Veintiseisavo Capítulo.
Advertencia: posible contenido de violación.
26.
Hoseok al siguiente día de haberle confesado a Jungkook de sus intenciones con Taehyung, tuvo que salir temprano a la oficina ya que tenía que replantear ciertos términos de una negociación con un grupo irlandés. Jimin se encontraba con él en su oficina, revisando los documentos necesarios cuando su secretaria le avisó que Kim Namjoon lo buscaba, de inmediato le dijo que no tenía tiempo para atenderlo. Su secretaria volvió a insistirle que el alfa probablemente haría algún escándalo si no lo recibía en su oficina en ese preciso momento. Hoseok gruñó de inmediato, su concentración estaba enfocada en la negociación no en aquel alfa que creía poder venir a su empresa a imponerse. Jimin lo observaba realmente intrigado, sin embargo, no le preguntó nada.
—Seguiremos trabajando luego, Jimin. Te llamaré cuando haya terminado de conversar, ¿de acuerdo? —le indico y Jimin no demoró en recoger lo necesario y salir de la oficina de Hoseok, topándose con el alfa de aquel restaurante en Ámsterdam y a Eva, la secretaria.
Jimin realizó una reverencia de inmediato, para luego dirigirse a su propia oficina, la cual quedaba solo unos metros de la de Hoseok. Por algún motivo, el beta presentía que aquel alfa se presentaba no para tener una conversación precisamente amena. Por tal motivo, no cerró por completo la puerta de su oficina, prefiriendo escuchar parte de la conversación, aunque se sentía bastante culpable al ser cotilla en aspectos personales de su jefe.
Namjoon lucía confiado usando un suéter de color anaranjado y un pantalón negro, Hoseok arrugó su nariz divisando aquel color tan espantoso, pero aun así hizo una señal para que Eva dejara pasar al alfa y esta cerrara la puerta de su despacho para mantener la privacidad en su conversación.
—Namjoon, me has tomado por sorpresa. Estaba realmente ocupado, sigue toma asiento —Hoseok le señaló la silla frente a su escritorio y Namjoon se sentó. El alfa no lucía aquel semblante amable y cortés que siempre irradiaba en su rostro, por lo tanto, Hoseok sabía que no se encontraba de buen humor—. Dime, ¿a qué debo el placer de tu visita?
—Tu falsa formalidad no me la creo, así que dejemos eso de lado. Quizás Baek te vea como un superhéroe, es una lástima que sea tan inocente para darse cuenta la clase de mierda que eres —intervino Namjoon, recargándose en el espaldar de la silla—. Vine aquí para pedirte... no, para advertirte que si no te alejas de mi familia...
De repente, fue interrumpido cuando Hoseok soltó una carcajada, sin atisbo de humor, fue una acción llena del enojo que comenzó a nublar cada uno de sus sentidos. No podía creer que aquel alfa se hubiera presentado allí con intenciones de amenazarlo para que se alejara de su propio cachorro y de Taehyung.
—¿Acaso estas amenazándome, Kim Namjoon? —le preguntó— ¿Quién crees que soy? ¿Acaso un niñato? Baek es mi cachorro, punto. Ellos no son tu familia. Tu relación es con Taehyung, ¿quieres que te lo dibuje para explicarlo?
Namjoon golpeó con un puño sobre el escritorio de Hoseok, por su parte el dueño de la empresa no atisbó y tampoco reaccionó. Su mirada era seria, tan seria que juraría que cualquiera de sus empleados saldría huyendo del recinto en ese preciso momento, sin embargo, al parecer Namjoon no le importaba para nada.
—Baek puede ser tu hijo biológico, pero algún día olvidara que lo eres. Yo soy el padre que él necesita, también Taehyung necesita un alfa como yo. Que vele por ellos, que los cuide y los proteja de idiotas como tú, Jung Hoseok —respondió tajante Namjoon, su expresión también era bastante seria—. Aléjate de ellos.
—¿Y por qué lo haría, Kim? —le preguntó en tono de burla Hoseok. Realmente el alfa debía ser realmente estúpido de pedirle que se alejara de su cachorro.
Su hijo, su descendencia, su propia sangre. Cualquier lobo asesinaría a quien lo privara de ello.
—Porque te arrancaré el cuello si no llegas a hacerlo, Jung —sentenció Namjoon, levantándose del asiento de inmediato—. Taehyung ha estado distante conmigo desde que has regresado a su vida, no dejaré que vuelva a cometer ese error. Y respecto a Baek... bueno, yo lo conocí desde que era un bebé, algo que tú no pudiste hacer y que no pudo cuidar.
Hoseok de inmediato se levantó de su asiento y tomó del cuello del suéter de Namjoon para levantarlo del asiento y estamparlo contra la pared del despacho. Namjoon puso resistencia y finalmente logró deshacerse del agarre de Hoseok, propinándole un golpe en el estómago de este.
—Taehyung y Baek son mi familia. Necesitan de un alfa como yo, ¿acaso no lo entiendes, Jung? —se jactó Namjoon, recomponiéndose de la pérdida de aire, mientras Hoseok gruñía.
Hoseok se incorporó de repente, propinando un fuerte y certero golpe contra la mandíbula de Namjoon, logrando que este cayera al suelo.
—¿En qué mundo vives pensando que un alfa renunciaría a su cachorro? —le cuestionó Hoseok, observando cómo el otro alfa no podía recomponerse, el golpe fue bastante fuerte—. Y lo que respecta a Taehyung, él está en todo su derecho de elegir con quién quiere estar, ¿o de repente tienes problemas en tu nirvana, Kim? —le despotricó con una sonrisa ladeada—. Ahora largo de mi oficina que tengo mejores cosas que hacer que golpearte.
—Si... si no te alejas de ellos, juro que lo pagarás —murmuró Namjoon incorporándose del suelo, su rostro lucía un grave hematoma por el golpe de Hoseok, aun así, no escatimó en escupir sobre el suelo de la oficina—. Taehyung es mío, y Baek luego me verá como su padre. Tenlo por hecho.
—Si sigues hablando, Kim, juro emparejarte el otro lado de la cara. Lárgate ya, o lo haré a la fuerza —respondió Hoseok, caminando a su asiento y sentándose como si nada hubiera ocurrido—. Muchas gracias por tu visita, Kim. Qué tengas buen día.
Namjoon bufó y abrió la puerta de la oficina, sin embargo, antes de retirarse completamente del recinto se giró para observar a Hoseok con una mirada que contenía furia: —El demostrar que Taehyung se ha alejado de mí desde que has vuelto a su vida, es razón suficiente para darme cuenta de que eres una súbita amenaza en mi relación. Si entre lobos quieres arreglar esto, que así sea. Taehyung no sabe lo que hace, acercarse a un alfa que ni siquiera sabe lo que quiere sería el peor error de su vida, primero fui su amigo y luego fui su amante. No dejaré que alguien tan indeciso llegue a hacer sentir mal a un omega como él. Que quede claro, Jung.
Kim Namjoon salió de la oficina de Hoseok en suma cólera, quería romper todo a su paso. Porque él sabía perfectamente que una de las causas por las cuales su preciado omega no aceptó su propuesta de matrimonio, y la que más lo enfurecía era Jung Hoseok. Si tenía que ir a sacar a la fuerza a Taehyung y a Baek de la casa del alfa, lo haría, sin escatimar nada.
(...)
Taehyung se sorprendió bastante cuando Jungkook volvió por la tarde a la casa de Hoseok, según el omega le había explicado que algunas personas lo estaban buscando en el hotel donde se estaba hospedando así que había traído sus cosas y se instalaría en una de las habitaciones de huéspedes. Taehyung se sintió bastante incómodo, sin embargo, no podía oponerse porque no era su casa, además Jungkook era el mejor amigo de Hoseok, por lo tanto, significaba que el alfa cuando llegara por la noche no encontraría ningún problema en dejarlo quedar.
Como era de esperarse ambos omegas se evitaban, si uno estaba en la piscina, el otro estaría en el sauna o visitando los jardines. Mientras menos contacto llegasen a tener, al parecer sería lo mejor para ambos. Por supuesto, Baek le preguntó a su padre quién era aquel omega que se estaba comiendo los postres de la nevera, a lo que Taehyung le respondió que era un primo de su padre alfa con problemas mentales. Al instante, Baek no lo volvió a observar por cierto temor, y Taehyung agradeció a la luna que así fuera.
Cuando el atardecer ya estaba por llegar, escuchó la llamada del timbre de la puerta externa que daba paso a la mansión de Hoseok. Taehyung contestó de inmediato, escuchando la voz de Namjoon al otro lado de la línea.
—¿Taehyung? Soy Namjoon, por favor abre la puerta, necesito hablar contigo.
Taehyung colgó el teléfono de inmediato, observando la pantalla de las cámaras de seguridad, localizada en la pared al lado de la puerta de la casa, cómo las empleadas de servicio salían en ese preciso instante. Namjoon aprovechó y se coló a través de las rejas y entró caminando a través del jardín para llegar directamente a la puerta de la mansión. Taehyung se golpeó mentalmente y aseguró que aquellas empleadas domésticas debían tener más cuidado, ¿y dónde rayos está el personal de seguridad? Se preguntó Taehyung, analizando las demás cámaras de seguridad, encontrando cómo los tres alfas de turno estaban más que contentos hablando con Jungkook, quien estaba bronceándose al lado de la piscina y uno de los guardias esparcía bloqueador en su espalda.
Taehyung gruñó por la incompetencia del personal de Hoseok, obligándolo a abrir la puerta y encontrarse con Namjoon. De repente el omega se conmocionó por el gran hematoma que surcaba su mejilla derecha y por inercia se acercó a tocar la zona afectada.
— Pero ¿qué te ha pasado, Joonie? —le preguntó Taehyung bastante preocupado por su aspecto. Namjoon se recargó sobre el toque de Taehyung y le sonrió suavemente.
—Jung Hoseok fue a buscarme al hotel, quiso obligarme a alejarme de Baek y de ti —le contestó Namjoon, observando como el omega abría los ojos por la sorpresa de su respuesta—. Obviamente le dije que ustedes eran mi familia y que son lo más preciado que tengo. Así que, sacó su lado salvaje y me ha golpeado. Se ha puesto histérico porque no quise seguirle su juego, así que bueno... no pasó a mayores.
—¡Oh! ¡Por la luna, Hoseok es un imbécil! —exclamó Taehyung—. ¿Y entonces qué haces aquí? Es su casa, sabes que no le gustaría para nada percibir el aroma de otro alfa dentro de su casa y menos el tuyo.
Namjoon sonrió, de una forma que hizo a Taehyung alejarse de él. Namjoon siempre había sido dulce, compasivo y amoroso, nunca había distinguido cierta sonrisa de autosuficiencia.
—Por eso has venido, supongo —dijo Taehyung de forma tajante y cruzándose de brazos—. Al parecer Hoseok no es el único imbécil. Deberías irte, yo hablaré con Hoseok, realmente no sé porqué se ha comportado de esa manera si él sabe que ambos estamos en una relación. Nunca me había reprochado sobre ello.
Y era cierto. Hoseok nunca le preguntó sobre Namjoon, ni de su pasado ni de su presente, pareciese como si no le importara en lo absoluto, lo cual generaba cierto malestar en lo más profundo de Taehyung y no sabía exactamente el porqué.
—No solo he venido por eso, Tae. Vengo a recogerte a Baek y a ti. Se vienen conmigo al hotel, te había dicho que ese alfa no es de fiar. Puede herirlos en cualquier momento, no dejaré que eso ocurra —sentenció Namjoon entrando a la casa sin previa invitación y cerrando la puerta a sus espaldas.
—No... bueno no creo que sea lo mejor —murmuró Taehyung cohibido por la situación—. Tendría que hablarlo con Hoseok. Baek y él quieren pasar tiempo juntos...
—Puedes llamarlo de camino al hotel, empaca tus cosas —le recalcó Namjoon mientras observaba la instancia del otro alfa. Aquel hombre realmente tenía bastante dinero, y eso lo hizo sentirse bastante inferior. Chasqueó su lengua y observó a un Taehyung bastante nervioso— ¿dónde está Baek?
—Está en su habitación —respondió Taehyung tratando de recomponerse y luchar contra sus emociones. Debía demostrar que ningún alfa lo doblegaba, aunque sabía que Namjoon estaba muy cerca de utilizar su voz de alfa y eso lo ponía bastante a la deriva—. ¿Quieres algo de tomar? —le preguntó y no esperó a que el alfa respondiera para caminar de largo al otro lado del salón hacia la cocina para servir un refresco.
Cuando se volteó para ir a la sala, se dio cuenta que Namjoon ya se encontraba a un lado del comedor, esperándolo. Taehyung le brindó el vaso y esperó que este tomara el líquido, tratando de calmar las feromonas fuertes pertenecientes del alfa que se esparcían a través del lugar, opacando las leves por el nerviosismo del omega.
—Creo no recordar haberte puesto nervioso alguna vez en nuestra relación, Tae —dijo Namjoon terminando de beber y dejar el utensilio sobre la mesa—. ¿Acaso piensas que no es correcto que se vayan conmigo?
Taehyung mantuvo el silencio y finalmente afirmó con la cabeza: —Es una idea precipitada, había llegado a un acuerdo con Hoseok. Además, en unos días volveremos a Holanda y él quiere pasar tiempo con Baek...
Namjoon soltó una carcajada sin atisbo de humor, su aroma era mucho más fuerte, logrando aturdir un poco los sentidos del omega. Taehyung ahora no estaba nervioso, su omega estaba sintiéndose expuesto y vulnerable.
—¿Estás seguro de que es por Baek que no quieres irte de aquí? —le cuestionó Namjoon, ahora deshaciendo su sonrisa para dar paso hacia él con una expresión bastante seria— ¿o eso es de lo qué tratas de convencerte, Taehyung? ¿Acaso no te das cuenta de que él no es el alfa correcto para ti?
—Yo... —balbuceó Taehyung. El aroma del alfa lo estaba haciendo sentir tan débil que le era imposible reaccionar a cualquier comentario.
—¡Maldita sea, Taehyung! —le gritó el alfa de repente, golpeando fuertemente la madera de la mesa contigua, haciendo sobresaltar al omega—. ¡Estás cayendo en su maldita trampa y eres tan estúpido como para creerle! ¡Pensé que eras más inteligente de lo que parecías!
Taehyung quería gritarle, quería echarlo de la casa, sin embargo, su omega solo quería esconderse por la furia que presenciaba en la actitud y aroma del alfa. Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos, por la más completa impotencia. Su sistema de por sí lo hacía débil ante cualquier alfa, y detestaba que así lo fuera.
—¡Es que ni siquiera hablas! —gritó de nuevo Namjoon— ¡ustedes los omegas siempre son unos buenos para nada! —bramó de forma tan fuerte que hizo a Taehyung temblar, y el omega cuando menos esperó, el alfa lo había represado contra la mesa.
Namjoon contuvo el cuerpo de Taehyung sobre la mesa, mientras el omega trataba de zafarse del fuerte agarre del alfa. Lo tenía en una posición bastante vulnerable; su pecho contra la mesa y sus manos tomadas atrás en su espalda. Sintiendo como el alfa se posicionaba contra él, lo sacó de quicio y comenzó a gritar por ayuda.
—¡No grites, maldita zorra! —bramó Namjoon con su voz de mando, haciendo temblar cada una de las articulaciones de Tae, su omega perdió la batalla y calló sumisamente.
—No... no me hagas daño, Namjoon. Por favor —murmuró Taehyung, escuchando cómo la bragueta del alfa era abierta—. No... por favor —sollozó, dejando caer las lágrimas de impotencia sobre la mesa. Tratando de zafarse con todas sus fuerzas, Namjoon tomó su cabello entre sus dedos, levantando la cabeza del omega para luego estrellarla fuertemente contra la mesa. Logrando que así, el omega se mareara al instante.
El lobo de Taehyung aulló levemente, utilizando su llamado de omega. Eso solo ocurría cuando tenía mucho miedo o se encontraba en una situación de estrés para llamar a su alfa.
No tienes ningún alfa que te socorre, le dijo Taehyung a su lobo que llamaba por protección.
Taehyung sintió como su pantalón era bajado a la fuerza, tratando de gritar como pudiese, sin embargo, solo salían murmullos y palabras incongruentes por el fuerte golpe recibido. Solo sentía su cuerpo temblar a punto de ser profanado por aquel alfa.
—Para eso sirven los omegas, para ser sumisos —gruñía Namjoon contra su oído mientras seguía apresando su cuerpo—. Deberías sentirte afortunado, Taehyung. Nadie querría un omega varón, pero por mi condición decidí darte la oportunidad.
No pasó más de un par de segundos para escuchar a lo lejos como unos suaves pasos bajaban las escaleras. Taehyung tratando de estabilizar sus sentidos, balbuceando una súplica al alfa: —P-para... Baek... Baek está aquí...
—Me importa una mierda, que de paso aprenda a ser un buen alfa —le respondió tajante Namjoon, ejerciendo presión en la cabeza de Taehyung para mantenerlo quieto.
—¿P-papi? —escuchó preguntar a su hijo en las escaleras—. ¿E-estás bien? H-huele muy f-feo.
—Cariño quédate arriba... ¿sí? —le respondió Taehyung, tratando de no mostrar el pánico en su voz.
El temor se apoderaba de cada parte de su cuerpo y lo último que quería era que su hijo lo encontrara en aquella escena tan humillante. Escuchó una risa por parte de Namjoon y Taehyung sollozó en respuesta. El alfa estaba tocando su cuerpo de una forma enfermiza, y las fuerzas de su cuerpo eran nulas.
—Espero que estés lo suficientemente emocionado para ser marcado —murmuró Namjoon contra su oído.
Taehyung quiso vomitar en ese preciso momento, su llanto y lágrimas, hacían efecto en la obstrucción de su respiración y al escuchar aquellas palabras el terror más profundo de su ser se apoderó de él.
—No lo hagas... tú... tú no eres así —balbuceó Taehyung.
El lobo de Taehyung volvió a emitir su voz de omega, tratando de ser auxiliado. Pero parecía que nadie vendría en su ayuda.
Jungkook al entrar por la puerta trasera, fue golpeado directamente por un olor similar al putrefacto, sus instintos de omega se pusieron en suma alerta y con pasos leves entró, pasando la cocina y girando en dirección a unos gruñidos y sollozos intermitentes.
La escena que encontró lo dejó helado. Taehyung estaba doblegado medio desnudo y temeroso bajo un alfa, el cual se encontraba encima de él para que no escapara. Además, el aroma era de pavor en todo su esplendor.
Jungkook no demoró en reaccionar y saltar detrás del alfa para rasguñarlo y golpearlo con todas sus fuerzas. Namjoon de inmediato trató de quitarse de encima el omega, sin embargo, el omega era bastante fuerte. El alfa se alejó del cuerpo de Taehyung para deshacerse del otro omega, al que no había visto en su vida y que al parecer no iba a dejarlo ir tan fácil. De repente, sintió como el omega le hincaba los colmillos en el cuello, desgarrando gran parte de este, dando paso al brote de sangre, de inmediato Namjoon golpeó fuertemente el rostro del omega y este cayó inconsciente sobre el suelo.
Namjoon se sentó a un lado de la pared, subiendo sus pantalones al igual que un desolado omega, quien, tratando de recomponerse y recoger los trozos de su alma, se vistió con manos temblorosas.
—Mira lo que me has hecho hacer, Taehyung —le reprochó Namjoon, tratando de hacer presión en el cuello con sus manos.
Los murmullos y pasos de las personas de seguridad se escucharon, adentrándose en la mansión. Aunque ya era demasiado tarde para enmendar lo ocurrido.
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