Capítulo 11
Renjun olvida el hecho que tiene sus ropas mojadas, y que Jeno está en el mismo o peor estado que él, cuando empieza a hablar bajo los atentos ojos redondos del chico frente suyo.
—¿Prometes no decirle a nadie? —Pregunta angustiado.
Jeno hace una mueca pero asiente y Renjun empieza a jugar con sus dedos para tratar de calmar el revoltijo de nervios en su estómago. No es capaz de mirarlo a los ojos así que baja la mirada a su regazo.
—Jeno... Nosotros fuimos más que amigos, mucho más que eso. Nosotros nos amábamos y estábamos juntos.
No puede ver la reacción en el rostro de Jeno por los nervios dentro suyo, pero puede apostar que lo mira fijamente pues siente su mirada sobre su pequeño cuerpo. Jeno por su lado toma una bocanada de aire, como si esa confesión hubiera vaciado sus pulmones.
Lo sabía, lo sabía, lo sabía, se repite dentro suyo una y otra vez. Frente suyo tiene a la persona que menos esperó que le traería tantos conflictos y preguntas sin respuestas, hasta noches en vela. Frente suyo está un chico de aspecto frágil que se borró de su vida por culpa de la amnesia.
Renjun es aquella persona que amó y dejó atrás.
—Renjun...
Él finalmente alza la mirada, con ojos llorosos y pestañas húmedas por las lágrimas, nota que su mirada brilla como ninguna otra vez vio, lo mira como si esperara algo de él, al borde de su asiento esperando algo, ¿Pero qué exactamente?
—Fuimos novios por dos años. —Sonríe tristemente. Lo que tuvimos fue muy hermoso.
—Hablas en pasado...
—E-es porque está en el pasado, Jeno —Baja la mirada y limpia sus mejillas—. Lo que tuvimos quedó en el pasado cuando perdiste la memoria por... Por culpa mía. —Cierra los ojos con dolor.
Jeno arquea una ceja—. Renjun, ¿Cómo puedes decir que es tu culpa? Tú no estuviste conmigo el momento que perdí mi memoria.
—Realmente tenemos mucho que aclarar. Hay mucho que no sabes.
Jeno abre de más sus ojos ante sus palabras, ¿Qué más necesita saber?
—¡Ya llegamos!
Ambos se sobresaltan ante el sonido de la voz de la señora Huang más un par de pasos acercándose a ellos, Renjun es el primero en hablar, luciendo nervioso.
—Jeno, n-no le digas nada sobre esto a mi mamá, ¿Está bien? Y-yo luego te explico todo lo demás. —Jeno no dice nada, solamente lo mira sin saber qué hacer o decir—. Por favor. —Suplica.
Entonces él reacciona y solo asiente rápidamente a la vez que Renjun envuelve la cajita con la toalla en su regazo para que no sea vista por su madre y su prima, quienes se acercan a ellos.
—¡Oh, Jeno!
La señora Huang aparece por el marco de la cocina con una bolsa de papel en sus brazos, al parecer llena de verduras y algunas frutas. Detrás de ella llega Yunjin.
—¿Jeno? —Yunjin alza las cejas ante la presencia de su novio—. ¿Qué haces aquí?
La madre de Renjun los mira de arriba abajo frunciendo el ceño—. ¿Porqué están todos mojados? ¿Que pasó?
Él sonríe y alza la mano para moverla de lado a lado saludando—. Buenas tardes señora Huang, lo que pasa es que yo pasé por acá porque me había olvidado algo, y... —Le da un rápido vistazo, Renjun luce preocupado por lo que fuera a decir. Jeno rápidamente empezó a formular una mentira creíble en su cabeza.
—T-todo fue mi culpa, mi bicicleta me hizo resbalar bajo la lluvia y Renjun salió a ayudarme pero también terminó resbalando, así que terminamos empapados... —Sonríe nervioso.
La señora Huang hace una mueca de asombro y deja rápidamente las bolsas sobre la isla de la cocina para acercarse a su hijo y tomar su rostro.
—¿E-estás bien, cariño?
—Si mamá, estoy bien, solo fue una caída.
—¿No te duele nada?
—No mamá. —Él le sonríe para no preocuparla más.
—¿Qué tal está tu rodilla? ¿No te duele, o sí? —Ella empieza a inspeccionarlo por todos lados, Renjun solo sorbe su nariz y niega sonriendo lo mejor que puede.
—¿Te estás resfriando? Tienes las mejillas calientes y la nariz roja. Vamos, tienes que cambiarte esa ropa toda mojada y entrar en calor.
La mujer desconoce que sus mejillas y nariz rojas son por todas las lágrimas que soltó esa tarde.
Lo ayuda a levantarse y mira a Yunjin—. Yun, ayuda a tu novio a secarse, luego le pasaré la ropa de Renjun, seguro le queda porque son tallas grandes.
Yunjin asiente y se acerca a Jeno para ayudarlo a secar su cabello. La señora Huang sube las escaleras con un Renjun que finge que no siente dolor en su rodilla. Mientras, Jeno toma asiento en una silla para que Yunjin pueda colocarse detrás de él y empezar a secar sus cabellos azules, aunque ya se pueden ver las raíces negras de su cabello natural.
—¿Qué fue lo que olvidaste?
Jeno sale de sus pensamientos—. ¿Eh? Ah, lo que me olvidé, sí eh... m-mi chaqueta, sí. Esta, la que traigo puesta.
Ella hace una mueca con sus labios al notarlo extraño—. Te noto algo perdido, ¿Seguro que estás bien?
Jeno asiente—. Lo estoy.
No realmente. La corta conversación que tuvo con Renjun resolvió sus antiguas dudas pero plantó nuevas que tienen su cabeza hecha un lío, siente que en algún punto empezará a tener dolor de cabeza con toda la mueva información que ha recibido y aún hay más incógnitas por resolver.
—¿Sabes? Si deseas puedes quedarte a dormir —Jeno gira para verla desde abajo—. Podemos cenar todos juntos.
—¿Enserio?
—Claro, mi tía no tiene problemas con eso, además tu ropa está toda mojada y ya es tarde.
Suelta una risita.
Jeno no lo piensa mucho y acepta. Cada que sus padres lo castigaban en su habitación no le hablaban hasta el día siguiente, no cree que se acerquen a su habitación para notar que se escapó. Llegaría muy temprano por la mañana y no habrá problema.
—¿Jeno? ¿Qué haces aquí? Pensé que te irías a casa.
Renjun no lo mira a los ojos cuando le dice eso, se ve que lo que restó de la noche no la pasó muy bien, quizás igual de perdido en sus pensamientos que él. Jeno en el marco de la puerta rasca su nuca, lleva la ropa que la mamá de Renjun le dio, y como es ancha le entró sin problemas.
—Se quedará a dormir pero como ya sabes, mi tía no deja que duerma conmigo así que dormirá contigo, como la vez pasada. —Yunjin interviene con una sonrisa alegre y su pijama puesta.
Renjun asiente lentamente—. Claro...
La última vez que se quedó a dormir fue el inicio de sus problemas. Si tan solo no le hubiera robado ese beso dormido nada de esto estaría pasando.
Yunjin le entrega la bolsa de dormir de la mamá de Renjun en sus manos—. Bien, yo ya debo ir a dormir, ¡Hasta mañana!
Yunjin desaparece dejando un beso en la mejilla de Jeno. Renjun aparta la mirada y entra a su habitación, Jeno lo mira adentrarse a las sábanas de su cama dándole la espalda. Entra a la habitación y cierra la puerta detrás suyo. Extiende la bolsa de dormir en el suelo al lado de la cama pero antes de que termine de hacerlo Renjun gira sobre sus sábanas quedando apoyado sobre sus codos, viéndolo.
—¿Quieres terminar nuestra conversación?
Jeno no lo duda y deja de lado la bolsa de dormir para asentir. Renjun se mueve para darle espacio a Jeno para que tome asiento. Ambos se miran un momento, ninguno quiere ser el primero en hablar pero es Jeno quien toma la iniciativa con la ansiedad picando dentro suyo.
—Así que estuvimos dos años juntos...
Renjun asiente sin mirarlo—. Dos años, sí.
—Mis padres nunca lo supieron, ¿Verdad?
—Bueno, nunca quisiste que ellos se enteraran, ya que desaprobaban nuestra relación por completo...
—Son unos terribles padres. —Dice frustrado—. Cuando les pregunté sobre ti ellos me dijeron que fuimos amigos, pero tú eras mala influencia para mí y por eso nos separaron.
Renjun frunce el ceño—. No me sorprende... Ellos nunca debieron enterarse, pero fue inevitable a pesar de lo cuidadosos que fuimos. Tú quisiste evitar que ellos lo supieran, por eso estábamos juntos en secreto. Nadie sabía que éramos pareja.
Jeno se siente mal al ver la tristeza y hasta cierto rencor en la voz de Renjun. No se ve que él haya disfrutado de tener una relación a escondidas por esos dos años.
—¿No te gustaba nada, verdad?
Asiente—. Siempre quise que nos fuéramos lejos de tus padres, que pudiéramos ser una pareja normal... Pero no se pudo. —Alza la mirada y se acerca a Jeno quien lo mira expectante—. Tuve la oportunidad de poder ir a Inglaterra por una competencia internacional.
—¿lbas a ser el representante nacional? —Parpadea sorprendido.
—Sí, iba a serlo... —Se nota el dolor en sus palabras, jamás pudo llegar a cumplir aquello—. El mismo día de las finales yo conducía el carro de tu padre, debía dejarte en tu casa pero antes quise hablar contigo... Te propuse irnos a Inglaterra y escaparnos juntos, lejos de tus padres, lejos de todo... P-pero te negaste, discutimos y...
No puede creer que está a punto de decirle la verdad del accidente a Jeno.
Siente su pulso acelerarse—. T-tu me pedías que mire al frente y yo estaba muy molesto, no dejaba de hablar y no te escuchaba. Así que inevitablemente un auto nos chocó porque yo no prestaba atención al camino... —Desvía la mirada al suelo, en ese momento no puede ver a Jeno a los ojos—. Fue mi culpa.
Él mantiene la mirada fija en sus manos juntas, está callado y no dice nada por varios segundos hasta que finalmente parece volver a la realidad y alza la mirada hacia Renjun pero él no se la devuelve. Luce extrañamente calmado.
—Así que eso lo explica todo. No es como mis padres me dijeron...
Renjun asiente y esta vez si sube la cabeza—. P-perdóname... Nunca pude decirte cuánto lo siento Jeno. —Sus lágrimas bordearon las esquinas de sus ojos hasta que cayeron por sus mejillas, Jeno lo vió y solo sonrió, también tenía él los ojos llorosos.
—No fue tu culpa.
Sacude la cabeza—. D-deja de ser tan bueno conmigo, grítame, dime algo, ¡No estés tan tranquilo! —Limpia su rostro sin cuidado.
Jeno niega—. No lo haré. —La yema de sus dedos tocan la piel de la mejilla de Renjun quien se sorprende ante su tacto, quedándose quieto en su lugar. Jeno acuna el lado de su rostro y con su pulgar limpia sus lágrimas.
—¿Porqué no me buscaste después del accidente? ¿O mis padres tuvieron algo que ver en eso? —Pregunta con la voz suave.
—Si te lo digo-
—Quiero saberlo.
Renjun asiente poco convencido—. Sí, ellos me amenazaron... No podía acercarme a tí o ellos serían capaces de todo para alejarme a las malas, dijeron que me denunciarían por el accidente, le dirían todo a mi madre y me enviarían a prisión... Tuve miedo y me quedé callado, sin saber qué hacer. —Más lágrimas se deslizan por los costados de su rostro.
—No me sorprende nada viniendo de ellos. Me mintieron todo este tiempo... —Retira su mano de la mejilla de Renjun y este suspira, había extrañado mucho su tacto.
—Tú perdiste la memoria y yo me lesioné la rodilla, mis sueños como bailarín se perdieron... Esa noche perdí mucho. Te perdí a tí, perdí el baile, perdí mi futuro...
Jeno se queda en silencio viendo el perfil de Renjun que es contorneado por la luz de la luna. ¿Qué podría decirle? ¿Qué todo estará bien? ¿Qué podrá salir adelante a pesar de todo?
—Jeno... —Renjun lo llama.
—¿Sí?
Ese brillo en los ojitos de Renjun vuelve a aparecer, ese algo de expectativa, como si esperara que él dijera o hiciera algo en específico que Jeno desconoce.
—Tú... ¿Tú puedes recordar algo de lo que te dije? Porque si es así significa que hay una esperanza de que me recuerdes y-y seamos como antes. —Suena esperanzado, una pequeña sonrisa adorna sus labios.
Jeno no quiere romper la ilusión en su rostro, mucho menos sabiendo ahora todo por lo que él tuvo que pasar, todo lo que tuvo que callar, y aún así guardando ahora esperanzas de volver a ser lo que eran, de volver a amarse. Pero Jeno tiene ya una respuesta negativa.
No recuerda nada.
—No... lo siento.
—¿N-no?
La expresión en su rostro decae, sus ojos pierden rápidamente ese brillo de esperanza, lo que Jeno no quería terminó pasando. Era inevitable. Renjun pensó que mágicamente todos sus recuerdos volverían, quizás. Pensó que de alguna mágica forma recuperaría sus recuerdos y podrían volver a lo que fueron, pero se da cuenta de que así no son las cosas. Esta no es una película de esas que todo se arregla por arte de magia... lamentablemente, no lo es.
Retira con cuidado su mano de la cálida de Jeno—. Está bien. —Se esfuerza para que su voz no suene rota.
Jeno luce angustiado—. Perdón, Renjun, enserio, perdóname... no quiero seguir lastimándote, créeme que quisiera decir lo contrario... pero no recuerdo nada acerca de nosotros.
Su labio inferior tiembla y aprieta sus labios tratando de contener reclamo alguno, sabe que no tiene nada que reclamar en esta situación.
—¿Recuerdas ese día en la escuela cuando me preguntaste si tú me gustabas? Yo lloré, te eché de ahí y tú no sabías el porqué... —Cierra sus ojos y frunce el ceño—. Fue porque tú no me gustas Jeno, yo te amo, te amo tanto que duele saber que tú no me recuerdas... Tú solo me ves como el primo de Yunjin.
—Renjun...
—¿Me lo vas a negar? —Ríe sin gracia alguna y limpia una lágrima que cae de su mejilla—. No lo hagas, no es necesario, ya he caído en cuenta de mi realidad. Yo no soy más que el primo de tu novia, porque lo nuestro se perdió Jeno, y créeme que no podemos recuperarlo... No podemos.
Jeno se queda callado en su sitio sin saber qué hacer o decir. Son demasiadas cosas en muy poco tiempo, siente que se volverá loco. Primero esa caja, luego sus padres y ahora las palabras de Renjun. Definitivamente va a perder la cabeza, ahora que sabe la verdad necesita digerirla.
—Necesito dormir. —Trata de huir de la situación.
Jeno lo detiene—. Perdón Renjun... Yo sé que tú esperabas que yo recuerde todo pero no puedo, no creo que funcione así.
Habla en voz baja, sintiéndose mal al ver como se mete entre sus sábanas nuevamente cubriendo todo su cuerpo. Tiene ganas de abrazarlo pero no lo hace, se queda en su mismo lugar.
—Lo siento.
Renjun no responde. Jeno suspira y se levanta de la cama para sentarse sobre la bolsa de dormir para ver hacia el techo. Coloca una mano en su pecho, su rostro luce calmado aunque un par de lágrimas caen de sus ojos. Siente un vacío en el pecho que creía poder llenar al saber la verdad detrás de su pérdida de memoria, pero ahora que la sabe aún siente que algo falta dentro suyo.
Y no sabe qué es.
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