Cuarto Capítulo.
04.
Taehyung giró de inmediato su vista de nuevo a sus pies y apretó las carpetas sobre su pecho. Estaba seguro de que el alfa no se había dado cuenta de su presencia y agradecía eso a la luna, la verdad la vergüenza lo consumiría aún más. Sus mejillas se tornaron rojas de repente y su respiración se volvió irregular. Al parecer el ascensor se volvió mucho más lento en ese momento y la situación para él empeoraba cuando se dio cuenta que solo se encontraban ellos dos en el aparato electrónico.
—Definitivamente no es tan intrépido como lo fue hace una semana —Escuchó como el alfa rompía el silencio incomodo y pasó saliva fuertemente—. ¿A qué se debe tanto el cambio?
Se estaba burlando de él, y Taehyung normalmente le respondería un poco cortante o se defendería como un pequeño gato con garras, pero la situación de que él fuera el futuro presidente dentro de unos meses cambiaba su perspectiva y le hacía morderse la lengua.
—Con todo el respeto, señor Jung, no me encontraba en plenas facultades ese día —Respondió de la forma más cordial que pudo—. Además, si me disculpa no sabía quién era usted.
Escuchó una pequeña carcajada y volteó a ver al alfa, quien seguía parado de forma imponente con las manos dentro de sus bolsillos de su traje. Realmente no podía creer que un alfa de rostro tan suave pudiera tener una actitud tan poderosa, su forma de pararse y de hablar prácticamente gritaban que era el rey del mundo, y realmente Taehyung no podía discutir contra él porque realmente parecía como tal.
—En cambio, solo sé su nombre Taehyung —Dijo sin observar al omega. El alfa tenía las manos dentro de sus bolsillos y lucía demasiado sereno, a comparación de la bola de nervios del omega de cabello obscuro.
Taehyung no sabía cómo tomar esa respuesta, quizá el alfa quería saber un poco más acerca de él, sin embargo, cuando sus labios iban a formular alguna oración las puertas del elevador se abrieron en el último piso, en donde quedaba la oficina del presidente y las salas de juntas.
—Después de ti, Taehyung —Dijo el alfa, cambiando a un tono informal y el omega salió del elevador.
Eva al observar al alfa se levantó de su puesto e hizo una reverencia: —Buenos días, señor Jung. ¿Cómo se encuentra?
—Buen día, Eva. Bastante bien, por favor necesito que cite a la junta directiva para las 3pm. Necesitamos hablar de las proyecciones del siguiente año —Le respondió el alfa y ella asintió de inmediato. De repente ambos pusieron su atención sobre el omega que yacía un paso atrás del cuerpo del alfa.
—Oh, yo... Buenos días, Eva. Uhm, Hye te envía los siguientes informes —Dice finalmente Taehyung, entregando los papeles a Eva, quien lo observaba enternecida.
—Hola Taehyung, me alegro verte de nuevo. Espero que estés bien —Le respondió Eva con una gran sonrisa mientras le recibía los documentos.
Taehyung le sonrió de vuelta y simplemente giró sobre sus pies para volver al elevador y salir de aquel piso lo más pronto posible. Hasta que la voz suave, profunda y serena del alfa lo detuvo.
—¿Taehyung? —Le preguntó y el omega instantáneamente volteo a verlo—. Quisiera hablar con usted en mi oficina si es posible a las 5pm. Quiero saber cómo ha sido su experiencia en la empresa. Por motivos de información para poder mejorar el programa de prácticas.
Si Taehyung no supiera que tiene su sentido auditivo bastante bien, juraría que había escuchado mal. Sin embargo, la expresión de sorpresa por parte de Eva solo le confirmó lo que había escuchado. Jung Hoseok lo observaba firmemente con las manos dentro de sus bolsillos y una mirada bastante profunda, aquel tipo de mirada que hacía las rodillas de Taehyung flaquear en un segundo.
—Por supuesto, señor. A las 5pm estaré en su oficina. Por ahora, con su permiso me retiraré—Respondió el omega con una reverencia antes de correr literalmente hacia el elevador y presionar bastante agitado el botón para cerrar las puertas de aquella cabina.
Parecía como si el arroz y las chuletas de cerdo fueran lo más divertido que tenía que ver a la hora del almuerzo, movía unos cuantos granos de arroz de lado a lado en el plato con sus palillos y finalmente después de un tiempo suspiró derrotado por sus pensamientos, dejando los palillos sobre la mesa, un poco furioso por no saber cómo manejar el torbellino de emociones que lo estaban consumiendo. Yang Mi, la omega de edad avanzada lo observaba detenidamente, y Taehyung pasó saliva fuertemente. Sentía que aquella señora podía leer su mente.
—Tae, ¿estás bien? —Le preguntó, tratando de forzar un desinterés mientras comía.
Taehyung asintió solamente, tratando de no parecer tan descortés. La verdad todos sus pensamientos tornaban directamente a un alfa bastante elegante, bastante atractivo, quien quería hablar directamente con él. El omega sabía que no era estúpido, y sus sentidos le advertían que no iban a hablar precisamente de su experiencia como practicante, él sabía que ser un practicante era como ser el paria de la empresa, a la mayoría no le importaba y menos a quien iba a ser en dueño de una multinacional. Entonces, si no era por su experiencia como practicante, una sola charla quedaba descartada; acerca de su primer encuentro.
El resto del día, la pasó bastante ocupado con el trabajo que tenía que hacer y lo agradecía porque solo el alfa apareció por su mente muchas veces. Antes que la hora esperada llegara, su jefa se despidió bastante agitada porque tenía que recoger del colegio a sus cachorros y aprovechó para tratar de tranquilizarse y mantener la postura antes de dar paso a un pequeño recorrido hasta el último piso del edificio.
Cuando salió del elevador vio a varios ejecutivos caminando de un lado a otro, dándose cuenta de que la reunión había finalizado. Caminó hasta el puesto de Eva, quien siempre le saludaba con una gran sonrisa.
—Taehyung, el señor Jung te espera en su oficina —Le dijo, señalando un largo pasillo que saba solo a una gran puerta y suponía que esa era la oficina presidencial. Taehyung pensaba que el señor Jung Seung, padre de Jung Hoseok, todavía era quién estaba a cargo de la compañía. Eva, como si supiera a que se debía ese entrecejo fruncido en el rostro del omega, respondió—. El presidente Jung ya le ha concedido la oficina a su hijo, todavía no ha asumido la presidencia ante los empleados, pero ya la está manejando poco a poco. Ocurrió hace unos días, y te agradecería que mantuvieras esa información solo para ti, hasta que se haga el comunicado oficial.
—No le diré a nadie, y gracias por explicarme, Eva —Respondió Taehyung—. Uhm, iré ahora a su oficina.
El omega caminó algo lento antes de golpear la gran puerta de madera, escuchó un grave "Adelante" y decidió abrir la puerta después de dar un largo suspiro. La oficina era más grande que la sala estar y la sala de comedor juntas de su casa. Era un cuarto decorado bastante moderno y rodeado de ventanales que daban la vista de los grandes edificios de la ciudad de Seúl. Un gran escritorio yacía en la mitad del cuarto y detrás de este, estaba el alfa parado observando la gran vista con sus manos dentro de los bolsillos.
Sin observar al omega, dijo: —Siéntate, Taehyung.
Taehyung siguió sus indicaciones y se sentó frente del escritorio. Finalmente, luego de unos segundos que parecían horas y del movimiento precipitado de la pierna del omega sobre el asfalto para tratar de calmar un poco sus nervios, el alfa caminó hacia el escritorio y se sentó en su silla con despreocupación. El omega lo observó de reojo antes de bajar su mirada hacia sus manos entrelazadas, podía deducir que la postura del alfa había cambiado bastante a como lo había visto antes.
Su postura estaba más relajada, y lo confirmó aún más cuando vio aflojar su corbata. Sus manos se entrelazaron y las apoyó finalmente sobre el escritorio.
—Supongo que debes estar pensando porqué te cité a mi oficina —Comenzó a hablar y puso su atención sobre el omega que todavía observaba sus propias manos jugando por el nerviosismo—. Así que, dime Taehyung, ¿cómo te han tratado en mi empresa?
El omega pasó saliva fuertemente antes de levantar su vista y observar al alfa que lo analizaba como si pudiera leer cada uno de sus pensamientos. Su nerviosismo aún estaba allí y más cuando su vista pudo detallar cada uno de los rasgos físicos del señor Jung. Era muy atractivo, y aunque el omega no se encontraba en celo podía jurar que estaría dispuesto a hacer lo que aquel potente alfa le pidiera.
—Bien, señor Jung. Me han tratado bastante bien, y también me he sentido cómodo. He aprendido mucho en los meses que he estado aquí. Mi jefa Hye ha sido excepcional conmigo, y estoy agradecido que la empresa me haya contratado como practicante —Respondió Taehyung, tratando de mantener la seria mirada del alfa, aunque su actitud estuviera relajada podía sentirse bastante intimidado por aquellos ojos oscuros.
—Ya veo Taehyung, supe que eras practicante de finanzas cuando me encargué de averiguar tus datos para que pudieran llevarte a casa. También me tome el atrevimiento de revisar tu hoja de vida, y la verdad me encuentro bastante sorprendió al ver que tienes un excelente promedio de la Universidad Nacional de Seúl —Dijo, y Taehyung no pudo contener su expresión de sorpresa—. Sin mencionar que eres becado, la verdad estoy sorprendido. También pude hablar con tu jefa directa, Hye, hace unas horas y me ha dicho que hasta el momento has sido el mejor practicante que ha estado bajo su cargo. Felicidades.
—Muchas gracias, señor Jung —Respondió Taehyung, con sus mejillas sonrojadas bajo los elogios del que ahora, gracias a Eva sabía, era el presidente de la compañía—. Significa mucho para mí sus felicitaciones.
—Sin embargo, recuerdo bastante bien que en la sala de juntas dijiste que no te importaría que te cogiera sobre la mesa de la junta directiva y tampoco la reacción de los gerentes de cada área —Intervino, y al instante, Taehyung se torno completamente rojo de la vergüenza. Sentía su cara caliente y bajo la vista de nuevo a sus manos que ahora temblaban. No sabía cómo actuar, ni que decir—. Dime, Taehyung, ¿aún quieres que lo haga?
El omega trató de calmarse mientras pensaba en una respuesta coherente. Tenía dos opciones; disculparse por lo ocurrido o admitir que, aunque no estuviera en su época de celo, quería y necesitaba que ese alfa hiciera realidad los sueños que había tenido toda esa semana de agonía. Y es que, aunque lo avergonzaba admitirlo, los únicos sueños que había tenido y hasta alucinaciones en los días durante su celo, el protagonista fue aquel alfa de ojos oscuros, quién lo podría calmar de su lívido y lo tomaría con posesividad y asertividad.
—Yo... señor Jung... yo lo siento por mi comportamiento aquella vez—Respondió con un susurro.
—Taehyung, cuando hablo con alguien me gusta que la otra persona me vea a los ojos —Dijo Hoseok. El omega levantó con duda su mirada observando frente a frente al alfa. Sus ojos estaban más oscuros y extendió más sus brazos sobre el escritorio, disminuyendo la distancia entre ellos—. Quiero que me digas qué es lo que quieres, y no me gustan las personas mentirosas. Quiero que seas honesto.
—Disculpe mi atrevimiento señor Jung, pero usted es un mentiroso —Finalmente dijo Taehyung con algo que podía deducirse como convicción en sus palabras—. Usted, ese día me había prometido otro final distinto a unos buenos supresores y una cama vacía.
Jung Hoseok sonrió de lado al escuchar la respuesta del omega, de hecho, era la respuesta que tanto quería obtener de esta conversación inoportuna, con un omega practicante de su empresa. Analizó el comportamiento nervioso, pero a la vez emocionado en los ojos del omega, y estaba seguro que había olvidado como se sentía estar con alguien tan joven y tan hermoso.
—Era por tu bien, pequeño. Estoy seguro de que no hubieras querido despertar en una cama diferente a la tuya con un alfa que apenas conocías. Estoy seguro de que no eres esa clase de omega —Dijo Hoseok.
No sabía ahora que esperaba el alfa, pensaba Taehyung, no sabía si era alguna clase de reto o juego con sus sentimientos. Quizá era eso, quería hacer sentir avergonzado a un omega varón. La minoría de todo.
—No sé qué espera de mí, señor Jung. Vuelvo a pedirle disculpas por mi comportamiento ese día, y bueno, supongo que no quiso sobrepasarse porque... no soy nadie —Sus palabras salieron con la sinceridad que guardaba en su pecho.
Sabía que la razón por la que no pasó nada era porque era él. Un omega varón, practicante y para nada atractivo. O así se sentía, insignificante después de todos los comentarios que recibió después de su presentación, incluidos los mismos de su propia madre.
El alfa vio la expresión de melancolía traspasar los ojos negros del omega, suponía que a lo largo de su vida no lo trataron bien. El ser un omega varón debía ser complicado para quien lo fuera, pero de algo estaba seguro y es que el omega que yacía avergonzado frente a él era precioso.
Hoseok pensó muy poco cuando las palabras de contrariedad a la respuesta del omega salieron de sus labios: —Taehyung, no soy indiferente a ti del todo. Eres la primera persona del personal que no tiene un cargo alto en venir a mi oficina. Quería conversar contigo porque me atraes físicamente, y porque quería proponerte algo. ¿Estás dispuesto a escuchar mi propuesta? Si no quieres, eres libre de levantarte e irte a tu casa, olvidaremos lo que ocurrió y no me verás nunca más. O puedes quedarte y pensar en mi propuesta.
—Lo escucho, señor Jung —Dijo el omega, mordiendo ahora su labio por el nerviosismo de la situación.
—Mi celo comienza en tres días. Y definitivamente quiero que seas tú quien me acompañe, Taehyung. —Dijo finalmente, y el omega juro que se trataba de una pesada broma, realmente lo hacía.
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Espero que les haya gustado el capítulo, prometo que el próximo capítulo va a estar muy interesante!
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