Tercer Capítulo.
03.
Sintió como las manos ajenas comenzaron a acariciar lentamente su rostro, el dorso de la mano derecha del alfa se deslizaba con delicadeza sobre su mejilla y el omega cerró los ojos instintivamente tratando de sentir cada roce en su plena magnitud. Sus piernas cada vez perdían aun más la estabilidad y sentía que iba a caer de rodillas en cualquier momento. Era la primera vez que un alfa lo tocaba en sus días de celo. Nunca había pasado aquellos días acompañado, prefería aguardar entre las cuatro paredes de su cuarto con compañía de los supresores más económicos del mercado que se concentraban a bajar el olor de su libido y minimizar poco el dolor. Y ahora que sentía el tacto de un alfa, cada uno de sus sentidos comenzaban a pedir por más. Mucho más que ese leve toque sobre su mejilla.
—Eres un omega muy joven, supongo que eres practicante o hasta ahora comienzas a trabajar —Rompió el silencio—. Tienes una piel muy suave... y eres bastante susceptible... Qué hermosa criatura.
Taehyung mordió levemente su labio para contener un gemido, realmente estaba tratando de no demostrar todo lo que estaba ocurriendo con sus sentidos. Sin embargo, dejó que el alfa desconocido siguiera acariciando su mejilla como si de una porcelana se tratase. Cerró los ojos de nuevo inconscientemente cuando el alfa tocó con las yemas de los dedos sus labios, un pequeño roce y Taehyung ya se encontraba en la plena posición de aceptar las condiciones de aquel alfa.
—Hermosos labios, pequeño omega —Murmuró el contrario y Taehyung saltó sobre su posición al sentir que tomó entre sus dedos su labio inferior y jaló levemente—. Di algo, pequeño omega, ¿acaso te ha cortado la lengua la luna? ¿o eres de los que en su época de celo suelen no hablar y más bien actuar?
Taehyung bajó su rostro, como si observar sus pies temblorosos lo ayudaran a olvidarse del remolino de sensaciones que estaba consumiendo su cuerpo entero. El alfa levantó su rostro de inmediato, no obstante, el omega pensaba que mantener los ojos cerrados lo mantendría absorto de la realidad.
—Abre los ojos, Taehyung —Le dijo seriamente y este obedeció, no necesitaba que el hombre desconocido siquiera utilizara su voz de mando porque el omega ya estaba rendido—. No voy a hacerte nada. Dime en donde están los supresores que supongo debes tener en tu área de trabajo.
—Y-yo... —Balbuceó—. No, no tengo, señor —Mintió. Sabía donde estaban exactamente los benditos supresores que podrían ayudarlo a escapar de un posible encuentro sexual que probablemente al momento en que su celo se acabara se arrepentiría, sin embargo, ahora su lobo necesitaba su atención y aquella cara de su ser estaba desesperado para que aquel alfa de ojos oscuros y misteriosos se encargara de aliviarlo. No de calmar sus instintos animales.
El alfa chasqueó la lengua contra su paladar y dio un largo suspiro.
—Quieres que te tome ahora, que te haga gritar sobre esta mesa en el salón de juntas presidencial, ¿verdad, omega? —Taehyung asintió y fue cuando su lado razonal se sintió bastante humillado por la situación—. Eso es bastante intrépido... ¿Qué pensaría el presidente y la junta si llegan a venir y encuentra tal escena? —Le preguntó con el entrecejo fruncido, analizando cada reacción del omega. Quien ahora tenía sus pupilas completamente dilatadas dando muestra que ya se encontraba completamente ido por sus deseos.
—Que se jodan... no me importa —Respondió acercando sus manos temblorosas al amplio pecho de aquel desconocido. El alfa soltó una pequeña carcajada y negó varias veces, tomando las manos intrusas de su pecho y llevándolas a sus labios donde beso suavemente el dorso de ambas.
—¿No te importaría ser despedido por tal espectáculo? —Le preguntó tratando de encontrar una respuesta aún más cautivadora.
—¿Vas a seguir cuestionándome o busco a un alfa que sí quiera atenderme? —Le retó y el alfa gruñó en respuesta.
Definitivamente no iba a dejar que otro alfa se deleitara de ese olor a flor de cerezo y aquellos bellos labios que adquiría ese omega. De inmediato su lado racional quiso golpearse por el mismo pensamiento. Él no era su omega.
—Pediré los mejores supresores para evitarnos inconvenientes —Finalizó aquella sinergia que los estaba absorbiendo lentamente.
El omega instintivamente se sintió rechazado, dando salida a un largo suspiro de sus labios. Su cejo se frunció y el alfa juraba ver la plena imagen de un pequeño gato enojado. Podía sentir que aquel omega le golpearía fuertemente si no lo aliviaba de aquel calor tan sofocante. Sin embargo, moralmente no podía hacerlo.
—Gatito, no me voy a aprovechar de ti en ese estado —Le dijo, posando su pulgar sobre el entrecejo del omega, acariciando suavemente la piel para eliminar aquella línea de expresión—. Estoy seguro de que tu lado consciente está durmiendo en este momento y no te das cuenta que tener sexo con un alfa desconocido podría ser la peor decisión de tu vida, haz esto más fácil para los dos, ¿no crees?
El lobo de Taehyung gruñó, realmente aquel alfa le estaba haciendo perder su tiempo si no pensaba ayudarlo a calmar aquel sofocante calor que consumía cada una de sus células.
—Bien —Respondió cortante, alejando sus manos del espacio personal del alfa—. Entonces déjame ir a buscar un alfa que sí quiera calmarme.
Dio unos cuantos pasos hacia la salida de la sala de reuniones, hasta que el alfa lo jaló hacia su cuerpo para detenerlo y lo obligó a verle. Sus ojos oscuros, detonantes de seguridad y control le observaron con molestia. Taehyung quería prácticamente caer sobre sus rodillas y lamer sus pies si era necesario. Ese alfa tenía físicamente todo lo que él había soñado.
—Te he dicho que nadie puede tocarte, ¿entendido? —Le dijo, tratando de contener su molestia y utilizar su voz de mando, aquel pequeño omega le estaba sacando de tus casillas—. Si tanto quieres que un alfa te alivie, lo haré yo, pero no aquí y no ahora. Buscaré unos malditos supresores y cuando esta junta se termine te llevaré a mi departamento y te haré mío las veces que quiera, ¿de acuerdo?
No cumplió la promesa final de sus palabras. Se encargó de conseguirle supresores y que un omega que trabajaba en la empresa como chofer lo llevara a su casa sano y salvo. Taehyung mientras se acostaba en su cama quería suicidarse ya que la vergüenza lo consumía en su lucidez, ya no sentía tan fuerte el calor abrazando su cuerpo, y los recuerdos de cómo se había denigrado a sí mismo ante aquel alfa le estaban carcomiendo en vida. Podía aun recordar aquel rostro tan simétricamente atractivo y aquellas manos que tomaron las suyas, y solo el pensamiento de lo que pudo tal vez ocurrido, le hacía estremecer.
Ni siquiera sabía quién era aquel alfa, pero estaba seguro de que debía ser alguien importante para poder haber entrado en aquella sala y haber mandado a más de cinco personas a encontrar los mejores supresores y a respaldar al omega que ahora en ese momento se encontraba gritando contra la almohada de su cama por la sensación de vergüenza.
El deseo de ser tomado bajaba considerablemente y los dolores con los supresores que fueron comprados bajo las órdenes del alfa. Mientras que el efecto lo calmaba, cada vez más su consciencia lo agobiaba. Había hecho el mayor escándalo de su vida en una media hora por culpa de su celo. De repente su celular comenzó a sonar, vio de quién se trataba y contestó.
—Hola, Hye —Su voz sonaba aún más ronca de lo que esperaba.
—Tae... me acabaron de llamar diciéndome que te encontrabas indispuesto y bueno, quisiera saber cómo estas —La voz de su jefa se encontraba tan serena que hasta Taehyung dudó que se encontrara en la misma situación que él.
—Oh, Hye, lamento todo lo que ocurrió. Mi celo se adelanto bastante... yo no lo sabía y llegó abruptamente.
—Tranquilo, Taehyung. Lo importante es que te encuentres bien y que no haya pasado nada.
—Gracias, Hye. Espero que descanses estos días también —Le dijo, su jefa se despidió y finalmente tuvo un poco de tranquilidad ya que su jefa no comentó nada acerca de su importuna escena con aquel alfa. Solo esperaba que aquella situación se desvaneciera de la mente de las pocas personas que se enteraron de que él había entrado en celo y que fue escoltado hasta su casa. Definitivamente no le gustaba ser el centro de atención.
El día en que su celo acabó, pudo por fin salir de su habitación sin sentir cohibición frente a su hermano. Quién al parecer no pasó ninguna de las noches en casa, lo cual lo hacía sentir bastante culpable, pero agradecía que su hermano tuviera aquella consideración. Aunque eran hermanos, había una pequeña posibilidad que el olor de sus celos pudiese ser atrayentes para el otro. Decía su madre, que era mejor prevenir que lamentar. Ese día, mientras desayunaba en silencio con su madre y su hermano, comenzó a tener una vaga idea de que debía tomar la plata que ganaba en su práctica y mudarse.
Era lo mejor para todos. Pensamiento que confirmó aun más cuando su madre comenzó a reprocharle de forma indirecta que el aroma de su celo atrajo a más de un alfa al frente de su puerta. Algo que atormentó al omega aún más.
—¡Incluso el señor Daewoos pasó a pedir "sal" porque supuestamente se le había agotado! —Exclamó su madre—. Es la primera vez que pasa esto, debemos ir a un médico para que nos diga porqué rayos tuviste un aroma tan fuerte que llegó alrededor de tres cuadras.
—Aún sin que Taehyung hubiera entrado en celo, el señor Daewoos se la pasa observándolo de una forma asquerosa. Y tu misma lo sabes madre, Taehyung no tiene la culpa. Algunos celos son más fuertes que otros... y más que últimamente ha estado rodeado de más alfas. ¿Acaso se te olvida que moviste cielo y tierra, hasta le rogaste al decano en la universidad para que Taehyung lo dejaran en clases con omegas y betas? Bueno, ahora no puedes hacer que lo alejen de los alfas de la empresa. —Intervino Choi.
—Lo sé... pero es frustrante. Tienen que entenderme hijos, yo esperaba que ustedes siendo hombres fueran alfas...
—Me tienes cansado de lo mismo, madre —La interrumpió Choi—. Ni Taehyung ni yo queremos escuchar lo mismo todos los días.
Taehyung se mantuvo en silencio y terminó de comer su desayuno rápidamente, se despidió de ambos y salió de su casa. Mientras caminaba hacia la estación del metro, pensó en cómo su vida sería diferente si hubiera sido un alfa, aquello que había añorado su madre. Nunca lo hubieran señalado, los alfas no le gritarían palabras obscenas y definitivamente no lo habrían sexualizado de la forma en que lo hacían diariamente.
Al llegar a la empresa, saludó a Hye con una sonrisa torcida. Su autoestima se encontraba bajo tierra ese día. Su jefa pudo leer sus expresiones y supo que era mejor no preguntar. Se sentó en su escritorio y comenzó a realizar las tareas que quedaron pendientes y que probablemente tomarían todo el día. Sentía la mirada de su jefa sobre él, pero aparentaba como si no se diera cuenta.
—Uhm... ¿sabes? es algo raro que me mires de esa forma —Dijo finalmente cuando Hye se quedó observándolo atentamente.
—Oh, perdón Tae. Es solo que hay algunos rumores... y quería hablar de eso contigo —Respondió, acercando su silla al escritorio del omega—. Supongo que te encuentras algo tímido por lo sucedido hace una semana... pero quiero que sepas que es un accidente.
—¿Acerca que entré en celo en la sala de juntas? —Le preguntó. Hye chasqueó la lengua contra su paladar y comenzó a observar sus uñas pintadas, tratando de sacar alguna imperfección de ellas. Taehyung podría observar un poco su nerviosismo, quizá no tenían la suficiente confianza para preguntarle directamente lo que pasaba por su mente—. Puedes decírmelo, estoy acostumbrado a que digan cosas de mí. Mírame. Soy un omega —Sentenció con una sonrisa triste.
Podía pensar lo peor, que las personas estuvieran cotilleando en los pasillos que el practicante de finanzas había sido un omega necesitado ante uno de los empleados, que había suplicado por ser calmado de su lívido incontenible. Estaba esperando eso, no le sorprendería tanto si le dijera eso. Por algo debían ser las miradas un poco curiosas en los pasillos.
—Dicen que quién se encargo de conseguirte los supresores y llevarte a casa fue el mismo Jung Hoseok. Hijo del presidente de esta compañía y futuro heredero, ¿es verdad? —Finalmente dijo Hye, observando detenidamente su reacción.
Al principio, frunció el entrecejo porque no sabía a quién correspondía ese nombre, sin embargo, cuando finalmente reconoció el apellido Jung se sintió bastante sorprendido y luego de unos segundos tembló levemente.
Él, Kim Taehyung había suplicado ser tomado en la mesa de juntas por el hijo y futuro presidente de la compañía.
—Yo... no lo sé. No lo reconocí... yo... ¡Mierda! —Soltó de repente cuando analizó la situación correctamente. Estaba jodido, la vergüenza lo estaba consumiendo de nuevo. Solo quería gritar, ir a su casa para empacar toda su ropa y salir de Asia—. No sabía que era el hijo del presidente.
Su jefa se quedó observándolo detenidamente, no sabía ahora cómo manejar la situación y decirle al muchacho que todo estaría bien. Y que probablemente el hijo del presidente luego ni se acordaría de él. Era un omega hombre practicante, dentro de una empresa de más de 1.000 empleados. Aún recuerda cuando Eva le llamó preocupada, contándole que su practicante había entrado en celo y que el mismísimo Jung Hoseok se había encargado de conseguirle los mejores supresores y que alguien se encargara de él hasta dejarlo sano y salvo en casa. Aún seguía pensando en cómo la mayoría de las personas se enteraron de lo ocurrido, ya que siempre ha tenido en cuenta que los Jung hacían todo de forma privada, sin embargo, por lo contado; el aroma de Taehyung inundó casi tres pisos enteros. Obviamente no le diría todo eso a Taehyung, quien lucía bastante avergonzado e incómodo sentado frente a ella.
—No te preocupes, al parecer el tema ya fue aclarado. Mejor, ayúdame a llevar los siguientes informes a Eva para que ella los radique con la junta directiva —Le dijo entregándole unas cuantas carpetas—. Y siempre recuerda que el celo es algo normal, todos cometen errores, Tae.
Taehyung asintió y tomó los papeles entre sus brazos, salió y saludo a varias personas que se encontraban en sus puestos de trabajo y llamó el ascensor. Cuando las puertas se abrieron ingreso observando el piso como si fuera muy llamativo, hizo una pequeña reverencia en saludo sin ver quién se encontraba allí. Giró sobre sus talones viendo que el último piso ya estaba seleccionado, así que se recargó sobre una de las paredes del ascensor. De repente, un aroma bastante llamativo fue captado por sus sentidos, y más al darse cuenta de que un pequeño Déjà vu lo golpeó de inmediato, volteó su cabeza encontrando al dueño de ese aroma.
Fue cuando vio el perfil del alfa con mayor presencia y más guapo que había visto. Era él, Jung Hoseok, quien al parecer ni siquiera se había dado cuenta de su presencia.
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Espero que les haya gustado el capítulo! Si es así ayudenme con su voto y comentario :D
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