Capítulo 1
La tierra tembló bajo sus pies, pero ella estuvo firme, lista, ha entrenado toda su vida para momentos como este.
Se anticipó al ataque de aquel monstruo, de gran tamaño y varias extremidades. Cortó alguna de ellas con su gran boomerang. Cuando su arma regresa, su gata se convirtió en una Nekomata gigante y la montó, así rodearon al monstruo volando por los aires.
Ella no estaba sola, sus compañeros de viaje, sus amigos estaban luchando con la criatura.
Todo ocurrió demasiado rápido, en un desafortunado descuido, algo la golpeó, pero eso no fue todo, una ráfaga de viento, un aroma fresco.
¿Veneno? No pudo saberlo, perdió la consciencia rápidamente. Lo último que escuchó antes de desfallecer fueron los gritos de sus amigos, clamando su nombre.
─ ¡Sango!
...
Esa frescura quedó atrapada en su nariz, es el primer sentido que detecta justo antes de despertar. La humedad... plantas. Aire libre.
Hizo un esfuerzo por abrir los ojos.
Pronto su cerebro se despertó y recordó, estaba en medio de una pelea de vida o muerte. Se sentó de golpe en su sitio, se marcó, pero al menos la adrenalina en su cuerpo disminuyó en cuanto notó que estaba en un lugar fuera de peligro.
Bien. ¿Donde estaba?
Parecía ser un lugar hermoso, muy elegante, decorado con insignias de loto por todos lados.
Oh, si, ese era el aroma, lotos. Tenía sentido.
Lo que no tenía sentido es saber como terminó en aquel lugar. La primera conclusión en su cabeza que quizás estén en el palacio del pueblo más cercano y que sus habitantes los recompensarán por salvarlos de aquel monstruo.
Sango se restregó los ojos para poder despertarse del todo. Pronto su pecho se apretó por el mal presentimiento. No tenía puesta su ropa habitual y no había nadie ni nada que reconociera en aquella habitación. Ella tenía puesto un vestido algo extraño, demasiado caro, demasiado fino para ella, era de tonalidades moradas y rosadas.
Le encantó, pero no se sentía cómoda con eso. Si acaso era una recompensa, lo atesoraría con gusto. Posiblemente lo use en ocasiones especiales.
En su ser de guerrera tiene esa alarma encendida todo el tiempo, o quizás fuese ansiedad, pero necesitaba ver alguien conocido y que le confirmara su estado. Que le ayudase a recuperar su ropa y sus cosas para poder continuar con su viaje.
Oh una idea tonta paso por su cabeza.
─ ¿Esto no es el paraíso, verdad? No estoy muerta...
¡Es que el lugar era demasiado hermoso para ser real! Oh si, incluso puede que esté atrapada en alguna ilusión, por eso necesita salir de allí.
Escuchó unos ruidosos pasos acercarse a la puerta de la habitación.
─ Shijie ¿Estás despierta? ─ la voz de Kagome, su mejor amiga sonó del otro lado y le dio un gran alivio a la exterminadora.
─ ¿Kagome? Si estoy despierta. ─ respondió.
Entonces la puerta corrediza se abrió para dejar ver a la chica.
Sango se esperaba ver a su amiga con su típica vestimenta de su propio mundo, con su bolso de viaje amarillo o incluso con el pequeño shippo en su hombro. Sin embargo si, era ella, pero vestía diferente. Traía ropa de su época, algo extraña, como si fuera de un soldado, era negra combinados con rojo.
Kagome le sonreía como si nada anormal estuviera pasando y Sango se conformó con eso.
─ ¿Ya te sientes mejor? ¡No sabes el susto que nos diste!
─ Si, estoy como nueva. ─ aseguró. ─ ¿Pero que hay de ustedes? Veo que todo salió bien.
─ Eh ¿Si? Todos estamos bien, no te preocupes. ─ Kagome rió. ─ ¡Incluso cuando te enfermas te sigues preocupando por nosotros, por eso eres la mejor! ─ Dijo antes de abrazarla.
El repentino abrazo sorprendió a la exterminadora, no tardó en corresponder, no era extraño de todos modos. Se sintió halagada y reconocida por sus palabras, así que no notó nada extraño en eso.
Sintió su aroma, su respiración, el poder espiritual de Kagome recorriendo su ser.
─ Vamos, le avisaré a Madam Kyo que ya estás bien. ─ le sonrió antes de salir y ser seguida.
¿Madam Kyo? Oh si, seguro era la dueña de tan hermoso lugar. Incluso antes de hacer preguntas, se dedicó a observar cada detalle mientras pasaban por los pasillos.
De ahí visualizo a sirvientes y más hombres uniformados de violeta, seguramente los guardias del lugar.
Muy educados, todos y cada uno hicieron una inclinación hacía ella como un saludo, Sango asintió con la cabeza varias veces en forma de devolver los saludos.
Llegaron a un salón, Sango leyó aquel cartel antes de entrar tras Kagome.
Salón de las espadas.
─ Madame Kyo no está aquí. ─ Escuchó a su amiga hablar, y se acercó hasta ella. ─ ¿Que tal si esperas aquí y voy a buscarla? ¡Les diré que te traigan té y algunas semillas de loto! ¡No me tardo! ─ prometió antes de escuchar respuesta ya que así tan rápido como hablo rápido se fue.
─ Está bien... supongo. ─ Sango terminó respondiendose sola. ─ Es idea mía o ¿Kagome está más acelerada que nunca? ─ se preguntó. ─ No alcancé a preguntarle por Shippo, Kirara, Inuyasha o su excelencia el monje Miroku.
En lo que esperaba en el lugar, se dedicó a mirar mejor, parecía una especie de salón principal. Además, el ambiente era tan limpio y puro, no percatado ningún tipo de presencia maligna ni en los alrededores. Pronto vio un trono con emblema de loto. Básicamente todo, cuadros, banderines, hasta el suelo.
─ Si que les gusta los lotos a los de por aquí...
De paso descubrió que su vestido estaba inspirado en aquella temática. Si, había visto este modelo de vestido en algún lado pero no lo recordó en ese momento. Se acercó a un espejo cercano. Abrió sus ojos con sorpresa al notar que su cabello estaba trenzado en los costados de su sien y adornados con piezas de joyería en forma de... sí, lotos otra vez.
─ ... No había conocido a nadie con tal obsesión.
Sus pensamientos fueron interrumpidos en cuanto escuchó los pasos apresurados llegando al lugar.
Se preparó para recibir a una señora rica, se preparó para agradecer la hospitalidad recibida. Sin embargo, su sonrisa cayó rápidamente, y se congeló en su sitio cuando la vio ahí parada, viéndola fijamente.
─ ¡¿Kikyo?!
Sango se quedo congelada en su lugar. Miraba a la mujer recién aparecida como si fuera un fantasma, Sango juraba que lo era.
Kikyo, la sacerdotisa Kikyo. Aquella quien era la antigua protectora de la perla de Shikón, la que había fallecido cincuenta años atrás. La que había regresado por venganza, la que vagaba por el mundo con un cuerpo hecho de barro.
En cambio, ahí frente a sus ojos no llevaba puesta su vestimenta de sacerdotisa. Tenía un vestido con casi las mismas tonalidades que el suyo, pero el emblema de loto no se veía puesto en ella. Sus manos arriba para evitar arrastras sus mangas. Su peinado no había cambiado, estando suelto. Su mirada era la misma, la reconocería donde fuera, fría y letal. Sin embargo su rostro ya no era pálido, ni etéreo, se le notaba que era mayor que la Kikyo que conocía, tenía más color. Se veía más humana.
Detrás de ella, para finalizar dos muchachas de mirada fría como ella, dos soldado juzgando por sus apariencias. Se veía tan similares entre ellas que parecían ser sacadas del mismo molde.
Sango se puso rígida cuando la mujer se posicionó firme y altiva frente suyo. Kikyo intentó tocar su rostro sin lograrlo, Sango retrocedió por impulso.
Hubo silencio, ninguna de las tres dijo nada por algunos momentos. Hasta que la mujer mayor volteó a ver a Kagome.
─ Dijiste que estaba bien. ─ rugió con molestia. ─ Es evidente que no se ha recuperado del todo, el calor le ha caído muy mal, no eres capaz de mantenerla tranquila por cinco minutos.─ la regañó.
Kagome se puso seria y no supo que decir. Pero Sango si. ¿Cómo se atreve esa mujer a regañarla?
─ Yo estoy perfectamente bien. No tienes por qué hablarle mal a ella, no tiene nada que ver. ─ defendió.
Kikyo levantó una de sus cejas ante la impertinencia, en vez de hacer un escándalo solo rodó los ojos con fastidio.
─ Es un hecho. El golpe de calor te afectó. ─ volvió afirmar, antes de marcharse con sus dos escoltas siguiendola.
Ambas jóvenes quedaron en silencio antes de asegurarse que la mujer se retirara del todo.
─ ¿Qué fue todo eso? ─ Kagome preguntó echándose a reír.
─ Si, eso fue súper extraño. ─ Sango coincidió.
Bien, ese era uno de los primeros indicios. Algo andaba mal. Se abrazó a sí misma, se sentia bastante real para ser un sueño. ¿Y si en verdad estaba atrapada en una ilusión?
─ ¡Todavía no creo que le hayas contestado así a Madame Kyo por mi! Siempre lo haces, siempre me defiendes de todas mis travesuras pero esta vez. ¡La desafiaste! Tuvimos suerte que no estuviera de malas.
Su mejor amiga le hablaba de la situación como si aquello fuera normal. No, no lo era. No es normal que la antepasado de tu amiga llegue, te mire feo, y te diga que el calor te afectó. ¡No! Además, se hacía llamar Madame Kyo... o así la llamaba Kagome.
La joven de vestimentas oscuras bajó su risa hasta que se apagó al ver el silencio y la seriedad de la mayor
─ Shijie ¿Estás bien?
─ ¿Quién es Shijie? ─ Preguntó Sango. Kagome ya la había llamado así anteriormente pero justo en ese momento le estaba prestando la debida atención.
─ ... Jajaja ─ Kagome rió, primero con dificultad luego me salió naturalmente. ─ Veo que te levantaste con buen humor. O quizás Madame Kyo tenía razón, quizás tengas que descansar más. ¡Lo necesitarás antes de que el Tío Jiang y nuestra pequeña orgullosa llegue!
─ ¿Tío Jiang? Espera, espera. Mejor dime en donde están los demás. ─ Sango preguntó por el grupo que conocía, quienes eran Inuyasha, Miroku, Shippo y Kirara.
─ Con el tío Jiang. ─ Kagome afirmó, desde donde creía a quienes se refería con "los demás."
Sango tuvo que conformarse con esa respuesta. Algo se sentía fuera de lugar. Es decir, se sentia tan real pero estaban pasando cosas extrañas. El palacio de los lotos, Kagome, Kikyo y ahora este supuesto Tío... y que no veía a nadie más. Pero al menos tenía a Kagome o la imagen de Kagome.
Ella se sentía como una persona real. ¿O acaso estaba experimentado un nuevo nivel de ilusión? Esto no podría tratarse de un sueño. ¿O acaso había viajado a otro mundo?
─ Joven maestra, el té está servido. ─ la voz de una de las siervas se escuchó a unos metros de ellas.
Kagome agradeció antes de salir prácticamente saltando del lugar. Sango se obligó a seguirla. En el camino pudo apreciar la belleza de aquellos terrenos nuevamente. Esperaba que los demás aparecieran pronto antes de que enloqueciera.
Ambas llegaron hasta un lugar apartado, con la mesa preparada para que ambas pudiesen disfrutar de un momento tranquilo y tomar té.
─ ¡No sabes cuanto se me antojaba comer unas semillas de loto! ─ Exclamó Kagome al ver el tazón con dichos alimentos.
─ Adelante, come. ─ respondió Sango.
Esta bien, fue el turno de Kagome de sentir el comportamiento de su hermana. Normalmente, su bella hermana mayor tomaría algunas semillas y las pelaria para ella mientras le daba una de sus dulces sonrisas. Aunque Sango estuviese sonriendo, hay algo raro en eso, más cuando así sin más no pelaría las semillas para ella.
De repente, Kagome recordó que su querida hermana se había desmayado horas atrás. Si, esa era una razón buena. Lo dejaría pasar, tomó un par de semillas ella misma, y pensó, quizás, Madam Kyo tenía razón. Estaba siendo muy fastidiosa con su hermana aún cuando ella no se sentía bien. Debería ser más considerada, después de todo, Shijie merecía ser mimada a veces ¿No?
Mientras tanto, Sango probó la infusión de té una vez que disfrutó de su humeante aroma. Ese nuevo sabor fue bien recibido por su paladar.
─ ¡Este té es tan delicioso! Es la primera vez que pruebo algo así.
─ Es tu favorito. ─ Kagome rió por aquel comentario. ─ Lo tomas todos los días, desde que tengo memoria. ─
─ ¿Ah si? ─ Preguntó Sango, prácticamente le acaban de revelar un dato sobre ella misma.
Si, esta fue la segunda pista extraña que descubrió la más joven. Se miraron a los ojos, la una a la otra, con el aire tan incómodo. A Sango se le olvidó respirar.
─ ¿No estarás perdiendo la memoria, verdad? ─ Preguntó Kagome, aquella fue su primera conclusión. ─ ¡Por favor no! ¿Que haré si te olvidas de mi? ─ cambió el rumbo de la conversación Incomoda a dar una escena dramática e intentar aligerar el ambiente. ¡Es su especialidad! ─ ¿Qué hará tu pobre A-Xian?
─ ... ─ Sango quedó en silencio unos segundos. Por todos los cielos, moría por preguntar quien o qué era A-Xian. ¿Qué pasaría si lo hacía? ¿Si descubriera que probablemente ella no pertenecía a ese mundo?
La teoría de haber viajado a un mundo paralelo o algo así tomaba fuerza en la cabeza de Sango. ¡Tenia sentido! Solo necesitaba comprobarlo. Sueño, ilusión, o un mundo nuevo ¿En cual estaba?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top