Capítulo 1.
¿Cuándo inició todo? Hace un año con tres meses, para ser exacta. Me gustaría decir que me flechó a primera vista y viceversa, que me tropecé y me sostuvo con una gentil sonrisa y caí enamorada, que nos tratamos y ahora somos felices y comemos perdices, pero no, esta es la vida real y esos cuentos de hadas clichés son falsos, son falacias engañosas y fantasiosas, infantiles.
Todo empezó en las primeras semanas de clases de mi primer año de preparatoria, un curioso chico entró por la puerta tarde y el maestro lo presentó diciendo que sus calificaciones eran de las mejores, que era becado de excelencia.
"Un nerd" fue los murmullos que se dejaron oír y algunas que otras exclamaciones sorprendidas; por mi parte no era de novedad, digo, no es como si fuera el primer alumno que tenía tales calificaciones, no le encontraba el chiste a todo el show que estaban montando. También oí a una rubia decir que era guapo, pero más bien me dio la impresión de que el chico era tímido por sus ademanes y por sus ligeros tartamudeos al presentarse. ¿Qué había de atractivo en ello?
No fue el típico cliché de que se haya sentado enfrente mío o detrás, o que me haya sonreído, claro que no, todo lo contrario; él se dirigió al otro costado del salón, al lado de la rubia parlanchina, sin siquiera mirarme o reparar en mi existencia; tampoco es que yo hubiera estado tan al pendiente de lo que sucedía. Si me preguntaran en ese entonces que qué era lo que me había llamado la atención de ese alumno a primera instancia, lo único que se me ocurre ahora es su nombre: Son Gohan, lo digo porque, en teoría, significa arroz hervido; me recordó a mi desayuno.
Los días fueron transcurriendo y mi falta de sociabilidad hizo que no me acercara a él, además, no tenía interés en su persona en sí, solo curiosidad por su nombre. Oía a una que otra chica del salón decir que era tierno e inocente, que su aura era como la de un niño, que era muy amable y servicial, aunque torpe; y vaya que tenían razón, pero en ese momento no lo sabía. Eso comenzó a intrigarme: ¿un chico de diecisiete años inocente y tierno? Imposible. Fue así como de verdad hizo que reparara en su existencia y comencé a acercarme él, por curiosidad.
¿Han escuchado el refrán de que la curiosidad mató al gato? Porque encaja aquí perfectamente.
Si hubiese sabido lo que conllevaría formar una amistad con ese chico... creo que todo estaría bien hoy en día; seguiría siendo la chica que pasa de inadvertida, que nunca se ha enamorado de verdad, solo pequeñas atracciones hacia algunos chicos —ni siquiera había llegado querer a alguno—; porque sí, nunca me habían roto el corazón.
Otra ironía de la vida había sido que yo no creía en esa enfermedad, hanahaki, pensaba que solo eran exageraciones de la gente, que solo eran meras leyendas; estaba encerrada en una burbuja de la incredulidad ante lo que pasaba a mi alrededor. Qué estúpida era, en serio. Nunca había visto un caso con mis propios ojos... hasta que una compañera comenzó a vomitar sangre y escupió una rosa entera con todo y espinas en ella —acompañado de unos cuantos pétalos— en plena clase. Falleció unas semanas después de ese acontecimiento.
En ese momento se me empezó a caer la venda de los ojos.
Sinceramente, fue algo que me paralizó; ver cómo sufría aquella chica mientras gritaba de dolor al ser desgarrada su garganta por aquella rosa y, como si eso no hubiera bastado, se estaba desangrando por semejante herida interna. Joder, fue horrible presenciar eso.
Empecé a investigar más sobre el tema: cómo inició, cuándo, síntomas, curas o prevenciones, mas me topé contra la pared al ver las opciones de tratamiento. Era dejar de amar para siempre o morir dolorosamente, pues eran muy pocos los casos en que la gente sanaba.
¿Quién iba a decir que amar también podría ser malo? ¿Quién iba a decir que un sentimiento tan puro podría provocar tales cosas? ¿Que hasta amar ya era un peligro?
Mucha gente se cuida para no tener cáncer, otras para no tener diabetes o SIDA, pero, ¿para no enamorarse? ¿Para no padecer de algo que uno no puede controlar en realidad, como lo es el amor? En esos momentos deseé no enamorarme nunca, no quería morir o sufrir de esa forma.
Pero ya era demasiado tarde, mi apatía, mi incredulidad y curiosidad habían desaparecido tarde, era hora de pagar por mis estupideces.
-Lindassj1
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