Diecinueveavo Capítulo.

19.


Hoseok cerró de un golpe la puerta del despacho de su oficina en casa, detestaba escuchar los gritos de reproche de parte de su esposa y más en las horas de la noche, simplemente salió a tomar un par de tragos con varios socios, sin embargo, ella creía que se la pasaba buscando omegas para pasar el rato.

Bueno, esa noche no lo hizo precisamente, sí estuvo con ejecutivos tomando hasta las diez de la noche, no era como si fuera en la madrugada. Al llegar un poco mareado por el alcohol a la sala de su casa, Akira lo recibió con una bofetada que lo sacó de quicio completamente.

—¡Eres un maldito infiel, maldita sea! —Le había gritado a sus espaldas, cuando él caminó hacia su despacho.

Hoseok se sentó sobre su escritorio y aflojó la corbata, antes de quitarse la chaqueta del traje y desabotonar las mangas de su camisa para remangar estás hasta sus codos. Se sirvió un trago de whisky y lo tomó lentamente, esperando que Akira se calmara de una vez por todas.

Escuchó un sollozo a través de la puerta y Hoseok decidió levantarse para abrir la puerta y hablar lo más civilizadamente posible.

La omega estaba llorando de manera tan dramática que Hoseok juraba que iba a largarse de una puta vez. No obstante, se acercó a ella y la abrazó, era lo único que podía hacer por ser un hijo de perra.

—Sabes que esto no funciona Akira... —Le murmuró antes de alejarse del cuerpo de la omega.

—No funciona porque ni siquiera lo intentas, maldita sea —respondió con rabia, y el alfa estaba atento a esquivar cualquier golpe que quisiera ser propinado de nuevo—. Hoy teníamos la cita con el endocrinólogo... necesitábamos tu esperma para la fertilización in vitro, pero tú ni apareciste.

Hoseok bufó y cruzó sus brazos a la altura de su pecho, realmente no sabía que palabras utilizar para no hacer sentir tan mal a la omega. Aunque de todos modos se sentiría bastante sensible por cualquier cosa relacionado al embarazo que tanto trataban de engendrar.

—Esta sería la quinta vez que tratamos por fertilización in vitro... creo que es suficiente —Le dijo, esperando de nuevo la actitud explosiva de la omega.

—¡¿Ves?! ¡Es que ni siquiera lo intentas, eres el peor esposo! ¡¿Qué porquería de esposo vine a conseguir?! ¡Por la luna! —Explotó como era de esperarse y salió caminando rápidamente hasta el segundo piso de la casa hasta que Hoseok escuchó el portazo de lo que suponía era su habitación.

Hoseok cerró los puños con fuerza tratando de mantener la compostura, eso significaba la décima noche seguida durmiendo en el frío cuarto de huéspedes. Por las peleas maritales seguidas, le estaba dando la idea de comprar una mejor cama y muebles a ese cuarto porque prácticamente ya era suyo. Akira tomaba el matrimonial y se encerraba hasta el otro día.

El alfa se dejó en ropa interior y se acostó en la cama, al menos esa mañana había hecho una decisión coherente y le había pedido a la mucama poner una cobija nórdica para poder dormir mejor. Dio bastantes vueltas, sin lograr conciliar el sueño. Finalmente se quedó observando el techo del cuarto, como si fuera lo más entretenido para hacer.

La relación con Akira había sido fácil en términos de paz durante su noviazgo, luego cuando se comprometieron y ella se enteró de su amorío con Taehyung, se volvió una arpía completa, bueno, lo podría justificar por faltar el respeto a su relación. Luego, cuando firmaron los papeles que los denominaban marido y mujer -papeles que consideraba Hoseok como su sentencia de muerte-, su actitud se volvió peor. Lo celaba hasta con su propia mucama, una señora de cincuenta años que ya contaba una mordida de enlace.

Por otro lado, durante sus primeros días de matrimonio Akira había sufrido un aborto espontáneo. Duro en cama varios días por el dolor de su pérdida, Hoseok estuvo al lado de ella y le prometió que las cosas mejorarían... pero no lo hicieron. Su esposa no logró concebir de nuevo, ni con ayuda profesional ni con remedios caseros de la mucama ni por haberle rezado a la luna. Akira lo culpaba porque él no la había mordido aún, sin embargo, los exámenes médicos demostraban que no se debía a ello.

Su matrimonio era comentado por varios y despotricado por más; una omega que no podía concebir y tampoco lucía una marca de emparejamiento. Ella se sentía avergonzada, se lo había dicho a Hoseok y él estuvo allí para consolarla... sin embargo, ella logró consolarse más en los brazos de uno de sus accionistas minoritarios; William Greyson.

Entonces por eso no entendía la razón por la cual su esposa le reprochaba el ser infiel cuando ella hacía lo mismo. Una traición por otra traición, su esposa tenía un amante el cual Hoseok quiso asesinar al principio por su orgullo, no obstante, al pasar el tiempo le restó importancia. Él por su parte tenía sus aventuras con distintas omegas con ojos obscuros como la noche, largas pestañas y de piel pálida. Como aquel omega.

Rodó unas cuantas veces en su cama tratando de conciliar el sueño, pero él sabía que desde hacía más de cuatro años no podía dormir ni descansar bien.

Aquello significaba que todo debía ser por causa de su consciencia.

La consciencia le había pesado por no ir tras Taehyung, haberle dicho que era un maldito egoísta y que lo sentía, pero el omega había desaparecido de forma tan repentina que no pudo decirle realmente lo que sentía. Por supuesto que lo buscó; llamó a su celular cientos de veces, fue a buscarlo a su propia casa en donde un alfa -al parecer el hermano del omega- lo sacó a patadas y amenazó con llamar a la policía si se atrevía volver allí. Era como si se lo hubiera tragado la tierra, y aunque luego pensó que era lo mejor que pudo ocurrir para ambos, siete meses después de la última vez que vio al omega, su lobo comenzó a sufrir bastante -más de lo que ya estaba haciendo-. Lo sentía rasguñar bastante seguido, y lograba hacer doler su pecho con intensidad.

Tal vez todos sus errores los estaba pagando de esa forma; Taehyung se fue hace mucho tiempo, Akira no podía tener hijos y su matrimonio es la definición del mismo infierno.

No importaba que su empresa hubiera logrado cosas impresionantes; expandiéndose a través de Europa y Norte América. Asimismo, ser considerado uno de los hombres más ricos e influyentes del mundo de los negocios por la revista Forbes, no lo llenaba completamente. No realmente.

Sin mencionar que hace un año cometió un gran error con Jungkook. Un día fueron por unos tragos como era de esperarse cuando el omega venía de visita a Corea, quizás una que otra sonrisa fue dada antes de absorberse hasta el fondo en alcohol. Aún recuerda el puño que le propinó Jungkook sobre su mejilla cuando prácticamente casi tienen sexo dentro del baño del bar. Se habían besado, tocado y una que otra felación fue dada, sin embargo, cuando el omega recuperó un poco la cordura por un pequeño comentario al momento en que el alfa iba a tomarlo por completo, lo golpeó.

—El día en que dejes de pensar en Taehyung... ese día podrás tenerme, pero no ahora, mírate... estás tan ido que no has podido solucionar tus propias mierdas —le dijo luego de que Hoseok cayera al suelo por el golpe.

El omega se había subido los pantalones y sacó un cigarrillo, esperando que el alfa se recompusiera del suelo con ayuda del lavábamos sucio. Su mirada estaba ida, al igual que sus sentidos. Rió ante las palabras de Jungkook y le respondió: —¿En serio? Pensé que el trabajo de ustedes los omegas era abrirse de piernas... Pero ahora solo veo que sirven para calentar pollas e irse...

Fue interrumpido por otro duro golpe sobre su otra mejilla, Jungkook siempre había sido un omega bastante fuerte. Hoseok escupió la sangre, tratando de recomponerse de nuevo. Quien lo observará podría evidenciar a un alfa bastante débil.

—Tienes un prometido y mírate... —siguió hablando Hoseok mientras trataba de que sus palabras fueran pronunciadas con éxito, el alcohol todavía seguía siendo gran motor para que balbuceara como un idiota—. ¿Para qué vienes a verme entonces, Jeon?

Jungkook negó, dando una larga calada a su cigarrillo para luego dejar salir el humo. Finalmente, una carcajada sin indicios de gozo salió de los labios del omega.

—Supongo que eres como mi amor platónico, quería saber si es tan bueno como me lo imaginaba hace unos años... pero debería seguir el consejo que muy hipócrita te di hace unos años de respetar a la pareja y toda esa mierda. Pero aquí estamos... mientras te chupaba la maldita polla gemiste el nombre de él, ¿hasta cuándo? —Hoseok se quedó en bastante silencio y Jungkook suspiro—. Pero bueno... estaba chupándole la polla a un hombre casado, ¿acaso qué debía esperar?

—No tienes que casarte con él si no quieres. No debes tener sexo conmigo para demostrar algo... —Le dijo Hoseok, resaltando las verdaderas razones por las cuales el omega se encontraba allí—. Tus padres aceptarán a otro alfa, de eso estoy seguro.

—El único que podría suplantarlo serías tú, y ya estás apartado. No precisamente por tu bella esposa —Le respondió resoplando mientras cerraba la chaqueta de cuero—. Espero verte luego, Jung.

Esa fue la última vez que vio a Jungkook. Se enteró por conocidos que se casó finalmente con aquel alfa Min Yoongi, más conocido como el alfa de wallstreet, o algo parecido. Y solo esperaba, que Jungkook encontrara la felicidad que tanto merecía, aunque su matrimonio estuviera arreglado. Sabía que Jungkook podía defenderse, siempre lo había hecho.

A la mañana siguiente caminó a su oficina, pasando de largo las reverencias de saludo por parte de los trabajadores y cuando estuvo a punto de llegar a la entrada de su despacho, su nuevo asistente le saludó. Hoseok hizo una mueca por escuchar el tono de voz del joven que debía rondar unos veinticinco años, pero parecía de doce.

—Buen día, señor Jung, ¿cómo se encuentra? —Le preguntó el asistente con un ánimo tan grande que Hoseok quiso arrancarle la cabeza de un solo mordisco certero en el cuello.

Hoseok se quitó las gafas de sol, mostrando su mirada de "me siento como la mierda" y al momento el pobre muchacho de baja estatura palideció. El alfa pudo observar cómo el beta pasaba saliva fuertemente y sin querer asustar a su pobre asistente decidió hablar y dejar de observarlo.

—Jimin tráeme algo para la maldita resaca y luego dame los detalles de qué ha ocurrido —Le ordenó Hoseok, abriendo la puerta de su despacho, al entrar dejó su maletín sobre el escritorio y abrió su computadora para ver los imprevistos que llegasen haber ocurrido.

Escuchó los pasos rápidos de su asistente, llegando con una bandeja que tenía un zumo de naranja y dos pastas. Hoseok tomó las dos pastas y se tomó el vaso de zumo de una sentada, mientras hacía aquello observaba detenidamente a Park Jimin. El día que comenzó a trabajar con él estaba seguro de que era omega, sin embargo, el aroma no le pertenecía a uno... aunque no estaba mal después de todo.

—¿S-señor? —Le preguntó bastante nervioso bajo el escrutinio de su jefe. Hoseok se golpeó al instante.

—Dime Jimin, ¿hace cuánto llevas trabajando conmigo? —Le preguntó.

—Hace un mes, señor Jung —Respondió tratando de mantener la compostura.

Hoseok sabía que Jimin tenía un pequeño flechazo por él, lo supo por las omegas cotillas del pasillo, sin embargo, el alfa decidió no meterse con nadie de la empresa y menos con alguien que lucía tan inocente. Se había dado cuenta que los rostros que parecían de porcelana eran los que más atrapaban.

—Bien... me gustaría que todas las mañanas desde ahora me traigas lo mismo; las pastillas y el zumo. Lo llamaremos "plan de contingencia", ¿de acuerdo? —Indicó y trató de no sonreír por lo adorable que se veía el beta asintiendo enérgicamente y dejando que los mechones de cabello castaño se movieran como si fuera un cachorro. Realmente parecía un niño.

—De acuerdo, señor Jung. Ahora si me permite le daré las noticias. El señor John Andrews, ha querido comunicarse con usted, dice que tiene un nicho de mercado nuevo para que J.J.S Holdings se extienda en el Norte de Europa, le he agendado una teleconferencia con usted mañana a las diez de la mañana. Por otro lado, le informo que mañana a las siete de la noche está agendado su vuelo en primera clase para su reunión con el señor Berg en Ámsterdam para firmar el negocio de las concesionarias —Informó Jimin con la seguridad que lo caracterizaba al momento en que comenzaba a hablar de trabajo. Realmente el muchacho era bastante eficiente y por eso hasta el momento era el asistente que había durado más tiempo en los últimos años. El récord del mes, le decía Eva la recepcionista—. Ah, y, por cierto, recibió la llamada de Jeon Jungkook dijo que quería hablar con usted urgentemente, le dije que necesitaba ver su agenda antes de... —lo interrumpió Hoseok al instante.

—Comunícalo, supongo que debes tener su número en la agenda que te dejo el anterior asistente y pásalo a mi línea —Ordenó. Cuando el beta estaba a punto de salir de la oficina, Hoseok le dijo—. Espero que también hayas agendado tu vuelo, Jimin, necesito que estés presente en las negociaciones.

—Sí señor, ya lo agendaré en clase turista —hizo una reverencia en forma de despedida para salir del despacho.

—No voy a enviarte como un costal, agenda uno en primera clase. Necesito que estés con la energía suficiente para lo que esta negociación conlleva, ¿de acuerdo? —Hoseok pudo notar el brillo de emoción en los ojos de su asistente antes de que este saliera tratando de aparentar que se encontraba normal.

Unos minutos después, su teléfono sonó y al ver el indicativo de Estados Unidos no dudó ni un momento al contestar.

—Hola Kookie, antes de que hables quiero decir que lo lamento, soy un completo idiota y eres a la persona que menos quiero alejar —Dijo rápidamente antes de escuchar la risa característica de su amigo resonar en el teléfono.

—Hoseok, yo también soy un idiota. Perdón yo... yo no sé en qué estaba pensando y también dije cosas de las que me arrepiento —Respondió Jungkook al otro lado de la línea—. Jung, te llamo porque necesito tu ayuda. Eres el único amigo confiable que tengo.

—¿Que sucede, Kook? —Le cuestionó Hoseok—. Sabes que puedes contar conmigo.

—Uh, bueno, no sé si sabes que hace unos seis meses me casé con Min Yoongi. Ni siquiera sé por qué lo pregunto porque me enviaste un regalo hermoso de bodas —Dijo. Hoseok pudo percibir por la vibración de su voz que él omega estaba ansioso y algo temeroso—. Yo tengo que divorciarme, realmente necesito hacerlo. El idiota me golpeo la otra vez porque no quise cocinarle, ¿cocinarle, yo? Nunca lo haría, lo sabes. Y comienza con esa mierda de "los omegas tienen que hacer los deberes de la casa" y yo... ¡lo golpee de nuevo, por la luna! El pobre sufrió una pequeña contusión, pero nada más lo juro... luego cuando volvió quiso obligarme a pasar su celo con él porque era su esposo, lo golpeé de nuevo y él me golpeó de nuevo... y bueno, me acosté con su padre.

Hoseok tosió instantáneamente por el relato de la historia de su mejor amigo. Realmente no podía asimilar lo que había dicho Jungkook.

—¿Te acostaste con su padre? —Le preguntó para cerciorar lo que escuchó hacía un segundo.

—Es un señor bastante atractivo para su edad. Y bueno, lo hice como venganza y también como salida de este infierno. El señor para que no diga la verdad, me ayudará a que el divorcio quede en buenos términos para no perder su único primogénito —Respondió Jungkook, como si estuviera restándole importancia a sus actos.

—¿Y tus padres cómo tomarían el divorcio? —Le cuestionó Hoseok—. ¡Podrían dejarte en la calle!

—Bueno, pues que lo hagan, finalmente YoonGi al ser uno de los hombres más ricos de Estados Unidos no pareció ser el más listo porque no firmó capitulaciones. La mitad de lo suyo es mío. Sin embargo, todavía necesito hacer los trámites bajo cuerda para que mis padres no se enteren y no cierren mis cuentas bancarias... estoy a punto de comprarme un vuelo a Corea, ¿puedo quedarme contigo? —Preguntó Jungkook.

—Tengo que viajar a Ámsterdam por negocios, durante una o dos semanas, dependiendo que largo el término tome. Cómpralo con destino para allá y ahí te esperare. —Le respondió antes de colgar y por fin comenzar a hacer su trabajo.

No había nada mejor como ir a la ciudad del pecado para despejarse de su vida un rato.

**

¿Creen que habrá algo entre Hoseok y Jimin/ Hoseok y Jungkook / Hoseok y el pueblo? ¿Habrá más drama? Lo sabremos en el futuro...

Besos.

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