Treintaiunavo Capítulo.

31.


Taehyung estaba enamorado. Lo había estado hace cuatro años y el tiempo que pasaba con Hoseok le recordó porqué había caído de aquella manera tan profunda con el alfa. También supo porqué su lobo había escogido al de Hoseok.

Jung Hoseok era un sueño.

Y Taehyung se sentía en un cielo de papel, el cual podría deshacerse por cualquier tormenta. Él no quería decirle a Hoseok lo que sentía por él, el alfa sabía solo una cuarta parte de sus sentimientos y era más que suficiente para Taehyung. La pregunta que más lo carcomía antes de cerrar los ojos en las noches entre los brazos fuertes del alfa era si él también sentía de forma tan profunda sus sentimientos. Quería saber si no solo estaba tratando de que una relación pudiera ocurrir entre ellos porque su lobo se lo llegase a exigir o si sentía remordimiento en que Baek no creciera en un núcleo familiar propicio.

Esperaba que al abrir de nuevo su corazón no se llevara otra desilusión. Taehyung creía no poder aguantarlo, anhelando que su alfa estuviera en la misma sintonía que él.

El sol de la playa de Jeju les dio la fuerte bienvenida al arribar a la -extravagante- cabaña que había alquilado Hoseok. Taehyung no podría estar más encantado por aquella cabaña pintoresca y luminosa, era definitivamente la casa en sueño del omega. Sin mencionar que en el balcón se podría apreciar la bella vista del océano. Aunque Taehyung por su linaje le hacía detestar el agua, la vista le hacía relajar y definitivamente podría estar allí en el balcón durante horas.

—¿Qué tal te parece? —le preguntó Hoseok, interrumpiendo sus pensamientos y abrazándolo por la espalda, enlazando sus brazos alrededor de su cintura y posicionado su quijada sobre el hombro del omega.

—El lugar es hermoso, los dueños de esta casa son muy afortunados —respondió Taehyung, dejando escapar un largo y profundo suspiro—. ¿Te parece si vamos a la playa? Baek no conoce el mar porque bueno... detesto el agua, pero ya que te tiene a ti pueden entrar juntos al agua, ¿qué dices?

—Me parece perfecto, de hecho, ya le dije a Baek que se pusiera su pantaloneta de baño porque en minutos nos vamos —contestó Hoseok, inclinando su cabeza para besar el hombro desnudo de Taehyung, ya que ese día lucía una camiseta de mangas en tiras—. Uh, me muero por aplicarte bloqueador. No quiero que tu piel se llegue a quemar.

La tarde no fue como ambos habían esperado. Baek tomó bastante agua al ser revolcado por varias olas, lloró y golpeó con sus pequeñas manos a Hoseok, diciendo que había sido su culpa. Unas personas se quejaron con la guardia costera al ver cómo Hoseok y Taehyung daban una escena (no apta para el público) cuando el alfa había esparcido bloqueador en la espalda del omega y adentro su mano en el bañador -por si acaso los rayos del sol pudieran traspasar la tela, o eso aseguraba Hoseok-, comenzando a masajear suavemente las nalgas del omega, ganando las miradas insólitas de varias personas. Por otro lado, tiempo después de que aclararan a la guardia costera que no estaban haciendo nada inapropiado, Hoseok fue a jugar a la orilla del mar con Baek, y Taehyung se quedó dormido mientras se bronceaba.

Ahora estaban en la farmacia comprando algún ungüento de sábila para ayudar a la grave quemadura en la espalda del omega. Taehyung se sentía bastante acongojado al verse en un espejo. Literalmente la parte delantera de su cuerpo estaba pálida y la parte de atrás de un tono rojizo que daba pena y dolor solo de observar.

—Papi se p-parece a un calamar —había dicho Baek entre risas antes de que Hoseok lo acostara en la habitación donde se quedaría Taehyung.

Taehyung mantenía un puchero en sus labios mientras Hoseok servía una copa de vino para ambos. El alfa se inclinó y probó los belfos ajenos, y el omega le sonrió.

—Más tarde vuelvo a aplicarte más gel de sábila en la espalda —dijo Hoseok, sentándose a un lado del mueble en donde estaba Taehyung—. ¿Cómo te sientes?

—Bueno... me duele bastante —respondió Taehyung, tornándose tímido cuando Hoseok se acercaba aún más a su cuerpo a cada segundo que pasaba y posicionaba la palma de su mano sobre su muslo descubierto por la pantaloneta.

—Te puedo hacer sentir mejor... —murmuró Hoseok contra el oído de Taehyung. Y en respuesta Taehyung tuvo una erección en ese momento—. Quédate quieto, amor —musitó el alfa cuando el omega estaba a punto de sentarse sobre el regazo de él—. No voy a hacer nada de lo que estás pensando.

La lengua del alfa comenzó a lamer desde la clavícula del omega hasta el lóbulo de la oreja del mismo. Comenzando a consentir con suavidad la piel de Taehyung, y el omega no podía estar más feliz, su lobo comenzaba a embelesarse por los mimos que recibía. Hoseok le estaba demostrando en un momento muy íntimo cuanto lo quería. Luego, que -prácticamente- lamiera hasta el último rincón del rostro, cuello y cabello del omega, Hoseok decidió que era momento de ir en búsqueda del objeto con el cual profesaría su amor eterno a Taehyung.

—Ya vuelvo, tengo que ir por algo a la habitación —dijo Hoseok, tratando de liberarse de las manos y las piernas del omega, que estaban sobre su cuerpo para que lo arrullase como un cachorro. Taehyung hizo un puchero de inmediato y Hoseok se inclinó para besarle la punta de la nariz—. No me demoro, gatito.

Hoseok subió de dos en dos los escalones para llegar a la segunda planta y corrió hacia la habitación en donde estaban sus cosas. Buscando en el bolsillo de la chaqueta que yacía perfectamente doblada en su maleta, el objeto que tanto había estado pensando. Abrió la pequeña caja de color negro de material de seda compacta, observando cómo el brillo de los pequeños diamantes que adornaban el anillo le daban un saludo de valentía para que fuera capaz de hacer lo que había pensado por días.

Pedirle matrimonio a Taehyung.

Sabía que era bastante precipitado, sin embargo, no estaba más seguro de hacer algo en su vida como recibir en el altar a Kim Taehyung. Quería demostrarle la seriedad que demostraban sus sentimientos, le diría que no tendrían que casarse tan rápido si el omega no quería apresurar las cosas, pero realmente esperaba que aceptara. Además, planeaba luego de pedir su mano, entregarle las llaves de la cabaña en la que estaban, ya que la había comprado para él.

Hoseok cerró la caja y salió de la recámara, mientras bajaba los escalones trataba de arreglarse su camisa y peinaba con sus dedos su cabello hacia atrás. Decir que estaba nervioso era poco. Sus manos temblaban, sin embargo, agradecía saber cómo no demostrar de forma fácil sus sentimientos por medio de sus expresiones. Esperaba que las palabras que había practicado frente al espejo en el baño salieran fluidamente. La pedida de mano debía ser perfecta.

No obstante, al ver el rostro bastante serio de Taehyung quien ahora estaba parado frente al sofá con el celular de Hoseok en sus manos, lo alertó.

—¿Estás bien? —le preguntó Hoseok, de inmediato Taehyung levantó su vista del móvil del alfa, y lo miro bastante furioso y desconcertado.

—¿Qué es esto? —le cuestionó Taehyung. Mostrando la pantalla del celular a Hoseok solo un momento. Ni siquiera dándole un indicio al alfa a qué se refería—. "Ho, has dejado tu abrigo el otro día en mi departamento." —comenzó a leer Taehyung con una voz más aguda de lo normal, tratando de imitar el tono de quien había enviado el mensaje—. "Y no se te olvide traer la ropa que te presté el otro día."

Taehyung tiró el celular de Hoseok al sofá y se cruzó de brazos instantáneamente. El alfa ahora estaba bastante nervioso por la situación, poco había imaginado que Akira llegase a enviarle un mensaje.

—Espera... no es lo que crees... puedo explicarlo —murmuró Hoseok—. Dame un minuto y puedo hacerlo.

—Bien, tienes un minuto para hacerlo. Porque tienes muchas llamadas perdidas por parte de ella y por casualidad estaba llamándote a esta hora... —respondió Taehyung frunciendo su ceño.

—Bueno, necesito más de un minuto para explicarlo —respondió Hoseok, acercándose a Taehyung, quien dio un paso atrás cuando vio los indicios de que el alfa quería utilizar su aroma para calmarlo.

—¡Eres el colmo, Hoseok! ¡No puedo en serio creer que soy tan idiota! ¡Creí que habías cambiado! —exclamó Taehyung, alejándose de Hoseok— ¿cuándo pensabas decirme qué íbamos a volver a lo mismo del pasado? ¿Acaso sigo siendo un juego para ti? —Hoseok observó cómo el atisbo de melancolía se veía en los ojos del omega.

—Yo nunca volvería con Akira, lo de nosotros nunca funcionó. Yo quiero estar contigo, no con ella —respondió en un susurro Hoseok, guardando la caja del anillo en el bolsillo de su pantalón corto—. Estuve en su apartamento porque necesitaba llevarle cosas que todavía no había recogido de la casa y bueno... lo de la ropa, pasó porque me encontraba indispuesto ese día y me quedé a dormir en el sofá. Incluso la ropa es de su actual pareja... no pasó nada, en serio.

Hoseok no había mencionado antes que había visitado a Akira la noche de la boda del hermano de Taehyung, para devolverle las pertenencias que quedaban de ella en su casa para que el omega no llegase a encontrar nada. Quería que el omega reconociera que no había rastro del lobo de Akira y por eso lo había hecho. Ese día después de haber dejado a Jungkook en su casa -porque estaba aún más borracho que él-, fue directamente a la casa del omega. Quien lo recibió fue su accionista minoritario; William Greyson.

Juntos bebieron en la sala de estar dos botellas de whisky, mientras que William le contaba las buenas nuevas; Akira estaba en cinta. Hoseok los felicitó, sin embargo, la omega no recibió su abrazo y lo llamó "borracho deplorable". Esa noche el alfa estaba destruido, confesó que se sentía bastante mal sabiendo que su omega estaba con un alfa en una fiesta, cuando debería estar con él. Incluso William lo consoló con un abrazo y lloraron juntos cuando Akira los llevó al baño para meterlos a la ducha y mojarlos con agua fría. Hoseok terminó vomitado de pies a cabeza, y Akira le prestó ropa de su pareja para que el alfa pudiera ir a la empresa a la mañana siguiente.

—Ve por él, herrrrmano —Escuchó balbucear bastante borracho a William antes de que este cayera dormido en el suelo de la sala. En donde Akira los había dejado.

Incluso el hombre que se había revolcado durante su matrimonio con su esposa, le daba ánimos para conseguir lo que realmente quería. Y ese era Kim Taehyung.

No iba a contarle esa parte a Taehyung, aunque si quisiera decirle más información ahora tenía que esperar. Ya que el omega subió rápidamente las escaleras y se encerró en la habitación donde dormiría con Baek.

—Cariño, escúchame —dijo Hoseok contra la puerta de la habitación—. Sé que no confías en mí, y lo comprendo, en el pasado fui un idiota y jugué contigo. Pero no ahora.

—Siempre has sido un mentiroso, Jung Hoseok. No volveré a caer tan fácilmente como la última vez. Ahora vete, no quiero que Baek despierte —respondió Taehyung al otro lado de la puerta. Y Hoseok se calló, antes de sentarse contra la puerta y quedarse allí un largo tiempo.

La noche más importante de su vida, se había arruinado completamente.


Volver a Seúl fue un alivio para Taehyung y un dolor de cabeza para Hoseok, quien tuvo que dejar a su omega y cachorro en la casa antes de salir rápidamente a la compañía por un problema ocurrido en una negociación. Le había prometido que volvería pronto y que, por favor, lo escuchara. Ya que durante el corto vuelo el omega ni siquiera volteó a ver al alfa, Hoseok trataba de hacer comentarios o chistes, recibiendo solo la respuesta de Baek, quien reía a carcajadas por las ocurrencias de su padre.

Al momento en que Hoseok se fue hacia la empresa, Taehyung comenzó a empacar todas sus cosas y las de Baek. Tenía que volver a Holanda. Necesitaba aclarar sus pensamientos y sentimientos, aunque Hoseok le haya dicho la razón por la que había estado en el apartamento de Akira, no respondía su inquietud de cuál era la insistencia de ella para contactar al alfa... y bueno, el historial de Hoseok no le daba indicios de poder confiar completamente en el alfa, siempre debía estar el beneficio de la duda. Y lo mejor era alejarse por un tiempo de él.

Tomó un taxi y aunque el personal de seguridad y mantenimiento le observaban interrogantes, Taehyung solo se despidió y no dio explicación alguna. Baek lo estaba sacando de quicio cuando le preguntaba a cada rato a donde se estaban dirigiendo y porqué su padre alfa no estaba con ellos. El omega ignoraba a su hijo y trataba de no demostrar cómo su lobo comenzaba a aullar. Oh, su pobre lobo estaba sufriendo con el solo pensamiento de querer alejarse miles de kilómetros de Hoseok.

Al llegar al aeropuerto, Baek comenzó a llorar. Sabía que el lobo de su hijo estaba presintiendo algo y eso comenzó a mortificar a Taehyung.

—¿Dónde... está papá? —le preguntó Baek al mismo tiempo que hipaba entre sus sollozos. El cachorro se sentía bastante nervioso, su pequeño lobo interior le alertaba que algo no estaba bien.

—Tenemos que volver a Rotterdam, cariño —le dijo Taehyung inclinándose hacia Baek mientras hacían la fila para realizar check-in —¿Acaso no extrañas a tus compañeros de clase?

—¡No! ¡Son... son b-obos, papi! —exclamó Baek golpeando sus pies contra el suelo. Taehyung suspiró, lo último que necesitaba es que su hijo comenzara a hacer una rabieta frente a todas las personas del aeropuerto—. ¿Y papá... v-vendrá?

—No, amor. Papá está muy ocupado... —respondió Taehyung recomponiéndose y tomando con su única mano libre la de su cachorro para dirigirse a la cabina correspondiente para mostrar sus tiquetes y pasaportes—. Volveremos a nuestro hogar, cariño.

Pero... p-ero si nuestro hogar está aquí —respondió Baek entre lágrimas—. Con papá alfa.

(...)

Hoseok entró a la casa con un gigante ramo de rosas y un oso de peluche en su mano derecha, sin embargo, quien lo saludó fue su ama de llaves, Carmela, con una sonrisa melancólica. Ella nunca había visto al señor Jung tan enamorado y detallista con alguien, y allí estaba con una sonrisa deslumbrante y detalles para el omega, omega que ya se había ido con sus cosas hacía un buen rato.

—Señor Jung, el omega Kim y su cachorro se han ido hace unas horas con sus maletas. Supongo que han ido directamente al aeropuerto... —ni siquiera la ama de llaves terminó de hablar cuando Hoseok ya estaba saliendo de nuevo de su hogar.

Se subió a su camioneta, y le dio las indicaciones precisas a su chofer de ir rápidamente al aeropuerto. El oso de peluche que decía "lo siento" y el ramo de más de cincuenta rosas rojas lo acompañaban en el asiento de al lado. Sintiendo su corazón palpitar rápidamente, llamó a Jimin.

—Señor Jung —respondió al segundo timbre Jimin con voz seria y atenta.

—Jimin, necesito que me compres el primer vuelo disponible a Rotterdam, Holanda —dijo Hoseok—. Y necesito que me traigas mi pasaporte, está en mi escritorio. Es urgente.

Al llegar el aeropuerto de Incheon, corrió a la primera pantalla que anunciaba los vuelos a Holanda, uno de ellos era directamente a Ámsterdam con escala a Rotterdam, el cual ya se encontraba abordando. Debía ser el vuelo de Taehyung, así que salió corriendo al puesto de información de la aerolínea correspondiente. Donde un beta con cara de pocos amigos, le saludó.

—Necesito pasar a sala de abordaje, ¿me podría vender un pase o algo que me permita acceder? —preguntó Hoseok bastante agitado, y resonando las yemas de sus dedos contra el mostrador.

—No vendemos esa clase de acceso, lo único que le podría ofrecer podría ser un vuelo... —fue interrumpido por un alfa desesperado.

—¡Tome mi tarjeta! —exclamó Hoseok apresurado sacando de su billetera una de sus cuantas tarjetas para pagar el vuelo.

—¿Qué vuelo prefiere? Tenemos Bali, Hong Kong, París...

—¡Cualquiera! Solo apúrese, por favor —respondió Hoseok, comenzando a mover su pierna por la ansiedad.

—¿A cuántas cuotas lo quiere diferir? ¿Tres, seis? —preguntó con una voz tan lenta, que Hoseok estaba seguro de que lo podría ahorcar allí mismo.

—¡Cualquiera! ¡Necesito ese vuelo ahora mismo! —volvió a exclamar un exasperado alfa. Los demás trabajadores y personal del aeropuerto observaban con interés la escena, y más cuando se podía percibir el fuerte olor que desprendía el alfa.

—Muchas gracias por su compra... —dijo el beta, entregándole el boleto, el cual Hoseok rapó y gruñó antes de tomar su tarjeta y salir corriendo al lugar de abordaje.

—¡Señor Jung! —escuchó que una voz agitada lo llamaba a sus espaldas, encontrándose a Jimin con el cabello desordenado y en sus manos un billete de avión y el pasaporte—. El único vuelo que he conseguido está en clase turista, y tiene escala de una hora en Moscú —informó entre jadeos Jimin entregándole los objetos— ¡Buen viaje, señor Jung!

Hoseok pasó exitosamente los controles de seguridad y corrió a la puerta de abordaje del vuelo que suponía era el de Taehyung. Cuando llegó a la indicada, sintió una gran decepción envolviendo su cuerpo al ver que las puertas del avión ya estaban cerradas y estaba a punto de despegar.

Observó en su mano el tiquete de avión con destino a Rotterdam y dejó salir un largo suspiro al ver que estaba programado para la siguiente hora. Realmente Jimin era bastante eficiente, tenía que recordar darle un aumento en su salario. Finalmente, con decepción y desgano surcando su rostro se sentó en una de las bancas de la sala y esperó a que el tiempo pasara rápido.

(...)

Taehyung no sabía qué estaba haciendo, sin embargo, el sentir un relajo y satisfacción con la decisión que había tomado de imprevisto le afirmaba que estaba haciendo lo correcto. Baek ahora lucía mucho más feliz, y dejó de llorar en el transcurso de vuelta en el taxi del aeropuerto a la casa de Hoseok. No había pensado con claridad, los celos le habían cegado lo que había estado tratando de construir con Hoseok. Y debía haberlo escucharlo, hablar con él y aclarar las cosas, no huir como un cobarde. Huir como lo había hecho en el pasado fue un grave error, no debía cometerlo otra vez.

El trayecto era bastante lejos y el tráfico no ayudaba mucho, ahora sentía ansiedad en volver a ver al alfa y decirle que lo perdonara por ser muy impulsivo. Aunque trataría de cubrir la locura que había tratado de hacer. Cuando llegó a la casa de Hoseok, el guardia de turno de noche le saludó con una venia y les ayudó con las maletas. Taehyung agradecía que no hiciera siquiera una pregunta del porqué tenía su equipaje, y entrando a la casa se dio cuenta que Hoseok aún no había llegado. Aunque su aroma era tan leve, y poco perceptible, era más que suficiente para calmar a su lobo, el cual había estado rasguñando su interior sin control después de lo que había tratado de hacer ciegamente.

Taehyung lo llamó, sin embargo, el celular de Hoseok estaba apagado, el omega suponía que estaría en alguna reunión y decidió esperarlo hasta las dos de la mañana en el sofá de la sala.

¿Por qué su alfa no habría llegado? ¿Por qué siquiera no le había contestado? ¿Estaría con... ella? Solo de pensarlo, hizo aullar a su lobo. Taehyung negó de inmediato. No debía pensar y sacar conclusiones tan precipitadas, quizás salió a beber con los socios o con Jungkook... Taehyung volvió a negar, tenía entendido que el omega ahora estaba saliendo con el asistente personal del alfa. Aunque no podría confiar en la actitud libidinosa del omega descarado que tanto lo caracterizaba.

Taehyung despertó cuando su celular timbró, viendo la hora ya iban a ser las siete de la mañana y al ver el nombre de Hoseok en la pantalla, trató de recomponerse y atender la llamada rápidamente.

—Tae... sé que estás furioso conmigo, sé que desconfías de mí y con toda razón, pero por favor abre la puerta... —escuchó decir a Hoseok al otro lado de la línea, desconcertando al omega—. Pero creo que tu vecino me está gritando cosas en neerlandés y no son precisamente buenas...

—Espera, ¿qué? —Taehyung se sentó sobre el sofá— ¿en dónde estás Hoseok? —le preguntó.

—Estoy frente a la puerta de tu departamento en Rotterdam, uh... creo que tu vecino ha llamado a la policía, por favor ábreme antes de que me lleven a la comisaría —respondió Hoseok con la respiración agitada—. Yo... sé que dudas de mí, pero realmente no quiero volver con Akira, incluso está esperando un cachorro de un socio de la empresa, por favor abre la puerta.

—Hoseok, no estoy en Rotterdam, estoy en tu casa en Seúl... ¿por qué rayos estás en Holanda? —preguntó desconcertado Taehyung levantándose del sofá y poniéndose un abrigo, decidió salir al jardín. Incluso poco le interesó que Akira estuviera embarazada—. Yo no podía irme, Hoseok. Yo regresé.

Taehyung pensó que la única razón por la cual Hoseok pudo haberse enterado de su posible escape fue por sus empleados, así que golpeó su frente con la palma de la mano al darse cuenta lo estúpido y precipitado que habían sido sus acciones.

—¡¿Qué?! Yo... yo no sé... el avión había despegado —le contestó Hoseok aturdido por la respuesta del omega. Ahora estaba a miles de kilómetros lejos de su omega y su cachorro—. Pensé que te habías ido... pensé... que no volvería a verte. Por eso compré un vuelo a Rotterdam para venir a suplicarte que volvieras.

—¿En serio lo hiciste? ¿Fuiste a buscarme? Estás loco, Hoseok —dijo Taehyung, desplegando en sus labios una gran sonrisa de anhelo—. Estúpido alfa.

—Estoy loco por ti, Taehyung. Nunca tuve las agallas para confesártelo. Por eso vine a decírtelo, pero ya que estamos a miles de kilómetros, tengo que hacerlo por aquí —habló Hoseok, esta vez con una voz más calmada y serena. Tomando una respiración profunda para obtener las agallas necesarias para seguir confesando lo que sentía—. Mi lobo te eligió desde el momento en que te vi allí en la sala de juntas, un joven omega temeroso porque su celo había llegado sin previo aviso. Mi lobo quería cuidarte desde ese momento, pero yo había sido tan ciego y empecinado en que solo era deseo... y aunque con eso me excuse para seguir estando contigo, sabía en lo más profundo de mi ser que nunca había sentido esa conexión con nadie. Mi lobo añora al tuyo, para toda la vida, Taehyung. Y no solo es mi linaje el que te necesita, también mi lado humano te adora, Kim Taehyung. Eres lo que necesito, y espero poder enmendar todos mis errores del pasado. Solo espero que me lo permitas.

Un chillido de emoción salió de los labios de Taehyung, quien al instante colocó la mano sobre su boca para acallar todos los sentimientos encontrados al escuchar las palabras de Hoseok. Su bello alfa le estaba diciendo lo que más necesitaba escuchar en esos momentos.

Aunque tomaría bastante tiempo para poder enmendar todo el dolor que mutuamente se causaron, quizás encontrarían un camino de luz a través de aquella obscuridad que había enmarcado su historia.

Había posibilidades que resultara, cómo las que no. Pero de eso se trataba una relación; de conocerse, crecer juntos, aceptarse, comprenderse y respetarse. Y en ese momento tanto Taehyung como Hoseok -quién ya estaba tomando el primer taxi para el aeropuerto- esperaban que sí pudieran enmendarlo. No solo por su cachorro, también lo deseaban por ellos mismos porque el destino los había puesto en el camino del otro por alguna razón. Y ambos realmente querían saber cuál era ese motivo del destino.

FIN

**

No estoy llorando, lo juro.

¡Muchas gracias por haber leído y apoyado mi historia! ¡No saben cuánto significa que saquen de su tiempo para leerme! 💕

Falta epílogo + extra.

Besos.

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