◇28
Todo le daba vueltas al Omega, vomitaba todo lo que había comido durante el día. Su alfa estaba encerrado en la oficina que era de su padre con todas esas cartas, ni siquiera le dirigió la palabra.
Entendía sus razones de enfado con él, o tal vez no se enojó con él y simplemente le dolió mucho saber que hay alguien detrás del accidente que le arrebató a sus padres.
Limpió su boca y fue a la oficina de su esposo, no quería verlo triste, porque por su lazo él podía sentir ese dolor en su pecho. Su lobo le suplicaba que fuese con él porqué lo necesitaba. Así que tomó valor y abrió la puerta encontrándose con un YoonGi afligido con un vaso de whisky. Cómo odiaba verlo tomar de esa manera.
Los malos recuerdos llegaban a su cabecita
─¿Amor?
Le llama y su alfa en un rápido movimiento fue con él y lo abrazó con todas sus fuerzas; ni siquiera lo vió venir.
─No digas nada y sólo abrázame, nene.
Y fue lo que hizo, lo abrazó para que su alfa se sintiera mejor. YoonGi olió su aroma a frambuesas para calmar las ganas de matar a ese tipo de esas cartas. Iba a investigar pronto quién rayos le ocasionó aquel maldito accidente, se las iba a pagar caro, pero por hoy únicamente quiere disfrutar de su luna de miel con su Omega.
Sin importar las ganas de saber más del asunto. Por hoy no quería darle más preocupaciones a su esposo quien se miraba muy preocupado por él y eso podría hacerle daño a los bebés.
Se apartó acariciando su mejilla, sea lo que haya pasado no dejaría que esto afecte su luna de miel. No podía hacerle esto a Jimin.
─¿Estás bien, amor? Te siento extraño, puedo sentirlo. ─Le dijo el rubio con un gran puchero.
─No estoy bien cariño, pero no quiero arruinar nuestra luna de miel.
─Claro que no arruinaste nada mi amor, si tienes que llorar solamente hazlo mi vida, lo que dicen esas cartas es muy fuertes.
─No pienso llorar mi amor, voy a encontrar a ese hijo de perra y lo mataré con mis propias manos.
Pudo sentir el calor y el enfado de su alfa, lo entendía por completo, saber que alguien atentó contra la vida de las personas que más amabas en el mundo, únicamente por una estúpida venganza del pasado, arruinó la vida de su alfa. Sea quien sea ese Alfa, esperaba Jimin que se cuidara, porque estaba seguro de que su alfa no se tentaría el corazón.
─Mírame Gigi, por favor mírame.
YoonGi alzó su rostro mirando a Jimin quien lucía bastante preocupado, lo pudo sentir por su lazo.
─No te preocupes.
─Claro que me preocupa amor. Entiendo cómo te sientes, lo puedo sentir y no me puedes ocultar estás cosas. Te amo y juntos vamos a averiguar quién fue ese maldito Infeliz. Sólo no quiero que te tomes tanto, me preocupo mucho por las decisiones que tomes.
Soltó una risita ante la grosería que su Omega dijo.
─¿Ahora estás tú enojado?
─Si, así que ahora quiero que me hagas el amor y después me cocines algo rico porque tus cachorros no dejan de pedirme comida.
YoonGi soltó una carcajada y el ambiente se volvió un poco mejor. Tener a su Omega con el en este momento evito que su lobo saliera a la luz e hiciera alguna locura.
─A sus órdenes mi príncipe.
Jimin enrollo sus piernas en la cintura de su alfa, quién lo llevó al sofá de su oficina para hacerlo suyo. Comenzaron con los besos y los toques suaves, el olor a feromonas dulzonas se esparció por todo el lugar.
No sabían cómo pasaron de preguntas y preocupaciones a hacer el amor. Tal vez sólo lo necesitaban.
No tardaron en hacer el amor aun cuando había muchas preguntas de por medio con respecto a esas cartas, ellos estaban en su burbuja del amor y era lo único que les importaba.
Los gemidos de ambos se echaban tan placenteros, sus labios se movían con pasión y ese deseo en sus cuerpos era palpable. No tardó en penetrar su lubricada entrada de su Omega, arqueo su espalda con todas las sensaciones del mundo, empezó a dar saltitos sobre su miembro duro.
Eran este tipo de cosas que le gustaban a Jimin, sentir a su alfa siempre velará por él al igual que el Omega con él. Se aman tanto y pese a todo lo que venga ellos estarían juntos en las buenas y malas.
No tardaron en llegar al orgasmo dejando salir gruñidos y ese olor a sexo mezclado con dulce de sus aromas. El Alfa dejó varios chupones en su cuello blanquecino y Jimin ni se quedó atrás dejando mordidas en sus hombros.
─Te amo.
─Te amo más.
Respondió Jimin con una gran sonrisa adornando su rostro, quería estos momentos con su alfa, fuera lo que fuese a pasar después de volver, él quería disfrutar con su amado esposo.
Cuando la noche llegó, ambos salieron totalmente arreglados. Le había dicho su esposo que le tenía una sorpresa y vaya que sí fue una sorpresa, porque estaban en los muelles mirando un gran barco para ellos dos solos.
Tenía luces, el camino con pétalos de rosas y unas elegantes personas que suponía que eran los meseros.
─¡Mi amor!, ¡dios mío Gigi esto es hermoso!
─Lo sé. Hice lo mejor para ti porque es más de lo que te mereces. Vinimos a una luna de miel sin amargos momentos y aunque quiero respuestas ahora mismo, no quiero arruinar todo esto.
Se voltea rodeando el cuello de su esposo para poder besarlo, el sabor a fresa de su bálsamo de labios de su Omega era delicioso, tanto que quería morderlos con fuerza hasta que el sabor se acabará.
Tenía que ser fuerte, después lo haría y probaría a su antojo.
─Esta es nuestra despedida de Edimburgo. Jamás olvidaré los mejores momentos que pasamos juntos aquí mi amor, además de la gran sorpresa de que seremos padres y que nuestra familia crecerá en sólo unos meses más. Eres increíble, eres lo mejor que pasó y no sabes lo mucho que te adoro mi dulce Omega.
─Mi amor, ¿quieres hacerme llorar?
─Aún no. Vamos que nos esperan.
Caminaron hacia el barco muy cerca del otro mientras la música los acompañaba. Les hicieron las reverencias, Jimin ya estaba tomando esto más como costumbre. Los ojitos del rubio se abrieron aún más cuando miro la mesa bien decorada en medio del barco, estaba seguro de que jamás en su vida había visto algo tan hermoso y romántico como esto.
─Hay que aprovechar nuestro último día en Edimburgo. Rente el barco porque en este lugar lo pasaba con mi padre todo el tiempo, estar aquí es muy importante para mí.
Lo abraza por detrás y el rubio esconde su rostro en su cuello.
─De verdad me harás llorar mi amor. Todo esto es maravilloso, desde que llegamos todo lo que haces me parece hermoso. Siento que a veces no te merezco, yo no tengo nada que ofrecerte.
YoonGi lo volteo para acunar sus manos en los mofletes de su esposo.
─Tienes tanto que ofrecer cariño, lo tienes todo. No hay nada mejor que tu amor, tu presencia y mis hijos en su vientre. Lo tienes absolutamente todo. Jamás dudes de eso.
Rozaron sus narices con cariño, su amor era todo lo que su alfa quería de él. Además, su esposo tenía razón, no tendrá todas esas cosas materiales o lujosas, pero su amor es incondicional y sus cachorros que un par de meses nacerán.
─¿Sabes? Jamás me cansaré de decirte lo mucho que te amo mi alfa gruñón.
─¿Soy tu alfa gruñón?
─Ujum... Lo eres.
Ambos se besaron amorosamente. Qué mejor que terminar su último día en Edimburgo, que con una cena romántica y la hermosa vista enfrente.
─La cena está lista, señor Min.
Los dos tomaron asiento para disfrutar de la mágica noche. Su cena fue servida y una rica ensalada de pollo con un exquisito filete fue lo que ambos degustaron. Un rico vino y un jugo de manzana para Jimin, ya que no puede tomar por los cachorros.
Su noche fue mágica como los cuentos de hadas que solía leer Jimin. Compartiendo risas y robándose uno que otro beso.
Se pusieron de pie para ver los fuegos artificiales que por supuesto fueron por parte del Alfa para su Omega.
Jimin estaba recostado sobre el pecho de YoonGi, sin quitar la sonrisa de su rostro. YoonGi está feliz de hacer sentir feliz a su Omega, definitivamente amaba estar de esta manera con su rubio.
─Es hermoso mi amor, la noche perfecta.
─Mañana volveremos y que mejor que de está manera. ─beso su mejilla.
─¿Volveremos algún día? Me encanto este lugar, es muy tranquilo.
─¿Te gusta el silencio?
Jimin asintió.
─El bosque me relaja un poco, a nuestros cachorros les encantará correr por ahí mientras tú los persigues para bañarlos. O tal vez enseñarles a casar, sería divertido venir aquí en familia.
El alfa imaginó eso y soltó una risita.
─Estoy seguro de que serán unos traviesos. Yo lo era cuando niño. Mi madre me perseguía por toda la casa para que me bañara y papá me cubría para que mamá no lo hiciera.
─Eso es demasiado tierno. Supongo que nuestros bebés serán iguales a su padre.
Acarició su vientre y su esposo hizo lo mismo, con la pequeña mano sobre la grande mano de su alfa.
─Cuando lleguemos a Seúl te daré la última sorpresa. ─beso su cuello.
Jimin lo miró curioso, apartándose un poco del abrazo.
─¿Una sorpresa?
─Cuando llegamos aquí te dije que tenía una sorpresa y me dijiste que tu igual, sólo que yo lo supe antes.
─Es verdad. ¿Y no me puedes decir que es?
─No. Mañana lo verás tú con tus propios ojitos hermosos.
Le robo un besito.
─¿Ni una pista?
Volvió a negar el Alfa tomando su cintura y Jimin rodeo su cuello.
─Es una sorpresa mi amor, lo sabrás cuando lleguemos.
─Muy bien Alfa misterioso. Ahora dame mi beso porque muero por uno.
─Todos los que quieras cariño.
Sonrieron uno con el otro para besarse con los fuegos artificiales aún adornados el hermoso cielo oscuro. Después de un momento tan romántico los dos regresaron a casa, fueron a su habitación dónde por segunda vez en el día, harían el amor.
Jimin quitó su camisa y YoonGi estaba haciendo lo mismo, dejó su cuerpo caer en la cómoda cama con los chasquidos de besos haciendo eco en toda la habitación.
Los dos estaban sumergidos en su entorno que no se dieron cuenta de que algo se movía bajo las sábanas de su cama, Jimin quien intentó apartar las almohadas, atento algo escamoso y un sonido extraño los hizo separarse.
─¡YoonGi!
─¡Jimin, amor apártate!
─¡Dios mío, YoonGi! ¿Qué hace una maldita serpiente en nuestra cama?
La serpiente se movía rápido hacia ellos, YoonGi tomó a Jimin de la mano para sacarlo rápido sé ahí y cerrar la puerta detrás de ellos.
─YoonGi...
─¡Es una maldita Mamba Negra!
─¡¿Pero qué hace esa cosa allí en nuestra cama?!
─No lo sé amor, pero sola no llego. Alguien quería hacernos daño.
Eso aterrorizó a Jimin por completo, si no la hubiese tocado mientras la serpiente buscaba la salida de las sábanas, tal vez los hubiera mordido.
─Estoy asustado YoonGi.
─No lo estés amor, voy a averiguar quién demonios hizo esto. Sea quien lo haya hecho, lo destrozaré con mis propias garras y dientes hasta que no quede nada.
Él Omega miró como el temperamento de su esposo cambiaba, su ojo se puso violeta y sus colmillos hacían su aparición. Rápido el Omega lo abraza para que se calmara con su dulce olor a frambuesas. YoonGi reacciona tranquilizandose mejor, este no era el momento de ponerse furioso, tenía que proteger a su omega y cachorros.
Unos pasos se escucharon y era Fermín con una de sus hijas, la pareja los miró con intriga.
─Señor, Min. Que bueno que llegó, los guardabosques me comunicaron que alguien ha estado merodeando por aquí, entró a la casa cuando fuimos al guardabosques.
Le dice Fermín de una manera apresurada. Miro a la pareja sin camisa y al Omega asustado.
─¿Qué pasó, señor?
─¿Sabes quién era? ¿Se le miró el rostro o algo?
Asintió Fermín.
─Si, señor. ¿Pero qué les pasó?
YoonGi empujó su lengua contra su mejilla, estaba muy molesto.
─Íbamos a dormir cuando mi esposo escuchó algo extraño sobre la cama, había una maldita Mamba Negra debajo de las sábanas. Casi nos muerde esa maldita cosa.
─De seguro fue ese tipo.
─YoonGi tengo miedo...
Se abrazó más a su alfa y este le devolvió el abrazo para que se sintiera seguro. Él jamás tenía miedo, pero con todo y lo del tipo ese y la serpiente en su cama todo esto le parecía turbio.
─No te preocupes amor, estarás bien. Fermín, llama algún controlador de animales y diles que revisen toda la casa por si las dudas, me llevaré a mi Omega aún hotel, también cuando termine por favor haz mis maletas.
─Sí señor, Min.
Fermín se fue junto a su hija y YoonGi tomó a Jimin de su rostro.
─Escucha amor, iremos al hotel y mañana por la mañana nos iremos sí. Yo te alcanzaré después, tengo que saber quién demonios es ese tipo.
─No quiero estar solo.
─Te mandaré con dos guardias hasta el hotel, solamente espera por mi amor, esto podría tornarse peligroso.
─¿Y si te pasa algo? No quiero que...
Beso sus labios para tranquilizarlo un poco.
─Voy a estar bien, haz lo que te pedí amor. Te prometo que volveremos a Seúl en la mañana, pero quiero saber quién es el infeliz que nos quiere hacer daño, no lo puedo dejar así como así.
Tenía una mal presentimiento Jimin, no quería estar solo y menos si hay un loco tratando de herirlos. Sin embargo tenía que confiar en su alfa.
─Está bien.
─Anda ve con la hija de Fermín para que te dé algo de ropa, yo iré pronto amor, lo prometo.
Beso sus labios para luego bajar juntos e ir cada uno por su lado. Sin dudas, su último día se fue a la mierda, pero lo peor es que no sería ni el último de aquellos ataques.
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