Dieciochoavo Capítulo.


18.

Comenzó a alistar sus objetos personales rápidamente antes de que se le hiciera tarde. Observó la hora en el reloj antiguo de la oficina y al ver que faltaban sólo quince minutos para las cinco en punto de la tarde, se apresuró aún más.

— ¡Hasta luego, Ria! —Se despidió de una de sus subordinadas, pasando de largo el pasillo y despidiéndose de las personas con las que se encontraba.

—¡Hasta luego, Taehyung! —Respondió ella cuando ya se encontraba el omega frente a la puerta del ascensor.

Se despidió del alfa encargado de la seguridad del edificio y comenzó a correr rápidamente en dirección a su destino. Podría convencerse a sí mismo que podía llegar a tiempo, ya que últimamente hacía bastante ejercicio. Cuando llegó a la pequeña instalación del jardín de infantes, fue cuando los niños comenzaron a salir corriendo emocionados para buscar a sus respectivos padres frente a la puerta del recinto.

Taehyung se levantó en puntillas tratando de observar detrás de todas las personas el rostro característico del pequeño Baek. Cuando observó su cabellera obscura haciendo contraste con la de sus compañeros, el omega lo llamó.

—¡Papi! —Le grito con emoción su hijo haciendo pasó entre todos sus compañeros y los padres que parecían no querer dar espacio. Cuando finalmente pudo estar entre los brazos de Taehyung en un gran abrazo, gritó: —¡Hoy he aprendi-dido los números hasta cien, papi!

El omega sonrió orgulloso de su hijo y comenzó a besar animadamente las mejillas regordetas de su pequeño cachorro que comenzó a reír en respuesta de los gestos cariñosos de su padre.

—Mi niño —murmuró entre cada beso dado a su hijo—... es el más inteligente de todos. Estoy muy orgulloso de ti, cariño.

Bajó al niño de sus brazos y tomando su mano comenzó a caminar a través de las calles de Rotterdam. El viento golpeaba contra sus mejillas y Taehyung sonrió al ver como las flores comenzaban a florecer, era comienzo de primavera, su estación favorita del año y también significaba que dentro de poco iba a ser el cumpleaños número cuatro de su cachorro, el cuál debía celebrarlo en grande.

—El siguiente mes es tu cumpleaños, cariño, ¿qué quieres de regalo? —Le preguntó pasando por una tienda de postres y sin duda entró con su pequeño. Compró un baguette y un pequeño postre que su niño le pidió, ya que últimamente pedía todo de color verde.

—Para mi cum-cumpleaños...Quiero un pas-pastel de Batman, papi —Le respondió animadamente—. ¡Y un carr-o de carreras! ¡Un batimovil, papi!

Taehyung le sonrió a la señora de la caja quien observaba animadamente al niño que seguía pidiendo regalos sin límite alguno. La anciana lucía conmovida por las expresiones del niño, ya que estaba seguro de que la señora no entendería ni un comino de coreano.

—Pero que cachorro tan hermoso, ¿cómo te llamas cariño? —Le preguntó en inglés la anciana inclinándose para ver mejor aquellos ojos grandes con rasgos asiáticos.

—Kim Baek —Le respondió con una sonrisa bastante grande y Taehyung dejó que un suspiro saliera de sus labios. Conocía perfectamente a su hijo como para saber que cuando hacía esa expresión era para conseguir algo—. Mi papi no me qui-quiere comprar ese postr-re amarillo —finalizó con un puchero mientras señalaba uno de los postres en el mostrador.

—Baek... —le susurró Taehyung reprendiendo el comportamiento del niño, sin embargo, la señora negó con la cabeza divertida por la situación.

—No se preocupe joven, los cachorros a su edad son bastante manipuladores —Le dijo la señora, dirigiéndose al mostrador de postres y empacando el que Baek le había señalado—. Toma, cachorrito... —le ofreció la bolsa de papel hacía el niño que sonreía triunfante.

—Señora, tome el dinero —le extendió una moneda de dos euros, sin embargo, la señora no lo recibió.

—No, joven, no se preocupe, yo le invito a ese hermoso retoño. ¡Qué tengan buen día! —Le dijo la señora y Taehyung para no seguir impidiendo la fila de compra en la panadería le agradeció y se retiró finalmente.

Su hijo era bastante manipulador, y no lo había sacado precisamente de él.

Al llegar a su apartamento, quitó sus zapatos y ayudó a su hijo a hacer lo mismo. Estiró sus brazos antes de entrar a la cocina y un bostezo largo salió de su boca, en realidad ese día precisamente se sentía bastante cansado, suponía que eran indicios de que su época de celo estaba bastante cerca.

—Cariño, trae los cuadernos de mañana para ver si tienes tareas —Le dijo a su hijo que apenas entró a su cuarto fue a encender la televisión para ver las telenovelas respectivas del horario. Algo que sí había sacado de él—. Luego podrás ver las novelas, Baek.

—¡Pero papiii! —Le protestó y llegó corriendo con sus pequeñas piernas a la cocina como un pequeño huracán—. Yo ya hice todas mis tare-reas.

—Apuesto que no, siempre me dices que sí y luego tu profesora me llama que no las has hecho. Habíamos hecho un trato, te compraré la consola de videojuegos y dejaré que veas las novelas que quieras si eres juicioso con tus deberes, ¿recuerdas? —Le reprochó Taehyung, cuando comenzó a picar las verduras para hacer pasta—. Estoy seguro de que lo haces.

Su cachorro comenzó a hacer pucheros y entrelazar sus brazos, demostrando su descontento por las palabras de su padre. Taehyung trató de ignorar no tirarse encima del cachorro y llenarlo de besos. Tenía que ser estricto también.

—¡Pe-pero al alfa Kim no lo obligas a hacer las tareas! —Le reprochó cuando sus ojos obscuros comenzaron a llenarse de lágrimas—. Qui-quieres más a ese alfa que a mí.

Taehyung dejó de picar las verduras y se inclinó para observar directamente a su hijo, Baek comenzó a llorar y sollozar como si no hubiera un mañana.

—Yo no soy el padre de él, Baek. Además, no pienses ni digas eso, tú eres al que más amo en este mundo. Tú eres mi vida, cariño —Le contestó Taehyung, limpiando con sus pulgares las mejillas de su hijo, quién comenzó a hipar tras las lágrimas.

—Bueno... te te-perdono papi —Le respondió balbuceando Baek—. ¡P-pero déjame ver la novela tur-rca! —Taehyung bufó y rodó los ojos, su hijo nunca cambiaría.

—Está bien, haré la cena y después harás tus tareas sin ningún pretexto, ¿de acuerdo? —Le propuso y su cachorro se enderezó para luego mostrarle su dedo meñique de la mano derecha.

—Pr-romesa, papi —Le contestó con una sonrisa gigante y Taehyung cruzó su dedo meñique con el de su hijo. Una señal que compartían desde hace ya bastante tiempo, donde se prometían cosas que sí iban a cumplirse.

Cuando iba a terminar la cena, escuchó como el timbre del apartamento sonó. Taehyung frunció su entrecejo y limpio sus manos con uno de los trapos de cocina antes de abrir la puerta.

La figura alta y fornida de un alfa de piel bronceada y cabello negro perfectamente peinado con gel hacia atrás le dio la bienvenida, además de una sonrisa con hoyuelos adornando su gesto facial. Sus ojos afinados y pequeños lo observaron con un brillo de admiración, como siempre lo hacía.

—Namjoon... pensé que estabas de viaje —Dijo Taehyung sorprendido, y en ese momento el alfa dejó de esconder su mano detrás de su espalda para mostrar el gran ramo de tulipanes lilas que había comprado en el aeropuerto.

—El congreso internacional de la salud acabó antes de lo que esperaba, Taehyung —Con una sonrisa ladeada inclinó su cuerpo contra el umbral de la puerta—. ¿Me invitas a pasar?

Taehyung asintió rápidamente: —Uhm, no sabía que vendrías y bueno... yo no... sabes Baek no creo que él... —balbuceó el omega viendo cómo el alfa entraba inspeccionando el apartamento.

—Vine pensando en todo el viaje que algún día me ganaré a ese pequeño cachorro... la verdad no sé porqué no le agrado —Dijo graciosamente y acercándose a Taehyung antes de dejar un pequeño beso sobre las comisuras de los labios ajenos—. Cuando era su pediatra no se comportaba así.

Taehyung rió ante el comentario y con las mejillas sonrojadas comenzó a servir tres platos de comida, mientras hacía esto, Namjoon entrelazaba sus brazos alrededor de su cintura e inhalaba su aroma.

—Durante toda mi estadía en Vienna pensé en ti, te extrañé mucho —Dijo el alfa—. En tus vacaciones podríamos ir, realmente las calles y las personas son asombrosas, y podría pasar más tiempo contigo a solas, podríamos contratar a una niñera para que cuide de Baek...

—Sabes que no puedo dejar solo a Baek, y la verdad no puedo confiar ciegamente en alguien —Le interrumpió Taehyung antes de golpear juguetonamente sus caderas contra las del alfa para hacerlo separar el agarre de su cuerpo—. Mejor ayúdame poniendo la mesa, por favor.

El alfa asintió separándose con desgana para servir los platos en su respectivo puesto. Al final cuando todo estaba listo, Taehyung llamó a Baek para que pasara al comedor, su hijo llegó rápidamente y la sonrisa que llevaba en su rostro se desfiguró completamente al ver quién lo observaba con los brazos abiertos.

—Hola, Baek, ¿cómo estás? —Le dijo animadamente Namjoon, sin embargo, al ver la expresión de fastidio del niño, dejó de sonreír y chasqueó la lengua contra su paladar antes de sentarse en la cabecera de la mesa.

—Señor... e-ese es el puesto de mi papi —jacto Baek cruzándose de brazos y esperando que el alfa se moviera del asiento.

Namjoon asintió sin rechistar y se movió a la silla contigua y antes de que Taehyung le advirtiera, Baek de nuevo habló: —Y e-sa es mi silla.

Taehyung sonrió en forma de disculpa a Namjoon, quién le devolvió la sonrisa y se sentó al lado de la silla de Baek. El niño después se sentó en su respectiva silla y comenzó a comer.

—¿Qué tal la escuela, Baek? —Le preguntó Namjoon—. ¿Has aprendido mucho?

Baek se encogió de hombros y siguió comiendo como si no importaran las preguntas hechas por el alfa. Namjoon carraspeó antes de comenzar a comer, algo desilusionado.

—Baek no seas grosero, Namjoon te ha preguntado algo —Intervino Taehyung, no obstante, al parecer el cachorro no quería hacer caso.

—Está bien, Taehyung. Supongo que algún día seré de su agrado —trató de bromear Namjoon pero el omega sabía que se encontraba un poco herido.

Kim Namjoon había llegado a la vida de Taehyung cuando Baek tenía dos años. Es un pediatra al que el omega le resultó bastante amable y amigable cuando su hijo tuvo la primera consulta con él. El haber llegado a Holanda un país completamente diferente a Corea del Sur se sentía perdido hasta que conoció a aquel alfa. Al ser nativo de su mismo país le sorprendió y lo pudo deducir como el destino. Aquel hombre fue quien le ayudó a instalarse y acostumbrarse a la gastronomía, incluso descubrió de forma temprana el trastorno de la fluidez al comienzo de la niñez en su hijo.

Ahora su hijo era tratado por un fonoaudiólogo amigo de Namjoon, quien al principio le había dicho que el tartamudeo de su hijo podría ser producto de haber durado en gestación y hasta el día de hoy sin su padre alfa. Sin embargo, con tratamientos algún día su problema al hablar iría desvaneciéndose o eso lo había asegurado tanto el especialista como el alfa quien era su pareja actual.

El alfa duró dos años cortejándolo hasta que Taehyung decidió no dejarse influenciar por su pasado tormentoso. Namjoon había mostrado ser un excelente alfa, desde que lo conoció ha sido un gran soporte emocional, y aunque al principio pensó que solo quería tener sexo e irse, cómo era de esperarse al ser un omega varón con un hijo y sin marca de emparejamiento, el comportamiento del alfa le demostró que él no era igual a los otros. Namjoon no podía concebir hijos, por tal motivo era rechazado por varios omegas y el haber conocido a Taehyung y Baek, le hacía tener esperanzas de tener una familia.

Sobra decir que a Baek no le agrada, por tal motivo Taehyung tampoco quería al principio tener nada con Namjoon, y ahora que decidió darle la oportunidad de tener una relación hace ya varios meses, seguía tratando de que los encuentros entre el alfa y su hijo no fueran forzados. Sabía que, si imponía a Baek a aceptar al alfa, solo lograría como resultado tomarle fastidio a su pareja. Si su hijo no le agradaba el alfa, no podría obligarlo. Aunque sabía que Namjoon bajaría el cielo completo para que Baek lo aceptara, estaba seguro de que por el momento y en un futuro cercano no pasaría.

Al levantar la mesa, Namjoon le agradeció a Taehyung por la cena y al momento de despedirse de la pequeña familia, Baek por razones obvias lo ignoró.

Después de haber hecho las pocas tareas de Baek, los dos decidieron ir a cama y descansar, usualmente Baek prefería dormir en su propia cómoda, sin embargo, esa noche particularmente se acostó al lado de su padre y comenzó a impregnar su aroma mediante la fricción de su cabeza sobre el pecho de Taehyung

—Hueles a él, qué asco —Murmuró su hijo antes de caer rendido por el sueño.

Taehyung puso la alarma antes de caer dormido, mañana tenía una importante reunión de negocios y debía llegar bastante temprano. La empresa en la que trabajaba era de maquinaria pesada, hacía dos meses fue ascendido a coordinador financiero y debía demostrar que era lo suficiente capaz de que las negociaciones salieran de forma exitosa.

Su vida desde que emigró de Corea del Sur dio un giro de 180 grados. Aún recuerda el día en que abandonó su casa cuando le confesó a su madre que estaba en cinta y su decisión de no querer abortar -opción que le imploraba su madre a cada minuto-. Su hermano Choi logró conseguirle un pequeño puesto como contador en una de las oficinas de Busan de la firma de construcción en la que él trabajaba, por esa razón se mudó a aquella ciudad costera durante unos meses hasta que nació su hijo. Está de más decir, que su hermano fue el único en ir a visitarlo y estar pendiente de él. Cuando Baek solo tenía cinco meses, Taehyung pudo conseguir un mejor trabajo en Hong Kong. En aquella empresa fue donde consiguió ser trasladado a Holanda un año después para comenzar en un nuevo puesto y luego de varios meses pudo conseguir el ascenso a coordinador financiero.

Trabajaba fuertemente para poder darle a su pequeño hijo un mejor futuro, quería que a él no le faltara nada y deseaba darle todo el amor y compresión que él nunca tuvo. Ni por parte de su madre, ni por aquel alfa Jung Hoseok.

Taehyung dejó de pensar tan seguido en Hoseok después de dos años de no verlo, sin embargo, al ver el rostro de su hijo cada día le recordaba las facciones de aquel hombre. A pesar de todo lo que ocurrió, no se arrepentía de haber tenido a su hijo, era una compañía para él y estaba seguro de que sin Baek no tendría motivación para ser alguien mejor. Nadie lo había amado tanto como su hijo lo hacía.

Por lo menos algo brillante salió de todo ese pasado obscuro. Taehyung, cerró los ojos y trató de pensar en alguna otra cosa, quería con todas sus fuerzas poder borrar todos sus recuerdos y no recordar a Hoseok nunca más. Aunque sabía que su lobo había hecho un enlace emocional con el del alfa, mantenía la esperanza que este desaparecería dentro de poco.

Pero estaba tan equivocado.

**
Foto en multimedia de Baek 💕

Quisiera aclararles que lo que sufre el niño es tartamudez por si algunas no lo entendieron!

¿Creen qué Namjoon algún día será aceptado por el pequeño Baek? ¿Cómo creen que será el reencuentro del Vope?

Besos.

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