Primer Capítulo.
01.
Iba tarde. Como siempre.
Nada en su vida podría ser peor, el metro estaba completamente lleno y de lo adormecido que seguía por levantarse temprano, tomó la ruta equivocada. Acogió su mochila entre sus brazos y trató de correr entre la multitud que salía del tren de la estación Gangdong, tratando de zafarse de los golpes imprevistos y de las pisadas que iban a ensuciar los zapatos más elegantes que tenía. Su primer día de ser practicante de finanzas en la empresa más reconocida de la industria automotriz en toda Asia no debía haber sido de esa manera. Un largo suspiro de frustración salió de sus labios cuando salió de la estación dándose cuenta de que estaba más lejos de lo que pensaba para poder llegar al edificio de la empresa. Acomodó las gafas sobre el puente de su nariz y comenzó a correr tratando de no enredarse con sus propios pies, lo cual le ocurría seguido, ya que él mismo se consideraba un poco torpe.
Cuando vio la hora del reloj de una pequeña farmacia en una esquina, se dio cuenta que siempre que pensaba que un día iba a ser mejor que el anterior, nunca sería así. Estaba completamente jodido.
Al momento en el que divisó el edificio que portaba en el ultimo piso las letras inconfundibles de J.J.S Holdings.
sus manos comenzaron a sudar del nerviosismo que lo carcomía en vida, y cómo no, si era su primer día de practicante y además llegaba una hora tarde.
Al entrar a través de las puertas de vidrio automáticas, se sintió un poco cohibido al ver a dos alfas de gran estatura vigilando tras un gran estante de recepción como si fuera una criatura a punto de llorar y entre ellos una pequeña omega que al verlo le sonrió dándole la confianza que había desaparecido cuando vio la hora en su celular y se dio cuenta que había puesto la hora por la tarde y no por la mañana para poder alistarse y comenzar su día laboral.
—¡Oh! ¡Eres el nuevo practicante de finanzas! ¿verdad? —Le dijo la omega que suponía era la recepcionista mientras él se acercaba al estante tratando de regular su respiración—. Has llegado un poco tarde, pero no te preocupes, generalmente el primer día no es muy estricto para los practicantes. Dime tu nombre y por favor, pon aquí tu huella para ingresarlo al sistema y no se te llegue a negar el paso a ningún piso —Le señaló un pequeño aparato electrónico y se dispuso a seguir sus indicaciones.
—Mi nombre es Kim Taehyung —Respondió cuando recobró la normalidad de su respiración. La omega le sonrió en consideración. Él trató de ignorar las miradas curiosas de los dos alfas que se cernían sobre su cuerpo y lo analizaban con bastante intensidad.
Se han dado cuenta. Pensó Taehyung, apretando el agarre de las mangas de su suéter concentrando la ansiedad que comenzó a apoderarse de sus sentidos. No te harán nada, no pueden hacerte daño. Se dijo a sí mismo.
Pasó saliva fuertemente y sintió un gran alivio cuando pudo dirigirse hacia el ascensor y adentrarse en esa pequeña cabina que lo separaría de aquellos ojos que lo miraban cómo si fuera un bicho raro. Oprimió el piso quince y cerró sus ojos, comenzando a mentalizarse en que su día mejoraría, daría lo mejor de él, y no dejaría que su propia autoestima baja se apoderará de su mente y le hiciera jugar una mala pasada.
Cuando las puertas metálicas se abrieron dándole paso, puso su huella en la barrera de seguridad para comenzar a dar un largo recorrido hasta un nuevo punto de información. Saludó en un tono bajo a la omega que veía con atención su ordenador, y quien, al parecer le estaba ignorando. Taehyung saludó de nuevo tratando de llamar su atención, hasta que por fin la omega se dignó a observarlo de arriba hacia abajo, analizándolo como si de un depredador se tratase y Taehyung solo pudo apretar aún más las mangas de su vestimenta. Se sentía como pez fuera del agua.
—Soy el nuevo practicante de finanzas, estoy buscando a la señora Hye —Le dijo Taehyung, tratando de no demostrar nerviosismo.
—¿En serio? —Espetó y sonrió falsamente—. Entonces es cierto lo que dicen, han contratado un omega hombre, vaya, no lo puedo creer.
Él simplemente se encogió de hombros, tratando de pasar desapercibido el tono despectivo de la omega. Esperando a que la omega de información decidiera llamar a quien sería de ahora en adelante su jefa. Mientras ella llamaba por el teléfono a la extensión de quien lo guiaría en su nuevo futuro laboral, la analizó. Rubia, delgada y unos ojos bastante bonitos, Taehyung apostaba que aquella omega no había sufrido ningún rechazo en su vida, no como él.
—Puede esperar acá, la señora Hye esta bastante ocupada en este momento así que... —Fue interrumpida por el sonido de unos tacones caminando rápidamente a través del pasillo donde quedaban varios puestos de trabajo.
—¡Hola, Kim Taehyung! —Le saludó aquella omega que recordaba perfectamente. Rondaba los cuarenta años, poseía un largo cabello oscuro y seguía luciendo radiante como de veinte, siempre con una gran sonrisa. Ella fue quién decidió darle la oportunidad de demostrar su conocimiento—. Es un placer por fin tenerte acá, querido. Vamos, necesitamos comenzar este día ahora. Gracias Sook por comunicarte conmigo. —Le dijo finalmente a la omega de información y Taehyung asintió en agradecimiento a la rubia.
Caminaron a lo largo de algunos puestos de trabajo, y se sintió cohibido bajo alguna que otra mirada de curiosidad, llegando a una pequeña área que daba a camino a una acogedora oficina. Un gran escritorio estaba al inicio de la oficina y uno más pequeño en la parte trasera. Hye cerró la puerta detrás de Taehyung y le sonrió.
—Perdón por llegar hasta ahora, tuve un inconveniente —Le dijo Taehyung mientras observaba de forma curiosa cada esquina del recinto—. No volverá a pasar, lo prometo.
—Está bien, Taehyung, confío en ti. Bueno, esta es mi oficina y generalmente tu estarías afuera en el área de trabajo como las otras personas de finanzas, pero ya que eres un caso especial, es mejor que te quedes conmigo mientras vemos como se desenvuelve el ambiente, ¿estás bien con ello? —Le dijo. Taehyung no sabía como sentirse, su lado liberal diría "no soy especial, puedo cuidarme solo" pero muy bien sabía las consecuencias de no pensar razonablemente —. Yo también soy omega, Taehyung, y sé por lo que pasas. Pero no tengas miedo de los colaboradores alfas de esta empresa. Cuando firman el contrato están bajo el reglamento de conducta en donde se estipula que no pueden tocar, ni acosar a los omegas. Claro que debes tener precaución, pero recuerda que aquí estarás respaldado, ¿de acuerdo?
—Gracias, pero puedo cuidarme, lo he hecho desde que bueno... me presenté como un omega —Respondió tratando de no faltar al respeto a su jefa con el tono de su voz. La omega le sonrió en respuesta.
—Oh, estoy segura de que puedes, pero quiero que entiendas algo Taehyung. Aunque me duela bastante lo que voy a decirte, es la verdad. Hasta hace pocos años se ha dejado ascender a los omegas a un puesto directivo o con autoridad. Y las leyes ahora nos acobijan, pero hay mucha desigualdad todavía, lo sabes, ¿verdad? —El omega asintió, mordiendo su labio—. Esta empresa esta conformada por un 80% de alfas, el restante son omegas o betas. Y aunque el presidente está inclinado por la igualdad de derechos, es imposible que no ocurran casos alarmantes dentro de un lugar cerrado en donde en cualquier momento tanto alfas como omegas podrían entrar en celo. Por eso nosotros debemos cuidarnos, no pensaré dejarte en un cuarto solo lleno de alfas, y tú siempre estarás conmigo. —La omega caminó hacia el gran escritorio y abrió un cajón, le hizo una seña a Taehyung para que se acercara y este observó detenidamente—. Aquí guardo bastantes supresores para ambos, si sientes que llegará tu celo no dudes ni un momento en tomar alguna. Si entras en celo en la empresa es bastante peligroso y por supuesto, puedes quedarte esos días en tu casa. Al igual que yo cuando esté en mi celo.
—Muchas gracias, en serio, pero yo puedo ayudarle con los supresores, sé lo costosos que son —Respondió el omega, viendo la cantidad de supresores de buena calidad, él podía permitirse los más baratos del mercado que se limitaban a bajar su olor de celo, pero no tanto su dolor—. No la dejaré sola tampoco, lo prometo. —Ella le sonrió en respuesta.
—No tienes porqué, la misma empresa se encarga de proveernos buenos supresores para minimizar cualquier posibilidad de riesgo, y no creas que todos los alfas aquí son unos desalmados maniáticos de poner las manos sobre los omegas de la empresa, pero hay que tener en cuenta su nivel tan bajo de voluntad que tienen al reprimir su época de apareamiento o el aroma de un omega en celo. Al igual que nosotros los omegas.
El resto del día transcurrió en aprendizaje de los programas de finanzas de la empresa que tenía su computador, la división de tareas diarias y mensuales en las que tenía que aportar y en conocer las personas que trabajarían directamente con su puesto. En total dos alfas, un beta y una omega, aparte de su jefa con quien tenía que comunicarse directamente, aquellos alfas fueron bastante amables, dejando de lado sus caras de sorpresa al darse cuenta que Taehyung era un omega y la omega con quien tenía que comunicarse era una señora a punto de pensionarse, quien le cogía sus mejillas siempre que llevaba algún informe o algún recado por parte de su jefa.
Al llegar a su casa, saludó a su madre con un beso en la mejilla y con una reverencia hacia su hermano. Comió un poco absorto en sus pensamientos hasta que su hermano mayor le preguntó: —¿Cómo te fue en el primer día, Tae?
—No fue tan malo como pensé —Declaró con la boca llena—. Mi jefa es omega, uh, es muy paciente conmigo.
—Me alegro de que sea una omega, no me gustaría un alfa cerca a ti, Tae. —Respondió Choi— ¿verdad, madre? —Trató de involucrar en la conversación a la señora que rondaba los cincuenta años, unas pequeñas arrugas se alojaban a los costados de sus ojos y aunque seguía siendo joven, el peso del trabajo y haber perdido a su alfa por una enfermedad terminal, había pasado factura en su aspecto.
—Sí... claro que hubiera sido diferente si Taehyung hubiera sido un alfa.
—Es suficiente, madre. Taehyung es un omega. Su presentación como tal ocurrió cuando tenía dieciocho años y ahora tiene veintidós, creo que ya es hora de dejarlo estar. No significa que le ocurrirá nada —Lo defendió su hermano, haciendo sobre saltar a su madre por el tono de voz—. Además, joder, ¿no estás orgullosa? Ha conseguido el puesto que muchos alfas y betas han querido, ¿puedes dejar un lado todo?
Taehyung bajó la mirada a sus manos, tratando de no demostrar cuanto lo afectaba que su madre siguiera decepcionada de él. No era su culpa que la luna haya decidido que él, un varón se haya presentado como un omega.
Muy pocos hombres se presentaban como omegas, menos del 5% de la población omega lo era y que él corriera con aquello que pensaba infortunio, era una sentencia por el resto de su vida. Desde que se presentó, perdió tanto amigos, recibió burlas y sobre todo muchos alfas trataron de sobrepasarse con él, diciendo que era una puta que solo buscaba satisfacer sus necesidades sexuales. Recordó los ojos de decepción y tristeza de su madre cuando ocurrió su presentación, decía que sería un hombre débil. Su hermano, aunque al principio lo ignoraba, después lo comenzó a apoyar y cuidaba de él en las calles, claro, cuando podía.
—Muchas gracias por la comida, madre, estaba deliciosa —Dijo el omega, rompiendo el silencio incómodo y levantando su plato—. Estoy cansado, así que me iré ya a dormir. Buenas noches.
Independiente que algunos pudieran apreciar sus capacidades, su propia madre dudaba de él. Y eso era lo que a Taehyung lo hacía sentir inútil todos los días.
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Espero que les haya gustado el primer capítulo, las actualizaciones serán semanales!
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