◇26

Mariela era esa niña pelirroja que Jimin había visto en las fotografías en la habitación de su alfa. Ahora entendía por qué no la soportaba y es que ella no paraba de pegarse a su esposo desde que llegó.

El Alfa con quién venía estaba de la misma manera, este sólo se miraba fastidiado y su esposo la alejaba cada vez que ella quería abrazarlo «Maldita Omega» dijo en sus adentros Jimin.

─¿Entonces volviste por mí?

Dijo ella con una sonrisa traviesa.

─Claro que no, ni siquiera me acordaba de ti. Vine a pasar mi luna de miel con mi esposo.

Lo tomó de la cintura y Jimin abrazó a su Alfa impregnado de su olor en su esposo. Ella lo miró con una estúpida sonrisa falsa, se nota su molestia.

─Así que te casaste. La verdad he estado tan ocupada que no me había enterado de ello, además que jamás recibí una invitación de tú parte. Eso es muy malo de tu parte YoonGi, somos amigos ¿no?

─La invitación eran íntimos amigos y algunos socios, tú no tenías porqué venir a mi boda.

Lo dijo frío, como si le guardara rencor a la rubia. Definitivamente Jimin quería saber la historia de lo que pasó con estos dos, ella para nada se miraba feliz.

El tono que usaba su esposo era como cuando lo conoció tiempo atrás. Era frío, seco, con su rostro estoico. Daba mucho miedo.

─¿Después de una amistad de años me dices que no soy nada para ti?

─Jamás te consideraría mi amiga y lo sabes Mariela.

─Siempre seré tu amiga, recuerdalo. ─Lo dijo en un tono algo extraño─ Dejando el tema de lado, ¿Cómo se llama tu Omega? ─cambio de tema, se miraba molesta.

Miro a Jimin otra vez, ella de verdad lo miraba falsamente y con esos ojos azules sobre él.

─Es mi Omega Min Jimin, y si nos disculpas nos tenemos que ir a casa.

─Que grosero, tus padres no te educaron así. Es una lástima que ya no estén y te hayas convertido en alguien tan despreciable. ¿Dónde te quedó la educación? O acaso se fue aquel día.

Lo mira con un rostro retador y burlón, ahora si no sabía qué pasaba.

El rubio miró la tensión entre ambos, él solo hecho de mencionar a los señores Min, dejó ver el desagrado que siente por esa mujer pelirroja. Si definitivamente la odiaba.

─Mis padres me educaron bien, pero si recuerdas siempre fuí así contigo, jamás me caíste bien o te miré como una amiga. Así que si no tienes nada mejor que decir, me largo.

Ella iba a responder, pero YoonGi tomó fuerte la mano de su Omega y fueron al auto. Subieron y durante el camino nadie dijo nada, lo cual era muy extraño y se sentía la tensión.

Al llegar el Alfa baja primero, su aroma amargo hizo tambalear al Omega quien se sostuvo del cofre del auto totalmente mareado. YoonGi al notarlo se preocupó y lo sostuvo entre sus brazos.

─¿Mi amor, está bien? Lo siento nene, no debí dejarme llevar.

─Está bien amor, sólo llévame adentro.

Cargo a su Omega hasta su habitación. Ese momento amargo hizo que su Omega se sintiera mal y eso no le gustaba para nada. Al llegar lo dejó recostado y quitó cada unas de sus prendas, puso su pijama y después él hizo lo mismo acostándose a su lado.

Jimin se recostó sobre su pecho aspirando el olor a menta, había vuelto a la normalidad.

─¿Estás mejor?

─Sí.

Acaricia su rubio cabello olfateando su aroma a frambuesa con esos dos olores mezclados. Bajo su mano a su vientre donde sus cachorros. Esto lo relajaba, esto disipó cualquier amargo momento que pasó hace unos minutos con Mariela Cornejo.

Jimin temía preguntar, pero quería saber quién rayos era esa mujer. Si puso de ese humor a su alfa, no quería saber cuándo eran unos niños. Se nota que para nada la quiere.

Con un suspiro pregunto.

─¿Quién es Mariela? ¿Por qué te pusiste así? Sé que no debo preguntar por como te pusiste, pero me preocupa, ella te alteró mucho.

Se abrazó más a su esposo, dejó salir un suspiro cansado, pero si su Omega tenía esas dudas tenía que decirle, contarle lo que hizo, porque la odiaba.

─Muy bien, escucha amor.

Le da un besito en esos labios delgados y después se vuelve a acomodar para escuchar lo que tenía que decir.

─Mariela llegó a mi vida «Por así decirlo» llegó cuando sólo tenía 5 años en ese entonces, aún no pasaba todo el accidente y esas cosas. Mi padre era amigo del padre de Mariela, ya que él se encargó de la construcción de esta casa. Era una persona amable, era padre soltero por eso traía a Mariela con él. Mi madre creía que era una buena idea que yo me hiciera su amigo así que dijo «¿Por qué no?» Pero al pasar el tiempo con ella noté que no era alguien muy cuerda que digamos. Para ella era divertido matar animales y después quitarle los intestinos, decía que era muy divertido, lo cual me asustó. Dijo que quería ser veterinaria, no sé si fue una excusa.

─Mierda, ¿Estaba loca?

Pregunta espantado.

─De hecho si tenía problemas mentales. Lo que más odio de ella es que estaba obsesionada conmigo, siempre le hacía berrinches a su padre para que la trajera, cada día la tenía en mi casa, mis padres no sospechaban nada y al final cuando nos tomaron algunas fotografías, yo... les dije lo que ella hacía. Su padre la mandó al psicólogo y después la mandó a un internado en Moscú. Fue un gran alivio ya no verla. Y hora que la volví a ver me recordó todo aquello. Era molesta, irritante, caprichosa, tú mismo te diste cuenta.

─Lo pude notar. ¿Crees que ella ya está bien? Digo ¿Crees que sano?

─No lo sé, pero no quiero verla. Si ella viene, le diré a Fermín que no la deje pasar. ─besa su frente aun con su mano en su vientre.─ Descansa, ya es tarde.

Dudaba dormir después de aquella historia. Esa pelirroja no parecía una loca, pero si su alfa miro como desmembraba esos animales, debió ser un horrible recuerdo de ella, él solo tenía 5 años.

─Muy bien, buenas noches, mi amor.

─Buenas noches mi Jimin.

El rubio se enterró en los brazos de Morfeo y el Alfa le daba esa protección. Recordar lo que esa omega hacía le causó náuseas, él fue testigo de todo y su madre dijo que jamás lo volvería a dejar con ella. Ahora que tenía a su Omega no dejaría que esa loca se le acercara.

Cerró los ojos y se quedó dormido con su Omega. A la mañana siguiente ambos estaban disfrutando del desayuno y Jimin disfrutaba de su pan con mantequilla y algo de almendras, un yogur de durazno y muchas frutas.

Comía de todo sin parar, su apetito estaba aumentado por lo de los cachorros, no quería engordar, pero le era inevitable no comer, era delicioso y sus energías subían.

Al terminar ambos se disponen a salir y dar un paseó por el bosque, tomados de las manos y respirando el aire fresco y frío. Jimin se sentía tranquilo recorriendo el hermoso bosque cuando un gran hedor los azotó.

─¿Mierda que es ese olor? ─dice Jimin tapando su boca, pero fue inevitable no vomitar a lado de un árbol.

─¿Amor estás bien? ─Jimin asintió limpiando su boca ─Iré a ver qué es ese olor. ─Dijo el Alfa.

Caminó unos pasos y su esposo se quedó recargado sobre el árbol tapando su naríz. Camino sólo unos metros cuando encontró el hedor, era un venado muerto con muchas moscas alrededor de su hocico. Jimin se fue a ver qué pasaba y miro ahí el pobre animal, con un poco de sangre y las moscas.

─Jimin quédate ahí, no te acerques.

─Por la diosa luna, ¿Qué le pasó?

─Al parecer alguien le rompió el cuello para que no sufriera. No sé cómo pasó, nadie puede estar aquí porque es mi terreno lo cual está prohibido cazar por aquí.

Jimin revisó un poco el cuerpo, no había señales de ser disparado, más si apuñalado.

—Amor mira, tiene una puñalada bajo el abdomen. Alguien lo apuñaló.

El alfa lo revisa y era verdad, tenía una puñalada abajo.

─Hablaré con Fermín sobre esto. Nadie puede entrar aquí sin mi permiso, nadie puede cazar animales, por eso es un lugar grande para protegerlos.

Habló con firmeza, odiaba tanto que asesinaran animales, lo odiaba.

─YoonGi, mejor volvamos a casa, tengo un mal presentimiento.

YoonGi se aleja del venado y abraza a su esposo.

─Descuida amor, nada malo pasará.

─Volvamos de todos modos. Tengo un mal presentimiento.

Asintió y juntos fueron de nuevo a la casa. Al llegar YoonGi le dijo a Fermín sobre lo que pasó, y este dijo que todo está vallado y que nadie puede entrar, además que los guardias de los bosques siempre vigilan.

Esto era muy extraño.

Mientras iba con Fermín a buscar alguna pista de quién pudo haber entrado, Jimin subió a la habitación de sus suegros por solo curiosidad.

Miro la hermosa y grande habitación. Era linda y acogedora, como esas películas de ricos, pero está era más grande, colores crema, madera de caoba, muebles del mismo y un gran ventanal con cortinas grisáceas.

Tomó las fotografías de los marcos sobre los taburetes, sonrió al ver lo unida que era su familia, el cómo y cada una de esas fotografías estaban ellos tres. No quería ser grosero, pero quería revisar cada una de las cosas qué tenían en está habitación. Se detuvo porque de seguro su esposo se enfadara con él y no quiere eso.

Se sentó sobre la cama mirando la fotografía de los padres de su esposo el día de su boda, se miraban felices, bueno quien no lo estaría el día de su boda. Él aún tenía esa sonrisa desde el día que dijo Acepto. Algo cae del armario de madera. Eso lo hizo saltar de un gran susto al omega, casi le da un mini infarto, se tocó el corazón y después fue a dónde la caja cayó. Estaba muy arriba ¿cómo pudo moverse y caer? La toma mirando cartas en sobres negros con el sello de cera color dorado, estaban rotos, lo cuál el rubio los tomos sentándose sobre el suelo de madera sacando las hojas.

Tiene fecha de hace 22 años, no tenía remitente ni nada parecido, sólo el escudo de lobo mordiendo una ¿Rata? Esto le empezaba a dar miedo a Jimin. Desdobló las hojas y empezó a leerlas. Eran cartas de amor, declaraciones de amor para la señora Min.

Abrió la siguiente, al parecer iban en orden, así que empezó a organizarlas. Cuando terminó tenía la intención de leerlas, pero la voz de su esposo se escuchó y rápido las guardó en la misma caja para luego esconderlas en su abrigo.

Salió de la habitación pensando si hacía lo correcto, pero si por algo se cayeron debía ser una señal que sí. Entró a su habitación y las guardó en un mueble que casi no usaban y dudaba que su esposo dejara algo ahí. De pronto se abrió la puerta y Jimin trago grueso.

─¿Estás bien amor? ¿Te miras nervioso?

─Es-estoy bien, sólo que ya sabes... Los bebés no dejan de darme mareos.

Miente.

─Deberías descansar, mañana iremos con el médico para que vea qué más puede hacer por ti.

─Lo haré después. Ahora dime ¿Qué pasó con lo del venado?

─Mire las cámaras y no había nada fuera de lo normal, los Guardabosques dijeron que vigilarán más atentos para que no vuelva a pasar.

─Muy bien.

Se acerca a su alfa abrazando su cuerpo y YoonGi lo recibe mientras se quedaban en silencio entre ellos, sólo quería quedarse así uno con el otro.

─¿Quieres ir a comer algo?

Niega el rubio.

─Solo quiero que me abraces, este día fue algo extraño. Mi lobo está inquieto.

─Está bien, miremos una película y después en la noche iremos a cenar ¿Qué te parece?

─Me gustaría.

─Bien, iré a hacer una llamada a Taehyung, después veremos esa película.

Asintió el rubio y lo miró marcharse. Tenía muchas ganas de leer esas cartas, pero no en la presencia de su esposo, ya con calma lo haría después. Por lo mientras disfrutaría de una tarde agradable con su esposo.

Este día fue muy extraño, así como los siguientes días.

Amo este fanArt♡♡

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