellos.
Salió de su salón caminando por el pasillo para ir a la cocina a comer algo, sus bebés exigían comida todo el tiempo además que en un rato más iban a ver al médico para saber los sexos de los bebés. Estaba tan emocionado el rubio por saber cuántos serían niñas y cuántos serían niños.
Espero que al menos uno fuera niña, siempre quiso una niña y esperaba llevarla en su vientre.
─Buenos días, Señor Min. ¿Le sirvo el desayuno?
─Sí.
Se limitó a decir.
─¿Mi Alfa dónde está?
─El Señor Min, salió a trabajar temprano, dijo que llegaría en la noche.
Jimin frunció el ceño. Se supone que irán juntos al médico, ¿será que lo olvido? Se levanta mientras la mujer le servía.
─Voy a mi habitación, vuelvo enseguida.
La mujer asintió y Jimin subió a su habitación por su móvil para llamar a su esposo. Tenía que recordarle que tenían una cita importante, ambos tenían que ver el sexo de sus cachorros.
Marco su número, pero no contestaba, eso se le hizo muy extraño, ya que siempre le respondía rápido. Hizo una mueca y decidió mejor ir a su oficina. Se cambió rápido, tenía puesto una camisa azul algo flojita por su pancita, unos pantalones blancos y sus zapatos negros cómodos.
Tomó su bolso y bajó mirando a la Omega del servicio.
─Iré a ver a mi esposo, comeré con él.
─Como ordene señor.
Jimin sale y sube al auto de su chófer personal, sus guardias lo siguieron como todos los días. El rubio suspiraba mientras marcaba otra vez a su esposo que no respondía, temía que algo le hubiera pasado y esperaba que no fuera de esa manera. Al llegar bajo y fue recibido con una reverencia por los empleados de su esposo, él sólo sonrió amable, ya que no podía responderles.
Subió al elevador y cuando estaba se abrió en el piso de su esposo, camino hasta su oficina.
─Buenas tardes Omega Min, ¿en qué puedo ayudarle? ─le dice la nueva secretaria de su Alfa.
─Buenas tardes. Vengo a ver a mi esposo, ¿está en su oficina?
Ella asintió.
─Si se encuentra, pero está ocupado con un cliente.
─Ya veo... Igual voy a entrar, gracias.
─De nada Omega Min.
El rubio abrió la puerta de la Oficina de su esposo, quería contarle sobre la cita del médico y en cuanto cruzó esa puerta, miro algo que le hizo estrujar su pobre corazón.
Miró a su Alfa cerca de una Omega pelinegra muy hermosa, tenía sus manos enrolladas en el cuello de su esposo y él no parecía muy incómodo con ella. Los ojitos de Jimin se guardaron y su lobo bajo sus orejitas con un chillido de decepción.
¿Qué estaba pasando? ¿Quién era ella? ¿Por qué rayos abrazó a su esposo de esa forma?
No supo qué decir, él no parecía darse cuenta de que él estaba ahí, así que cerró la puerta con cuidado y salió casi corriendo del edificio. La secretaria no entendía por qué corrió, simplemente lo miro desaparecer por el elevador.
Al salir del edificio sus lágrimas comenzaron a salir, Jimin se sentía muy mal, su estómago dolía y estaba algo desorientado. No supo ni por dónde caminaba, sólo quería llegar a casa a pesar del gran dolor en su estómago. No podía creer que su Alfa, el que le juró amor eterno le haya hecho algo así, no quería sonar exagerado, pero él estaba seguro de lo que miro, prácticamente estaban a punto de besarse, ella estaba muy cerca su esposo.
Las personas que pasaban miraron al rubio caminar extraño, Jimin sentía tanto dolor y no era para menos. El rechazo de un Alfa a su Omega era jodidamente doloroso, pero el engaño era peor, ambos podrían matarlo de una depresión.
Un hombre elegante que iba pasando miró al rubio tocar su vientre, rápido lo reconoció notando que es el Omega del Alfa Min. Jimin no soportó más el dolor y cayó al piso y aquel hombre fue en su ayuda.
Antes de que Jimin llegará a la oficina.
YoonGi miraba los diseños nuevos para la próxima venta de los móviles que sacaría antes que Apple. Todos lucían geniales, estaba seguro de que con esto le ganaría a esa marca aburrida de esos estadounidenses.
La bocina de su teléfono pito en rojo con la llamada de su nueva secretaria.
─¿Si, Yerin?
─Señor Min, la señorita Kim Irene vino a verlo.
YoonGi frunció el ceño.
─Déjala pasar.
La puerta se abrió dejando ver a la pelinegra entrar.
─Mi querido Min YoonGi, ya no saludas a tu tía.
─No eres mi tía, ¿qué haces aquí?
─Uy que gruñón, ¿creí que casándote dejarías de gruñir? Pero veo que no es así, mejor salúdame como se debe.
El alfa fue hacia ella para abrazarla y darle un casto beso en su mejilla.
─¿Cómo estás? ─pregunta el Alfa.
─Muy bien, me divorcié hace un par de meses, el amor claramente no es para mí. ─suelta ella suspirando.
─Entiendo, pero aún no se que haces aquí.
─Lo siento, lo olvidé por completo. Bueno vengo a invitarte a la fiesta de Taeyong, es el sábado y quiere que su tío favorito esté ahí, aunque no somos nada.
Tomó la invitación entre sus manos. Kim Irene es la exnovia de Taehyung, una Omega elegante y hermosa a su edad de 32 años. La razón por la cual lo llama sobrino es porque es hermanastra de su madre, ambas tenían una rivalidad por eso era que YoonGi jamás le tuvo afecto como una tía normal.
Sólo cuando esté se hizo novia de su mejor amigo, pero después de eso jamás volvieron a cruzar palabra, además de que ella tiene un hijo de nombre Taeyong quién quiere mucho al alfa.
─Cumplirá 16 años, si que pasa el tiempo.
─Lo sé, por eso quiero que vayas, él me lo pidió.
─Iré con mi esposo. Me dará gusto verlo otra vez.
─Muy te veré ahí. Tu rostro se mira más sexy sin esa máscara horrible que llevabas. Cuando me enteré de tu matrimonio y que hiciste internacional tu destape al mundo, casi me caigo de la impresión, realmente me alegro de que encontrarás tu destinado..
─Muchas gracias, Irene.
─¿Y ya vienen cachorros, cierto?
Pregunto curiosa.
─¿Cómo lo supiste?
─Pues... Ahí está un trajecito de bebé muy elegante y otros más de tras en sus bolsas. Conozco perfectamente la tienda donde los venden, felicidades YoonGi.
Sonríe ella abrazando al alfa, él no era mucho de abrazos y menos con la extraña que tiene por "Tía" pero aun así le correspondió. Ella se soltó, pero no completamente, dejó sus manos enrolladas en su cuello mirando con detalle más cerca su rostro.
─Te pareces mucho a tu padre, sé que estaría feliz de que lo hicieras abuelo, y mi hermana... Aunque éramos némesis la quería y mucho, esa noche no sólo tú perdiste a tu padre y madre, yo... Perdí a mi hermana, me dolió tanto.
Dejó escapar una lágrima y YoonGi sintió sus palabras sinceras. Sin decir nada él le sonrió sincero, ella a pesar de todo no era una mala persona.
Al separarse un olor a frambuesas se posó en ambos, YoonGi se separa de la Omega y está olfateo más ese olor.
─Huele a ricas frambuesas, ¿Verdad?
─¿Jimin...?
De repente Taehyung entra a la oficina del YoonGi con una expresión demasiado preocupante. Min sintió su lobo aullar y rasguñando sus adentros con mucha desesperación.
─¡YoonGi, es Jimin!
Y no faltó más para que el Alfa entendiera que a su omega le había pasado algo malo.
Irene
Taeyong
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