Segundo Capítulo.

02.

Llevaba tres meses en la empresa, había días en donde se jalaba su cabello de todas las tareas que tenía para realizar y otros días en donde disfrutaba lo que hacía, sin embargo, esa semana no había sido la mejor en el sentido de comodidad. Su jefa dos días atrás había entrado en celo, y él había quedado solo en la oficina. Hye había dejado el cuidado de Taehyung bajo el beta con quien trabajaba directamente, Kwan, quien a sus cuarenta y siete años parecía que lo cuidara como su propio cachorro. Ese mismo día, después de haber almorzado con Kwan y la señora omega que jugaba con sus mejillas, Yang Mi. Taehyung sentía que vomitaría porque sus sentidos últimamente estaban como un huracán, todo lo podía percibir de forma más aguda y sentía que se desmayaría en ese mismo momento, él culpaba al estrés de esa semana.

—El hijo del jefe estará hoy en la reunión, al parecer, ya ha acabado su maestría en Estados Unidos y ha vuelto para ser parte de la compañía antes de llegar a posicionarse como el nuevo presidente —Dijo Kwan mientras digería un pedazo de carne o quizás eso fue lo que quiso decir—. De hecho, ¿cómo vas con esa presentación, Taehyung? —Le preguntó al omega que revolvía la comida sobre su plato, tratando de comer algo.

—Ya está lista. Luego de comer iré a preparar la sala de juntas para que todo este en orden y no tengan problemas en la presentación de los indicadores, señor Kwan —Le informó, tratando de apartar una pequeña verdura verde que le quitaba más el apetito de su arroz—. Disculpen lo entrometido, pero ¿el señor presidente se irá? —Preguntó, y se mordió la lengua al instante, era normal que su instinto cotilla de familia saliera a flote.

—Sí, ha decidido dejar que su hijo ahora tome la empresa en unos meses, se dice que es un gran chico para los negocios, de hecho, grandes figuras en industrias diferentes han tratado de persuadirlo en seguir sus propios pasos en vez de seguir los pasos de su padre, pero siempre el deber de sangre es más importante que todo. O así lo es cuando de ti depende el orgullo de una familia que tiene bajo su poder una empresa valorizada en el mercado por 700.000 millones de dólares —Le respondió amablemente, soltando una pequeña carcajada por su propio comentario, a lo que Taehyung no le hizo gracia, pero aun así sonrió—. El joven asistirá a la reunión hoy, al igual que su padre. No es que sientas presión para que la presentación haya quedado perfecta o que no haya problema con la logística de la sala de juntas o la comida, pequeño —La sonrisa de Taehyung se volvió una sin forma, analizando algún posible error que pudiera ocurrir—. Oh, vamos, lo harás bien. Se que si Hye estuviera acá te diría lo mismo.

—No lo asustes, Kwan —Le reprendió la mayor de la mesa, apuntándolo con sus palillos en señal de amenaza—. Tu eres capaz querido Taehyung, en estos meses que he trabajado contigo me he dado cuenta de que eres brillante, cariño. Además, no es como si tuvieras que contarle a toda a junta directiva acerca de los indicadores, tú solo te centrarás en que la presentación esté correcta y que la comida esté a la hora indicada. Ánimo, chico, que nada malo pasará.

Taehyung trató de no ponerse nervioso, sin embargo, no sabía que en aquella junta iban a estar presentes tanto el presidente como su futuro sucesor. Pidiendo permiso, se levantó del comedor y decidió ir de una vez a preparar todo, no podía dejar que pasara algún error y decepcionar a la ausente Hye. Subió al último piso del edificio, planta la cual se encontraba casi desierta por el horario de almuerzo, y se acercó hacia la chica encargada de la información, quién lo saludó con una sonrisa.

—¡Tae, Tae! —Le saludó la omega, una chica de cabello rojizo y ojos pequeños, quien vestía de forma más elegante que los otros pocos días en los que Taehyung había tenido que subir a aquel piso en donde estaban los más altos ejecutivos de la empresa y la oficina del presidente —. Pero mira qué guapo estás querido, juro que siento envidia cada vez que te veo.

—Muchas gracias, Eva, te agradezco que pienses que hoy me veo así cuando siento todo lo contrario —carcajeó entre dientes—. He venido a esta hora para dejar preparado todo para la sala de juntas, ¿podrías darme la contraseña para entrar?

—No digas eso querido, estás precioso. Y por supuesto, te doy la contraseña, pero no puedo ayudarte a poner la presentación ya que tengo que ir a almorzar —Le informó.

La omega le indicó el camino por un largo pasillo hasta llegar a la sala de juntas. Al entrar Taehyung se sorprendió lo grande que era y el diseño tan elegante que tenía, no era como si la empresa careciera de una estructura y diseño bastante moderno, sin embargo, aquel piso siempre estaba a otro nivel de los más bajos. La omega se despidió rápidamente, desapareciendo tras la puerta automática. Taehyung, se dispuso a poner la presentación correcta y cuando terminó, sentía que había corrido una maratón. No sabía porqué su pulso comenzó a acelerarse precipitadamente, quizás necesitaba un poco de aire, así que se asomó por el gran ventanal, en donde podía observar la magnífica vista de Seúl. Estuvo unos cuantos segundos admirando, hasta que un agudo dolor en su espalda baja le hizo quejarse, otro más fuerte llegó al momento y de repente una molestia en su abdomen bajo.

Mierda. Pensó Taehyung, al darse cuenta de que era lo que de verdad le estaba sucediendo. Estaba seguro de que su celo llegaría hasta en dos semanas, y ahora que el dolor lo comenzaba a agobiar, la ansiedad también lo hizo.

Revisó sus bolsillos tratando de encontrar alguna caja de supresores y aunque guardara la esperanza, sabía que sería una negativa. Maldiciendo trató de buscar su celular en su mochila o en sus bolsillos, y al recordar que lo había dejado sobre su escritorio quiso gritar de la frustración. Inhalando y exhalando rápidamente ya que la planta en donde se encontraba prácticamente vacía, trató de pensar en una solución rápida. Podría bajar rápidamente a la oficina a tomar un supresor, sin embargo, viendo la hora del reloj que colgaba por la pared ya le decía que era bastante tarde. La mayoría de los trabajadores ya deberían estar volviendo a sus lugares de trabajo. Taehyung quería llorar. Era una situación que nunca le había ocurrido desde su presentación, siempre había sido precavido. Pero ahora era algo que se la salía de las manos.

De repente escuchó unos pasos en el pasillo que daba el camino hacia la sala de juntas, pasó saliva fuertemente y busco algún lugar donde esconderse, y la única opción fue bajo la pequeña mesa en donde reposaba el ordenador de la presentación. Acogió sus rodillas sobre su pecho, mientras trataba de calmarse y pensar en que tal vez era Eva quien había vuelto por algo que había olvidado, o en su peor caso, un alfa. El cual podría abusar de él. Ahora que sentía el calor invadiendo su cuerpo las probabilidades de negarse eran casi nulas y aunque siquiera pudiera mantener su mente razonable, si el alfa llegase a utilizar su voz de mando sabría que no podría negarse.

Escuchó como los pasos se detuvieron al lado de la puerta, sabía que a este momento su aroma podría ser percibido por el piso entero. Lo único que podría salvarlo podría ser que la persona que se encontraba fuera a la sala de juntas no tuviera conocimiento de la clave para poder acceder a la sala. Sin embargo, cuando escuchó el sonido de aprobación y la puerta deslizarse supo que hoy, se convertiría en lo que siempre había temido.

Un omega rogando por ser tomado.

Y lo confirmó en el momento en que el aroma de un alfa inundó la sala. Estaba jodido.

La puerta se cerró tras la persona, y escuchó como el alfa se encontraba haciendo algo en el sistema de seguridad. El sonido del sistema diciendo "bloqueado" hizo que sus piernas temblaran y sus ojos comenzaron a estar inundados de lágrimas. Sentía sus mejillas tornar a un color carmesí, demostrando como su lobo ahora se encontraba expectante a ser atendido.

—Omega, sé que estas aquí. Sal de una vez —Escuchó una voz profunda y demandante. Taehyung cerró los ojos e hizo caso omiso. Escuchó como el alfa exhaló irritado cuando el omega no obedeció—. Sal ahora, omega.

Taehyung se doblegó al instante y una lagrima cayó por su mejilla. Se levantó de inmediato sintiendo como su lobo se rendía bajo el potente mandato del alfa. Cuando su mirada se encontró con la de él, quiso llorar aún más. Era uno de los alfas más atractivos que había visto en su vida, y estaba seguro que su lobo no demoraría en reaccionar en demostrarle lo dispuesto que estaba por recibirlo.

Era igual de alto que él, su cabello castaño oscuro, labios en forma de corazón, piel suave y tersa, una mirada que podría hacerte pensar que podía leer hasta sus más profundos pensamientos. Tenía un cuerpo delgado bajo un traje que estaba seguro el omega, costaría más que su propio apartamento. Y tenía una presencia, que, aunque el omega no llegase a estar bajo los efectos del celo, estaba seguro que botaría la baba con solo verlo a lo lejos.

—Un omega hombre —Dijo el alfa, analizándolo—. Muy interesante, creo que es la primera vez que conozco a uno.

Taehyung sintió como sus piernas flaquearon bajo la mirada analítica del alfa. Podía sentir como su lobo estaba dispuesto a ceder bajo cualquier mandato que saliera de esos bellos labios. Pasó saliva fuertemente, tratando de articular siquiera alguna palabra.

Yo... Por favor —Dijo en un susurro.

Suplicó su lobo interno para ser atendido y lo aliviará del calor que consumía su cuerpo, sin embargo, su lado racional lo decía en el sentido en que se apiadará de él y no lo doblegará con otro mandato. Gimió un segundo después, golpeándose mentalmente. El alfa no perdió contacto visual con él en ningún momento cuando se acercó, disminuyendo la distancia entre ellos. Sin embargo, detuvo su paso a unos cuantos centímetros del cuerpo tembloroso de el omega.

—Tu nombre, omega —Espetó. Su semblante cada vez era más serio, y Taehyung podría jurar que el iris de los ojos que tanto le analizaban, se encontraban más oscuros a medida que pasaba el tiempo.

—Taehyung... —Contestó en un murmullo y bajó su mirada a los pies por inercia, tratando de concentrarse en algo que no fuera la presencia del alfa que estaba enloqueciendo sus feromonas.

—Taehyung, estas consciente de lo que has provocado, ¿verdad? —Le preguntó y el omega asintió, mordiendo su labio un poco avergonzado—. Has entrado en celo dentro de una empresa con cientos de alfas que podrían aprovecharse de un joven omega como tú, ¿qué solución tendré que tomar contigo?

El omega gimió en respuesta, dándole a entender lo que realmente pedía sus instintos y estaba seguro que el alfa quien seguía observándolo sin ningún pudor, estaría dispuesto a ayudarlo con el pequeño problema que había ocasionado.

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Si les gustó, no olviden dejar su súper extrellita y comentar! Esto me ayuda a seguir la historia :D

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