Veintidosavo Capítulo.

22.


Hoseok al ver después de muchos años a Taehyung, sintió muchas emociones recorrer su cuerpo y, por consiguiente, su lobo aullaba para que corriera detrás del omega, lo abrazara y no dejar que huyera de nuevo. Cuando llamó su nombre y el omega lo observó directamente, supo al instante la conmoción que había logrado en él. Por otro lado, luego de varios segundos al estarse observando y estando parados a un metro de distancia del otro, Hoseok tomó la decisión de dar un paso más para cortar la distancia. Por inercia el omega dio un paso hacia atrás, sintiendo las feromonas de nerviosismo por parte de Taehyung.

Al momento en que vio cómo las lágrimas comenzaron a caer sobre las mejillas de Taehyung, sintió un hueco alojarse sobre su pecho. Él hería al precioso omega que lo observaba como si se tratara de un espejismo. Sin embargo, necesitaba hablar con él, decirle cuánto lo sentía por haber sido un idiota en el pasado. Al momento en que iba a comenzar a articular alguna frase, el alfa que había visto en el restaurante con el cachorro salió del taxi, tomando del brazo al omega para subirlo al automóvil. En el instante en que la puerta fue cerrada, Hoseok no dudó en tratar de alcanzar al omega. No obstante, el automóvil arrancó, y como si de un loco se tratase, corrió tratando de alcanzar el automóvil o al menos que Taehyung hiciera que se detuviera. Eso nunca ocurrió y lo perdió minutos después.

Agitado regresó al restaurante, encontrando junto a la entrada a Jimin y Jungkook. Cuando lo observaron, Jimin trató de no demostrar algún interés por su escape, sin embargo, Jungkook parecía querer hacer todo lo contrario.

—¡Hoseok! ¡¿Acaso estás loco?! —Le reprochó, cruzando sus brazos a la altura del pecho—. Dijiste que nos invitabas a cenar y tuve que pagar yo.

Hoseok calmó sus instintos primitivos para no gruñirle. Jimin, por otro lado, le ofreció un pañuelo para que pudiera secar las gotas de sudor que caían sobre su frente. Y sin importar quien lo observara y menos aquellos dos pares de ojos atentos sobre sus acciones, se sentó sobre el suelo de la calle y acogió su rostro entre las manos.

—Hoseokie... yo lo siento —murmuró Jungkook sentándose a su lado—. Sabía que no debías saber que estaba aquí.

—Debías hacerlo. Necesitaba verlo para darme cuenta de algo... —le respondió el alfa en un bajo suspiro.

—¿De qué? —Preguntó Jungkook, comenzando a acariciar la espalda del alfa, una acción para reflejar conforte y apoyo.

—No importa. Necesito averiguar en dónde se está hospedando —Contestó Hoseok restando importancia al remolino de sentimientos que tuvo al observar al omega—. Jimin, por favor necesito que averigües todo acerca de Kim Taehyung —le dijo al beta, que lucía bastante perdido de toda la situación, y al escuchar la petición del alfa, asintió de inmediato—. Y de paso quiero que averigües acerca del alfa que vino a nuestra mesa en el restaurante.

—No se preocupe señor Jung, me contactaré con quien sea necesario para encontrar la información —Le respondió.

Hoseok había pagado un investigador privado al momento en que Taehyung desapareció, quien siguió sus pistas hasta saber que el omega estaba en Busan, sin embargo, luego de varios meses perdió el rastro de Taehyung. Hoseok por su parte llamó incompetente a su investigador y decidió contratar otro, quien le había informado que el omega no se encontraba más en Corea del Sur, el resto quedó inconcluso. Luego, Hoseok fue arrestado durante dos días por golpear gravemente al último investigador por su ineptitud, hasta que Akira decidió pagar su fianza para dejarlo libre. Esperaba Hoseok que Jimin fuese más audaz y consiguiera a alguien mejor, o de lo contrario despediría a su nuevo asistente.

(...)

Taehyung calmó a su omega, diciéndole que no debería sufrir y dejarse desestabilizar por aquel alfa que los hizo sufrir tanto en el pasado. Sin embargo, su pecho escocía por un dolor amplio. Cuando llegaron al hotel, se despidió de Namjoon para encerrarse en su habitación junto con Baek. El alfa se había hospedado en la habitación contigua, lo que le daba un poco de alivio a Taehyung, quien no tenía ganas de explicar lo sucedido, sabía que el alfa quería una explicación de lo que estaba sucediendo, sin embargo, él no quería hablar en ese momento.

Se encontraba totalmente conmocionado desde el momento en que estaba hablando con Choi por teléfono fuera del restaurante, cuando un aroma suave que le recordaba a una vida pasada lo golpeó. Encontrándose de frente con aquellos ojos grandes y analizadores pertenecientes a Jungkook, al momento en que este omega le dio una calada a su cigarrillo fue cuando Taehyung aprovechó para escabullirse de nuevo en el restaurante para buscar a Baek y Namjoon e irse de allí.

Las secuelas de lo que había ocurrido hace años lo comenzaron a agobiar, luego al observar cómo Namjoon bajaba del segundo piso con Baek en sus brazos les suplicó que se fueran del lugar en ese momento. El alfa no reprochó, en cambio el pequeño cachorro comenzó a llorar diciendo que no quería irse. Poco le importo a Taehyung sus súplicas, decidiendo salir del restaurante, observando de reojo cómo Jungkook seguía fuera del recinto, apoyado contra la pared del restaurante mientras fumaba.

—¡P-papi! —escuchó como reprochaba Baek bajando de los brazos de Namjoon para llamar la atención de Taehyung—. N-no qu-quiero irme... —balbuceó, jalando la tela del pantalón de su padre.

Taehyung acogió la mano de su cachorro y comenzó a caminar ignorando las súplicas del cachorro que lloraba. Su omega comenzaba a sentirse asfixiado por la situación, sabía que su lobo estaba alterado, sus instintos querían salir corriendo y volver al restaurante, algo que solo podía confirmar lo que tanto estaba sucediendo.

Jung Hoseok debía estar ahí. Lo había presentido desde que comenzó a experimentar un leve dolor bajo su vientre, y el calor recorriendo su cuerpo. Su lobo estaba entrando en celo solo por haber percibido las feromonas de aquel alfa en el restaurante.

De misma manera, cuando lo observó al momento de tomar el taxi. Juró que sus piernas se convirtieron en arena movediza, el resto de sus articulaciones en gelatina y su corazón comenzó a palpitar desenfrenadamente. Al poder observar aquellos ojos que tanto había añorado, no pudo soportarlo y dejó que las lágrimas de impotencia salieran de sus ojos. Jung Hoseok parecía no perder la esencia, su físico le demostraba que aquel alfa debía ser el más guapo que había visto en toda su vida y lo confirmó en ese preciso instante. Sabía que debía rondar los treinta y tres años, sin embargo, al parecer cada año le sentaba mejor que el anterior.

Por otro lado, al sentir como Namjoon lo obligó a entrar al taxi, su omega le gruñó. Sin embargo, su lado racional siguió las acciones del alfa.

Ahora en el hotel, acostado al lado de su hijo después de tomar una ducha fría, tomó unos supresores para calmar el inminente celo que estaba por comenzar. Necesitaba tranquilizar no solo a su lobo, el cual rasguñaba y le impedía salir en busca del alfa, sino también su parte humana y estúpida que tenía, que le rogaba hablar con Hoseok.

A la mañana siguiente Namjoon golpeó su puerta cuando se encontraban listos. Le llevó el desayuno a ambos y pudo observar los ojos levemente más oscuros del alfa, sabía que, aunque tomara los mejores supresores del mercado europeo, no podría desvanecer la potencia de las feromonas de su lívido.

—Taehyung, necesito hablar contigo —Le dijo el alfa, terminando de desayunar. Ambos se retiraron de la habitación y salieron al pasillo para platicar, tratando de evitar que Baek escuchara su conversación—. No es de mi incumbencia tu pasado, no pienso entrometerme, pero quisiera que me aclararas algo, ¿el alfa de ayer era el padre de Baek? —Preguntó.

Taehyung no demostró ninguna emoción trazarse sobre su rostro, sabía que el alfa iba a preguntarle aquello tarde o temprano. Se apoyó contra la pared del pasillo, encontrando un punto de apoyo al remolino de emociones que lo invadían, incluyendo su celo.

—Sí, lo es. Él no sabe de la existencia de Baek —Respondió Taehyung encogiéndose de hombros—. Es algo de lo que no quiero hablar Namjoon pero si te conforta, es alguien de mi pasado que no quiero en mi presente ni futuro, ¿de acuerdo?

Namjoon pareció conforme con la respuesta, sin embargo, había algo dentro de él que le advertía que aquel alfa era un peligro si llegara a encontrarse de nuevo con Taehyung y Baek. Así que decidió callar y no contarle al omega el encuentro que tuvo el cachorro con su padre alfa.

—Está bien, Taehyung —Le respondió—. Lo otro que quería hablar era... uhm, ya sabes has entrado en celo, sé que lo estás apaciguando con supresores. Quería preguntarte si al llegar hoy a Rotterdam podría ser tu acompañante de celo —le propuso el alfa, metiendo sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, tratando de no lucir ansioso por pasar aquella temporada tan intima con el omega—. Podríamos contratar a una niñera por unas horas para que cuide de Baek.

—No, Joonie. Lo siento, pero no quiero pasar todavía mi celo contigo. —respondió Taehyung. No era como si todavía no hubieran tenido relaciones sexuales, ya lo habían hecho, sin embargo, no quería todavía llegar hasta el nivel en donde compartían sus épocas de celos juntos. Taehyung se había prometido a sí mismo ser más precavido y más en aquella época, aunque Baek no fue concebido durante su celo que pasó junto a Hoseok sino meses antes, sabía que todavía no estaba listo para dejar que alguien pasara su celo con él.

Namjoon lució bastante decaído e incómodo por su respuesta, sin embargo, su expresión solo duró alrededor de unos pocos segundos antes de recomponerse y sonreírle al omega, demostrándole que aceptaría su decisión.

—Entiendo. Ya que hoy estás algo indispuesto, estaba pensando en ir a un parque de diversiones con Baek antes de irnos de vuelta a Rotterdam, ¿lo dejarías ir? —le cuestionó y Taehyung asintió—. Prometo cuidar de él y volveré antes de lo que esperas.

—Claro, Joonie. Mientras tanto haré las maletas para que cuando apenas lleguen al hotel, regresemos —respondió Taehyung, sonriéndole para así, limar asperezas.

Convencer a Baek no fue nada fácil, hasta que Namjoon lo logró persuadir diciéndole que le compraría cualquier juguete que quisiera. Por otro lado, Taehyung habló con su hijo y le prometió que disfrutaría de su tiempo a solas con el alfa. Baek salió del cuarto junto con Namjoon con una expresión de estar pasando el peor tiempo de su corta vida mientras que el alfa por su parte iba a llorar de la felicidad. Iba a tener unas horas con el cachorro y le demostraría que era digno de que lo aceptara.

Luego Taehyung comenzó a alistar tanto sus cosas como las de su hijo durante bastante tiempo, al cabo de una hora después, se mentalizó que el calor que estaba sufriendo necesitaba otro supresor para calmarse, decidiendo tomar otra pastilla y recostarse sobre su cama. Al pasar los segundos pareciese como si el calor de su celo fuera aumentando progresivamente, logrando que inconscientemente comenzara a tocarse a sí mismo levemente. Al momento en que comenzó a estimularse contra una de las almohadas del hotel, escuchó como alguien golpeaba la puerta de su recámara.

Taehyung con las mejillas sonrojadas detuvo la fricción, recomponiéndose antes de abrir la puerta.

—No pensé que fueran a volver tan rápido... —dijo Taehyung cuando terminó de abrir la puerta, al momento dejó de hablar al descubrir quién era la persona que estaba al otro lado.

Hoseok le recordaba a Taehyung como la playa, aquel lugar en donde te daba serenidad; era precioso y definitivamente radiante como el calor que abrazaba la brisa. Sin embargo, en días de invierno era frío, hostil y de agua turbulenta. Taehyung al instante comenzó a cerrar la puerta frente a la cara del alfa, sin importar lo inmaduro que eso se pudiese ver.

—Hola Taehyung —dijo Hoseok en el momento en que empujó la puerta para poder entrar a la recámara, sin importar el esfuerzo del omega por querer sacarlo de allí.

Taehyung retrocedió unos cuantos pasos para alejarse del cuerpo del alfa, Hoseok observó todo el cuarto para asegurarse que nadie estuviera allí, antes de cerrar la puerta a sus espaldas.

—Váyase —bramó el omega, tratando de calmar a su lobo, el cual por época de celo y al ver y presenciar a Hoseok lo único que hizo fue alborotar aún más sus feromonas—. O llamo a seguridad —Le amenazó.

Hoseok mantuvo una distancia prudente con Taehyung, no quería hacer sentir incómodo al omega, tampoco quiso llegar a tal extremo de autoinvitarse a la habitación de él, sin embargo, al ver la resistencia del omega en contra suya, no le dejó otra opción. Al verlo allí parado frente a él, era una sensación que no podía describir. Su lobo se regocijaba de alegría, además de percibir cierto aroma fuerte lo que confirmaba haber percibido a través de la puerta, aquel omega estaba entrando en celo o ya lo estaba. Por tal motivo estaba seguro de que si no mantenía cierta distancia haría algo que el omega no le gustaría en absoluto.

Marcarlo.

Su lobo estaba tan descontrolado por encontrar al de Taehyung que sabía que era capaz de hacer aquello. Y aunque el omega tuviera expresión de estar reacio a su presencia, estaba seguro de que su lobo le suplicaba mostrar su cuello.

—No me iré hasta tener una conversación contigo, Taehyung —Dijo Hoseok, tratando de ignorar el delicioso aroma a flores de cerezo que tanto lo enloquecía—. Desapareciste por casi cinco años sin decirme nada, ¿por qué? Pensé que nuestros lobos estaban más que acostumbrados a la presencia del otro.

—Porque usted es un completo imbécil, Hoseok —respondió con un gruñido el omega, que estaba a punto de sacar sus garras y colmillos para defenderse. Quizás su lobo por una parte estaba más que excitado por la presencia del alfa, sin embargo, también se encontraba bastante furioso contra el lobo de Hoseok—. Llamaré a seguridad para que lo saquen, solo verlo me producen ganas de vomitar.

«No precisamente», se dijo a sí mismo Taehyung. Hoseok sonrió en respuesta al omega, todavía recuerda que aquel omega tenía bastante carácter cuando estaba furioso, y eso de alguna forma incitó aún más al alfa a acercarse a Taehyung, observando cómo este comenzaba a temblar, aunque no precisamente por el nerviosismo. El omega estaba bastante colérico, y si quería sacar las garritas, Hoseok estaba más que dispuesto a recibir todo lo que se merecía.

—No llamarás a seguridad hasta que vea a mi cachorro —dijo Hoseok, observando atentamente cómo el rostro del omega perdía cualquier tonalidad y ahora lucía bastante pálido—. Mi hijo necesita conocer a su padre, vine a conocerlo. Es mi derecho, no puedes impedirlo.

Taehyung no pensó muy bien sus acciones y sin importar que fuera el linaje más débil, se lanzó hacia el alfa para morderlo y rasguñarlo. Iba a proteger a su cachorro a toda costa, aunque esa no era la única razón, también quería hacer sentir todo el dolor que Hoseok le había causado durante todo ese tiempo.

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