Veintiochoavo Capítulo.
28.
Jungkook seguía inconsciente cuando Jimin fue a visitarlo al cuarto del hospital. El semblante de vulnerabilidad hacía sentir cierta impotencia al beta, quien, entre sus manos llevaba un ramo de rosas blancas en consideración con Jungkook, dejándolas a un lado de la camilla y sentándose a su lado.
Jimin con las mejillas sonrojadas, tomó la mano de Jungkook y le dio un ligero apretón. Sabía que el omega estaba inconsciente, sin embargo, en serio quería que él supiera que estaba ahí. Que no lo abandonaría.
—Yo lo siento tanto, Kookie... debía haber estado ahí protegiéndote... —murmuró Jimin con voz entrecortada por las lágrimas que surcaban sus ojos y tratando de no hipar, limpio estas agresivamente con el dorso de su mano libre—. Todas las veces que te he ignorado ha sido para alejarte, porque eres un imbécil. Pero luego me di cuenta de que has sido el único que me complementa de cierta manera, y espero que sea un sentimiento recíproco... reconozco que tu omega necesita un alfa antes que a un simple e insignificante beta pero quizás...
—Jimin... —le respondió en un susurro Jungkook, y Jimin se sorprendió al ver aquellos ojos grandes entreabiertos, recobrando la consciencia—. Yo...
—¡Jungkook! —exclamó de repente Hoseok entrando a la habitación de Jungkook, para luego encontrarse con una escena bastante romántica entre su asistente y su mejor amigo.
Jimin soltó de inmediato el enlace de manos, pero Jungkook aferró de nuevo su agarre, haciendo que el beta se sonrojara al instante.
—Maldita sea, Jung. ¿Acaso no puedes golpear la puta puerta antes de entrar? —le preguntó un omega bastante furioso por haber interrumpido la confesión que tanto había esperado desde hacía meses.
—Bueno... como ya habías despertado, no pensé que llegase a incomodar —respondió Hoseok, chasqueando la lengua contra su paladar y acercándose a la camilla con los brazos cruzados—. Tu médico me ha avisado y no dude en venir a visitarte.
Jimin abrió sus ojos sorprendido, pensó que Jungkook seguía inconsciente después de la fuerte contusión que había recibido de parte de Kim Namjoon, sin embargo, al parecer solo estaba actuando.
—¿Cuándo cambiarás, Jeon? —le cuestionó un Jimin, ahora dibujando sobre su rostro un ceño fruncido y Jungkook le sonrió nervioso—. Pensé que podría haberte pasado algo... no vuelvas a hacer eso.
—Jiminnie, yo lo hice porque es algo típico que te confiesen cosas cuando estás inconsciente y cuando sentí tu leve aroma en el pasillo decidí actuar... y bueno, también me complementas, perdón por ser un idiota —le respondió Jungkook, logrando trazar grandes sonrisas en ambos rostros. Ignorando por completo la presencia del alfa.
Hoseok tosió falsamente para acaparar la atención de ellos, se sentía bastante incómodo y fuera de lugar en aquella escena. Jungkook y Jimin giraron a verlo bastante molestos y Hoseok chasqueó la lengua contra su paladar, sabía que no podía decirle nada a Jimin acerca de su comportamiento ya que el horario de trabajo de ese día ya había concluido.
—Necesito ayuda, no sé qué hacer —explicó Hoseok, metiendo sus manos dentro de los bolsillos—. Namjoon alcanzó a morder superficialmente a Taehyung.
—¡Qué hijo de puta! —exclamó de repente Jungkook—¡Debí haberle destrozado todo el cuello!
Jimin acarició su brazo suavemente para intentar calmarlo, de inmediato Jungkook volvió a recostarse y a sonreírle dulcemente al beta.
—¿Estás seguro de que solo fue superficial? —le preguntó un más calmado omega a Hoseok, quien lucía bastante pálido y perdido con todo lo que estaba ocurriendo.
—Lo es... uhm, mi médico de cabecera lo ha revisado esta mañana en casa y nos lo ha aclarado —murmuró un desganado Hoseok. Jimin y Jungkook lo observaron con tristeza. Realmente lucía destrozado—. Yo... no estuve allí para impedir que eso pasara.
—Tranquilo, Hoseokie. Quién pudo haber pensado que ese alfa reaccionaría de una forma tan violenta —dijo Jungkook. Jimin prefería callar, no quería decir nada en señal de respeto a su jefe—. La marca desaparecerá en cuestión de semanas... necesitas estar ahí para él. No aquí precisamente.
—Lo que sucede es que ha entrado en celo —respondió Hoseok agobiado, sentándose en el sofá cerca de la camilla—. Su omega está pidiendo ser aliviado, pero yo sé que necesita al lobo de ese idiota.
Jungkook negó de inmediato mientras Jimin consentía suavemente su mano. Ajeno de cierta forma a la conversación -a la cual prestaba bastante atención, claro estaba-. Al ver el desconcierto de lo que estaba sucediendo, meditó seriamente acerca de aportar algún punto de vista y rogándole a la luna mentalmente no perder su empleo por su importuno comentario, decidió hablar.
—Lo que tengo entendido es que el enlace temporal no influirá por completo en la elección del lobo por la pareja con la que quiere estar en su celo. Todavía está la elección de cada uno, si me hago entender. Podría, señor Jung, preguntarle al omega si puede ser su acompañante durante su celo, si él acepta podría ayudar a desvanecer la marca temporal más rápido —intervino Jimin, observando sus dedos enlazados con los de Jungkook para evitar cualquier mirada que lo llegase condenar a su próximo exilio por parte de su jefe.
—¡Oh, por eso me encantas Jiminnie! —chillo emocionado Jungkook—. Eres tan inteligente que me dan ganas de chuparte la polla aquí mismo —sentenció y de inmediato las mejillas de Jimin se tornaron de un pleno color carmesí—. Hazlo Hoseok, ve y pasa el celo con Taehyung... mira que de paso liman asperezas —Jungkook le guiño un ojo a Hoseok y este negó de inmediato.
—Podría hacerle daño, su lobo de cierta forma está ya levemente conectado con el de él... además si llegase solo a preguntárselo me golpearía —respondió Hoseok con desgana.
—Ay, Hoseokie, un omega en presencia de un alfa durante su celo no le golpearía... más bien de paso le regalas un hermano a Baek y deberías de una vez por todas marcarlo—bromeó Jungkook y Hoseok se levantó de la silla.
—Creo que lo consideraré... de paso, Jimin si Jungkook te pide que cojan, no lo hagas. Sigue en estado delicado —comentó Hoseok, avergonzando a los presentes y saliendo del cuarto de hospital.
—Hoseok miente —murmuro Jungkook a un Jimin a punto de llorar por la vergüenza—. No estoy tan delicado Jiminnie...
(...)
Taehyung trató de sonreírle a Baek antes de recostarlo en su cama. Debía aparentar ante su hijo que nada malo estaba ocurriendo y más al ver cómo su hijo parecía seguirle como su misma sombra. Sabía que su hijo intuía que algo malo había ocurrido y eso lo hacía sentirse aún más vulnerable de lo que ya estaba, no quería que su hijo llegase a saber nunca lo que ocurrió.
Bajó a la primera planta para despedirse de las omegas encargadas de limpieza y cerró con todos los protocolos de seguridad la reja automática que rodeaba la mansión y, asimismo, aseguró la puerta principal. Observó cómo los nuevos guardias de seguridad (betas, elegidos específicamente por Hoseok) comenzaron a hacer la ronda correspondiente a las ocho de la noche y se sintió más seguro. Su lívido comenzó a despertar de nuevo, por falta de los supresores, pero Taehyung sabía que no podía tomar otra pastilla, ya que se estaría automedicando. Su celo nunca había sido tan fuerte y el solo encontrar una razón de porqué estaba ocurriendo, hizo que un escalofrío recorriera todas sus articulaciones.
La mordida superficial en su cuello le escozaba fuertemente por la falta de atención del dueño de esa marca. Taehyung realmente trató de no desmoronarse sobre el suelo de la sala, sin embargo, todo lo ocurrido y sus emociones lo estaban volviendo completamente fuera de sí. Se sentía tan ultrajado el saber que su lobo estaba pidiendo atención, en ese mismo momento y al parecer el único que podría hacerlo era Namjoon, lo hacía marearse al instante.
Su lobo, aunque estaba ansioso de ser tomado, estaba bastante avergonzado al admitir que no deseaba por completo al alfa a quién había anhelado tanto. Y eso solo lo desesperaba aún más.
Decidió recostarse en uno de los sillones de la sala en posición fetal para soportar el dolor que comenzaba a posicionarse sobre su vientre. Su lobo por otra parte le rasguñaba por dentro implorándole alivio de su más profundo calor, Taehyung aunque trataba de calmarlo era más que inevitable que su otra mitad estuviese desquiciado por salir en búsqueda de consuelo.
Luego de un largo tiempo, escuchó cómo la seguridad era desactivada en la puerta principal de la mansión, para luego ser abierta y dejar visualizar entre la penumbra la silueta de Hoseok. De inmediato su lobo se puso alerta, no era como si no se sintiera levemente inclinado a dejarse aliviar por un alfa que no había sido responsable de su marca.
Hoseok lucía agotado después de un arduo día de trabajo, apenas entró a la casa lo primero que lo golpeó de repente fue el fuerte aroma de Taehyung en celo, logrando desestabilizarlo un poco, aferrando con firmeza el ramo de rosas en su mano derecha que había traído especialmente para el omega. Al ver a Taehyung recostado en el sofá observándolo detalladamente, Hoseok le sonrió y se acercó extendiéndole las flores. El omega le sonrió en modo de saludo.
—No debiste —mencionó en un susurro Taehyung, sentándose sobre el sofá y Hoseok tomó asiento a un lado de él—. Aun así, gracias, son preciosas —dijo, tomando entre sus manos el ramo que Hoseok le ofrecía.
De repente el silencio se apoderó de la instancia, Taehyung se removió sobre el asiento tratando de ignorar y controlar sus feromonas alborotadas por la presencia del alfa, su lado razonable quería salir corriendo al cuarto y esconderse para no realizar cualquier acto que llegase a alterar la pequeña tregua que entre padres de Baek habían llegado. Sin embargo, su lobo estaba demasiado desesperado, incluso más de lo que esperaba Taehyung, ya que al ser marcado superficialmente minimizaba el apetito sexual por otro alfa. Aunque en lo muy profundo de su ser estaba seguro de que una de las razones de su comportamiento era que su lobo había elegido al de Hoseok, y Taehyung lo sabía desde que compartió su celo con él años atrás.
Era él, él a quien su ser había elegido para compartir una vida. Sin importar que una leve marca ajena estuviera escociendo sobre su cuello. Porque Taehyung estaba seguro de que Hoseok era el único que necesitaba. Aunque no quería admitirlo y no quería ser aquel omega asequible e ingenuo que había sido en el pasado.
Taehyung sabía que él mismo valía mucho, y si Hoseok o Namjoon no querían darse cuenta de ello, ahora ya poco le importaba. Porque él no necesitaba a ningún alfa, él podía cuidarse y proteger a su cachorro.
Pero eso no impedía que su corazón y lobo saltaran desenfrenadamente cuando estaban en presencia de Jung Hoseok.
—Uhm... creo que debo irme a mi cuarto... —murmuró Hoseok. Su respiración a cada segundo era mas rápida, ya que el aroma de celo de Taehyung era bastante fuerte—. Qué tengas buena noche...
Taehyung trató de ocultar su sonrisa nerviosa al observar a Hoseok demasiado inquieto. El omega nunca había visto aquella faceta de Hoseok, era demasiado dulce a lo que él llegase a recordar. El alfa se levantó del sofá bastante aturdido por las feromonas esparcidas por todo el recinto y giró para observar los ojos obscuros y -demasiado- brillantes de Taehyung.
Hoseok sabía que debía dejarlo ir. La marca superficial de Taehyung desaparecería en cuestión de semanas y todo aquel mal infortunio acabaría, sin embargo, su lobo gruñía en su interior por tomar aquel omega y recordarle quien realmente era su alfa. No obstante, él se mentalizó en que debía cambiar, no ser tan cavernícola e ir despacio esta vez, probablemente sería la última oportunidad para no estropear todo de nuevo como lo había hecho en el pasado.
Pero Taehyung lucía tan bello bajo la luz de la luna, el aroma ajeno era su droga personal y... había esperado tanto su lobo por este momento que decidió aventurarse a hacer la proposición al omega.
—Hay una forma de poder desvanecer la marca —musitó Hoseok sentándose de nuevo, pero más retirado del cuerpo del omega.
Taehyung lo analizó detalladamente, como si no quisiera perder siquiera algún parpadeo. Hoseok pasó saliva con nerviosismo y tomando una profunda respiración, enunció: —Podemos tener relaciones... la marca irá desapareciendo con mayor rapidez.
El omega no decía nada y su rostro no representaba ahora mayor expresión, lo que dejaba a la deriva al alfa que estaba seguro de que recibiría alguna bofetada por su inapropiada proposición. De hecho, ni siquiera le mencionaría la segunda opción que era en su totalidad efectiva para deshacer aquella marca. La cual era reemplazar aquella leve herida por la suya, pero no superficialmente sino una marca real que adornaría el bello cuello blanquecino de su omega. Y oh, vaya, su lobo de solo pensar en la posibilidad se regocijaba de emoción.
Taehyung se acercó lentamente a Hoseok, y sin meditar sus acciones contrarías a sus pensamientos de mantenerse alejado de Hoseok. Lo besó, un pequeño beso sobre la comisura de los labios del alfa, para luego alejarse y esperar alguna reacción. Por parte de Hoseok, bueno, él nunca había sido demasiado romántico, hasta en los momentos de compartir un beso con alguien siempre era demandante y con Taehyung era obvio que su lobo se alborotaba en exceso. Por lo tanto, tomó el rostro de Taehyung entre sus manos y lo besó de nuevo, profundamente, como si quisiera consumir hasta lo mas recóndito del ser del omega.
Cuando menos esperó Hoseok, Taehyung se había sentado sobre su regazo, besándolo hábilmente y sin interrupción alguna. El alfa suspiró en medio del beso, al darse cuenta cuánto había añorado ese momento, por tal motivo quería ser delicado y apasionado con Taehyung. No solo sexo obsceno, quería demostrarle lo que realmente sentía. Quería ser romántico por primera vez.
—Sí... —respondió Taehyung alejándose de los labios de Hoseok—. Quiero que me ayudes a desvanecer esta desagradable mordida en el cuello.
Y Hoseok por supuesto estaría allí para ayudar y aliviar a su bello omega.
**
El smut quedará para el próximo capítulo.
No creo que queden más de cuatro capítulos de esta historia y quiero llorar, ¡muchas gracias por leer!
Besos.
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